10/13/2014

Libra Estrada censura de Televisa

Serpientes y Escaleras / Salvador García Soto
Una prueba de que los tiempos y la sociedad mexicana han cambiado, a pesar de las inercias que prevalecen en los que ejercen el poder —tanto el real como el de facto— es lo que ocurrirá esta semana con la película La dictadura perfecta del director Luis Estrada. Finalmente esta cinta, que narra cómo la televisión puso a un presidente en Los Pinos, llegará a las pantallas de cine con casi un año de retraso, luego de que sufriera un intento de censura por parte de Televisa, empresa que primero financió el proyecto pero que, al no gustarle el contenido, decidió vetarla y presionó para que no la exhibieran.
El próximo viernes, “si no hay mano negra”, como dice la publicidad oficial, se estrenará la cinta en la cadena Cinépolis, que finalmente aceptó exhibirla en sus salas en contra de la presión de Televisa. De hecho, la misma cadena, propiedad de la familia Ramírez, organizó la premier que se llevará a cabo hoy en uno de sus complejos de avenida Universidad.
La censura de Televisa se produjo en febrero de este año cuando el director Luis Estrada, que se había asociado con la empresa de Emilio Azcárraga Jean para coproducir el proyecto, les enseñó la cinta terminada. Los ejecutivos de la poderosa televisora conocieron en un inicio el guión que les mostró Estrada y aceptaron financiarlo como un intento de autocrítica y de limpiar su imagen tras los señalamientos por el papel que jugaron en la elección de 2012 y la campaña del presidente Enrique Peña Nieto.
Pero cuando los directivos de Televisa vieron la cinta terminada no sólo ya no les gustaron varias escenas donde se veía a un presidente ficticio —caracterizado por el actor Sergio Mayer— dominado por la televisora, sino que además se hablaba de la turbia relación con un gobernador, Carmelo Vargas, protagonista de la cinta encarnado por Damián Alcázar, a quien la empresa de la historia ayudaba a tapar un escándalo de corrupción con una campaña mediática y de manipulación de la opinión pública para hallar a dos niñas perdidas de la alta sociedad. 
Quien sabe si fue la parodia de la realidad o los paralelismos lo que ya no gustó a Televisa, pero cuando vieron la cinta terminada le dijeron a Estrada que no era lo que habían acordado y exigieron que les devolviera el dinero aportado a la producción. Pero el tema no paró ahí; rota la sociedad con Bandido Films, la televisora movió sus redes de poder en la industria cinematográfica y presionó a Fox y Universal, empresas que tienen intereses publicitarios y de negocios con Televisa, para que no aceptaran distribuir La dictadura perfecta e impedir su llegada a los circuitos comerciales. 
De pronto Estrada no sólo se vio sin socios, sino que tuvo que buscar recursos de emergencia para pagarle a Televisa y nuevos coproductores. Tuvo que cambiar incluso el nombre original de la historia llamada “Mentiras verdaderas” y viajó a EU para buscar canales de distribución fuera de las grandes cadenas. Tras varias gestiones, consiguió recursos y a una pequeña empresa de distribución que estaba lista para mover la cinta en circuitos de exhibición. 
Y ahí vino un nuevo problema: ni Cinemex ni Cinépolis, las dos principales cadenas de salas de cine en México, que acaparan la exhibición, mostraron interés por la cinta de Estrada nuevamente por presiones de la televisora. Tras varios meses de insistencia con Cinépolis, el director recibió la noticia de que aceptaban exhibir en sus complejos a La dictadura perfecta. 
La forma en que la familia Ramírez se convenció de exhibir la polémica cinta fue que alguien les dijo que les podía ocurrir lo mismo que en 2002 con la película El Crimen del Padre Amaro, de Carlos Carrera, la cuál por presiones de la Iglesia católica y por una petición directa del arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, la cadena Cinépolis se negó a exhibir. La cinta fue estrenada aquel año en las salas de Cinemex y generó tal polémica que comenzaron a acusar a Cinépolis de censura y al cabo de un par de semanas finalmente los cines de organización Ramírez tuvieron que programar la película ante la presión del público y el éxito de taquilla. 
Así fue que Luis Estrada y La dictadura perfecta vencieron a la censura, esta vez no del gobierno sino de Televisa. Y “si no hay mano negra” los mexicanos podrán ver esta cinta, aunque a algunos poderosos no les guste.
sgarciasoto@hotmail.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario