Escrito por Jenaro Villamil
Inició la guerra. De eso no hay duda. El problema es cómo llamarla. Atinadamente, la portada de Proceso en
esta semana la titula “Michoacán, la Guerra de Peña Nieto”. Y el
operativo de control mediático del gobierno federal trata, sin mucho
éxito, evitar que el término “guerra” sea utilizado en el anuncio del
despliegue masivo de fuerzas armadas del ejército, policías y cuerpos
especiales en la tierra caliente de Michoacán.
Las dos
grandes televisoras, Televisa y TV Azteca, marcan la pauta de la
inducción de una versión oficial poco creíble y aceptada: las fuerzas
federales van a restaurar el orden y desarmar a todos los grupos. El Noticiero, con
Joaquín López Dóriga, privilegió la versión y los discursos oficiales:
desde el titular de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong hasta el de
un nada amable procurador general Jesús Murillo Karam, pero evitó en su
emisión del lunes 13 la transmisión en vivo de imágenes desde la zona
del conflicto. Hechos de TV Azteca, aún más oficioso, trató de
minimizar el grado de conflicto y prefirió continuar con una serie de
infomerciales sobre entidades antes azotadas por el narco y ahora casi
paradisiacas, como Durango.
Es evidente que la estrategia del
gobierno de Peña Nieto de callar, ocultar o evadir el tema de la
violencia derivada por los enfrentamientos con el narco y el crimen
organizado ya no podrá ser mantenido por un año más. El Mexican Moment cede, de nuevo el paso, al Narco Moment, y
la administración federal cae en el mismo error del gobierno de Felipe
Calderón: jugarse su credibilidad con medidas espectaculares de fuerza
en otro Operativo Michoacán más.
Los titulares de los cinco principales
periódicos de circulación en el Distrito Federal, nos dan una idea de
cómo pretende “gestionarse” el control informativo:
-El Universal: “Inicia desarme de las autodefensas”.
-La Jornada: “Asume el gobierno federal la seguridad de Tierra Caliente”.
-Reforma: “Chocan Ejército y
autodefensas”. Fue el único periódico que mencionó en su nota principal
el desmentido de José Manuel Mireles, presunto líder de las
autodefensas, a una declaración transmitida en Televisa. El doctor dijo
que no depondrían las armas si antes no detenían a los siete cabecillas
de Los Caballeros Templarios.
-Milenio Diario: “Osorio: seremos ‘severos; Fausto pide exterminio”.
-Nuevo Excélsior: “Ultimátum a autodefensas”.
La gran mayoría de los noticiarios
radiofónicos matutinos de este martes, al menos en el Distrito Federal,
abrieron sus noticiarios privilegiando el reporte oficial. En muy pocos
casos, le dieron voz a los líderes de las autodefensas. En MVS, Carmen
Aristegui transmitió la entrevista simultánea con sólo 5 medios que
Mireles concedió. Desmintió claramente la versión de Grupo Televisa.
La explosión más clara de versiones fue
en redes sociales. La gran diferencia con 2007 –cuando inició la
“guerra” calderonista en Michoacán- es el protagonismo de la
información simultánea y horizontal que se está generando en Facebook,
en Twitter y a través de decenas de blogs y sitios informativos on line cuya cobertura es más amplia y crítica, como son los casos de sin embargo, Animal Político, La SillaRota, Proceso, y las propias versiones digitales de los periódicos.
En Facebook, la página Valor por
Michoacán se convierte en el auténtico termómetro de las versiones
favorables a las autodefensas. En menos de medio día pasa de 10 mil a
12 mil 758 seguidores. Suben un video grabado en teléfono celular donde
presuntamente elementos del ejército disparan contra la población civil
en su operativo “anti-autodefensas”.
Para la tarde de este martes, ya era
otra guerra por las cifras y la percepción: el ejército y la Secretaría
de Gobernación admiten que hubo 2 muertos en los operativos iniciales,
pero la CNDH acredita versiones locales donde mencionan a 4 muertos en
Antúnez, incluyendo a un menor de 11 años, civil.
El despliegue de dos mil elementos federales en Uruapan y Apatzingán es la segunda nota en importancia. Los “federales” patrullan estos dos municipios emblemáticos. De acuerdo a su promesa, el gobernador Fausto Vallejo va a comenzar a despachar en Apatzingán, a partir de este 15 de enero.
Lo único que no han presentado es a un líder o dirigente de Los Caballeros Templarios detenido.
El Apoyo a las Autodefensas
El actor novedoso en este escenario, a
diferencia de 2007 con el operativo de Calderón, son los grupos de
autodefensa. Desde febrero de 2013 civiles armados tomaron el control
de varios municipios de la Tierra Caliente de Michoacán y han logrado
un apoyo social, dentro y fuera del estado, que no se había visto antes.
Aún con las múltiples y legítimas dudas
que existen sobre la forma de armarse, de entrenarse, de financiarse y
de organizarse, las autodefensas michoacanas ya se convirtieron en el
eje de esta disputa.
La encuesta levantada el lunes 13 entre
900 personas por el Gabinete de Comunicación Estratégica, entre
michoacanos y población nacional abierta, hablan de un claro apoyo, más
entre mexicanos que no viven en la zona de conflicto.
Por ejemplo, en Michoacán, el 49 por ciento de los entrevistados se manifestó a favor de que los ciudadanos se armen y se organicen para defenderse del crimen organizado, mientras a nivel nacional el porcentaje se elevó a 53.5 por ciento.
El 64.9 por ciento de los entrevistados
a nivel nacional apoyan a los autodefensas michoacanos, mientras sólo
un 31.4 por ciento se manifestó en contra.
En tanto, un 46.7 por ciento de los
michoacanos consideran falso que las autodefensas sólo pretendan
restablecer la seguridad, contra un 37.6 por ciento que lo consideró
cierto.
Cuestionados sobre qué debe hacer el
gobierno con dichos grupos, el 33.1 por ciento de los habitantes de
Michoacán dijo que deberían desarmarlos con amnistía y sin proceso
legal, el 23.1 por ciento pide dejarlos operar y sólo el 14.7 por
ciento considera que deben ser detenidos y encarcelados.
A nivel nacional, el 33.9 por ciento
opinó que deberían dejarlos operar, el 24.4 por ciento consideró que
las autodefensas deben ser desarmadas con aministía y menos del 10 por
ciento abogó por que sean detenidos y encarcelados.
En otras palabras, a pesar de tener en
contra a los medios masivos e institucionales, por ahora la guerra de
la percepción pública la van ganando las autodefensas.
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