Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Cada grupo gobernante tiene su eslogan sexenal en torno del cual gira toda la propaganda y la difusión, presentadas con bombo y platillo como comunicación social, aunque esté demasiado lejos de realizar la importantísima tarea comunicadora hacia la sociedad.
“¡Mover a México!” es hoy y acaso hasta el 30 de noviembre de 2018, el lema eje de la labor de difusión del gobierno de Enrique Peña. Para que a nadie le quepa duda del sentido y alcance de la frase que condensa el todo propagandístico, incluso como hilo conductor del discurso presidencial, en los anuncios televisivos que transmiten hasta la náusea el duopolio de la televisión, los imagólogos y propagandistas de Los Pinos presentan la imagen de jóvenes perfectamente trajeados y peinados, ubicados en azoteas de altos edificios y brincando de uno a otro, a la vez que realizan maromas y otras piruetas más que peligrosas, mortales sino es que imposibles, sin que su atuendo y cabellera logren la más mínima alteración. Como en las malas películas estadunidenses.
Mas se trata de ilustrar a los muy subestimados televidentes que Peña Nieto no busca “administrar a México” sino “transformarlo”, como lo reiteró en Palacio Nacional al festejar los primeros 100 días de su gobierno.
Y en tal propósito de ilustración primaria, por no llamarle primitiva, poco importa si la marca de desodorantes interpone una demanda por plagio. O bien que el televidente haga la comparación entre los milagros de un producto para los efectos de la transpiración, fabricado por una trasnacional, y los proyectos y reformas del gobierno que en la XXI Asamblea de su partido, el Nuevo PRI (inventado por la veterana y fracasada Beatriz Paredes), de un presidente que al encarcelar a Elba Esther Gordillo, su otrora compañera de filas y aliada, reafirmó que no hay intereses intocables, “el único (interés) que protegeré será el nacional”.
A simple vista, en efecto, no hay intereses plutocráticos que el titular del Ejecutivo no pueda tocar, sobre todo después del mensaje autoritario implícito en el denominado elbazo, como los del monopolio de la telefonía, el duopolio de la televisión y el oligopolio de la radio, si nos atenemos al proyecto de reforma en telecomunicaciones.
Reforma de gran calado, sin duda, atenidos a la letra y espíritu actuales al decir de los expertos, que podría generar beneficios para la sociedad, como lo anunció el mismo Enrique Peña: a) Asegurar la cobertura universal de los servicios de televisión, radio, telefonía y los datos lleguen a todo el país. b) Buenos precios para “pagar sólo lo justo”. c) Mayor calidad en el servicio y en los contenidos.
No se comprende, sin embargo, la enorme prisa de Manlio Fabio Beltrones por votar la iniciativa de reforma constitucional en materia de telecomunicaciones y productividad, cuando el secretario Gerardo Ruiz apenas acaba de explicar sus bondades a la bancada priísta en San Lázaro y ya disponen de los votos suficientes para aprobarla. Prisa equiparable a la que expresa Guadalupe Acosta Naranjo, quien en nombre de sí mismo dice estar listo para la reforma fiscal.
Pareciera que el Legislativo federal como “oficialía de partes del Pacto por México”, se quedó corto como expresión contestataria y el país está amenazado con retroceder a los tiempos de legislar al gusto y al ritmo que marque el titular del Ejecutivo.
“¡Mover a México!” de esta manera sería un grave retroceso. También permitir que como pretenden Peña y sus aliados en las fraccionadas elites partidistas, se abra a la inversión extranjera directa al 100 por ciento en telecomunicaciones y comunicaciones vía satélite, y 49 por ciento en radio. Tal despropósito no se permite ni en Estados Unidos, paradigma del capitalismo salvaje global.
Nada tiene que ver, además, con la promesa de que el único interés “que protegeré será el nacional”. O le faltó a Peña pronunciar el prefijo tras.
Acuse de recibo
Mi vida, segundo tomo de las obras escogidas de León Trotsky, fue presentado el jueves 14. Los editores destacan desde la portada que se trata de “La más destacada autobiografía política del siglo XX”, adelantándose al insustituible juicio del lector… José Luis Alonso Vargas recuerda que el viernes 15 concluye el encuentro Guerrillas, luchas y organizaciones armadas en México y América Latina. Estudios y testimonios, en el auditorio Javier Romero de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. De las 13 a las 14:30 horas se presentará el libro Desaparición forzada y terrorismo de Estado en México. De las 14:30 a las 18 horas sesionará la Mesa 5, Los rezagos de la guerra: buscando justicia. Enseguida se producirá la clausura en tanto que las proyecciones de películas y documentales concluirán a las 21 horas. Para mayores detalles: 044 55 40 96 61 59… Roberto López Moreno, poeta y periodista, recibe un homenaje en tres presentaciones en la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Chiapas, su estado natal, el Museo de la Ciudad y el Centro Cultural Jaime Sabines, de Tuxtla Gutiérrez.
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