12/02/2014

Los periodistas pal café. . .




Vapuleado en las encuestas de opinión (sondeos como los que en su momento electoral utilizó con marrullería, en complicidad con ciertos medios y columnistas, para apuntalar la versión de que iba delante de manera irreversible en los comicios de 2012), Enrique Peña Nieto considera que ha llegado la hora de asomarse al lugar de los crímenes, así que este miércoles estará en Iguala, convenientemente convertido en el municipio expiatorio, como si la podredumbre integral del sistema se redujera a ese municipio guerrerense y sus alrededores.
El jefe máximo del sistema en crisis pretende confinar las responsabilidades al ámbito municipal, con Iguala como jurisdicción ejemplar y el resto del país como tierra susceptible de caer en la consideración discrecional de que ha sido alcanzada por los tentáculos del crimen organizado (que llegan mucho más alto, a niveles estatales y federal, en cuanto a políticos y fuerzas policiacas y armadas en general). Ahora, el pulgar voluble del césar de Los Pinos podrá declarar que en determinado municipio hay indicios de contubernio de autoridades con el narcotráfico y conexos para que opere una especie de extinción de dominio local para pasar al mando pinolero, si es que el solícito congreso federal aprueba en sus términos las pretensiones expansivas de Peña Nieto (pretensiones que recibieron el beneplácito del Departamento de Estado del gobierno gringo, donde consideraron muy afortunado el decálogo de medidas que acá a muchos parecieron efectistas, repetitivas e insuficientes. Lo curioso del caso es que la fuente de esa declaración dada a la agencia Efe fue una alta funcionaria de ese Departamento, pero la cual solicitó el anonimatohttp://bit.ly/12ht0Jv . Tragicómica postura de la potencia imperial que apoya a Peña Nieto pero sin dar la cara).
Tercer año de la administración priísta que se celebra en el Chiapas concesionado a los intereses de un gobernador frívolo y presupuestalmente futurista, Manuel Velasco Coello, a los enjuagues político-empresariales del partido ni-ni-ni (pues ni es Verde ni Ecologista ni de México) y a la Televisión Azteca de Ricardo Salinas Pliego, que incluso aspira a poner al siguiente gobernador. Peña Nieto escogió ese foro turbio para dar arranque a su segundo tercio (en las corridas de toros, es el que corresponde a las banderillas y los picadores), convencido de que ha hecho muchas cosas buenas y por tanto las tales encuestas de opinión no reflejan su punto de vista, el del sujeto a escrutinio.
Plural en sus cuitas, el mexiquense que ha declarado que Ayotzinapa somos todos y, ayer, en Cintalapa, que No estamos satisfechos, no se decidió a ser congruente, enarbolar una pancarta crítica y salir a manifestarse con libertad junto a los muchos miles que en ciudades mexicanas y del extranjero sostienen incansable la lucha por la aparición de los 43 normalistas rurales y contra la corrupción y la injusticia. Continuó desde la escenografía chiapaneca con el asistencialismo electoral que a partir de Prospera y con Rosario Robles como mariscal de campo se alista para los próximos comicios en que el PRI tratará de incrementar su cuantía en la cámara de diputados y en el elenco de gobernadores. Por lo pronto, la demanda de que Peña dejara la silla presidencial ha quedado en otro casillero del artículo 84 de la Constitución que regula la eventual falta absoluta de quien ocupe Los Pinos. A partir del primer minuto del uno de diciembre del tercer año de ejercicio, la hipotética ausencia del Presidente de la República sería sustituida por los diputados federales y los senadores, sin elecciones directas.
A la hora de teclear la presente columna los pasos cívicos avanzaban por todo el país, sin mayores incidentes, aunque a sabiendas de que al caer la noche suelen producirse los actos de violencia que, genuinos o provocados, o en una combinación de ambos factores, han dado pie a la arremetida de policías y luego han propiciado las investigaciones y capturas de activistas (algunas reflexiones sobre los riesgos de la protesta pública desbordada y las tentaciones gubernamentales de la mano dura fueron expresadas por el autor de estas líneas astilladas a Tele Sur en http://bit.ly/1pIoRrZ ).
En otro tema, ya está disponible el nuevo libro de Ana Lilia Pérez (autora de Camisas azules, manos negras y El cártel negro). Se titula Mares de cocaína: las rutas náuticas del narcotráfico (editorial Grijalbo) y en la presentación la autora asegura que “por medio de las rutas marítimas –en sociedad con mafiosos gallegos, colombianos, venezolanos, peruanos, británicos, italianos, chinos, turcos o rusos– los cárteles mexicanos han conquistado tierras tan lejanas como Australia, las remotas Islas Marshall o los puertos asiáticos. Asimismo, han contribuido a hacer de Guinea el primer narcoestado del mundo, de España la bodega de droga de Europa, de Panamá el puente central para el narcotráfico interoceánico, del Amazonas el afluente de navegación de los cargamentos y de diversos puertos mexicanos verdaderos narcopuertos. La operación en los mares es de tal nivel que los cárteles mexicanos han incluso impuesto el ‘pago de piso’ por el uso de las aguas para el trasiego”.
Ana Lilia Pérez vive actualmente en Alemania, luego de que en 2012 tuvo que dejar México por amenazas. En otra parte de su texto señala que las organizaciones criminales mexicanas son las más violentas, las mejor armadas y más adineradas, capaces de lavar su dinero en los más grandes consorcios financieros. Es su cartera la que hoy se disputan los ejecutivos de los bancos más renombrados, banqueros que aceptan de buena gana cargos criminales y pagar irrisorias multas con tal de continuar lucrando con las ganancias de ese capital negro, que indirectamente lleva tras de sí sangre, violencia, muerte y destrucción social.
Y, mientras el dólar sigue a la alza, y la credibilidad gubernamental a la baja, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Hernández, Fax: 5605-2099 juliohdz@jornada.com.mx




