Julio Hernández López: Astillero
La aceptación y promoción de alianzas electorales con el PAN marca el fin de una etapa del movimiento lopezobradorista-perredista. Ir de la mano a los comicios de este año con los mismos a los que durante un trienio se acusó de cometer fraude equivale a reconocer que no se tuvo razón o que ésta no vale más que el pragmatismo desbocado. Perder el pasado para ahora apostar, con cartas marcadas en contra, es una forma segura de no ganar más que retrocesos y, si acaso, migajas de victorias pírricas.
Chuchismo-camachismo del que López Obrador tibiamente se desmarca de palabra pero tolera de obra a cuenta de una zanahoria llamada 2012. El tabasqueño deja a un lado la etiqueta de presidente legítimo y dice allanarse a las decisiones de los partidos pues, explica a nivel de piso, él no es cacique. Tampoco es el flamígero y contundente político que sabe usar verbo y amagos para hacer que las fuerzas a su alrededor se muevan en el sentido que él cree correcto y necesario. Ahora se queda nada más en el creer que las alianzas no son convenientes. Y los partidos que le siguen, Convergencia y el del Trabajo, participan autorizadamente en las negociaciones que colocan ahora en la misma trinchera al PAN/Fraude 2006, todo bajo el pretexto compartido de que se debe frenar a cualquier costo al PRI encarrerado rumbo a Los Pinos (¿Podrían entonces PAN, PRD, PT y Convergencia en 2012 postular a Diego Hildebrando Zavala, para así garantizar la derrota del tricolor, aunque sea por un 0.56 por ciento de diferencia?).
La hipótesis central no parece provenir de una racionalidad seria: para tener posibilidades de ganarle al enrachado PRI, la izquierda debe hacer alianzas con el mismo partido que le robó el 2006 pero que ahora está en la lona. Asociarse con el asesino de uno mismo para así aspirar a tener vida futura; compartir proyectos con el carterista de ayer para tener dinero mañana; poner la otra mejilla electoral para esperar el evangelio de 2012.
Pero ni siquiera acompaña a tan discutible estrategia la posibilidad real de alzarse con un botín electoral importante, que acalle cargos de conciencia en las elites con ganancias contantes y sonantes: el polo de izquierda (¿por gélido e inhabitado?) solamente estará apoyando a los candidatos del panismo militante, ciudadano o disfrazado, sin esperar más que el beneficio de que en Oaxaca le permitan avanzar a Juabino Cué, un cuadro del ex priísta Diódoro Carrasco –ahora distinguido panista– que en aquella entidad significaría el relevo de un grupo tricolor por otro partidistamente camaleónico.
En Durango, por ejemplo, la alianza Perrean (para seguir el modelo neológico usado para formar el vocablo Prian) está a la espera de que el todavía priísta José Rosas Aispuro Torres (apellido de concertación providencial: a la mitad de espurio y puro) renuncie a su partido de toda la vida para hacerlo candidato opositor y ganarle al PRI de Ismael Hernández Deras que pretende, como sus demás colegas que este año dejarán el poder, imponer sucesor-guardaespaldas. En Puebla, el Perrean le ganará al PRI mediante Rafael Moreno Valle Rosas, quien dejó el tricolor en 2006 para ser postulado candidato a senador por el PAN; Moreno Valle Rosas no oculta su orgullo por ser ahijado político de Elba Esther Gordillo y su carrera en el tricolor la hizo bajo el impulso de su todavía promotor, el ex gobernador priísta Melquiades Morales. Y en Hidalgo, de madruguete, va una foxista especializada en hacer apuestas de elite para donar computadoras a comunidades indígenas e incluso, como sucedió en una jugada que hizo con el entonces gobernador potosino Marcelo de los Santos, aventurar recursos del erario en relación con un puente. Oaxaca, Durango, Puebla e Hidalgo, más las que se vayan acumulando, pues en otras entidades ha prendido el pragmatismo centralmente aceptado y brotan los corredores de bienes izquierdistas en busca de cerrar transacciones de remate. ¿Alianzas para ganarle al PRI postulando a sus escisiones sin más compromiso que el electorero? ¿Ganancia electoral con candidatos en los que no hay ni un perredista o izquierdista, más que el sabinismo ya mostrado por Cué?
El generalizado cuadro de desquiciamiento partidista y electoral tiene en Zacatecas otra expresión no por anunciada menos aberrante: el PRD, convertido en partido de estado por la familia gobernante (Amalia García y su hija dotada de una senaduría, Claudia Corichi), y con el apoyo de los Chuchos, hizo que el candidato a la sucesión proviniera de un par de apropiadas encuestas de opinión que acabaron beneficiando al deseado, el senador Antonio Mejía Haro, contra cuya imposición se rebelaron cuatro precandidatos del sol azteca que planean luchar contra el PRD amalista desde opciones que podrían incluir la alianza PRI, PT, Verde que busca encabezar David Monreal, hermano de Ricardo.
Tal aliancismo aventurero ha generado oposición verbal tajante de Fox y el ex jefe Diego, mientras Creel ha encontrado que hay ideología, no pragmatismo, y Mariana Gómez del Campo ha declarado con espíritu conquistador que su partido va con todo por el Distrito Federal en 2012. Los priístas, controladores de la mesa de juegos y apuntalados por el ejército de mapaches que el año pasado apabulló al calderonismo, se hacen los indignados para ganar más, para condicionar y chantajear, por lo pronto mediante el anuncio de que buscarán reinstalar el formato presencial del informe presidencial, que auditarán las cuentas del último tramo de Fox (en el que podrían estar las huellas del apoyo oficial a la campaña del siempre alicaído Felipe) y que controlarán más las cuentas del calderonismo.
Y, mientras el embajador gringo palomea el buen cumplimiento felipista de la nueva estrategia contra el narco, más policial que militar, y la Inquisición Norbertina pone en leña verde a la ALDF, ¡hasta mañana, dejando constancia de que para encabezar esta columna se usó, por causa justificada y en sentido interrogatorio, el título de la gran película de Darren Aronofsky!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx • http://www.twitter.com/julioastillero
Enrique Galván Ochoa: Dinero
En los días recientes recorrí la región más poblada de mexicanos –después del Distrito Federal–, se ubica en California. Es un extenso triángulo que forman San Diego, Los Ángeles y el Valle Imperial. Hasta antes de la recesión, California fue el estado más rico del planeta. A pesar del discurso optimista del presidente Obama, la crisis sigue ahí. Se ha ensañado con nuestros paisanos. Los residentes legales han perdido empleos, han caído en mora en sus tarjetas de crédito y en el pago de su seguro médico, han tenido que entregar sus casas al banco por el lío hipotecario, que no es tan difícil de entender. Subieron las hipotecas pero bajó el valor de las casas, como cuando uno compra un coche nuevo. Sólo que en bienes raíces la expectativa es que aumente su valor por encima de la deuda. Por otro lado, la vida para los compas sin papeles se ha vuelto un infierno, y ya estaban en la antesala: la vigilancia y persecución de la migra es terrible. El gobierno mexicano cifra sus esperanzas en que nuestra economía se reanime por el efecto remolque, es decir, que sea jalada por la de Estados Unidos. Creo que es una apreciación insuficiente del problema, porque no toma en cuenta otro factor tan grave como la recesión. Se trata de la violencia en todas sus formas. Sólo la inversión en la bolsa de valores ha crecido en los meses recientes y eso porque el movimiento de acciones y dinero no tiene que cruzar por las calles de Ciudad Juárez, Tijuana y Cuernavaca. Todo se hace por computadora. Los americanos están al tanto de los millares de muertos, de los decapitados, de los secuestros, de la complicidad de funcionarios, y difícilmente hay quien piense venir a montar una maquiladora o una industria, vamos, hasta cancelan los planes de tomar un crucero por nuestros litorales. La economía de Estados Unidos algún momento volverá a tomar velocidad, pero no debería darse por descontado que remolcará a la de México. Antes tendrán que detener la violencia y eso parece más difícil. O sea que la cuesta de enero de este incierto 2010 bien podría prolongarse hasta Navidad.
Recorte en Sam’s
Inclusive la velocidad que cobre la recuperación de Estados Unidos está en duda. Un día hay noticias alentadoras, otro negativas. La de ayer fue que Sam’s –el club de mayoristas de Wal-Mart– tomó la decisión de despedir a 10 mil empleados. Pasado mañana el presidente Obama rendirá su primer informe a la nación. Ya no cuenta con buena parte del apoyo con que llegó a la Casa Blanca. Su partido perdió el escaño del Senado que ocuparon dos Kennedy, primero Jack y luego Ted. De paso quedó temblando la reforma del sistema de salud.
