3/03/2014

Los periodistas pal café. . . .



El lugar de la cita era más que simbólico. La capilla erigida en honor de Jesús Malverde (El bandido generoso o El santo de los narcos, de existencia y andanzas tan difusas, sin comprobación, como arraigadas socialmente), un salteador de caminos benefactor del pueblo a quien se encomiendan con fervor muchos de quienes llevan una vida de peligro por dedicarse a la delincuencia. De allí, de esa capilla sin reconocimiento formal de institución religiosa alguna, marcharían por segunda ocasión centenares de personas (a la hora de cerrar esta columna, ya caminaban más de dos mil) deseosas de expresar públicamente solidaridad hacia Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, de exigir su liberación y, sobre todo, de rechazar la posibilidad de que sea extraditado a Estados Unidos.
La movilización dominical fue obstruida por policías ministeriales del estado que, a diferencia de la apocada actuación que habían tenido en la primera marcha, ahora recibieron instrucciones de disuadir a los reunidos para que caminaran, pero a sus casas. La semana pasada, cuando el gobernador Mario López Valdés (Malova) y el presidente municipal de la capital creían que la convocatoria a la marcha sólo era una faramalla, la presencia policiaca fue tímida y gradual, frente a grupos retadores de entre la manifestación, que en términos generales fue pacífica. Un automóvil de lujo, por ejemplo, rebasó ese día a una patrulla gubernamental y más delante dio una vuelta de 180 grados, hasta quedar de frente al vehículo oficial. Otras máquinas potentes se dieron el gusto de practicar algunos arrancones retadores frente a los policías, de por sí sabedores de que el verdadero poder de la entidad no es el que está en las oficinas gubernamentales. Impunidad demostrada ante policías y autoridades sometidas, arregladas.
Ayer, ese gelatinoso gobierno estatal decidió lanzarse incluso con acciones violatorias de garantías constitucionales a tratar de frenar la segunda marcha, ya con la atención nacional e internacional puesta en la insólita y significativa reacción de grupos civiles que a cara descubierta (en su mayoría) han decidido apoyar a tan famoso delincuente y con la presión en contra de Los Pinos, según eso deseoso Enrique Peña Nieto de que no se produzcan más actos públicos de apoyo al nuevo Bandido generoso (Una de las pancartas mostradas en la marcha rezaba, sic: “Peña Nieto deberias estar agradesido porque el ‘Chapo’ te sentó en la presidencia. ‘No queremos que lo extraditen’ El si ayuda a los pobres mas que los ratas del gobierno”, http://bit.ly/1ltF7cK).
Aunque, en el fondo, ha de verse que las movilizaciones a favor del Chapo ayudarán al achaparrado gobierno mexicano –otro chapo–, a resistirse ante las presiones de las alturas gringas que a toda costa quieren a Guzmán Loera en sus cárceles y sujeto a interrogatorios de los que seguramente sobrarían develaciones incómodas para gobiernos federales anteriores, sobre todo los del liberador Fox y del guerrero unilateral Calderón, pero también de las campañas electorales de los panistas y, según diversas versiones, incluso de la más reciente, la del priísmo ahora obsesionado en ir golpeando a algunos de sus aliados para reconstruir el poder absolutista de la Presidencia de la República de los años dorados del priísmo clásico. En Colombia hubo fuertes turbulencias muchos años atrás, cuando se produjo el episodio de los narcos extraditables. Acá, EPN podrá alegar a los impacientes gringos que entregarles al Héroe de Badiraguato podría poner en riesgo la narcopaz social mexicana.
LA BATALLA PANISTA, SIN SORPRESAS. Ernesto Cordero ofreció ayer un conferencia de prensa para anunciar su candidatura a la dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN). A la derecha, Gustavo Madero hizo lo propio para dar a conocer que solicitó licencia para relegirse al frente del blanquiazulFoto María Meléndrez Parada
Las acciones de contención del gobierno de Malova no lograron, sin embargo, impedir la repetición de la chapocaminata, aunque partió de un lugar distinto al originalmente programado. Hubo otra vez reparto de tamales y personas anotando en listas los nombres de algunos de los asistentes. Se hablaba, al inicio de la marcha, de cuando menos 80 personas detenidas durante las horas previas, luego que los policías estatales llegaron a la antes mencionada capilla de Malverde con la intención de caminar hacia la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, conocida como La Lomita.
Los agentes hablaron con quienes iban llegando en atención a la convocatoria hecha en Internet por uno de los presuntos hijos de Guzmán Loera (dos de esos supuestos descendientes se han declarado listos para actuar en reivindicación de su padre, según mensajes difundidos en redes sociales) y a través de volantes. Presionaron a los que iban llegando para que desandaran el camino, aunque la mayoría de ellos sólo se movieron hacia lugares contiguos (En Plaza Fiesta fueron colocados decenas de carritos de servicio de supermercado a manera de barrera para impedir que los desalojados se refugiaran temporalmente allí, http://bit.ly/NkYS8d). Los policías hostigaron, jalonearon y amenazaron a decenas de personas, muchas de ellas en actitud absolutamente pacífica, sólo a partir de la poderosa convicción gubernamental de que el hecho de marchar en pro del Chapo significa una forma de criminalidad. Y detuvieron a decenas bajo la acusación de portar armas de fuego o tener vehículos con reporte de robo.
