2/10/2014

Los periodistas pal café . . .


El padre Goyo va ganando terreno. El personaje mediáticamente más significativo de las autodefensas, Hipólito Mora (quien cuenta con el extraño mérito de haber sido ampliamente entrevistado por Televisa un mismo día en dos programas distintos y consecutivos, conducidos respectivamente por Denise Maerker y Adela Micha), entró este sábado a Apatzingán, la capital templaria, al frente de decenas de hombres sin armas pero uniformados con una camiseta blanca a cuyo frente iba estampada la nueva versión del detente con el que los curas de La Cristiada ofrecían a sus combatientes garantía divina contra las balas lanzadas a los guerreros de la fe.
Las siglas del neocristerismo de metralleta son CCRISTOS y fueron dadas a conocer por el presbítero Gregorio López Gerónimo, conocido como el padre Goyo, el pasado 18 de enero en la plaza principal de Apatzingán, donde dijo que “no se puede ser un hombre de Dios y predicar la paz cuando se vive en un pueblo en guerra, donde frecuentemente se derrama sangre inocente… no puedo seguir hablando de Dios cuando apesta a muerte”. Por ello creó el Consejo Ciudadano Responsable de Impulsar un Sano Tejido del Orden Social (CCRISTOS), al que Hipólito Mora y sus hombres se han adherido no sólo mediante las blancas camisetas, sino asistiendo a misas y rosarios, con el peculiar sacerdote exhortando por radio a los habitantes del santuario de Los caballeros templarios a denunciar domicilios donde éstos pudiesen estar, en una cacería ajena a cualquier formalismo legal, cateando sin orden judicial alguna, a pura acusación sobre la marcha, presuntas casas de seguridad, y programando incluso la incursión contra una capilla donde se dice que hay una imagen del jefe e ideólogo templario, Nazario Moreno, El Chayo, para sustituirla por una de Cristo Rey.
Entremezcladuras caricaturales que solamente ponen en evidencia el irresponsable grado de impericia de las élites políticas al permitir abiertamente la continua violación de preceptos jurídicos básicos a lo largo de un torbellino de violencia que pareciera ir rebasando a los presuntos genios de la lámpara de Los Pinos. El comisionado golpista, por ejemplo, tomado fotográficamente en sesión de acuerdos con jefes de las autodefensas ya infiltradas y en vías de aparente control burocrático, entre ellos ni más ni menos que uno de los principales personeros de lo que fue el cártel de Los Valencia, al que la PGR y la Sedena señalaban años atrás como peligroso capo en activo.
Y luego, en competencia olímpica de invierno en materia de lanzamiento de declaraciones desafortunadas, el nunca suficientemente bien valorado en sus méritos literarios Jesús Murillo Karam ha dado una razonada explicación de por qué el comisionado Castillo se reunió con el lugarteniente de un cártel a la hora de planear la acometida en Apatzingán: Por alguna razón y no necesariamente una mala razón, puede ser incluso una buena razón. El gobernador de escaparate, Fausto Vallejo, al que muchos ciudadanos acusan de ser lugarteniente de otro grupo en contienda, también aportó brillantes luces al respecto, pues dijo que tal vez el encuentro de Castillo con El abuelo (así apodan al capo en mención) fue fortuito.
Castillo, por su parte, ha dicho a El País que el punto final de su estrategia es que las autodefensas entreguen sus armas de alto calibre, y que lo importante de ese movimiento no son esos instrumentos de combate, sino la información que ya están pasando al gobierno. También ha anunciado que se revisarán las concesiones de las minas de la región, para verificar que los templarios no estén metidos allí. El reportero Salvador Camarena revela un dato que pinta el carácter del comisionado Castillo: “Saluda, como es habitual en él, con un ‘qué pasó, mi rey’. ‘Mi rey’, o ‘papá’ es como llama a casi todos este aficionado al tenis y rácquet. Incluso llama así a las autodefensas, dice uno de sus colaboradores” (http://bit.ly/1h1Tnsj ).
Las costuras mal hechas del espantapájaros con metralletas instalado en Apatzingán quedan así a la vista. Aun cuando hay fuertes diferencias de opinión entre grupos de autodefensas, una parte mayoritaria de estos ha decidido acoplarse abiertamente a los planes diseñados por los militares y la policía federal, asumidos ya como virtuales Guardias Rurales, pero sin que haya aún las formalidades legales del caso. Los grupos de civiles con armas de alto calibre están en la periferia de Apatzingán, pero también se mueven en las calles de esta ciudad. Los principales jefes templarios, mientras tanto, han huido oportunamente, como si la toma de Apatzingán hubiese sido negociada, con algunos cuantos detenidos de mediana monta, más por relaciones familiares que por su comprobada peligrosidad. Así se ha anunciado que cayó alguien que es primo del Quique Plancarte y medio hermano de El Chayo Moreno. Y, para que no falten ingredientes explosivos en el coctel, CCRISTOS contra templarios. ¡Hagan sus apuestas, perdón, sus oraciones, señores!
En Veracruz, mientras tanto, periodistas continúan exigiendo que aparezca con vida el reportero Gregorio Jiménez de la Cruz, a quien en su casa un grupo de encapuchados secuestró la mañana del pasado 5 en Coatzacoalcos. El ahora desaparecido había publicado en días anteriores notas sobre privaciones involuntarias de la libertad en la colonia donde él mismo luego sería secuestrado. Los altos funcionarios de la administración de Javier Duarte, en especial el procurador de justicia y la coordinadora de comunicación social, han sido encarados por periodistas que les reprochan la falta de resultados en las indagaciones.
El caso de Gregorio Jiménez se suma a la larga lista de periodistas amenazados, secuestrados, asesinados o exiliados de esa entidad federativa. Ayer hubo una manifestación en la capital, Xalapa, entre versiones de trabajadores de los medios de comunicación de que hubo presiones oficiales para que los directivos de las empresas informativas impidieran a sus empleados que expresaran públicamente su inconformidad. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Hernández


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Era un enigma por qué fue enviado el director de Profeco, Alfredo Castillo, en calidad de comisionado a Michoacán. Pero después de que se difundió una fotografía en que aparece conversando con uno de los capos del cártel de Los Valencia, Juan José Farías, El Abuelo, en una bodega de Tepalcatepec, ya se despejó el misterio: anda negociando los precios del aguacate y el limón. Aunque la historieta oficial diga otra cosa, la situación sigue siendo terrible. Un testimonio es la gente adinerada, y no tanto, que llega todos los días a California huyendo de los secuestros, la extorsión, los negocios incendiados y todo lo demás. En cuanto a Castillo, negociar los precios es una manera de aprovechar la experiencia que ganó a su paso por Profeco.
La ‘‘fábrica de pobres’’
Como candidato presidencial en 2008, Barack Obama prometió finalmente sacar adelante la reforma migratoria durante su primer año de gobierno. Aunque su partido controló ambas cámaras del Congreso por los siguientes dos años, prácticamente ni lo intentó. En lugar de ello ha presidido lo que el diario The Economist llama ‘‘la mayor deportación masiva en la historia de Estados Unidos’’. Obama ha echado a más mexicanos y otros inmigrantes ilegales fuera de su país que sus predecesores: casi a 2 millones de personas hasta ahora. El gasto en seguridad fronteriza es ya más alto que cualquier otro tipo de esfuerzo contra crímenes a nivel federal. ¿Y la respuesta del gobierno mexicano? Ninguna. El primer año de Peña Nieto fue dedicado a la apropiación del petróleo y los impuestos. De acuerdo con el Banco Mundial, durante 2010 México fue el país del mundo con mayor número de emigrantes, con 11.9 millones –casi 10 por ciento de la población–, seguido por India y Rusia. Es la ‘‘fábrica de pobres’’. El gobierno los hace huir privándolos de ingresos, salud y educación. Es un negocio que le produce algunos años más divisas que el petróleo. En 2007 alcanzó un pico de 26 mil 59 millones de dólares, pero no se ha vuelto a alcanzar desde entonces. De acuerdo con el Banco de México, el nivel de las remesas lleva cinco años de caídas. En 2013 bajaron a 21 mil 597 millones de dólares, un retroceso de 3.8 por ciento con respecto a 2012. Los analistas señalan que esta baja está ligada a la pérdida de dinamismo en la economía de Estados Unidos, lo cual es indudable, pero también debido a la implacable persecución de los indocumentados.
El principal cliente está aquí
El principal cliente del petróleo crudo de México deberían ser los mexicanos. ¿Cómo? Simplemente refinando aquí la gasolina y el diesel que se importa de Estados Unidos. Sin embargo, ciertos personajes tendrían que desprenderse de las ganancias que deja el negocio: la mitad de la gasolina se importa del país vecino del norte. Eso no lo pueden tocar, son intereses poderosísimos. Entonces hacen negocitos en pequeña escala para que se diga que Petróleos Mexicanos está diversificando su cartera de clientes. En ese contexto, Japón importará un cargamento de petróleo crudo mexicano por primera vez en al menos tres años, debido a que las refinerías japonesas intentan ampliar su red de provedores en busca de combustible más barato, de acuerdo con fuentes de la industria. La refinería Cosmo Oil ha contratado un buque tanque para un cargamento de la variedad Istmo, que saldría el 28 de febrero. México, con la tercera mayor reserva probada de petróleo de América Latina, después de Venezuela y Brasil, planea diversificar sus ventas hacia destinos en Asia para sustituir la caída de las ventas del que hoy es su principal cliente: las refinerías de Estados Unidos. Ese era el plan hasta poco antes de la apropiación petrolera, falta ver qué dicen los nuevos dueños. Por otro lado, el 10 de enero zarpó del puerto de Salina Cruz, Oaxaca, un buque tanque con 350 mil barriles de petróleo super ligero Olmeca con destino a Benicia, California, y destino final la India. De acuerdo con la Secretaría de Energía, durante 2013 las exportaciones de petróleo crudo disminuyeron 10.7%.



