“Sucede que el dueño de un edificio pierde la única llave que posee
para el acceso a su propiedad y recurre a un cerrajero para que le
fabrique una llave de repuesto. En forma insólita, el cerrajero pide
como pago la mitad del inmueble… Sucede que ni siquiera es el dueño
quien extravía la llave sino los administradores del edificio quienes
se ponen de acuerdo con el cerrajero para repartirse el inmueble a
espaldas de su propietario” (Alfredo Jalife-Rahme (AJR), “La
desnacionalización de Pemex”).
De entre los mexicanos, ¿quién
opina que hay que dejar de ser un país y volver a ser una colonia?
Preguntémosle a las Fuerzas Armadas de México, ¿y esa “misión” de
“defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación”,
a su ver, qué quiere decir? Quizá la respuesta la encontremos en El arte de la guerra
de Sun Tzu: “Los generales son servidores de la nación. Cuando su
servicio es completo, el país es fuerte. Cuando su servicio es
deficiente, el país es débil”.
El petróleo y el gas son
recursos muy valiosos y se deben usar inteligentemente. “El petróleo
—como lo deduce Andrés Manuel López Obrador en el prólogo al libro de
AJR— tiene un carácter estratégico para todos los países. Es el motor
de la economía mundial. La mayor parte de las cosas que utilizamos en
la vida cotidiana y en la industria, provienen del petróleo y del gas,
incluso la electricidad. Y como este recurso no es renovable, y sólo se
produce en 20 países, su importancia económica crece cada día más”.
Durante décadas, Petróleos Mexicanos (Pemex) le ha dado a México el
capital suficiente para lo que suponemos debe ser invertido en el
desarrollo del país. Sin embargo, la mafia de México avanza cada vez
más en torno a su meta por imponer un gobierno apátrida de larga
duración, que satisfaga los intereses de Estados Unidos (EEUU) y
Europa, en detrimento de los intereses nacionales mexicanos. Un puñado
de torpes entreguistas (“mexicanos”) se ha dedicado a desmantelar el
legado de Lázaro Cárdenas, Pemex, pilar de la economía nacional. Más
allá de invertir en formar ingenieros capacitados o producir gasolina y
petroquímicos, o invertir en desarrollo industrial para convertir a
México en potencia energética, los vulgares peones (“mexicanos”) de las
parasitarias transnacionales privadas (extranjeras), desmantelan a
Pemex y lo tratan como su botín privado. Y están muy cerca de consumar
un robo de grandes magnitudes.
¿Por qué México debe
contribuir al consumismo depredador de EEUU y de países europeos? ¿Por
qué usar la riqueza nacional en beneficio de las Fuerzas Armadas
Estadounidenses, para dar energía a sus aviones, a sus barcos, a sus
tanques…?
Ante tanta infamia, son millones los que luchan por
la existencia de México como una nación libre, soberana e
independiente. Mientras México sea dependiente de las fuerzas
económicas malignas que se han desatado por el mundo, no hay desarrollo
ni futuro, y los beneficios seguirán siendo, exclusivamente, para los
oligarcas (nacionales como internacionales) quienes se están dando una
vida de reyes con dinero ajeno.
En vísperas del “feliz” cumpleaños 76 de Pemex, digamos ¡No a su desnacionalización!
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario