Por qué viajar en helicóptero? ¿Cuánto cuesta? ¿Son de gobierno? ¿Quién paga?
lasillarota.com
Los
gobernadores y legisladores perredistas ‘están viendo el temblor y no
se hincan’. Ahí tienen la turbulencia que sacude al señor David
Korenfeld, el de CONAGUA, el del reloj francés Richard Mille
de un millón de pesos, el de vacaciones con toda su familia en Vail,
Colorado, EUA, el de privatizar el agua nuestra de cada día y el de
todo cumplido para él desde la administración pública, el que no va a
renunciar-¡que no-que no y que no!…
… Aun así, los muy poderosos y opulentos gobernadores y legisladores
perredistas llegaron hondos y lirondos el a domingo pasado a Zitácuaro,
Michoacán, en su respectivo helicóptero para asistir al inicio de
campaña del señor Silvano Aureoles Conejo (PRD) que quiere ser
gobernador de esta entidad y que, aun sedicente político de izquierda,
cuenta con la sonrisa benévola del presidente Enrique Peña Nieto (PRI).
¡Habrase visto…!
Por supuesto, viajar en helicóptero es muy cómodo; se ve el mundo
mexicano desde arriba, no se sufre la monserga de la carretera, ni se
ve lo que pasa alrededor de cada uno; ver desde arriba es una forma de
poder y se consigue si, por ejemplo, se es gobierno y con recursos
suficientes porque pagar un viaje en helicóptero es muy caro ¿para
quién?
Según la empresa Helibajío, que se dedica a la renta de estas
aeronaves, tan sólo un helicóptero Augusta A 109, como el que usó el
señor Korenfeld cuesta unos tres mil 300 dólares por cada hora de
servicio al aire o no: Incluye dos pilotos para cinco pasajeros.
Así que, si son cinco los helicópteros los que ‘rentaron’ los
perredistas que cuidan los intereses de su pueblo y de la nación, según
juraron y perjuraron cuando tomaron posesión, entonces de entrada
tuvieron que pagar por lo menos 16,500 dólares, o sea 245,025 pesotes
contantes y sonantes. Esto, siempre y cuando los hubieran utilizado una
hora nada más, pero no, claro, los aparatos voladores estuvieron
detenidos en tierra mientras ocurría el evento al que acudieron apenas
unos 1,500 habitantes del lugar. Unas tres horas.
Casi un millón de pesos. Y este precio pagado sería el mínimo si las
naves fueran ‘standard’, pero algunas de ellas hubieran sido la envidia
de James Bond-007, como el Airbus XA-VRG que utilizó el titular del
gobierno de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez…
Naturalmente luego de lo ocurrido con el Señor del Agua, la pregunta
de los chicos de la prensa fue: ¿Por qué viajar en helicóptero? ¿Cuánto
cuesta? ¿Son de gobierno? ¿Quién paga? ¿Se pueden usar vehículos
oficiales para actos de partido?
Carlos Navarrete, líder nacional del PRD dijo que la aeronave es un
taxi aéreo, que lo tomó porque tenía que llegar pronto a Zitácuaro
debido al inicio de campaña de un perredista, que había mucho tránsito
en carreteras por la Semana Santa y que, a fin de cuentas, es un gasto
de campaña, que no se paga con dinero público… ¿Los fondos de campaña
no provienen de recursos públicos?
El gobernador de Morelos, Graco Ramírez, negó haber utilizado uno de
los helicópteros que hay en el gobierno del estado o destinar recursos
públicos para pagar por el servicio que lo transportó.
Dijo que asistió a Zitácuaro en una aeronave privada y la cual
no fue pagada con recursos públicos [¿lo pagó él de su bolsillo?]
además de que asistió en su calidad de militante del Partido de la
Revolución Democrática. En la entidad se corrieron las versiones de que
el helicóptero es el utilizado por la Policía de Mando Único. El
gobernador dijo que “nunca se utilizaría para asuntos que no se
relacionen con el tema de la seguridad”.
El gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega, quien por cierto anda
volando bajo, dijo que utilizó un servicio rentado por la dirigencia
del PRD del estado de Michoacán.
Al evento también llegaron en su nave voladora el diputado federal y
medio hermano del candidato del PRD-PT-PES y Nueva Alianza, Antonio
García Conejo, así como en otra el hidalguense y operador político
perredista José Guadarrama.
Una desvergüenza de todos ellos. Como la del señor Copperfield
–perdón, Korenfeld-. Todos en la misma tesitura: Gastar lo que no es de
ellos, gastar a manos llenas, hartarse de gastar lo que pagamos
nosotros con el trabajo de nosotros. Nada les duele. No es dinero suyo
y, por lo mismo…
Esto en un país de políticos cínicos, del color que se les mire; que
no entienden ni el momento histórico que vivimos, ni las crisis
económicas y sociales que padecemos; ni la tragedia de miles que no
tienen el pan nuestro de cada día: ellos, los que se dicen socialistas;
los que pregonan una política social como sustento de su ideología
partidaria pero que entienden como sociedad la que ven desde las nubes
de su poder inmenso al que llegaron por la debilidad de nuestra
democracia.
Según esto, al señor Korenfeld, el mismo de mirada superaquilina,
quien seguramente será un ejemplo a seguir por sus hijos, los mismos de
las maletas del domingo 29 de marzo, está siendo investigado por la
Secretaría de la Función Pública. Ya nos dirán en qué quedó la cosa…
¿Se investigará también a todos los funcionarios de altura y hasta
de medio pelo que se sirven con la cuchara grande todos los días
aprovechándose de los bienes públicos? ¿Nada más hay un Korenfeld?
…Dadas las actuales circunstancias del gran poder…, pues nada, que
todo esto va a quedar en agua de borrajas y, siguiendo la lógica de sus
tragedias y sus quebrantos, el escándalo del priísta como perredista y
de todos aquellos que hacen del país su imperio inmerecido, durará unos
cuántos días, luego, a otra cosa, mariposa… Les dicen sus asesores de
medios:
“Tú nomás aprieta los dientes, hasta que rechinen”, después, ya se les habrá olvidado. Ese es su consuelo.
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