9/28/2014

Es preciso que el Estado mexicano cese la guerra sucia en contra de los normalistas y respete sus justas exigencias.

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No hay excusa que valga, no habrá nada que pueda decirse para justificar un crimen de esta naturaleza, no será posible catalogarlo como un hecho aislado, fortuito o un error individual de algún policía aislado.

El pasado 26 de Septiembre del 2014, en un claro crimen de Estado, en que intervinieron el municipio de Iguala, el Estado de Guerrero y la Federación, fueron asesinados tres jóvenes estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, Isidro Burgos, además de otros tres pobladores igualenses; no conformes con ello, la acción represiva continuó con detenciones y golpizas contra otras decenas de estudiantes. No hay excusa que valga, no habrá nada que pueda decirse para justificar un crimen de esta naturaleza, no será posible catalogarlo como un hecho aislado, fortuito o un error individual de algún policía aislado.

Es claro, desde hace años, que el Estado mexicano ha emprendido una guerra contra las Normales Rurales, particularmente contra la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México. Esta guerra ha consistido en un hostigamiento mediático, en la negación de condiciones para su estudio y trabajo y en tratar de decirle a la población que los normalistas son delincuentes por llevar a cabo las acciones de resistencia que les caracterizan. En los años recientes, los normalistas han sido víctimas, en todo el país, de ataques por parte de las fuerzas federales, estatales y municipales, además de sufrir prisión, supuestos accidentes y ocupación policíaco-militar de los planteles, sobre todo en Ayotzinapa y Tiripetío.

¿Alguien podría creer en estos momentos que el asesinato de tres normalistas por parte de un grupo policiaco es un accidente?

Es preciso que Ángel Aguirre Guerrero, Gobernador de Guerrero, José Luis Abarca Velázquez, presidente municipal de Iguala, y Enrique Peña Nieto, presidente de la República, respondan de manera inmediata por este triple homicidio, y sobre todo, es preciso que el Estado mexicano cese la guerra sucia en contra de los normalistas y respete sus justas exigencias.

¡Justicia a los caídos!

¡Castigo a los culpables!

¡Solución a las demandas de los normalistas!

Por la revolución y el futuro comunista

¡Proletarios de todos los países, uníos!

Comité central del Partido Comunista de México

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