No
ha dado un buen ejemplo Enrique Peña Nieto al informar sobre su
situación patrimonial (y no sólo por los errores prosódicos y de
nomenclatura oficial, como de gordillismo precoz, que cometió
nuevamente a la hora de leer los textos que le preparan). Tal cual
parece irse perfilando como sello del sexenio, se ha privilegiado la
escenografía y el discurso, aunque la sustancia sea poca o
insuficiente. Ayer, en el patio de honor del Palacio Nacional y con
pretensiones de gran apertura informativa, el ocupante de Los Pinos
hizo saber el conjunto de sus bie- nes muebles e inmuebles, en
cumplimiento de las obligaciones legales correspondientes. Sin embargo,
el ex gobernador del estado de México decidió no establecer el monto al
que ascienden sus propiedades, aunque en relación con casas y terrenos
dejó constancia de los datos registrales que podrían permitir una
valoración aproximada.
El atole de transparencia con el dedo se inscribe en el curso
involutivo que puede percibirse en diversos ámbitos de la actividad
pública a partir de que los modos y la conceptualización priístas están
de regreso. Tragicomedia institucional entre los muy sintomáticos
tropiezos a la hora de precisar el nombre del órgano institucional al
que se pretendía enaltecer: como si le hubieran pedido los nombres de
tres libros que hubieran marcado su vida, el mexiquense patinó a la
hora de hablar del
instituto de información y de acceso... de información y de acceso a la opinión pública... De toda la información disponible... para la ciudadanía; del gobierno, el Ifai. Más adelante, EPN volvió a enredarse:
... esta institución de acceso a la opinión pública... de acceso a la información a la opinión pública. Eso sí: los traspiés de Peña Nieto fueron borrados de la versión oficial de sus palabras, para quedar todo en falso orden en la página oficial de Los Pinos (también batalló el mexiquense, al estilo de la profesora Gordillo, para pronunciar una palabra clave:
consistu... constitucional).
Peña Nieto se atora con lo que fue uno de los pocos pasos adelante
que dio Vicente Fox durante su gobierno, el relacionado con la
transparencia (lo que devino en el establecimiento del Instituto
Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos), aunque este
mismo, con su estilo vulgarizador de la política, se encargó de
demostrar la poca eficacia práctica del conocimiento de las pillerías
con cargo al presupuesto si a fin de cuentas lo que sobrevive es la
impunidad (no solamente en su caso personal; también en lo referente a
su esposa, Marta Sahagún, y algunos de sus hijos, estos llevando el
Bribiesca como primer apellido).
Pero, conforme ha llegado el PRI de nuevo al poder, han ido
avanzando las intenciones de acotar espacios para la crítica, penalizar
conductas y expresiones adversas hacia los poderes y meter reversa a
esa obligación incómoda de proporcionar información en general (salvo
los expedientes sujetos a explicables reservas de ley) a solicitantes
que de manera natural se interesan en ciertos rubros de las tareas
gubernamentales porque creen adivinar en ellas corrupción y abusos (lo
que con frecuencia es confirmado).
En ese contexto de anunciado retroceso es particularmente dañino que
quien se instaló en lo alto de la pirámide del poder nacional recurra a
maniobras elusivas en materia de valoración de sus bienes. Alguien como
Enrique Peña Nieto, que ha hecho carrera en el servicio público y que,
por tanto, ha estado sujeto a los tabuladores salariales de esa
burocracia, debería explicar con detalle el monto total de su fortuna y
la manera en que llegó a ella, y no conformarse con la vaporosa
enumeración de etiquetas (
casa,
terreno). ¿Una mansión en Lomas de Chapultepec, adquirida y remodelada el año pasado? E incluso en el terreno de los bienes muebles, ¿”obras de arte” y
joyas, algunas de ellas adquiridas mediante herencia o donación? ¿Exactamente de cuánto se está hablando, cuál es el sustento legal de esa herencia y quién o quiénes han sido donantes de quien hoy duerme en Los Pinos?
La opacidad y la evasión impactan en la cúpula del gobierno federal (Murillo Karam no
aceptódar ninguno de sus datos patrimoniales, y otros de esos príncipes y princesas se abstuvieron de reportar sus bienes inmuebles) y se reflejarán en los estados, donde de por sí los gobernadores hacen todo lo posible por reducir la importancia de las comisiones relacionadas con la transparencia informativa.