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Después de asimilar la caída internacional del petróleo que ocurrió a partir del viernes anterior, Pemex dio a conocer ayer por la tarde el precio de su producto de exportación: 62.26 dólares el barril. En junio de este año lo llegó a cotizar en 102.41 dólares. Es un descalabro severo, todavía mayor si se considera que está produciendo menos crudo. El peso resintió el golpe: el dólar brincó a 14.28 a la venta en ventanillas de bancos. La Secretaría de Hacienda intenta tranquilizar a la población con el argumento de que la producción de petróleo de las últimas semanas de este año y el próximo tiene un seguro por el cual recibirá 79 dólares por barril. Sólo que ese seguro cubre el presupuesto del gobierno, pero hay problemas colaterales que no puede impedir y afectan a la población. Uno de ellos es la devaluación y su efecto inevitable: la inflación. Además, ¿qué sucederá después de 2015? Algunos especialistas prevén que seguirá bajando el oro negro a niveles de 40 dólares el barril. Ayer por la tarde otra manifestación recorría las calles de la ciudad de México, convocada por los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos. Puede hacerse un coctel explosivo con la violencia, la corrupción y la crisis económica. Con este sombrío panorama arrancó el tercer año del sexenio de Peña Nieto.
Presidente que devalúa, se devalúa...
...dijo alguna vez con resignación José López Portillo, después de que se derrumbó el precio del petróleo y arrastró en su caída al peso. Eso sucedió en la década de los ochenta. López Portillo embistió contra los financieros mexicanos, los culpó del desastre y expropió sus bancos. Ahí comenzó una historia trágica que no termina aún. Estamos frente a una nueva devaluación y el motivo es otra caída del crudo. Los planes para superar la dependencia no se han cumplido cabalmente. El único lado bueno que tiene es que de algún modo frenará por un tiempo la codicia de políticos y empresarios privados que ya sentían suya la riqueza petrolera, como resultado de la reforma energética. Por el momento no será prudente que pongan a caminar sus proyectos.
Los paisanos al rescate
La ayuda para salvar la situación está llegando de nuestros paisanos. Este año han enviado a México –hasta el mes de octubre– 19 mil 629 millones de dólares. Es un aumento de 6.5 por ciento en relación con el año pasado. El Banco de México informó que durante ese mes entraron al país 2 mil 35 millones de dólares. Las familias están pudiendo cobrar mejor los dólares gracias al tipo de cambio arriba de 14 pesos. Sin embargo, devaluación atrae inflación. El beneficio será temporal porque ya comenzaron a subir los precios.
Nuevo presidente de la BMV
Jaime Ruiz Sacristán fue nombrado presidente del consejo de administración de la Bolsa Mexicana de Valores, en sustitución de Luis Téllez, quien renunció a este cargo y al de director general el pasado 21 de octubre. De acuerdo con la BMV, el nombramiento tendrá efecto a partir del primero de enero de 2015 y será por un periodo de dos años. A principios de noviembre, la BMV dijo que propondría a Ruiz Sacristán para presidir el consejo de administración y que separaría los cargos de presidente y de director general, el cual no ha sido designado aún. Ruiz Sacristán es ex presidente de la Asociación de Bancos de México, director general adjunto y miembro del consejo de administración del banco Bital. Actualmente forma parte de los consejos de administración de Mexichem, Ve Por Más y Combustibles del Bajío, entre otros. Es licenciado en administración de empresas por la Universidad Anáhuac y tiene una maestría en la misma disciplina por la Universidad Northwestern, en Illinois.