En las calles de Harlem, afroestadunidenses, latinos y anglos bailaban; en Chicago un espléndido mosaico masivo de gente escuchaba palabras que provocaban lágrimas de alegría, y jóvenes, muchos por primera vez, pensaban que veían el alba de algo nuevo que permitía recuperar la esperanza, mientras por todo el país, de hecho por todo el mundo, se hablaba de un cambio histórico largamente esperado en la nación más poderosa del planeta. Todo porque Barack Obama había ganado la elección presidencial con la consigna de cambio real y el lema sí se puede.
Cinco años después nadie baila, llora o habla de un momento histórico, y muchos de los que estallaron en júbilo hace tan pocos años más bien lamentan que no se pudo. ¿Qué pasó?
Parte de la respuesta es que la lista de las promesas y expectativas no cumplidas es cada vez más larga.



Instalado en la difusión de buenas noticias, el gobierno federal ha informado a los mexicanos que en 2013 el comercio exterior entre nuestro país y otras naciones casi llegó a 800 mil millones de dólares, lo que daría a México condición plena de potencia exportadora. Así, tal actividad explicaría dos terceras partes del crecimiento económico nacional en el citado periodo, es decir, que (el elemento malo de la buena nueva) esa multimillonaria actividad no sirvió de mayor cosa para que esta República de discursos avanzara lo suficiente para generar empleo, mejorar el ingreso y procurar bienestar.
El encargado de difundir la buena noticia fue el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo (alumno destacado del chevalier José Córdoba Montoya), quien en pomposo encuentro con sus paisanos industriales de Monterrey y su homóloga estadunidense, Penny Pritzker, detalló que “nuestro crecimiento obedece en dos terceras partes al sector externo de la economía, donde vemos que prácticamente hoy estamos comerciando casi 800 mil millones de dólares al año con el resto del mundo… (de ese monto) 80 por ciento correspondió a manufacturas y 15 por ciento a energéticos y productos de la minería”.
De acuerdo con la acotada información divulgada por Guajardo, la conclusión lógica sería que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte ha sido exitosísimo en sus dos décadas de vigencia (aunque el propio funcionario anunció que será menester esperar otros 20 años para que los beneficios del TLCAN se verán reflejados a todo el país y a todas las empresas), pero en los hechos no aguanta la prueba del ácido.
De entrada, si el multimillonario comercio exterior mexicano explica dos terceras partes del crecimiento económico nacional, entonces no aporta mayor cosa –aunque sí mucho más que la economía interna–, toda vez que en 2013 tal actividad habría aportado 0.86 puntos porcentuales de dicho crecimiento (no olvidar que el ministro del año anunció que en ese año no pasaría de 1.3 por ciento), mientras el mercado interno aportó los restantes 0.44 puntos. En todo caso, tales proporciones documentarían la condición de potencia maquiladora, no exportadora, de la extremadamente dependiente economía mexicana.
Si el análisis se amplía a los 20 años de vigencia del TLCAN y se respetan las proporciones referidas por el secretario Guajardo, entonces el panorama no cambia mayor cosa, pues en ese periodo la tasa anual promedio de crecimiento económico no pasó de 2.5 por ciento (cuando se requiere no menos 6 por ciento anual para salir del hoyo), de los que dos terceras partes serían atribuibles a eso que en la Secretaría de Economía le llaman potencia exportadora.