Astillas
Contra lo que se esperaba, cinco militares de alto rango
(de entre los que destaca el general de división Tomás Ángeles) fueron
notificados ayer de que seguirán en la cárcel, sujetos a un proceso
instaurado durante el calderonismo y que, según las versiones
inmediatas, habría obedecido a una venganza de Los Pinos por críticas
al turbio belicismo contra el narcotráfico y en busca de cerrar el paso
al grupo encabezado por Ángeles en los jaloneos que buscaban definir al
siguiente titular de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Identificados varios de esos militares con el peñismo, se suponía que
quedarían en libertad en cuanto comenzara a ejercerse el poder priísta.
Pero, al menos hasta esta fase procesal, no ha sido así.
La mencionada Sedena fue una de las oficinas de gobierno bajo ataque cibernético realizado por Mexican H Team (@MexicanH
en Twitter) y difundido por las diversas vertientes de Anonymous. Los
activistas tecnológicos colocaron un manifiesto zapatista en el portal
de las fuerzas armadas mexicanas y dijeron haberse apropiado de la
información depositada en el servidor de esa secretaría y que la harían
pública.
Y, mientras madres de desaparecidas marchan de Ciudad Juárez a la
ciudad de Chihuahua, ¡hasta mañana, leyendo que en el municipio de
Solidaridad, Quintana Roo, cuyo alcalde es priísta, se pretende (http://twitpic.com/bvsbre) que
para la realización de cualquier tipo de espectáculo, diversiones, reuniones y/o eventos públicos (...) requerirá del permiso previo expedido por la autoridad municipal competente y causará el pago de los derechos e impuestos que señalen las leyes y reglamentaciones respectivas!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
U
n político pobre es un pobre político: profesor Hank. Enrique Peña Nieto ha sido muy favorecido con donaciones; le han regalado cuatro terrenos y dos casas. Incluso alguien le heredó un departamento. (¿Se encuentra su fortuna inmobiliaria sólo en territorio mexicano o una parte en Estados Unidos, como se ha comentado?) Dos terrenos fueron regalazos: uno mide 58 mil 657 metros cuadrados y el otro 24 mil. En realidad Peña Nieto con dinero propio sólo ha comprado dos propiedades en toda su vida: una casita y una casota. También posee una colección de arte y joyas. Tiene un patrimonio financiero cifrado en un fondo de inversión y varios instrumentos bancarios; asimismo, ahorra monedas, que pudieran ser de oro y plata. Su carrera es muy breve: secretario de administración del gobierno del estado de México entre el año 2000 y el 2002; diputado, los años 2003 y 2004; gobernador de 2005 a 2011. Y un mes y medio como presidente de la República. ¿Cuál es el valor del patrimonio del joven político? En su campaña había hecho el compromiso de hacer pública su declaración patrimonial. Sin embargo, la que presentó ayer es incompleta e imprecisa.
En secreto
¿Qué es lo que Peña Nieto decidió no revelar en su
declaración patrimonial? a) la cuantía de sus ingresos por cualquier
tipo de actividad financiera, comercial o industrial; b) el valor de
sus bienes inmuebles; c) el valor de sus vehículos; d) el saldo de sus
cuentas bancarias y otro tipo de instrumentos financieros. También
decidió ocultar sus deudas. Así que de aquella promesa de campaña los
mexicanos tendrán que conformarse con un solo dato claro: su sueldo
neto –es decir, después de impuestos– es de 193 mil 478 pesos mensuales.
Las señoras del gabinete
Como el mal ejemplo cunde (o buen ejemplo, según quiera
verse) las declaraciones patrimoniales de sus principales colaboradores
también aparecen incompletas e imprecisas. De las tres mujeres que
forman parte del gabinete, sólo sabemos que Rosario Robles es la más
pobretona (a ver cómo sale), tiene pocos bienes, pero es adicta a las
tarjetas de crédito, utiliza seis. A Mercedes Juan López, la secretaria
de Salud, le gustan los anillos, aretes, pulseras y relojes, pero según
esto no tiene tarjetas. Y la sobrina de Salinas de Gortari que ocupa la
Secretaría de Turismo, Claudia Ruiz Massieu, es otra adicta al
tarjetazo, tiene seis, y por otro lado posee inversiones bancarias.
