8/02/2009



América Latina y un nuevo orden multipolar para el mundo


El Grupo BRIC, eje económico del futuro; México podría sumarse: CLAEI



La Primera Cumbre del Grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China) en Ekaterimburgo, Rusia, en junio pasado, tuvo enfoques fundamentales de la mayor relevancia para los países de América Latina, aun cuando la información difundida al respecto por los grandes consorcios informativos internacionales, haya sido más bien escasa e incompleta, asegura el Círculo Latinoamericano de Estudios Internacionales (CLAEI).

El BRIC disputa el poder político y económico del siglo XXI y plantea la multipolaridad como factor de equilibrio ante las tendencias unipolares o, en el mejor de los casos, bipolares, de Estados Unidos y sus aliados de la Unión Europea (UE).


Sin duda, el potencial del BRIC es enorme: sus cuatro integrantes representan 41.6 por ciento de la población mundial, 22 por ciento de la superficie del planeta y 27 por ciento del PIB global: China es el quinto del mundo, seguido por Brasil (10), Rusia (11), y la India (12). Suman 15 por ciento de la economía del planeta y reúnen 40 por ciento de los recursos naturales.


Goldman Sachs considera que pueden convertirse en las cuatro economías dominantes hacia el año 2050, con un PIB combinado de casi 35 billones de dólares. En casi cada escala, serían las más grandes en la escena global.


Resulta muy significativo que, también conforme a Goldman Sachs, México tiene todo el potencial para ser integrado en el grupo BRIC, que se transformaría en BRICM. Pero aún debe desarrollar su estructura productiva para conseguirlo. No obstante, la Goldman Sachs considera que hay tiempo e interés del sector público y empresarial para trabajar rumbo a ese objetivo, criterio que hace suyo el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) mexicano.


La cumbre del BRIC en Ekaterimburgo adquiere mayor relevancia en las circunstancias latinoamericanas actuales, ante una política sumamente ambigua del gobierno estadunidense presidido por Barack Obama.


Los analistas y expertos del CLAEI, en consonancia con especialistas latinoamericanos en toda la región, han llegado a la conclusión de que la política exterior de Washington refleja cambios de forma, pero no de fondo. Como quedó claro en la V Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago, el pasado abril, Estados Unidos sigue condicionando la concesión de preferencias económicas y comerciales, a la aceptación de condiciones políticas dentro de su esquema de predominio hegemónico.


Por consiguiente, América Latina debe reorientar sus prioridades hacia un futuro que es cada vez más presente. Los analistas del prestigioso e influyente diario financiero alemán Handelsblatt, reconocido como uno de los más serios y certeros del mundo, consideran que los integrantes del BRIC representan ya la parte más importante y dinámica de la economía mundial y les corresponde sentar las bases para la recuperación del sistema financiero internacional y la fundación de un nuevo orden global.


Alexander Rar, experto del Consejo de Política Exterior de Alemania, sostiene que en la actual coyuntura internacional, cuando es evidente el desplazamiento global de los centros de poder, sería un grave error minimizar o desestimar el papel del BRIC.


A su vez, en vísperas de la cumbre de Ekaterimburgo, el presidente brasileño Lula da Silva publicó en el diario español El País (16 de junio de 2009) un importante artículo, en el que puntualizó que ese encuentro "no es sólo la primera cumbre de BRIC. Representa un hito importante en la relación de nuestros países con un mundo que está experimentando cambios profundos. Sellaremos el compromiso de ayudar a ofrecer respuestas nuevas para viejos problemas y un liderazgo audaz frente a la inercia y la indecisión".


Y agrega el mandatario sudamericano: "Pero vivimos en medio de paradigmas rotos e instituciones multilaterales en declive. La actual crisis económica no hace más que aumentar un sentimiento creciente de complejidad e impotencia ante el cambio climático y el peligro de escasez mundial de alimentos y energía. Es evidente que la sociedad moderna debe revisar un sistema que desperdicia de manera brutal los limitados recursos naturales de la Tierra y, al mismo tiempo, condena a miles de millones de personas a la pobreza y la desesperación".


Si se mantienen las actuales tasas de crecimiento, los países del BRIC –y más aún si México se integra al grupo--, sus economías superarían en 2050 a las de las potencias industriales desarrolladas.


Mientras Estados Unidos insiste en invertir tiempo y recursos en riesgosos juegos geopolíticos al oriente de Rusia, el gobierno del presidente Medviédev crea y con solida nuevas realidades económicas y políticas en el centro de Eurasia y una plataforma global de proyección irresistible a partir del BRIC.


Considera el mandatario ruso que el sistema unipolar se sostiene artificialmente mediante un gran centro de consumo, Estados Unidos, financiado por un creciente y colosal déficit y una divisa que si bien fue durante décadas la más sólida, se desmorona a ojos vistas.


El el fondo de la crisis financiera actual, se encuentra el hecho de que Estados Unidos genera poco y gasta demasiado. Ante esta situación, la cumbre del BRIC, según Medviédev, representó un hito decisivo para la fundación de un orden económico mundial más justo, convicción que comparten los gobiernos de China, Brasil y la India.


En Ekaterimburgo se puso de manifiesto la certeza de que las naciones del BRIC deben tener mayor injerencia en la conducción y transformación del orden financiero global, así como también en el diseño de la nueva arquitectura de las instituciones financieras, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).


Rusia planteó al FMI la necesidad apremiante de incluir al rublo ruso y al yuan chino en la canasta de divisas utilizadas para valorar los productos financieros e esa institución. El presidente del banco central chino, Zhou Xiaochuan, manifestó que la tarea principal en estos momentos es la creación de una divisa de reserva que no esté vinculada con algún país específico.


En tanto el dólar estadunidense siga siendo la divisa exclusiva de las reservas mundiales, el gobierno de Washington puede imprimir dólares conforme a sus necesidades y sus intereses, con los cuales oculta su enorme deuda externa y su asfixiante déficit presupuestal. Así, consideran los expertos financieros del CLAEI, comete un robo legalizado de los activos de otros países a los que, en los hechos, obliga a financiar sus gastos militares.


Para los integrantes del BRIC, Estados Unidos es un Estado fraudulento, cercano a la definición de Estado fallido. Gracias a sus maniobras y a su control sobre diversas instituciones internacionales y no obstante que es el deudor más grande del mundo, ha logrado evitar la restructuración de la deuda que el FMI impone a otros países. Se niega a reducir su presupuesto militar y a elevar los impuestos. Roberto Mangabiera Unger, ministro de Asuntos Estratégicos de Brasil, considera que la economía mundial "no debe caer en la trampa de las aventuras de una sola potencia" con ambiciones hegemónicas.


A fin de cuentas, Estados Unidos no podrá pagar su deuda externa de 10 billones de dólares, pero se ha convertido en un país que pide y pide, a veces de manera agresiva, según el economista Michael Hudson. Es muy poco probable que los ingresos por los impuestos crezcan lo suficiente para reducir el déficit. Por el contrario, las predicciones apuntan a un incremento casi cotidiano.


A los países del BRIC no les interesa seguir recibiendo dólares cada vez menos confiables, ni mantener sus reservas internacionales atadas a esa divisa; además, están descontentos con la estrategia de dominio unipolar de Washington. El presidente de la Cámara de Comercio de Brasil, Gilberto Ramos, advierte a los escépticos: los países del BRIC son y serán cada vez más las nuevas potencias mundiales. Tienen mucho en común y, sobre todo, una convicción: nunca más el dominio unipolar de ninguna potencia, sino la multipolaridad que garantiza la equidad global.


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