En este contexto, cómo olvidar lo que, emocionado, presumía el inefable Felipe Calderón cuando abordaba el tema. Por ejemplo, decía que gracias al TLCAN México se convirtió en el mayor productor de pantallas planas, teléfonos celulares y automóviles, cuando en realidad esta República maquiladora no pasó de ser la mayor ensambladora de los referidos productos, todos ellos de conocidas marcas trasnacionales que se instalaron en el país para aprovechar los bajos salarios (hasta 15 veces menores a los que pagarían en sus respectivos países de origen) y las enormes gracias fiscales que les concede el gobierno mexicano. Entonces, la palabrería es una y otra la realidad.
Pero bueno, más allá de lo poco, por no decir nulo, que la multimillonaria actividad exportadora aporta al crecimiento económico y al bienestar de los mexicanos, otro aspecto revela para quiénes son los beneficios del TLCAN. De entrada, y más allá de Pemex que aporta más de 100 mil millones de dólares en exportaciones, las principales empresas que dan sustento a la citada potencia exportadora son, entre otras, General Motors, Chrysler, Ford, Volkswagen, Nissan, Hewlett Packard, Nokia, Daewoo, LG, Panasonic, Samsung, BlackBerry, Toshiba y algunas otras que en 85 por ciento dirigen su producción nacional al mercado estadunidense.
Concentrado el comercio exterior en un solo país y en unos cuantos corporativos (no mexicanos, la mayoría de ellos), obvio es que los beneficios, que no son pocos, se queden en unas cuantas manos. Como bien ha documentado La Jornada (Susana González), “si sólo se habla de exportaciones (…) apenas un centenar de empresas acaparan la mitad de todas las ventas foráneas, de acuerdo con cifras oficiales”. Así, de los 800 mil millones de dólares presumidos por Guajardo, alrededor de 400 mil millones se quedan en las alforjas de un centenar de empresas.
Las proporciones no han cambiado mucho. Tal vez se han compactado, pero en 2007 la propia Secretaría de Economía (entonces a cargo de esa luminaria llamada Gerardo Ruiz Mateos) revela una numeralia que explica de qué se trata todo esto. En ese entonces, México contabilizaba alrededor de 3 millones de unidades económicas registradas legalmente, que participaban en todos los sectores productivos del país, De ellas, apenas 1.2 por ciento, aproximadamente, participaba en la actividad exportadora no petrolera, aunque también esas cifras, que de por sí documentaban la altísima concentración existente, aguantaban una criba adicional.
De acuerdo con la Secretaría de Economía, apenas 37 mil 344 empresas participaban (2005) en el mercado exportador asociado al TLCAN, las cuales se repartían los multimillonarios ingresos por exportaciones. Sin embargo, la propia dependencia reconocía que de ese total, sólo 601 (0.02 por ciento de las unidades económicas registradas y registradas legalmente) se quedaban con 76.3 por ciento del valor exportado, porcentaje que en 2005 se tradujo en casi 142 mil millones de dólares, y que en 2013 significó algo así como 305 mil millones de billetes verdes.
En 1993, año previo a la entrada en vigor del TLCAN, 0.7 por ciento de las empresas acaparaba 58 por ciento del pastel exportador. Dos décadas después, 0.02 por ciento de las empresas acapara 76.3 por ciento, mientras el crecimiento económico, el empleo formal, la mejoría salarial y la reducción de la pobreza se mantienen prófugos. He allí la potencia exportadora y los beneficiados.
Las rebanadas del pastel
Para recrear cuerpo y alma: el poeta y diplomático Jorge Mansilla, ex embajador de Bolivia en México, presentará su nuevo poemario Déstrés Federal, un delicioso y nutritivo libro que contiene 137 sonetos de amor (y bronca) destinados a la megaurbe. La cita es el próximo miércoles 12 de febrero a las 18:00 horas, en el ex convento de Corpus Christi (frente al Hemiciclo a Juárez). Además del banquete espiritual habrá un vino de honor. No se lo pierda.
Twitter: @cafevega