Radio y tv en el pacto
Los empresarios agrupados en la Cámara Nacional de la
Industria Radio y Televisión expresaron su apoyo al Pacto por México
durante la primera sesión del consejo directivo. Asistió el presidente
del PRI, César Camacho. El presidente de los empresarios, Tristán
Canales, señaló que el pacto
representa no sólo un ejemplo de visión política, sino un signo de confianza en los nuevos tiempos que nuestra industria debe apoyar por el bien de nuestro país.
Otra multa a Claro
La empresa de telefonía celular Claro, de Colombia
–pertenece al grupo de Carlos Slim–, fue multada con 560 millones de
pesos por la Superintendencia de Industria y Comercio colombiana; la
sanción es la mayor en la historia de ese país. En diciembre pasado con
otra multa por 10.7 millones. Aquí Telcel recibió una sanción por 12
mil millones de pesos, pero los miembros de la Comisión Federal de
Competencia luego metieron reversa.
Cerca
de 400 mil millones de pesos en deuda púbica de estados y municipios
parecen no preocupar a nadie, salvo a los habitantes de los 31 estados
de la República, más los del Distrito Federal, quienes son los que a
final de cuentas pagarán la abultada factura, mientras los responsables
de tan voluminoso endeudamiento se mantienen en total impunidad. Los
tres niveles de gobierno han fijado su posición, cada cual echándole la
bolita a los otros dos: el federal pintó su raya, y jura que no habrá
rescate, porque no es su responsabilidad; los estatales aseguran que,
le guste o no, tarde que temprano el
centrodeberá hacerlo, o en su defecto incrementar las participaciones de la
federación; y los municipales que les urge que alguien les aviente un salvavidas, porque no tienen ni para pagar sueldos y salarios, de tal suerte que los dos anteriores están obligados a sacarlos del hoyo.
Así, los tres niveles de gobierno se avientan la papa caliente (sin
identificar ni comprometer a ninguno de los responsables), mientras los
ciudadanos padecen ante la eventualidad de que sus respectivas
localidades se conviertan en ciudades fantasma por la falta de recursos
y la inacción de sus presuntas autoridades. Y no se trata de que con el
advenimiento de la
nuevaadministración federal algún iluminado escuchó el tic-tac de la bomba de tiempo que implica la deuda de estados y municipios, sino de un problema que, desde cuando menos el arribo del
cambioa Los Pinos, al cierre del año 2000, resultaba más que obvio que reventaría más temprano que tarde.
En este mar de evasivas y en medio del tradicional juego de
agarra la papa caliente, se supone que una de las involucradas en esta pútrida trama debería ser la banca privada, la cual alegremente concedió todo tipo de créditos a gobernadores y presidentes municipales, hasta concentrar (al cierre de marzo de 2012) 53 por ciento del citado débito (210 mil millones de pesos), o lo que es lo mismo de cada peso de endeudamiento reportado por estados y municipios, 53 centavos se deben a las instituciones financieras privadas, fundamentalmente a dos: Banamex y Bancomer.
En este contexto, más de una de las trasnacionales financieras que
acaparan el sistema bancario que opera en el país deberían estar
sudando la gota gorda, ante la posibilidad de que uno, varios o, de
plano, todos los estados y municipios de la República Endeudada se
declaran en mora. Pero no, no es así, porque para eso existen los
recursos presupuestales que el
centro(léase el gobierno federal) les transfiere a las 32 entidades del país y a los 2 mil 440 municipios, más las 16 delegaciones del Distrito Federal. Además, a la banca privada se le puede acusar de cualquier cosa, menos de pendeja.