Aun así, la procesión partió de la capilla del mítico Valverde hacia la parroquia católica de Nuestra Señora de Guadalupe, conocida como La lomita, entre vivas al Chapo, reiteraciones de asombro nacional,  discusiones sobre si esas marchas son una apología masiva del delito, desesperadas violaciones constitucionales de parte del condicionado gobierno de Malova, y un Peña Nieto presionado por los gringos deseosos de tener en su jaula de videograbaciones a un Chapo cantor y el poder del narcotráfico que no desea repetir en México las escenas colombianas de Los extraditables. ¿Hará san Jesús Malverde algún milagrito?
Y, mientras se inicia la batalla interna en el PAN, con Gustavo Madero como aspirante a conservar el cargo, apoyado por el peñismo agradecido por el rol pactista, contra Ernesto Cordero, el calderonista apoyado por la facción de El Yunque que representa Juan Manuel Oliva, ex gobernador de Guanajuato, ¡hasta mañana!
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En vez de la archiprometida baja del gas doméstico, el mes de marzo comenzó con un aumento. Y también de gasolina y diesel. El tanquecito de 20 kilos, el que compra la gente más necesitada, subió a $256.60. Aumentó 164% a lo largo de la dócena trágica Fox-Calderón, y los primeros 14 meses de Peña Nieto. El mismo tanque costaba 97 pesos aquel imborrable (por nefasto) diciembre que Fox llegó a Los Pinos. Millones de ancianos reciben una pensión de alrededor de mil pesos al mes y tienen que hacer rendir su gas, porque representa la cuarta parte de ese dinero. La promesa del priísmo es un engaño hasta hoy.
¿De veras ya no subirán los impuestos?
Si no ha cumplido ese compromiso, ¿puede creerse el nuevo? No habrá aumento de impuestos hasta noviembre de 2018, anunció el fin de semana el gabinete especializado ‘‘México Próspero’’. ¿De dónde salió esa estructura burocrática? Pareciera una reminicencia de los famosos gabinetes del foxismo: ‘‘orden y respeto’’, el de ‘‘crecimiento con calidad’’ y ‘‘de desarrollo social con oportunidades para todos’’. El de ‘‘orden y respeto’’ tronó el primer mes, cuando la fuga de El Chapo Guzmán. La gabinetocracia renace en el gobierno de Peña Nieto. Integran el de ‘‘México Próspero’’ numerosos funcionarios de diversa jerarquía, pero los que cuentan son los probables presidenciables de 2018: Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray Caso, José Antonio Meade Kuribreña y Pedro Joaquín Coldwell. Ah, y ‘‘el tapado’’, porque no hay priísmo sin ‘‘tapado’’, y quizá sea uno de los miembros de bajo perfil. El gabinetazo hizo su debut para anunciar que no habrá aumento de impuestos. También se compromete a no subir los existentes, ni tampoco reducir o eliminar los beneficios fiscales y las exenciones actuales. Estos buenos propósitos tienen que ver con ISR, IVA e IEPS.
La puerta abierta
Y tanta generosidad, ¿a que se debe? No se vieron así el año pasado. Según esto, quieren ‘‘facilitar el proceso de planeación de las empresas –pequeñas, medianas y grandes– y permitir a los hogares programar adecuadamente sus adquisiciones y ahorro’’. Esto último suena chistosito. ¿Podrá un hogar donde el jefe de familia gana un salario mínimo ‘‘programar adecuadamente’’ sus gastos y ¡ahorro!? Una de las claves del inesperado gesto de magnanimidad podría estar en los centenares de amparos que empresas y ciudadanos están ventilando ante los tribunales; incluso amparos colectivos como el de los contribuyentes de la zona fronteriza. Quieren que no crezca la ola. La nueva promesa tiene una salida tan ancha y profunda como el cráter del Popocatépetl: podrán aumentarse los impuestos ‘‘en respuesta a eventos macroeconómicos sustanciales ante los cuales sea imperante realizar ajustes al marco tributario’’. Mmmm. ‘‘¿Eventos macroeconómicos?’’ ¿Como cuáles? No los explica ni detalla. Pero el año pasado tuvimos uno: el desplome de la economía. Y con Calderón, otro: la recesión de Estados Unidos.
Oceanografía: implicados
Es difícil creer que no hayan participado los miembros del Consejo de Administración de Banamex en la autorización del crédito multimillonario a la empresa Oceanografía, relacionada con los hermanos Bribiesca y la señora Marta. Un préstamo de 585 millones de dólares, respaldado por cuentas por cobrar de su cliente Pemex, no es de los que se tramitan en sucursal. Pasan por varios filtros y finalmente son del conocimiento del consejo. Hay que seguir el hilo de la relación de Banamex con la ex familia presidencial desde que Fox autorizó la venta del banco a Citigroup, sin pago de impuestos, por cierto. Quema el comal donde dan de brincos para no arderse altos ejecutivos, incluso el director general, Javier Arrigunaga. Es oportuno recordar que era presidente del Fobaproa cuando Banamex fue rescatado con miles de millones de los contribuyentes.