Desde el comienzo mismo de su estancia en Los Pinos, Enrique Peña Nieto fue advertido por propios y extraños de que su gobierno estaba frito si no daba resultados positivos a corto plazo. Al país y a sus habitantes les urgía salir del letargo económico, superar la violenta etapa calderonista, generar bienestar, combatir la corrupción y dejar atrás la política del discurso.
Obvio es que nada de ello sucedió. Por el contrario, la nueva administración gubernamental refrendó las limitaciones y vicios de su antecesora, y creyó suficiente el envoltorio reformista con el que se presentaba. Transcurrido el primer bienio, la economía se mantiene en el suelo, de la inseguridad se pasó a la violencia y de allí a la barbarie, el de por sí reducido nivel de bienestar se redujo aún más, la corrupción galopa, al igual que la impunidad, y el discurso rosa ha sido la mejor herramienta de gobierno.
Está frito, pues, y ante el hartazgo social, que se suma a la profunda crisis de credibilidad, el gobierno no cacha ni picha ni deja batear, como dirían los amantes de la pelota caliente, quienes tampoco olvidan aquel fabuloso augurio de arranque sexenal: vienen, de eso estoy convencido, mejores tiempos para todos los mexicanos, porque éste es el momento de México.
Transcurridos dos años, los tiempos, de por sí aciagos han empeorado sustancialmente ante la notoria ausencia de resultados y el cúmulo de errores y excesos, mientras el tan cacareado momento mexicano destaca por corrupto, represor y violento, hechos todos ellos que dan cuerpo a lo que será el tercer año de estancia en la residencia oficial. Eso sí, por promesas recicladas no paran, y el discurso oficial se mantiene igual de machacón que de hueco.
Con el paquete de reformas, que ofreció de arranque, el país entraría en el paraíso, la economía crecería a paso veloz, el futuro sería prometedor (Videgaray dixit) y, en fin, a los mexicanos les iría tan bien que les faltaría tiempo para gozar tanto bienestar. Pero la realidad es cruel.
En 2013, por ejemplo, prometieron un crecimiento de 3.5 por ciento. Y sí, la economía mexicana destacó, pero por su pésimo resultado. En el contexto latinoamericano se fue al suelo, y de 20 escalones posibles se ubicó en el número 19, con un avance de 1.1 por ciento, tres veces por debajo del ofrecido y menos de la mitad del promedio regional. Sólo como comparativo, la haitiana creció 4 por ciento.
Ese mismo año el producto interno bruto por habitante a duras penas e incrementó 0.2 por ciento, siete y medio veces menos que el promedio latinoamericano. Como ejemplo, el haitiano avanzó a un ritmo 2.5 tantos mayor que el mexicano. De hecho, el de todos los países centroamericanos resultó sustancialmente mayor al momento mexicano.