Lo anterior porque, de acuerdo con la estadística de la Secretaría de Hacienda (cuyo titular, Luis Videgaray, ya dijo un seco
no al rescate), la deuda pública que estados y municipios mantienen con la banca privada está garantizada, 90 por ciento, con las participaciones federales que reciben esos mismos estados y municipios. El 10 por ciento restante está resguardado con los ingresos propios que generen dichas entidades (tenencia vehicular, predial, ingresos por servicios públicos, etcétera). Así, en este explosivo tema la menos preocupada es la dueña del circo, que sin sufrimiento alguno alegremente ve cómo bailan los enanos. La banca privada, pues, no sufre ni se acongoja.
Otra
que debería preocuparse por la bomba de tiempo de mecha cada día más
corta es la banca de desarrollo, un grupo de siete entidades
financieras del sector público, que en tiempos panistas fue utilizada
para cualquier cosa, menos para el desarrollo, es decir, el objetivo
que la ley le marca. Con estas entidades públicas los estados y
municipios contrataron 23 por ciento (alrededor de 92 mil millones de
pesos) de su deuda, y no tienen para cuándo ni con qué saldarla.
Se supone, nuevamente, que la banca de desarrollo también debería
estar preocupada por el negro futuro inmediato que observa, ante la
posibilidad de que estados y municipios dejen de pagar sus abonos. Pero
en este caso tampoco es así: el pago de 90 por ciento de esos 92 mil
millones de deuda con las citadas instituciones de desarrollo está
garantizado con las participaciones federales, que en automático se
canalizan a las arcas de los consorcios financieros (públicos y
privados). Entonces, la banca de desarrollo, oficialmente, tampoco
sufre ni se acongoja.
Para tapar el ojo al macho, muchos gobernadores recurrieron a la Bolsa Mexicana de Valores para
bursatilizarsus deudas y así atenuar su servicio, según dijeron. Por ello, los inversionistas en el mercado mexicano de valores estarían más que preocupados por una eventual suspensión de pagos de la deuda estatal y municipal. Pero no. Igual que a los banqueros, a los especuladores bursátiles se les puede acusar de infinidad de raterías, pero nunca de pendejos, y para aceptar la
bursatilizaciónde dichos débitos, la condición fue las participaciones federales y los ingresos propios por adelante, de tal suerte que los cerca de 60 mil millones de pesos que en bonos de deuda acumulan los citados gobiernos están garantizados por esas dos vías.
Entonces, preocupados, lo que se llama preocupados, no están los
acreedores de los gobiernos estatales y municipales. La banca privada
sigue ofreciendo créditos sin ton ni son, siempre y cuando la garantía
de las participaciones federales se mantenga intocada. De hecho –como
acostumbra– presta para pagar préstamos, con un modesto incremento en
los intereses a cobrar. La banca de desarrollo también tiene su
garantía, aunque en este caso simplemente se trata de pasar de un
bolsillo al otro el mismo recurso de origen federal. Los especuladores
bursátiles tampoco abandonan la ubre presupuestal, y los gobernadores
(en funciones o recién colgados de otro hueso) son felices, porque
nadie los llama a cuentas y a la
federaciónle avientan la papa caliente, mientras se endeudan más.
Las rebanadas del pastel
¿Quién queda en esta cadena de
preocupación? Sólo los ciudadanos, quienes deben pagar doblemente: por la voluminosa deuda contratada por sus
gobiernos(que nadie sabe, aunque lo supone, en qué se utilizó), y por la carencia de recursos para fomentar el crecimiento económico y el desarrollo de sus respectivas entidades, mientras el gobierno federal finge demencia. Así de sencillo, así de cruel: los dineros de la nación para todo, menos para la nación.
Durante décadas imperó la
creencia de que el periodo maya clásico había estado conformado por un
conjunto de teocracias pacíficas, encabezadas por sacerdotes que se
dedicaban a observar el paso de los astros y a realizar anotaciones
cronológicas minuciosas, obsesivas y absurdas. En buena medida el mundo
le debe esa visión errónea a Eric Thompson, un arqueólogo inglés que
entre los años 30 y 70 del siglo pasado fue considerado la máxima
autoridad en el estudio de esa vieja civilización mesoamericana.