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El informe de Oxfam arriba a las siguientes:

Conclusiones
La enorme y creciente concentración de ingresos y riqueza que están experimentando muchos países supone una amenaza mundial para las sociedades estables e inclusivas por una razón muy simple: una distribución desequilibrada de la riqueza desvirtúa las instituciones y debilita el contrato social entre las instituciones y el Estado.
Los controles y contrapesos establecidos para garantizar que se escucha la voz de la mayoría de la población tienden a debilitarse. La concentración de los ingresos y la riqueza obstaculiza la materialización efectiva de la igualdad de derechos y oportunidades, ya que dificulta la representación política de los colectivos desfavorecidos a costa de beneficiar a los sectores acaudalados.
Incluso algunas de las personas que pertenecen al 1% más rico de la población reconocen que es necesario reducir estas desigualdades. Casos conocidos son los de Bill Gross, fundador de PIMCO (una empresa internacional de gestión de inversiones) y Warren Buffett (un magnate de los negocios estadounidense). El aumento de la desigualdad, una tendencia que no ha dejado de crecer en los últimos 30 años, debe revertirse.




El ingreso de los grupos de autodefensa a Apatzingán, ciudad considerada la plaza fuerte del cártel de Los caballeros templarios, ha sido visto por algunos como un paso hacia el restablecimiento del estado de derecho en Michoacán. Pero es lo contrario: la confirmación de que la legalidad se encuentra suspendida en esa entidad.

Que la SEP sancione de forma pareja, demanda
Emilio Chuayffet, secretario de Educación Pública, dio a conocer dos noticias importantes en el inicio de los foros sobre el nuevo modelo educativo. Por un lado declaró que no habrá sanciones para los funcionarios que derrocharon los dineros públicos y promovieron y aplicaron prácticas perversas, como el examen Enlace y Enciclomedia; y por otro lado anunció que 500 profesores fueron cesados por asistir a mítines y manifestaciones por faltar a sus labores escolares más de tres días consecutivos.

Es curioso advertir la forma en que las grandes decisiones legislativas desbordan sus propósitos y contaminan otras áreas de la agenda en el Congreso. Es el caso de la reforma de salud y la del sistema de migración.

El 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales para recordar a los gobiernos y a la población la importancia que tienen dichos ecosistemas. Con tal motivo el Instituto Nacional de Geografía y Estadística ofreció datos sobre los severos daños que sufren debido a las actividades humanas y a la carencia de políticas que garanticen el desarrollo sustentable. Por el contrario, el crecimiento industrial, urbano, agrícola y ganadero, de la mano de los proyectos acuícolas mal planeados y la contaminación destruyen lo mismo manglares que marismas. Se trata de una riqueza natural muy importante por su diversidad en flora y fauna, su altísima productividad y por generar alimentos y empleos. Pero además es filtro natural de contaminantes y factor de primer orden en disminuir los efectos negativos ocasionados por ciertos fenómenos naturales, en especial los huracanes. Los reportes de las agencias internacionales y de los centros de investigación advierten sobre la necesidad de conservar los humedales. Demuestran cómo una hectárea es más productiva que los proyectos modernos implantados a costa de ellos. Sin embargo, ya desaparecieron la mitad de los que existían en el planeta creando a cambio severos daños en países y regiones geográficas.

