Antonio Gershenson
Periódico La Jornada
Ya hemos hablado del
petróleo y de la influencia de la OPEP en su precio. Pues sí, subió poco
su producción de petróleo, pero real, a 32.33 millones de barriles
diarios y contribuyó a que siguieran bajando los precios. Los de la OPEP
bajaron en promedio de 33.64 dólares por barril el 15 de diciembre a
26.50 el 16 de enero.
La producción de México sigue reduciéndose, y la baja ya es casi
histórica. La producción disminuyó de 3 mil 383 millones de barriles
diarios en 2004 a 2 mil 548 en 2012, inmediatamente antes de este
sexenio, y a 2 mil 267 barriles diarios en 2015, según datos del año
completo.
La baja en relación con 2004 es de una tercera parte. Durante este sexenio, es de más del 10 por ciento.
Todas las previsiones son en el sentido de que la baja continúa. La
ilusión de que las trasnacionales van a aumentar está desmentida por la
experiencia.
Frente a estas bajas mencionadas, la zona con transnacionales ha sido
peor. Por ejemplo, Chicontepec, que además de entreguista es carísima
desde la inversión, baja su producción de 69 mil barriles diarios en
2012, a 42 mil en 2015, es decir 40 por ciento. En tanto, Burgos, de
mayor tamaño y otorgada por un gobierno del PAN, disminuyó la producción
de mil 515 mil barriles diarios en 2009, a mil 107 barriles en 2015, 27
por ciento.
Entonces debemos buscar otras fuentes de solución. Hemos visto que se
han formado grupos no electorales para resolver problemas. Los partidos
deberían dedicarse a solucionar estos y otros problemas.
Tratamos de resumir objetivos, tanto en el sector petrolero, tan afectado, como en general.
El petróleo no debe seguirse privatizando, es de la nación. Debe
administrarse por quienes conozcan el ramo y sean patriotas; debe ser
una unidad unificada, pero con ramos con funcionamiento propio.
La industria eléctrica debe devolverse a la nación, y operarse, también, por quienes conozcan el ramo y sean patriotas.
Se deben defender y desarrollar las instituciones de salud y seguridad social.
Nos oponemos a los acuerdos internacionales que afectan la salud, el
empleo, la libertad y la autonomía sindicales y los derechos humanos.
Se debe aplicar la reforma agraria y defender las tierras individuales y colectivas, acabando con los nuevo y viejo latifundios.
Libertad a los presos políticos, sindicales y de conciencia.
Que se detengan los asesinatos políticos, cívicos y en general antipopulares.
Respeto al sindicalismo, en especial al sindicalismo democrático.
Por la recuperación de los salarios, y por el derecho pleno a defenderlos.
Por la soberanía alimentaria, la defensa los recursos naturales y los territorios.
Por la derogación de las leyes que afectan a la dignidad nacional, a su tierra y a sus propiedades.
Alto a la destrucción de tierras, áreas productivas y viviendas populares.
Todos debemos defender estas y otras demandas. Con organizaciones
electorales, populares, de lucha por objetivos justos, o por grupos de
amigos o incluso por medios individuales.
Es positivo que dialoguen entre sí las organizaciones y es preciso que busquen unificar sus objetivos
Hemos visto que se recurre a diversas formas de agrupación. Tratemos de tener los mismos objetivos.
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