Más policías en el Metro, más militares en el país, ¿por qué no más empleos e ingresos?
Pedro Echeverría V.
1. Ayer domingo un ciudadano mexicano, indignado ante la situación de miseria y hambre que se vive en el país, cuando comenzaba a escribir en una pared del Metro consignas contra el gobierno, un policía lo amenazó con aprehenderlo y castigarlo. El ciudadano -como muchas veces el gobierno ha aconsejado que las familias deben armarse para defenderse de los asaltos- sacó su arma personal para evitar que sea apresado. Todos los pasajeros corrieron, sólo quedaron algunos policías judiciales disfrazados de civil. Entre los forcejeos por dominar la situación dos personas fueron muertas. A partir de ese hecho los medios de información y el gobierno convirtieron en héroes a los dos fallecidos y al ciudadano en un monstruo. Así convalida la clase dominante quienes son los buenos y quienes los malos y de paso “educa” al pueblo.
2. Me pregunto: ¿Cuántos indígenas, campesinos, obreros, ciudadanos van a ser reprimidos, encarcelados, asesinados por las llamadas “fuerzas del orden” por la necesidad de robarse un pan, una billetera, pintar una protesta en las paredes o confrontarse con la policía o los soldados en una protesta? El descontento crece y la desesperación es cada vez mayor. ¿Cuántos años, décadas, siglos, debe esperar el pueblo para dejar de vivir en la miseria? ¿Se nos seguirá engañando con la mentira de que en México no hay la producción ni los suficientes recursos para que el pueblo viva bien mientras unos cuantos multimillonarios acumulan y despilfarran todas las riquezas del país, suficientes para que todo el pueblo tenga que comer? Lo del Metro no fue una locura sino una respuesta ante la represión y la incapacidad para manejarse las cosas.
3. Ayer mismo “el socialista” Ebrard –quien ha sido partidario de “delincuencia cero”- ordenó más policías en el Metro, también máquinas para revisiones exhaustivas de los millones de pasajeros. Por el contrario, López Obrador durante años ha dicho que la solución de los enormes problemas del país no es por la vía de policías, soldados y represión, sino de programas económicos dirigidos hacia la creación de empleos, de incrementar los salarios y de eliminar la corrupción de grandes empresarios y funcionarios de gobierno. ¿Creen acaso Calderón y Ebrard que con la represión y los encarcelamientos van a frenar el descontento que a diario se manifiestan en diferentes partes del país? El perredista, actúa como cualquier gobierno priísta o panista. ¿Pretende acaso detener y consignar a todos los que pintan consignas antigubernamentales?
4. ¿Quiéren los gobernantes una ciudad limpia, bonita y educadita sin trabajar para ello? ¿Buscan gobernar un pueblo que esté contento, agradecido y solidario contratando más policías y soldados para vigilarlo, intimidarlo, reprimirlo y asesinarlo? Ya se dijo mil y un veces: en vez de fortalecer los equipos de represión (que no de seguridad) hay que atender primero la alimentación, la salud y la educación de la población y sus jóvenes. Un pueblo desesperado por la miseria y el hambre, que busca y no encuentra ocupación ni ingresos, está siempre dispuesto a todo. No son “locuras ciudadanas” o desquiciados de las clínicas siquiátricas los que por miles se han manifestado sorpresivamente en los EEUU y otros países como México causando pánico y muertes entre población inocente. Son víctimas de un sistema capitalista que explota y oprime con gran saña.
5. El PAN y el PRI (éste, por lo menos desde 1982) han sido partidos de derecha que han apuntalado el neoliberalismo y la privatización. El PAN desde la derecha radical ha defendido “una patria ordenada y generosa” que conserve y respete el orden capitalista establecido por nuestros padres y abuelos. El PRI, con un discurso de centro, se manejó con mucha demagogia hasta que en 1982 se movió a la derecha estrechando fuertemente su unidad con el panismo. El padre consolidador de esa alianza que viene de 1985 fue Carlos Salinas y de allí radica la fuerza que hoy tiene -ese siniestro personaje que semejante a un vampiro- entre en gobiernos y los políticos panistas y priístas. Pero más grave aún es que Salinas, el más hábil político de la época, repartiendo privilegios, cuenta con personajes que influyen de manera determinante en otros partidos.
6. En los últimos años los gobiernos y líderes principales del PRD ya casi no se distinguen de los del PAN y el PRI. Después de las elecciones presidenciales de 2006 el gobierno de Calderón (aconsejado por Salinas) empezó a meter grandes cantidades de dinero entre muchas de las corrientes políticas del PRD y así logró controlar. Se sabe que el PRD no ha sido es un partido de izquierda, sino un organismo de centroizquierda o socialdemócrata; que su objetivo es conquistar cargos y poder por la vía electoral y de la instrumentación de acuerdos. No puede pedírsele otra cosa, menos que soporte que grupos radicales o ciudadanos espontáneos quieran revolver e inestabilizar al país chocando con el orden y la paz institucionales. Por eso fueron condenados por el PRD a los jóvenes que entraron a la catedral y gritaron en el mitin de Pemex.
7. Aunque pidamos que esto no vuelva a repetirse las paredes el Metro, los muros del país y los baños públicos seguirán pintándose por convicción con protestas o por simple desahogo con ofensas agresivas a los opresores. La gente ha comenzado a manifestar públicamente su resistencia a la opresión y qué maravilloso que esté despertando. El gobierno se va a violentar mucho más contra el pueblo y sus jóvenes por ser defensores de los grandes propietarios de capital. El gobierno crea mil empleos y se pierden cien mil; cobra impuestos a diez ricos y exenta de pago a mil; hace propaganda por construir un hospital y una escuela y recorta presupuesto para camas, médicos, medicinas y para educación. Este es un gobierno y un sistema que reprime la protesta de los pobres; por eso las protestas seguirán en todos lados y de distintas formas.
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