Soldado en la Primera Guerra Mundial y formado en Cambridge, trabajó
posteriormente para el Museo de Historia Natural de Chicago, el cual lo
envió a Chichén Itzá en 1930. Luego, bajo los auspicios del Instituto
Carnegie, escarbó en Uxmal y en Cobá. En Yucatán conoció al
estadunidense Sylvanus Morley, un curioso personaje que alternaba su
trabajo de arqueólogo y cartografista con el de espía al servicio de la
inteligencia naval estadunidense y de la United Fruit Company. Morley
creía que las inscripciones mayas eran expresión de un sistema de
escritura jeroglífico e influyó en la visión de Thompson, quien las
consideró logográficas.
Entre ambos crearon una visión palmariamente equivocada de los mayas
clásicos que fortaleció el aura de misterio con la que hasta la fecha
algunos enmarcan las viejas ruinas de Palenque, Bonampak, Tikal y
Copán, por no hablar de Tulum, que es a esos centros lo que EuroDisney
a Notre Dame. En ausencia de conflictos sociales mayores, el declive de
las ciudades mayas desemboca obligadamente en el enigma. La noción
absurda de ciudades-estado dedicadas principalmente a contemplar los
astros y a registrar fechas sin ton ni son facilitó la tarea a
charlatanes posteriores que venden vínculos entre los mayas y los
egipcios y los visitantes procedentes de próxima Centauri.
Un
mes después de la masacre en la escuela Sandy Hook de Newtown,
Connecticut –donde fallecieron una veintena de niños y seis adultos–,
el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció que enviará al
Congreso un paquete de reformas legales para controlar la venta de
armas de fuego en ese país. Entre otras medidas, la iniciativa
presidencial incluye la prohibición de vender rifles de asalto
–prescrita en 2004– y de cargadores con más de 10 municiones, así como
la certificación de identidad y de los antecedentes de todos los
compradores particulares de armas de fuego.
Repudia maltrato a jóvenes en cárcel de Hidalgo
Las cárceles siempre han sido lugares de castigo, nunca han cumplido con la función de
readaptar, como dicen
las autoridades, de por sí con ética y moral cuestionables. Un reciente ejemplo de esto es el estado de Hidalgo, donde, según información de La Jornada, el director del tutelar y su consejo interdisciplinario han mantenido recluidos por más de 36 días a 18 jóvenes del centro de internamiento para adolescentes, en grupos de seis y en celdas muy pequeñas de dos metros, sin camas, sin ventilación suficiente y con el retrete en la misma. Y todo por represalia, porque estos jóvenes se amotinaron para exigir mejor trato y autorización para recibir visitas conyugales. Exigir mejores condiciones y mejor trato no es delito, es parte de la dignidad humana y de los derechos humanos que cada persona debe tener, aun cuando estas personas sean consideradas delincuentes por un sistema que no les ha ofrecido oportunidades, sino que cada día los excluye más, arrojándolos al desamparo y a la delincuencia, si fuera el caso, o que encierra inocentes para estadísticamente hacernos creer que hace su trabajo.
El
reciente y merecido homenaje a Arnoldo Martínez Verdugo me llevó a
recordar viejos sucesos, incluido su secuestro en 1985. Dicho secuestro
fue calificado por Carlos Pereyra como actividad delictiva y una
pretendida actividad política de izquierda, y añadió:
Más allá de las vicisitudes anecdóticas de unos cuantos millones de pesos producto de un plagio anterior [el de Rubén Figueroa], llama la atención el desenfado de cierta cultura política para incorporar acciones delictivas como parte de la actividad política(Carlos Pereyra,
Atavismos en la izquierda, La Jornada, 26/07/85).
Hay
muchas y buenas razones para homenajear en vida a Arnoldo Martínez
Verdugo. Algunas se han señalado en estos días: su resistencia al diktat soviético
durante la invasión a Checoslovaquia en 1968; el rechazo cada vez más
explícito al socialismo real como modelo universal antes de su caída
final; la voluntad personal de construir desde el Partido Comunista una
opción legal para impulsar la democracia en México; la humildad
personal tan ajena a los protagonismos de otros dirigentes de menor
estatura, en fin, su capacidad para encabezar una corriente marxista
que por demasiados años fue acosada, perseguida sin miramientos y que,
por supuesto, también cometió errores y tuvo debilidades.