La asamblea a la que convocó el Comité por la Libertad de los Presos Políticos y la Defensa de las Garantías Constitucionales, en marzo de 1959, en la Real Academia de San Carlos, está registrada en el archivo mis documentos como una de las asambleas más emotivas, entusiastas y estéticamente bellas, entre las miles en las que participé en esos años y en las que, en jirones, quedaron mis ilusiones de ser, modestamente, un Mario de la Cueva, un Carpizo, un Valadez o, de perdida, un Mini Lic. O sea, según la DEA (la agencia antidrogas estadunidense, por sus siglas en inglés), el sucesor del emporio de don Joaquín Guzmán Loera.
No fue multitudinaria, como otras muchas manifestaciones de ese año, pero la asistencia rebasaba el patio y las graderías del edificio. Afuera se amontonaba un amplio contingente. Pese a que el motivo que nos congregaba estaba lejos de ser alegre, el ambiente era de auténtica kermés. Pitol giraba su cabeza, como un periscopio (360 grados), para, ávido, registrarlo todo. José Emilio llegó tan fatigado que se desplomó en los primeros peldaños de la escalera central. Allí resoplaba y aplaudía. Monsi estaba en todos lados y organizaba coros con letras que él inventaba, adaptándolas a la música de canciones españolas republicanas, que en ese entonces se cantaban en todas las manifestaciones (Ya Fito me corrigió: no se batían palmas): López Arias, sí/ López Arias, no/ La boquita chueca/ que le he visto yo. Fernando López Arias, político veracruzano, fue durante esos años procurador general de la República y se ensañó con los líderes obreros independientes. Por algún problema genético o de enfermedad superviniente, tenía la boca descentrada, jalada hacia un extremo, que no puedo precisar cuál era. Alguna vez me increpó frente a frente, pero no me atreví a verlo a la cara, porque el recuerdo de los versos monsivaisescos me hubiera ocasionado represalias de tercer grado.