En noviembre de 1994 reseñamos en Itacate la primera edición del libro La cocina regional de Chihuahua, de Marcela Frías Neve y Jesús Vargas Valdez. Dos años después tuvimos el privilegio de presentar una segunda edición en el Museo Nacional de Culturas Populares (La Jornada, 9/10/97). Supimos entonces que además del interés por la cocina como importante seña de identidad y expresión cultural, compartíamos con Marcela y Jesús ideas y valores, la utopía de creer en un mejor futuro para México; así surgió una amistad que perdura hasta la fecha.
Ahora nos toca celebrar con ellos la tercera edición de este libro en pasta dura y ampliamente ilustrado con fotografías que contribuyen a mostrarnos las preparaciones, los ingredientes y los lugares en que se cocinan y comparten los alimentos. La edita la Agencia Promotora de Publicaciones, con el apoyo del gobierno del estado de Chihuahua.
En la introducción se señala que la cocina del norte ha sido en general relegada, pues en la época colonial se hizo énfasis en la alimentación del centro de México; esta visión centralista continuó en el siglo XIX, para culminar en los años 40 del siglo XX, con una propaganda basada en iconos como la china poblana, el jarabe tapatío, los charros y el mole poblano, que pretendían representar al país, pero poco o nada tenían que ver con otras regiones.



Hace algunos años conocí a Eliades Ochoa y a la Estudiantina Invasora, cubanos de Santiago de Cuba, en una actuación en una calle donde termina la Alameda Central. Unos días más tarde fui al teatro Tepeyac, donde volvieron a presentarse Eliades con su Cuarteto Patria; antes de Buenavista Social Club, tuvo la gentileza de invitarme a cantar con él, lo cual hice con mucho gusto. Sirvió para iniciar una cercanía que mucho agradezco.Lo mismo puedo decir de la Estudiantina Invasora, de la que tengo una grabación que me obsequió Carlitos Vázquez. Dicha grabación contiene algo que hizo que mi curiosidad hiciera acto de presencia, pues en ella se mencionan varios nombres que me obligaron a seguir investigando, actividad que hago con mucho gusto. Dicen los Invasores: En Guantánamo el nengón, el changüí y el quirivá y allá en Santiago, señores, maracaibo y rumbanvá.


 

El segundo aniversario de la llegada de Enrique Peña Nieto a la presidencia, que se cumplió ayer en un escenario político y social convulsionado, hace pertinente revisar el desempeño de su gobierno en este primer tercio del sexenio en curso.

Solidaridad con los 43 normalistas desaparecidos
Ala sociedad en general, a los medios de comunicación: los trabajadores administrativos del Colegio de Ciencias y Humanidades, Plantel Oriente, de la Universidad Nacional Autónoma de México nos pronunciamos en solidaridad con los estudiantes de la normal de Ayotzinapa y exigimos que el gobierno federal emprenda las acciones necesarias para la presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos por la policía local de Iguala. Pedimos que se aplique todo el peso de la ley a los autores materiales e intelectuales de estos crímenes, incluyendo a los culpables por omisión, que no actuaron para impedir esta atrocidad.

Una y otra vez el PRI y el gobierno han defendido sus acciones frente al horror de Iguala. Se han quejado, asimismo, de desmesura y piden que seamos específicos: lo que ocurrió, dicen, es el asesinato de seis personas y la desaparición de 43 estudiantes normalistas en Iguala, Guerrero, el pasado 26 de septiembre, por policías municipales e integrantes del crimen organizado y Abarca ha sido capturado. Así se expresó César Camacho, por ejemplo, circunscribiendo la matanza de Iguala a los hechos ahí ocurridos, frente a quienes han demandado la renuncia del Presidente. Sucede que el propio Presidente dijo el jueves pasado, al hacer su propuesta frente al clamor nacional, que todos somos Ayotzinapa. Bien, parece que el Presidente coincide con todos los mexicanos en que Iguala iguala a toda la República en el inmenso peso de la ley de la selva que priva en la sociedad mexicana, y que después de Iguala nada puede ser igual en el país, no sólo en Iguala.

Roberto Zavala Trujillo es padre de Santiago Jesús, uno de los 49 niños que murieron en el incendio de la guardería ABC, en Hermosillo, Sonora. Apenas este 20 de noviembre, en el pleno de sesiones del Congreso de ese estado, junto a miles de manifestantes que ocuparon el edificio en solidaridad con Ayotzinapa, declaró: Desde Sonora, a más de 104 años, damos reinicio a la Revolución que no ha caminado.