Revisado el módem, para comprobar que estamos en Internet, y seleccionado el título de esta contribución a nuestro periódico, entro en materia: la violencia ha sido definida en casi todos los países, en muy diversos momentos, y en más de una vez, según la situación en la que se genera y prevalece. Salvo muy escasas excepciones en los medios, no solamente del país en el que se da, sino que es cubierta, atendida por muchos medios y se convierte en nota muy destacada, y en muchas ocasiones en la principal de primera plana. Y, por supuesto, la televisión acude sin falta invariablemente.

Por supuesto que casi siempre nos encontramos con una larga fisura entre dirigentes y dirigidos. Los primeros lanzando vítores por sus hazañas y pintando el mundo (su mundo) con tintes de éxito y gloriosas realizaciones. El que vivimos, bajo su dirección, es el mejor de los mundos, y sólo habría que tener un poco de paciencia para que sus proezas se vean reflejadas en los bolsillos del pueblo. Siempre ha sido así y sigue siendo. Resulta claro que los dirigentes pregonan sus éxitos sirviéndose hoy de los medios masivos de comunicación, la gran mayoría en sus manos y atendiendo dócilmente a sus patronos. Siempre ha sido así, pero hoy, más que nunca, la abundancia y variedad de los medios resulta un instrumento insustituible para la propaganda y publicidad, que se pretende sea recibida dócilmente por los pasivos dirigidos.

En el hermoso libro de Elena Poniatowska, que es al mismo tiempo la biografía de Guillermo Haro, una discreta novela de amor (con su pizca insinuada de celos) y un repaso de la historia del México reciente, encontramos además y principalmente una lección de ética política y de probidad intelectual; el motivo, el hilo conductor del relato, es la intensa vida de un hombre con vocación científica, movido al mismo tiempo por su patriotismo y su firme carácter, preparado para afrontar obstáculos y desengaños y dispuesto a guiarse siempre por ideales y principios.

Está abierta una discusión pública con respecto a un tema muy controvertido desde la década de 1980 pero que sigue vigente: las privatizaciones. El semanario The Economist propone la siguiente cuestión: ¿es tiempo de que los gobiernos lancen una nueva ola de privatizaciones?

De los tres grandes polígrafos de nuestro siglo XX (siendo los otros dos Alfonso Reyes y Octavio Paz) José Emilio Pacheco fue siempre el que estuvo más cerca de su público, dentro de lo posible en un país donde pocos leen. Si alguna obra literaria contemporánea merece el abusado calificativo de entrañable, está en sus narraciones de infancia, que también sirven de puerta a sus otros libros para las generaciones recientes. Y su labor de historiador-divulgador-antologador lo vuelve maestro nacional a la altura de sus admirados Altamirano, Prieto, Zarco, Riva Palacio; su legado es pertinente y generoso con los autores pasados y los lectores futuros; su viaje a bibliotecas y archivos lo realizó con sabiduría y corazón. Pero el motor de su obra formidable es la escritura poética, principio y fin. Algo indica que trabajara tan interminablemente en los Cuatro cuartetos, de T. S. Eliot, su piedra filosofal.

Hace ya muchos días me crucé en el camino de don Joel Equihua en uno de los parajes más recónditos del bosque de la meseta purépecha de Michoacán. Reconoció mis pasos pese a los muchos años transcurridos y, como si el tiempo no existiera, nos sentamos en la vereda, retomamos la conversación y comenzó a recontar las historias de los pueblos; hubieran ocurrido ayer o hace 100 años. Ellas sirven para orientarnos en nuestro mundo. Así nos sentimos afortunados, me dijo, así nunca nos sentimos solos.

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