Carlos Fernández-Vega: México SA
Brillante y puntual, como siempre, el sonriente secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, afirmó días atrás que (se respeta la sintaxis) “no hay una cascada de aumentos… hay algunos casos de abuso, pero en general los precios se han mantenido estables… los incrementos (de precios) que se están dando en este mes de enero son los menores incrementos para un mes de enero que se han dado en algunos años… éste no es un enero particularmente diferente”.
¡Oh!, sapiencia de quienes analizan la realidad nacional encerrados entre cuatro paredes, porque resulta que sí, que sí ha sido un enero particularmente diferente, y por mucho, porque la inflación en la primera mitad del mes (esto es, cuando Cordero presume los menores incrementos) resultó cinco veces mayor a la de igual periodo de 2009 y la más elevada de los últimos 11 años (ello en el promedio, porque los precios de la canasta básica aumentaron 1.5 veces más que el índice general).
Lo cierto es que el de por sí raquítico poder adquisitivo de la mayoría nacional mengua día tras día. En plena campaña electoral, el hoy inquilino de Los Pinos decía que él no bajaría los precios al chilazo, por decreto, porque a los habitantes de este país se lo cobran en tortillas.... En efecto, tres años después de su imposición en la residencia oficial, nada bajó y a punta de chilazos los mexicanos adquieren menos productos: el primero de diciembre de 2006, con un salario mínimo de 48.67 pesos se podían comprar 7.22 kilogramos de tortillas de maíz; al 15 de enero de 2010, con el salario vigente de 57.46 pesos, sólo se pueden adquirir 6.04 kilogramos, es decir, 1.18 kilogramos menos. Históricamente, desde la aplicación del modelo neoliberal, los trabajadores mexicanos han dejado de consumir 44.87 kilogramos de tortillas. En igual comparativo, con un salario mínimo se adquirían tres años atrás 48.67 piezas de pan blanco o 4.85 kilogramos de frijol bayo; ahora la proporción se reduce a 30.24 y 2.58, respectivamente.
Las cifras anteriores son aportadas por el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM y su análisis Impacto del incremento en precios en el poder adquisitivo del salario mínimo: primero de diciembre de 2006 al 15 de enero de 2010, es decir a lo largo de la estancia calderonista en Los Pinos, el cual subraya que los aumentos en los precios de productos como gasolina, electricidad y gas han provocado que el salario mínimo siga presentando una pérdida del poder adquisitivo como ha sido durante los últimos decenios.
Lo anterior ha profundizado el deterioro del poder adquisitivo del salario, toda vez que el precio de la Canasta Alimentaria Recomendable (CAR) pasó de 80.83 a 154.50 pesos del primero de diciembre de 2006 al 15 de enero de 2010, aumento acumulado mayor a 90 por ciento. Contra un incremento de sólo 17 por ciento al salario mínimo. Los resultados muestran claramente la política salarial que el capital (y el gobierno) ha impuesto a los trabajadores, condenándolos a enfrentar un sistemático y cada vez mayor deterioro en el nivel de vida y de trabajo. La gestión de Felipe Calderón Hinojosa, a más de tres años de iniciada, ha agravado el problema de la precarización de las condiciones laborales de los trabajadores mexicanos. En únicamente tres años prácticamente se iguala a la pérdida sufrida en el sexenio de Miguel de la Madrid; de continuar la tendencia, el poder adquisitivo del salario mínimo presentaría una pérdida mayor a la registrada en el sexenio de Ernesto Zedillo (51.1 por ciento) y podría alcanzar 62 por ciento.
La CAR, explica, es una canasta de alimentos recomendable, ponderada para el consumo diario de una familia mexicana (cinco personas: dos adultos, un joven y dos niños). Fue integrada considerando los aspectos nutritivos, de dieta, culturales, de tradición y económicos. La CAR fue definida en su estructura, contenido y ponderación por el doctor Abelardo Ávila Curiel, investigador del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán. Para cubrir el gasto familiar debe considerarse vivienda, transporte, educación, salud, vestido, calzado, recreación y erogaciones que no cubre la Canasta Alimentaria Recomendable.
Al comienzo del calderonato, explica el CAM, el salario mínimo diario se fijó en 48.67 pesos diarios (área geográfica A) y el precio de dicha canasta alcanzó 80.83 pesos. Con ese ingreso se podía comprar 60.21 por ciento de la CAR. Para el 15 de enero de 2010, dicho ingreso llegó a 57.46 pesos y el precio de la canasta a 154.50 pesos, de tal suerte que el primero sólo puede adquirir 37.19 por ciento de la segunda.
El primero de diciembre de 2006, los trabajadores tenían que laborar 13 horas y 17 minutos para adquirir la CAR. En cambio, para el 15 de enero de 2010 tenían que laborar 21 horas y 44 minutos. Actualmente, para acceder con un salario mínimo a la Canasta Alimentaria Recomendable el trabajador y su familia tienen necesariamente que sumar jornadas laborales diarias de más horas; con el salario mínimo vigente, 17 millones 776 mil mexicanos (41 por ciento de la población económicamente activa) no tienen suficiente ingreso para adquirir la CAR (incluye a la población trabajadora que no percibe ingresos y a la que obtiene hasta dos salarios mínimos diarios).
En los últimos tres años se ha profundizado la pérdida del poder adquisitivo del salario. Por ejemplo, en ese lapso los precios de algunos productos de la CAR se incrementaron en las siguientes proporciones (todas las cifras son porcentajes): aguacate, 225; aceite, 125; azúcar, 121; frijol, 219; jitomate, 207; limón, 233; queso, 67; pan blanco, 50; huevo, 90; hígado de res, 46; naranja, 48; zanahoria, 94; pescado, 38; sopa de pasta, 63; arroz, 52; piña, 173; papa, 190; pollo entero, 69; tortilla, 17; gas LP, 18; renta, 21; transporte, 56; incremento acumulado al salario mínimo al 31 de diciembre de 2009, 12.6, e inflación oficial (Banco de México) acumulada, 15.14. Todo ello, desde luego, para que los mexicanos vivan mejor.
Las rebanadas del pastel
Como bien dijo el doctor catarrito, hoy disfrazado de banquero central, la cascada de impuestos (cortesía de Calderón y sus legisladores), el aumento de precios en bienes y servicios del sector público y los del sector privado tendrán un efecto transitorio en el poder adquisitivo de los mexicanos que se desvanecerá en el transcurso del año, o lo que es lo mismo, una coyuntura que suma casi tres décadas.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
David Márquez Ayala: Reporte Económico
Si bien en el país el índice general de inflación al consumidor fue en 2009 de 3.57%, este aumento de precios presenta diferencias (ligeras en el año) según el consumo de los diferentes estratos de ingreso. Así, según el Banco de México, para las familias con ingreso de hasta un salario mínimo (sm) la inflación fue de 3.60; para aquellas de entre 1 y 3 sm, fue de 3.43; para las de entre 3 y 6 sm, de 3.48, y para aquellas con ingreso superior a 6 sm, de 3.63% (Gráfico 6).
No obstante que en 2009 el estrato con mayor inflación fue el de mayor ingreso, en un acumulado de los cinco años anteriores se aprecia que el impacto usual es al contrario, es mayor en los estratos de bajo ingreso que en los de alto: en el periodo 2005-2009 la inflación acumulada para el primer estrato (hasta 1 salario mínimo) es de 24.1; para el de 1-3 sm de 23.5; para el de 3-6 sm, de 22.3, y para el de más de 6 sm, de 20.5% (Gráfico 6). Es de destacar, así mismo, que los mayores incrementos de precios en el consumo de los cuatro estratos de ingreso se concentraron en el quinquenio en el rubro de Alimentos, bebidas y tabaco: 32.1, 30.2, 29.3, y 28.4%, respectivamente, no obstante el castigo de precios bajos que se ejerce contra los productores agropecuarios en general y de productos básicos en particular; se trata así de una inflación de los intermediarios.
Inflación productor
Según el Indice Nacional de Precios Productor (INPP), el incremento de los precios a que vende el productor en primera mano fue en 2009 de 3.29% (1.99 en la producción de mercancías y 4.54 en la generación de servicios) (favor de ver fe de erratas al final del texto). Los precios de los productores agropecuarios bajaron -0.51%, los industriales aumentaron 1.99, y los del sector terciario (servicios) 4.37% (Gráfico 7). En conclusión, la inflación de la oferta inicial (productor) (3.29) fue ligeramente inferior a la inflación en la demanda final (consumidor) (3.57%).
Tipo de cambio real peso-dlr.
El incremento de precios al consumidor en Estados Unidos fue de 2.7% en 2009 y de 3.6% en México. Con ello la inflación acumulada 2001-2009 fue allí de 24.2% y acá de 48.6%, el doble (Gráfico 8).
