6/07/2015

Elecciones inéditas


El escenario preelectoral contiene elementos inéditos, que nos previene de una jornada con resultados y dinámicas poselectorales con componentes novedosos. 

El escenario preelectoral de descontento en muchos sectores y territorios del país que están convocado a la violencia contra las instituciones electorales, al boicot electoral, al voto de repudio político, mal llamado, por el efecto jurídico, voto nulo, la participación, por primera vez, de candidatos independientes, un INE rebasado por la actuación ilegal de los partidos y un ejecutivo intentando ganar votos, de manera anticonstitucional, negociando su reforma madre, la llamada educativa; estos son algunos elementos que se presentan por primera ocasión en un proceso electoral y en dimensiones insoslayables.

Esperemos, aunque los riesgos existen, que la violencia no enlute a familias ni a la jornada. Y lo que no podremos negarnos aceptar, son las siguientes posibilidades, que pueden resultar muy interesantes si se capitalizan en el periodo interelectoral.

Uno. La posibilidad de que por el enojo y descontento no se realicen elecciones en algunas secciones y quizá distritos o municipios, mensaje claro de deslegitimación del sistema político electoral, por parte de algunos sectores.

Dos. La posibilidad de que la abstención, por obstrucción o voluntad política propia, sea mayor a la de procesos electorales anteriores, aunque distribuida de manera desigual, con alta participación dónde si hay alternativas electorales.

Tres. Incremento del voto de repudio político, desvirtuado por el discurso oficial del voto nulo, porque partidos y gobernantes saben que entre una alta abstención, anulación y voto por candidatos políticamente de ruptura, eufemísticamente llamados independientes – que no lo son y sí son de ruptura- como en su momento y guardando las proporciones, lo fueron: Madero, Vasconcelos, Andrew Almazán, Henríquez Guzmán, el Dr. Nava en San Luis Potosí, Adalberto Rosas en Sonora, Barrios en Chihuahua, el Ingeniero Cárdenas en 1988 y 1997, Fox en el 2000 y López Obrador en 1998 en Tabasco y en el 2006-2012 a nivel nacional, Alfaro en Jalisco en el 2012 y 2015 y posiblemente en el 2018, Kumamoto en el distrito 10 de Zapopan, Cluthier en el 4 de Sinaloa y el Bronco en Nuevo León. Los partidos en el poder saben que el incremento de estos tres factores; abstención, anulación, voto independiente y el voto a los partidos pequeños, los dinamitará, porque son votos de repudio y aunque ganen, su porcentaje de votación caerá.
Cuatro. Algún posible triunfo de candidatos independientes y partidos de reciente registro.

Quinto. Incremento de elecciones cerradas, de impugnaciones ante el Tribunal Federal Electoral y conflictos poselectorales.

La suma de todas estas posibilidades inéditas por lo novedoso o por la magnitud, si se capitalizan, asentadas las aguas electorales, desde una mirada de reconstrucción constitucional y con ello del sistema político mexicano, del sistema de partidos, del sistema electoral, del sistema educativo, del sistema de justicia, de la función pública, de la gobernanza democrática y del modelo económico en su relación con la desigualdad y los recursos naturales, el proceso electoral del 2015 nos ilusiona con la posibilidad, no de lo inédito y novedoso; sino de su potencial fundante de un nuevo ciclo para México y los mexicanos. A dos días, nos queda emplearnos a fondo y cruzar los dedos.

Tu voto hay que vigilarlo antes y durante el proceso electoral. El resultado de tu voto hay que cuidarlo al convertirse en poder.

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