La semana pasada apareció un estudio realizado por la organización independiente PEW, tal vez la más seria en materia de encuestas y estudios de opinión en Estados Unidos (EU), en él que se da cuenta de las opiniones que diversos sectores de estadunidenses tienen sobre los problemas migratorios.
En torno al espinoso asunto de las deportaciones efectuadas por la actual administración, los estadunidenses están divididos por partes iguales: 45 por ciento creen que son necesarias y otro 45 por ciento las condena. Sin embargo, cuando se desagregan esos porcentajes se obtiene una mejor idea del perfil de la sociedad estadunidense. Mientras 49 por ciento de la población blanca aplaude las deportaciones, sólo 39 por ciento de los afroamericanos y 35 por ciento de los latinos están de acuerdo.
En torno al asunto de la legalización de los indocumentados, 73 por ciento de los entrevistados dice que deben permanecer en EU legalmente, en otras palabras, se debe regularizar su situación migratoria. En torno a la pertinencia de una reforma migratoria, 50 por ciento considera que por ahora no es una prioridad. Tal vez lo más sorprendente de la encuesta es que la mayoría de republicanos (64 por ciento) y demócratas (81 por ciento), coinciden en afirmar que debe existir una vía para la ciudadanización de los indocumentados, una vez que hayan cumplido los requisitos estipulados en la propia reforma, pero, como diría Perogrullo, siempre y cuando haya reforma.



Hace unos días, el gobierno de Barack Obama emitió su boleta de calificaciones a unos 200 países sobre sus prácticas de derechos humanos. El secretario de Estado John Kerry indicó que al calificar a todos los otros países no hablamos con ninguna arrogancia, sino con una preocupación por la condición humana. Explicó que, aunque Estados Unidos también tiene sus problemas (aunque no nombró ninguno), estamos orgullosos de que ningún país tiene más oportunidad de promover la causa de la democracia y ningún país está tan comprometido con la causa de los derechos humanos como nosotros.
Ningún otro gobierno se ha atrevido a emitir una boleta de calificaciones parecida, y menos sobre Estados Unidos. Si alguno lo quisiera hacer, su informe tendría que abordar toda una gama de preocupaciones (sin tintes de arrogancia).
Por ejemplo, las guerras de invasión en Irak y Afganistán son sólo las últimas en una larga lista de operaciones bélicas, muchas clandestinas, de este país a lo largo de su historia. En estas últimas guerras (como en todas) se revelaron masivas violaciones de derechos humanos y crímenes de guerra según las Convenciones de Ginebra y otras leyes, desde la tortura y maltrato en Abu Ghraib hasta matanzas de civiles documentados en las filtraciones de Chelsea (antes Bradley) Manning y por agrupaciones de derechos humanos.



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Recién ha dado a conocer el INEGI los resultados de la producción en el país en 2013. El PIB total (a precios de mercado) ascendió en el año a 16 billones 76 mil 940 millones de pesos; y el PIB a precios básicos (a valor agregado, sin incluir los impuestos a los productos) fue de 15.480 billones de pesos (Gráfico 1).
Haciendo este último igual a 100, por grandes sectores de actividad el agropecuario aportó el 3.49% de la producción total; el industrial el 34.84; y el de servicios el 61.68%
En cuanto al crecimiento de la economía (PIB), éste se ubicó finalmente en 1.06%, el peor desempeño de la última década salvo el nefasto 2009 (Gráfico 2); con ello, la Tasa media de crecimiento anual (TMCA) del último quinquenio se ubica en únicamente 1.81%
Por grandes sectores de actividad, el PIB agropecuario sólo aumentó 0.26% en 2013, el industrial decreció -0.72, y servicios creció 2.12 (Gráfico 3).



