¡Qué lo prendan!
Eduardo Ibarra Aguirre
Más niños que adolescentes corearon con insistencia “¡Que lo prendan!”. Los padres y abuelos pusieron en juego el clásico silbido de cansancio por la espera para que comenzara La magia de la Navidad, en la glorieta de la Palma, en Paseo de la Reforma, frente a la Bolsa Mexicana de Valores.
La inserción pagada del Gobierno del Distrito Federal, a plana entera y a todo color, en los diarios capitalinos, indebidamente llamados nacionales, convocó: “Ven a encender la magia de la Navidad. ¡Rompamos el récord del Árbol Iluminado Más Grande del Mundo! –así con mayúsculas, en ahorro de las negritas-- y remató con el mexicano “A partir de las 19 horas”. (La oficina deÓscar Manuel Argüelles Dorantes no sabe de horarios exactos, él mismo no es localizable allí y nadie informa a qué hora regresa).
Los miles de capitalinos que atendieron la invitación del GDF, ocuparon más de dos cuadras de Reforma, con todo y laterales y hasta jardineras que quedaron dañadas, al sur de la glorieta de Niza, para presenciar el establecimiento del nuevo récord y desplazar al pino que en una base flotante se ubica en Río de Janeiro, Brasil, en la laguna Rodríguez de Freitas, desde 1996.
“A partir de las 19 horas” se escucharon mariachis que hicieron menos aburrida la espera, pero cesaron sus interpretaciones media hora después sin que nadie atinara a agarrar el micrófono para explicarle al respetable. Por lo visto, para los organizadores era un público más y por lo tanto posible jugar con su tiempo.
Lo sucedido empezó a ser interpretado como un simple retraso, pero las monosilábicas pruebas orales de los técnicos en electrónica, estimuló la idea de que en un instante se encendería el árbol de 110 metros de altura y 35 de diámetro en su base, 72 kilómetros de series de lámparas micro, 80 mil metros de cables electrónicos y 600 luces estroboscópicas que lo cubren.
No fue así. Las dos pantallas dizque gigantes que colocaron para los que no alcanzaban a ver bien con todo e improvisados telescopios de cartón, fueron colocadas a un costado del árbol que patrocinó, en 80 por ciento de su costo, el grupo Pepsico y a quien no le alcanzó el dinero para una pantalla más, pero en cambio selló el gran artefacto con el símbolo del refresco de cola.
Los gritos y silbidos arreciaron. Un asistente de la colonia Cuauhtémoc auguró que Marcelo Ebrard Causabon pronunciaría un discurso de inauguración de 10 minutos “para adornarse con lo que hacen los empresarios y presentarlo como propio. No olvide que va por La grande”. Qué ni se le ocurra porque se gana un abucheo con este publico molesto por una espera absurda, alcancé a responder.
A las 20 horas en punto apareció el jefe del GDF, “sus sobrinos” y a renglón seguido fueron presentados por un par de conductores de Televisa que, confundiendo los escenarios del Teletón, contaminaron el ambiente con lugares comunes y palabras grandilocuentes que irritaron más al paciente público que descargó en Ebrard un abucheo.
Con la frase de saludo y cortesía no cesó la silbatina, pero cuando invitó al respetable, agraviado de manera innecesaria, a emprender la cuenta regresiva para encender el árbol, el grito de “cinco, cuatro, tres dos, uno” se escuchó como una sola voz. Y, finalmente, cuando deseó a todos los asistentes lo que se acostumbra en estos casos, el ofendido público puso por delante la generosidad y lo despidió con aplausos.
¿Es tan difícil respetar el tiempo de la gente en un país en que las elites dominantes lo derrochan en forma bestial? O el GDF se dispone a competir con Los Pinos que cita para los actos con Felipe de Jesús Calderón Hinojosa una hora antes y, por si no fuera suficiente, somete a los selectos invitados a una revisión insoportable.
Acuse de recibo
Advierte Jorge Meléndez Preciado: “Se podrán repartir culpas a la economía internacional e insistir en lo peligroso de algunos, pero la verdad luego de mil días la constatación es evidente, la borrachera del triunfo Haiga sido como haiga sido, trajo una cruda terrible que durará, ya que no se prevén los remedios del caso”… Fenómeno que para Miguel Alemán Velazco, uno de los dueños de México por la vía de la herencia presidencial, “ha implicado gobernar un país partido por la mitad, cosa que es muy difícil…”. Antonio Solá Reche es el publicista de Calderón e imagólogo que forjó su polémico triunfo en las urnas a costa de impulsar el odio y la crispación política extremas. Enseguida de tal hazaña, Solá acumula derrota tras derrota en las elecciones de Yucatán, España, Venezuela, El Salvador y las intermedias mexicanas de 2009, entre otras. Y reapareció el sábado 5 con el veracruzano Gerardo Buganza Salmerón, precandidato panista que compite al temido y temible Miguel Ángel Yunes Linares… Alberta Alcántara y Teresa González son las otras Jacintas que permanecen en prisión, sentenciadas a 21 años por delitos que no cometieron. “Apoyemos todos, hasta verlas en libertad, incluyendo a la hija de una de ellas que nació en prisión”, pide María del Carmen Gómez Ortega.
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