En un primer momento Enrique Peña Nieto pretendió restringir el caso Ayotzinapa a un asunto local y fue el río de manifestaciones en todo el país y fuera de él, bajo el grito ¡Fue el Estado!, las que lo llevaron a asumir la investigación por conducto de la PGR. El pasado 28 de noviembre presentó su plan de seguridad y justicia en favor del estado de derecho y el desarrollo, hijo del Pacto por México, con el mismo formato, pero ahora con fuerzas políticas que, como la del PRD, llega en situación de debacle, mientras el PAN hace sus cálculos, pues tiene en la mira que el próximo año es electoral. El discurso de ese día ofrece un excelente autorretrato del peñanietismo con su llamado nuevo proyecto de nación. Su tesis central es que no fue el Estado: Hace dos meses, México sufrió uno de los ataques más cobardes y crueles del crimen organizado. Los actos inhumanos y de barbarie, ocurridos el 26 y 27 de septiembre en Iguala, Guerrero. En seguida reconoce la responsabilidad de policías y autoridades municipales al servicio de la delincuencia organizada, ¿por ello no son servidores públicos? ¿no son parte del Estado los municipios? pese a que en la averiguación previa abierta contra los uniformados (la HID/DC/02/0993/2014), referida por la revista Proceso, se anotó que la agresión a los normalistas de Ayotzinapa no fue perpetrada sólo por policías municipales y encapuchados vestidos de civil; también participaron elementos de la Policía Federal y tropas del Ejército. Luego anotó que al Estado sólo le toca investigar, o sea un simple Ministerio Público, y sin reconocer que se tardó 10 días anota que dio la instrucción de atraer el caso. Ya en sus terrenos federales, la PGR ha convertido los crímenes de lesa humanidad en delitos comunes. Afirmó que a la fecha, se han detenido y puesto a disposición de la justicia a 79 probables responsables, incluyendo a los autores intelectuales, así como al líder y a los principales operadores del grupo criminal que cometió estos actos brutales. A ninguno se le ha consignado por desaparición forzada; no pueden hacerlo, pues se les viene abajo su construcción en torno a que simplemente autoridades municipales entregaron a los estudiantes al crimen organizado pero no fue el Estado. Nada dijo de redireccionar las líneas de investigación y buscarlos vivos, como exigen los familiares de los jóvenes.

El 6 de diciembre de 1914 la División del Norte y el Ejército Libertador del Sur desfilaron triunfalmente en la capital de la República. Detrás de las escoltas personales de sus comandantes en jefe, los surianos vestidos de charro y los dorados de caqui y sombrero de fieltro, venían los jefes de la columna: al centro, ataviado con un magnífico traje de charro y montando un caballo rosillo, Emiliano Zapata. A su derecha cabalgaba el general Tomás Urbina, el León de Durango; junto a él marchaba el joven general sinaloense Rafael Buelna. A la izquierda de Zapata, haciendo caracolear su soberbio alazán tostado, el general Francisco Villa, enfundado en un sobrio uniforme azul, respondía sonriente a los vítores de la multitud. A su izquierda, los generales Rodolfo Fierro y Mateo Almanza. Los seguían 18 mil hombres de las tropas del sur, y cerraban el desfile 15 mil soldados villistas de las tres armas encabezados por el general Felipe Ángeles.

El sábado 15 de noviembre los jóvenes Bryan Reyes Rodríguez y Jacqueline Santana López fueron secuestrados por efectivos de la Dirección General de Operaciones e Infiltración de la Coordinación de Operaciones Encubiertas, perteneciente a la Comisión Nacional de Seguridad, quienes los presentaron ante el Ministerio Público y los acusaron por el delito inverosímil de asaltar con cuchillos de cocina a tres policías y robarle 500 pesos a uno de ellos. Ambos siguen en cautiverio.
La respuesta del gobierno federal ante las protestas por los actos de barbarie ocurridos en el estado de Guerrero el pasado septiembre, en los que fueron asesinadas seis personas y desaparecieron 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, tiene en el mensaje presidencial del jueves pasado dos componentes: por un lado, un decálogo que incluye el anuncio de reformas de carácter judicial, policiaco y para el combate a la corrupción. Por otra parte, el reconocimiento de las raíces económicas y sociales que mantienen al sur de México en el rezago. Es conveniente detenerse en el examen de este segundo aspecto, pues, de llevarse a la práctica las reformas anunciadas para impulsar el desarrollo de los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, estaríamos ante uno de los cambios más importantes impulsados por un movimiento social en nuestro país en el presente siglo.

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