En el cuento de nunca acabar, durante 2013 Petróleos Mexicanos perdió. Una vez más, aseguran en la torre de Marina Nacional, la (aún) paraestatal arrojó números rojos en sus finanzas, de tal suerte que no hay de otra que echarla al costal privatizador. Eso dicen las voces oficiales y las oficiosas, pero ¿en serio perdió? ¿Realmente es una carga financiera para el erario?
El informe de Pemex, correspondiente a 2013, revela que en ese año la paraestatal reportó ventas totales por un billón 608 mil 200 millones de pesos, algo así como 123 mil millones de dólares, monto 2.4 por ciento inferior al registrado un año antes. Esa cantidad equivale a cerca de 40 por ciento del presupuesto de egresos de la federación aprobado por la Cámara de Diputados para el año de referencia.
En dicho año la paraestatal registró un rendimiento antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (Ebitda) de 993 mil millones (13.5 por ciento menor al de 2012), y un rendimiento de operación por 728 mil millones (19.6 por ciento por debajo del registro de un año antes).
Aun así, Pemex obtuvo un rendimiento antes de impuestos y derechos (lo que en una empresa privada sería la utilidad antes de enfrentar al SAT) por la nada despreciable cantidad de 695 mil 900 millones de pesos… pero llegó la Secretaría de Hacienda y como es su costumbre arrasó con las finanzas de la paraestatal. No dejó un centavo vivo, y a eso le llaman pérdida.
Si la paraestatal tuviera un régimen fiscal normal, aplicable a una empresa privada, su tributación no hubiera pasado de 30 por ciento (sin incluir la deducibilidad que tienen los consorcios privados, que no es poca), de tal suerte que le habría quedado un importante remante para reinvertir… pero la Secretaría de Hacienda no deja respirar a las finanzas de la paraestatal.
Muy lejos de esa idílica tasa fiscal de 30 por ciento, a Petróleos Mexicanos lo exprimieron con el 124 por ciento de su rendimiento neto que, como se indica, sumó 695 mil 900 millones de pesos, es decir, la Secretaría de Hacienda se quedó hasta con el último centavo de esa cantidad, y como no se le hizo suficiente a la paraestatal le exigió el pago adicional de 169 mil 100 millones, para que al final de cuentas Pemex entregara a la SHCP 865 mil millones.
En castellano simple lo anterior quiere decir que por cada peso que Pemex obtuvo como rendimiento a lo largo de 2013, la Secretaría de Hacienda se quedó con un peso más 24 centavos, diferencia que la paraestatal debió cubrir con endeudamiento. ¿Qué empresa, pública o privada, aquí o en el resto del mundo, aguanta ese ritmo de saqueo fiscal?
A nivel internacional, Petróleos Mexicanos es una de las empresas que mayor rendimiento genera, en especial por la combinación de muy bajos costos de producción (alrededor de 6.5 dólares por barril) y elevadísimos precios de comercialización (en 2013 el precio promedio de exportación 98.46 dólares; ambos datos son de Pemex). Así, la diferencia entre uno y otro concepto fue cercana a mil 500 por ciento, favorable al segundo de los conceptos. Pero la paraestatal reportó pérdida.
En 2013 las ventas totales de Pemex resultaron apenas 2.4 por ciento inferiores a las registradas en 2012, pero tratándose del rendimiento o pérdida neta la diferencia entre un año y otro es verdaderamente espeluznante: en el primero, la Secretaría de Hacienda se llevó todo, hasta el último centavo, y obligó a la paraestatal a endeudarse con 169 mil 100 millones para satisfacer las exigencias de la SHCP; en el segundo, ésta tuvo la cortesía de dejar en caja 2 mil 600 milloncitos. La diferencia entre un año y otro es brutal, lo que sólo debilita a las finanzas de la paraestatal.
La pérdida, pues, es inexistente. Lo que sí es real es el permanente saqueo de recursos que el gobierno federal, vía Hacienda, practica en Petróleos Mexicanos. Y el daño es doble, porque los dineros provenientes del petróleo se han dilapidado (recuérdese el ominoso caso del sexenio foxista, con excedentes históricos) y no han servido para estimular el crecimiento económico ni el desarrollo social del país, pero sí para cubrir, año tras año, los enormes agujeros fiscales que deja el gran capital.
Por la citada práctica fiscal, al cierre de 2013 el saldo de la deuda de Petróleos Mexicanos llegó a 841 mil millones de pesos, y de ese monto en el corto plazo (menos de un año) deberá pagar más de 90 mil millones, mismos que obtendrá de mayor endeudamiento, toda vez que la Secretaría de Hacienda nunca queda satisfecha y siempre quiere más, sin importar las consecuencias.
Ese es el triste panorama que explica la permanente pérdida (versión oficial) que año tras año registra Petróleos Mexicanos, paraestatal que no tiene dinero para reinvertir salvo para la compra de astilleros gallegos y/o para adquirir acciones de la trasnacional española Repsol en oscuras cuan improductivas operaciones.
Pero ya lograron realizar el sueño privatizador y, por lo mismo, deberán afrontar una realidad poco grata: entregado el oro negro y el negocio completo al capital privado, ¿quién cubrirá al fisco el voluminoso monto anual enterado por Pemex? No hay que olvidar que a las empresas privadas que participen en el jugoso negocio petrolero mexicano no les cargarán el 124 por ciento de tasa fiscal como lo han hecho con la (aún) paraestatal, la cual, dicho sea de paso, se quedará sin el negocio del oro negro, pero con la voluminosa deuda que la voraz Secretaría de Hacienda la obligó a contratar para satisfacer el hambre fiscal de esa dependencia pública.
Así, en el mejor de los casos, y sólo en él, las empresas privadas que vengan por lo suyo en materia petrolera pagarían una tasa de 30 por ciento de impuestos, aunque de todos es conocido y padecido que esa proporción, y aún más, sólo es para los mortales. De hecho, lo primero que exigirán los futuros inversionistas en la industria petrolera que opera en el país serán beneficios fiscales, muchos y a largo plazo, para que sus respectivas inversiones maduren y el gobierno federal demuestre sus buenas intenciones a la hora de la modernización. Entonces, ¿quién cubrirá el hoyo fiscal?
Las rebanadas del pastel
Muchos fueron los ciudadanos mexicanos que denunciaron el cochinero de Oceanografía (tráfico de influencias, los hijos de Martita, el contubernio de la pareja presidencial), pero nadie les hizo caso. Tuvo que denunciarlo una trasnacional financiera afectada (Citigroup-Banamex) por los tejes y manejes de dicha empresa para que la PGR le clavara el diente al asunto. Lo mejor del caso es que el gobierno de Estados Unidos hizo público que investiga a Citigroup –el afectado en México– por violar la ley de prácticas corruptas.
Twitter: @cafevega



