10/25/2010

Don Raúl López es premiado por actuación en Derechos Humanos en México

Karol Assunção *

Adital -
Desde 1987, La Fundación Rafto de Derechos Humanos premia, anualmente personalidades que se destacan en La lucha por los derechos humanos. Este año, por la primera vez, el ganador es de América Latina, más precisamente, de México José Raúl Vera López, obispo de Saltillo, recibirá el próximo día 7 de noviembre en Bergen, Noruega, el Premio Rafto 2010.

"Este premio es colectivo, no es mío personalmente", afirmar compartiendo el reconocimiento con varias organizaciones y entidades en las que participa, entre ellas: Centro Nacional de Ayuda a las Misiones Indígenas (Cenami), Centro Diocesano para los derechos Humanos ‘Fray Juan de Larios’, Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, y Red Solidaria Década contra la impunidad.

A los 65 años de edad, Don Raúl López ya fue obispo de la ciudad de Altamatiano, en Guerrero, y también ayudó a Don Samuel Ruiz como Obispo coadjutor en San Cristóbal de las Casas, en Chiapas. Actualmente es obispo de Saltillo, en Coahuila.

El trabajo eclesiástico no obstaculiza sus actividades en defensa de los derechos humanos. Al contrario, considera que la Iglesia tiene el papel de defender la vida humana. "Tenemos que ser pastor, dar la vida por la defensa de la dignidad humana, destaca, resaltando aun valores universales que necesitan ser respetados, como verdad, justicia, paz y dignidad.

Contento, Don Raúl López destaca la importancia del Premio que, además de mostrar el trabajo de los defensores, también ayuda a aumentar las fuerzas para continuar la actividad. "El Premio da visibilidad al colectivo y nos anima a seguir la lucha de incidencia social", considera.

Para el obispo, el premio también es una forma de llamar la atención sobre su país. "En este momento, enfrentamos una situación difícil en el respeto a los derechos humanos", revela destacando la cuestión del crimen organizado en el país. "Están enfrentando al crimen organizado con una estrategia militar, bélica. El ejército está en las calles" observa denunciando que esta forma de enfrentamiento también mata inocentes, como niños y padres.de familia.

Derecho a la paz, a la integridad de la vida y a la propiedad tampoco son respetados en el país. "México es uno de los países más violentos del mundo", se indigna recordando el número de desaparecidos y las cerca de 30 mil muertes ocurridas durante el mandato de actual gobierno.

Además de lo expresado, recuerda la situación de los migrantes, blanco de organizaciones criminales. "Se da también el secuestro de migrantes latinoamericanos y centroamericanos que pasan por México para intentar ingresar a los Estados Unidos. Como ellos no tienen documentos ni protección, son secuestrados por organizaciones para pedir a los familiares que paguen el rescate", señala

Con tantas cuestiones para ser resueltas, el trabajo de los defensores de derechos humanos en México es de gran importancia, pero también, de grandes desafíos, amenazas y persecuciones son apenas algunas de las situaciones enfrentadas por los/as luchadores /as sociales mexicanos/as.

Mientras tanto, a pesar de las dificultades, don Raúl López no se desamina ni se queda callado ante la impunidad y la injusticia. Según el testimonio del obispo, es complicado luchar por derechos sociales en un país donde "se ha infiltrado el crimen organizado" aún en las estructuras de la administración pública.

Además, cree que los derechos humanos no son vistos y respetados como deberían serlo, no sólo en México, también de forma general, en América Latina - porque no hay interés político. En su opinión, el poder político todavía quiere mantener el "sistema injusto". "El poder político está interesado en las empresas, en las ganancias, en el dinero", denuncia, recordando que, al mismo tiempo, muchos trabajadores tienen sus derechos violados.

Premio Rafto

Concedido por la Fundación Rafto desde 1987 en memoria al profesor y activista Thorolf Rafto, el Premio es una forma de reconocer y llamar la atención sobre el trabajo de hombres y mujeres de todo el mundo que luchan en defensa de los derechos humanos.

También fueron homenajeados con el Premio, entre otros, Malahat Nasibova, de Azerbaijan, en 2009, Shirin Ebadi, de Irán, en 2001, Kin Dae-jung, de Corea del Sur, en 2000; Elena Bonner, de Rusia en 1991; y Jiri Hajek de Checoslovaquia, en 1987.

Más informaciones en: http://rafto.no/?page=55

Traducción: Ricardo Zúniga

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