El Correo Ilustrado
Considera injustas sanciones de Hacienda
A raíz de la omisión de mis declaraciones mensuales, empezaron a llegarme una serie de exhortos, y al intentar subsanar mi error, en la oficina de la ciudad de Cuernavaca, Morelos, me informaron que los papeles respectivos a una primera multa de mil 900 pesos aún no habían llegado de la ciudad de México, por lo que esperé, confiada en la palabra de quien me atendió, que eso sucediera. Pero en este mes recibí otra notificación por una segunda multa, con valor de 8 mil 410 pesos, a la cual le aplican el 20 por ciento de descuento, quedando en 6 mil 758 pesos. Ante esta situación recurrí a una contadora para que regularizara mi expediente. Sin embargo, al acudir el pasado 21 de enero a la oficina de Hacienda correspondiente para pedir un descuento en mis multas, me entero de que en el paquete fiscal de este año los diputados aprobaron la eliminación del 50 por ciento de descuento en las multas, y sólo se aplica el mencionado 20 por ciento; y por si fuera poco, me encuentro con la afrenta, porque eso es, de que tengo una tercera multa por 8 mil 400 pesos, que con el respectivo 20 por ciento de descuento se convierte en otros 6 mil 758 pesos. Sumando las tres multas, da un total de 15 mil 416 pesos..
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José María Pérez Gay /II y última: Haití: el mal y la desdicha
Conocí a Gerard Pierre Charles en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM el año de 1980. Gerard, sin duda el intelectual y el político más brillante de Haití, me decía a principios del año 2004 que Jean Bertrand Aristide, presidente de Haití (2001-2004), no era sino uno más de los sacerdotes católicos corruptos y, en el fondo, un gran simulador. “Es imposible gobernar –dijo Pierre Charles– en un océano de miseria y descomposición, donde el colapso del Estado es un hecho y las instituciones desaparecieron hace mucho tiempo. La pobreza es el fermento de la muerte. Aristide se preparó y presentó sus exámenes, en 1966, en el seminario que poseía la orden de San Francisco de Sales en Cabo Haitiano, donde comenzó a prepararse para el sacerdocio. En 1975 comenzó a trabajar con los miembros de la corriente eclesiástica conocida como Ti Lego, quienes simpatizaban con la teología de la liberación y trabajaban a favor de los pobres. Tras un año y medio de noviciado en la República Dominicana, se matriculó en sociología en la Universidad Estatal de Puerto Príncipe, y al paso de los años, Aristide se convirtió en uno más de los dictadores de Haití.
Mientras tanto son ya 150 mil el número de muertos –una de las grandes tragedias de todos los tiempos. El terremoto de Puerto Príncipe destruyó un país que debe seguir importando las cuatro quintas partes de sus alimentos; tres cuartas partes de su población carecen de agua potable; el desempleo asciende a 70 por ciento de la fuerza de trabajo. El 80 por ciento de los haitianos viven en la pobreza absoluta. Vocy Assad, el vocero del actual presidente René Préval, aseguraba hace unos días: “Nuestra policía no puede enfrentar el caos y el infierno del terremoto, sólo tenemos 2 mil policías y sólo 58 por ciento se dedican a imponer el orden. Queremos asegurar las calles con el apoyo de la ONU y con las fuerzas militares que nos prometió la secretaria de Estado de Barack Obama, la señora Hillary Clinton.
Gustavo Esteva: El honor de servir
Los lectores de La Jornada habrán notado que quienes conocimos al Ronco Robles y tenemos acceso a este espacio no dejamos de hablar de él. Hay muchos asuntos que reclaman comentario, como los daños que los salvadores de Haití le asestan y pueden resultar peores que los del terremoto. Están también nuestras propias obsesiones, nuestros campos de interés, lo que elaboramos periódicamente en estas páginas. Pero no podemos dejar de ofrecer un testimonio.
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Hermann Bellinghausen: Roque Dalton: vivir por dos
En 1977, Mario Benedetti editó para la cubana Casa de las Américas la extraordinaria antología Poesía trunca, reunión de autores latinoamericanos que tenían en común haber caído en combate, o haber sido torturados y asesinados por los ejércitos o policías de sus países 10 años antes de la publicación de la antología. Precedidos por los versos de Ernesto Che Guevara, una curiosidad literaria, aparecen allí generosas muestras del guatemalteco Otto René Castillo, los nicaragüenses Ricardo Morales y Leonel Rugama, el peruano Javier Heraud, el chileno Víctor Jara, el haitiano Rony Lascouflair, el haitiano-dominicano Jacques Viau y el argentino Francisco Urondo. De los antologados, sólo el salvadoreño Roque Dalton había muerto a manos de sus propios compañeros de lucha.
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