Atenidos a la educación –por llamarle de alguna forma– de que fuimos objeto, los adultos contamos con tan pocas herramientas para revisar aquello que se nos inculcó a temprana edad que a la postre limitamos nuestra capacidad y disposición para revisarnos –examinar modificar, descar- tar o reforzar posturas personales– a lo largo de nuestra existencia; de ahí el asombro, o incluso el escándalo, que provoca el que algunos sean capaces de pensar y decidir por sí mismos, de salirse de lo establecido y actuar en consecuencia.
Con relación a la columna anterior (Pedir una inyección, La Jornada, 17/02/2014), hubo lectores que tuvieron la amabilidad de externar su opinión, en tanto que a otros les resultó ofensiva la petición relatada. Comparto algunos de esos puntos de vista, con el propósito de contribuir a esta reflexión en voz alta sobre temas desafortunadamente todavía prohibidos en nuestra confundida sociedad, donde vida y muerte siguen siendo patrimonio exclusivo y excluyente de cumplidos funcionarios, ministros religiosos, políticos, burocracias, familias y profesionales de la salud.




La Comisión de Bolsas y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) anunció ayer el inicio de pesquisas al banco Citigroup por un posible fraude contable, luego de que la institución financiera reveló que su filial mexicana, Banamex, había realizado préstamos incobrables por 400 millones de dólares a la empresa Oceanografía, ex proveedora de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Agravio a defeños, demoler el Centro Urbano Manacar
La arquitectura de la capital del país es una víctima más de las concepciones desarrollistas y faraónicas –del úsese y tírese– que predominan en la élite política y empresarial de la ciudad de México. Bajo su hegemonía, el patrimonio de la comunidad queda sometido al capricho del bisnes inmobiliario, cuya única motivación es acumular ganancias. No ayuda el autismo de los tomadores de decisiones, su desconocimiento interesado acerca del significado cultural de los bienes que nos son comunes. La inexistencia de instrumentos legales para su protección es, asimismo, una laguna muy conveniente para la prevalencia de esos intereses, que nos conduce aceleradamente hacia la inviabilidad de la convivencia urbana.