Me
detengo en tres o cuatro extremos de la alocución del secretario de
Hacienda al clausurar el Foro México 2013, con base en la transcripción
verbatim disponible en el portal de la secretaría.
La
contratación de Felipe Calderón como miembro del programa Angelopoulos
para líderes globales de la Escuela Kennedy de la Universidad de
Harvard ha sido motivo de una agitada movilización entre grupos de
activistas mexicanos, cuyo propósito es la cancelación de dicho
nombramiento. La Kennedy, que está asociada con la memoria de un
presidente estadunidense que probablemente pagó con su vida la
responsabilidad de decisiones como la fallida invasión de Bahía de
Cochinos, ha provocado controversia porque su invitado es un ex líder
político que una corriente de opinión en México considera un
delincuente que tendría que sentarse en la silla de los acusados antes
que en el sitial del catedrático. La posición que ocupará Calderón no
es exactamente esa, pues se espera de él que comparta sus experiencias
como presidente de la República con los estudiantes de una escuela
profesional de formación de líderes políticos, empresariales o de
organizaciones civiles, dado que tal es el objetivo de esta
institución, que por esa misma razón es un ente singular dentro del
conjunto de la universidad. Los directivos de la escuela no contrataron
al ex presidente para que produzca conocimiento o para que dé clases
propiamente, sino para que sostenga intercambios, sobre todo
informales, con estudiantes y colegas, para que discuta, o no, las
políticas de su gobierno y sus repercusiones. La Kennedy es una escuela
de ejecutivos, de practicantes de la política, no es un semillero de
intelectuales.
La
aplicación de las nuevas disposiciones migratorias cubanas destroza
viejos estereotipos creados por la feroz campaña propagandística de
Estados Unidos contra la revolución. Washington ya no podrá continuar
vendiendo la ridícula imagen de isla-cárcel que los pulpos mediáticos y
los vectores culturales dominantes han hecho creer a no pocas personas
de buena voluntad.
Luego
de que se superó el abismo fiscal en Estados Unidos, los economistas y
políticos de ese país se están enfrentando en una discusión centrada en
el dinero, el déficit fiscal y el crecimiento. Aunque el tema que
formalmente se discute es la autorización de la Cámara de
Representantes para incrementar el techo de endeudamiento público, lo
que ha ganado interés es la propuesta de 10 mil firmantes, entre ellos
Krugman, para que frente a una eventual prohibición legislativa para
aumentar la deuda, el gobierno emita una o muchas monedas de platino
por valor de un billón de dólares.
Bertolt
Brecht recreó un antiguo cuento del autor chino Li Hsing-Tao para
escribir en 1948, apenas terminada la Segunda Guerra Mundial, El círculo de tiza caucasiano.
Dentro del ciclo Patrimonio Universal del Teatro de la Compañía
Nacional (CNT), Luis de Tavira –traductor del original junto con
Eduardo Weiss– crea una versión libre sobre la obra brechtiana para
realizar un espectáculo que propone como homenaje escénico a Benno
Besson, el antiguo compañero de Brecht, que posteriormente realizó
montajes con la técnica del cómic. Es decir, encuadrar cada escena tan
independiente de la anterior y la siguiente como los cuadros de una
historieta, sin intención de establecer ligas escénicas entre ellas.
La
famosa cuesta de enero, sí, hay que pagar el predial, hacer filas en
las diversas oficinas, dónde, aseguran, se han simplificado
considerablemente los trámites. Busco en línea, comparo con el predial
anterior y veo que ha subido de manera considerable el monto, pero,
como soy de la cuarta edad, puede aplicárseme un 30 por ciento de
descuento. Me dirijo a una oficina especial dentro de la Comercial
Mexicana (¿Vas al súper o a la Comer?), hago una larga cola con algunos
parientes y por fin llego a una especie de ventanilla portátil donde
dos jóvenes atienden a los usuarios. Una hora después, al enunciarles
mi caso me responden que allí no se puede pagar, que tengo que ir a
alguna de las oficinas de la Tesorería y me entregan un volante con las
direcciones: vivo en la zona sur y en ella hay alrededor de cinco
sucursales. Mi hija, a quien le han dado una ficha con un número, se
queda esperando a que la atiendan, cosa que sucede cuatro horas después.
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