Por cultura machista, desigualdad económica y auge del crimen
De la redacción
México DF, 10 junio 09 (CIMAC).- La presencia de la violencia contra las mujeres se mantiene en diversas formas en la sociedad mexicana, a pesar de los esfuerzos oficiales y de numerosas organizaciones que laboran para combatirla, utilizando desde los planes educativos hasta la aplicación de las leyes, señala el Especial de Prensa Latina Mujeres del Tercer Milenio.
Son numerosas las encuestas difundidas por diferentes entidades a lo largo de los años que miden el nivel del fenómeno, achacado muchas veces a las expresiones de machismo, en otras a las desigualdades económicas y sociales o simplemente al auge del crimen.
Por ejemplo, la Encuesta Nacional sobre Dinámica en los Hogares (ENDIREH) señala que cada minuto se registran en México tres actos de violencia contra las mujeres. El 36.7 por ciento de las mujeres encuestadas sufrieron algún tipo de violencia; el 90 por ciento de ellas de tipo Psicológico, el 44.7 por ciento física y el 32.1 por ciento de tipo sexual.
Pero hay otros datos que ilustran la complejidad del asunto y uno de ellos es que el 84 por ciento considera la violencia como algo natural, un asunto privado solo concerniente a la pareja cuando se trata de un matrimonio o unión de cualquier tipo.
En el caso de los asesinatos, 20 de cada 100 ocurren dentro del ámbito familiar, la mitad de ellos son de maridos que dan muerte a sus esposas y el 25 por ciento de las mujeres suicidas adoptan esa actitud para escapar de la violencia.
Otro ángulo del problema lo analizó en una investigación reciente el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), quien destacó especialmente que la presión económica somete a las mujeres en el país a una situación de dependencia, de la cual deriva muchas veces hacia el abuso contra ellas.
Las estadísticas apuntan que casi la quinta parte de las madres mexicanas son divorciadas, separadas o viudas, lo cual representa 1.3 millones de mujeres.
Precisamente las madres con hijos, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), son las que, en México, acceden a empleos menos remunerados y en condiciones de desventaja en lo referente a la calidad de las ocupaciones.
En general, siempre según la misma fuente, las mujeres con hijos e incluso sin ellos enfrentan peores condiciones laborales y tasas de desocupación bastante más altas que las de los hombres.
En los casos de la violencia extrema, resalta en México el llamado feminicidio que, en los últimos tiempos, azotó zonas del país con especial incidencia en Ciudad Juárez, localidad fronteriza con el territorio estadounidense.
El balance de los últimos años es impreciso, pero las informaciones disponibles hablan de más de 600 mujeres desaparecidas, 460 asesinadas y numerosas agredidas, golpeadas y violadas.
Las informaciones, los reportajes y las entrevistas de la prensa nacional e internacional sobre los feminicidios en Ciudad Juárez han dado la vuelta al mundo con detalles que apuntan a una situación muy particular de esa localidad en relación con este asunto.
Tampoco puede obviarse que, en otros territorios de la nación, también se ha registrado este tipo de atentados contra la vida de mujeres, pero es evidente que los crímenes más sonados y la mayor cantidad de ellos tienen como escenario a esta ciudad fronteriza.
De todas formas, la violencia extrema forma parte del abanico de expresiones aún incrustadas en la sociedad y las cuales cada vez con mayor énfasis acumulan la opinión más negativa del resto de los sectores que la integran, concluye el Especial de Prensa Latina Mujeres del Tercer Milenio.
08/GG
De la redacción
México DF, 10 junio 09 (CIMAC).- La presencia de la violencia contra las mujeres se mantiene en diversas formas en la sociedad mexicana, a pesar de los esfuerzos oficiales y de numerosas organizaciones que laboran para combatirla, utilizando desde los planes educativos hasta la aplicación de las leyes, señala el Especial de Prensa Latina Mujeres del Tercer Milenio.
Son numerosas las encuestas difundidas por diferentes entidades a lo largo de los años que miden el nivel del fenómeno, achacado muchas veces a las expresiones de machismo, en otras a las desigualdades económicas y sociales o simplemente al auge del crimen.
Por ejemplo, la Encuesta Nacional sobre Dinámica en los Hogares (ENDIREH) señala que cada minuto se registran en México tres actos de violencia contra las mujeres. El 36.7 por ciento de las mujeres encuestadas sufrieron algún tipo de violencia; el 90 por ciento de ellas de tipo Psicológico, el 44.7 por ciento física y el 32.1 por ciento de tipo sexual.
Pero hay otros datos que ilustran la complejidad del asunto y uno de ellos es que el 84 por ciento considera la violencia como algo natural, un asunto privado solo concerniente a la pareja cuando se trata de un matrimonio o unión de cualquier tipo.
En el caso de los asesinatos, 20 de cada 100 ocurren dentro del ámbito familiar, la mitad de ellos son de maridos que dan muerte a sus esposas y el 25 por ciento de las mujeres suicidas adoptan esa actitud para escapar de la violencia.
Otro ángulo del problema lo analizó en una investigación reciente el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), quien destacó especialmente que la presión económica somete a las mujeres en el país a una situación de dependencia, de la cual deriva muchas veces hacia el abuso contra ellas.
Las estadísticas apuntan que casi la quinta parte de las madres mexicanas son divorciadas, separadas o viudas, lo cual representa 1.3 millones de mujeres.
Precisamente las madres con hijos, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), son las que, en México, acceden a empleos menos remunerados y en condiciones de desventaja en lo referente a la calidad de las ocupaciones.
En general, siempre según la misma fuente, las mujeres con hijos e incluso sin ellos enfrentan peores condiciones laborales y tasas de desocupación bastante más altas que las de los hombres.
En los casos de la violencia extrema, resalta en México el llamado feminicidio que, en los últimos tiempos, azotó zonas del país con especial incidencia en Ciudad Juárez, localidad fronteriza con el territorio estadounidense.
El balance de los últimos años es impreciso, pero las informaciones disponibles hablan de más de 600 mujeres desaparecidas, 460 asesinadas y numerosas agredidas, golpeadas y violadas.
Las informaciones, los reportajes y las entrevistas de la prensa nacional e internacional sobre los feminicidios en Ciudad Juárez han dado la vuelta al mundo con detalles que apuntan a una situación muy particular de esa localidad en relación con este asunto.
Tampoco puede obviarse que, en otros territorios de la nación, también se ha registrado este tipo de atentados contra la vida de mujeres, pero es evidente que los crímenes más sonados y la mayor cantidad de ellos tienen como escenario a esta ciudad fronteriza.
De todas formas, la violencia extrema forma parte del abanico de expresiones aún incrustadas en la sociedad y las cuales cada vez con mayor énfasis acumulan la opinión más negativa del resto de los sectores que la integran, concluye el Especial de Prensa Latina Mujeres del Tercer Milenio.
08/GG
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