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) mantiene en prisión desde el 9 de diciembre del pasado año 2013 a una joven de 20 años, Yakiri Rubio, por haberse defendido con todas sus fuerzas de su violador que la agredía cuchillo en mano; y por haberlo hecho, ya herida, con tanta decisión y energía que el agresor recibió en el cuello una herida cortante de su propia arma y murió desangrado. El hermano del violador, que participó de la agresión y huyó después de la escena, ahora aparece como parte acusadora de la mujer violada.

Dicen que fue la más bella de las revoluciones. Quizás. Fue sin duda la más concurrida. Era difícil encontrar una familia nicaragüense enteramente ajena a la lucha contra Somoza. En casi todas había algún miembro, así fuese un primo lejano, que participaba de alguna manera. Muchas familias completas estaban metidas hasta el cuello.

Gregorio Jiménez, valiente periodista de Veracruz y víctima de la consolidación autoritaria mexicana, justicia ya.

Dice el comisario Jean-François Gayraud que la realidad no se oculta somos nosotros los que la negamos. El auténtico peligro es aquello que no se ha visto o no se ha querido ver, que se ha subestimado o no se ha creído. En plena sociedad del espectáculo, lejos del sensacionalismo de los medios, los grandes grupos de la economía criminal son el lado oscuro de la globalización. Vivimos en la era criminal, en democracias criminales o mafiosas. El mundo de las mafias es el mundo del dinero, el poder y el secreto. Las mafias se han instalado en el corazón de nuestros sistemas políticos y económicos. No obstante, existe una dificultad innata de los medios masivos para percibir lo invisible, esto es, el nexo entre el crimen, la política y la empresa.

En noviembre del 2011 tres diputados integrantes de la Legislatura de Oaxaca presentaron ante las instancias federales del medio ambiente una denuncia por daños contra la Comisión Federal de Electricidad (CFE). El motivo: la construcción de la subestación eléctrica Cacalutla en terrenos del municipio costero de Huatulco. Esos terrenos debían hacer parte del Parque Nacional Huatulco, decretado en julio de 1998 por ser un sitio de importancia internacional debido a su gran biodiversidad.

La economía sigue floja y el comienzo de la recuperación del crecimiento no ha ocurrido hasta ahora, que ya empieza el mes de marzo. Los indicadores adelantados muestran apenas un alza leve, que no es suficiente para augurar una expansión del producto de 3.9 por ciento en 2014 como se ha propuesto oficialmente.

Salvo las demoliciones, nada agita más el polvo interior que acomodar una biblioteca dominada por la niebla del tiempo que reina sobre sus múltiples cabezas; abrir libros largamente dormidos (destino de casi cualquier volumen que no sea el Corán y la Biblia, que sí se airean) y encontrar el polvo agazapado en sus páginas, en las costuras, las esquinas y lo negrito de las letras. Ojo, estornudarías menos, si te acordaras de comprar un cubrebocas en la farmacia, de esos que hoy la gente usa hasta en la calle. Te enfrentas a miles de libros. Ni quién piense en contarlos. Granos de arena. Estrellas del firmamento, semillas en el granero. Lo bonito de las bibliotecas personales (que no colecciones de libros, nunca) es que por miles que sean, cada pieza es un alguien específico, y con suerte, amada o admirada. ¿Ahí lo egoísta, lo intransferible del asunto? te preguntas mientras argivo navegas ese polvo en una operación lenta pero intensa, estremecedora.

El ligue sexual en los espacios abiertos. La idea de un hedonismo erótico vinculado a la liberación sexual en una época –la década de los 70– en la que los contactos físicos se hacían y multiplicaban al margen del remordimiento y la culpa, y favoreciendo, como estímulo complementario, el anonimato y el peligro, quedó para siempre sepultada. De ello se encargaron el conservadurismo de los años Reagan y su mayoría moral, el flagelo del sida y su carga de estigmas sociales, el realismo tremendista de películas como Cruising (William Friedkin, 1980) y sus atmósferas decadentes, y de manera conspicua, tiro de gracia, la mercantilización del sexo, la frecuentación del internet y la proliferación del chat como nueva fuente de contactos anónimos.

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