1/09/2017

Los periodistas pal café. . . . .



El dato más relevante, en lo inmediato, es la intensa y extendida protesta social a causa de los aumentos en los precios de los combustibles. Nunca antes, desde la etapa revolucionaria (que sentó las bases del actual sistema político), la nación había conocido un estremecimiento opositor de tal magnitud. Ese salto cualitativo en la toma colectiva de conciencia sobre la situación del país y de rechazo a autoridades y políticos se ha dado sin la participación de estructuras tradicionales de organización (como los partidos), sin un programa general compartido (la principal demanda es simple: reversa al gasolinazo, a la que se ha ido añadiendo la de Fuera Peña Nieto) y sin liderazgos fuertes que sean visibles.
Esa frescura, que podría parecer espontaneidad, pero en realidad es la acumulación deun hartazgo urgido de vías de desahogo, constituye la fortaleza del movimiento y, a la vez, su mayor debilidad. Durante décadas, la oposición política se ha concentrado en los escarceos electorales cíclicos y ha evadido la construcción de una auténtica oposición social. Los levantamientos cívicos que se han producido en casi todo el país han contado con episodios vibrantes y memorables en lugares como Monterrey (donde el gobernador Jaime Rodríguez Calderón ha sido fuertemente impugnado por la misma base social que había cultivado desde poses fanfarronas y demagogas); Ixmiquilpan, Hidalgo, donde hubo civiles muertos por balas gubernamentales; Tijuana (donde se llegaron a tomar los cruces internacionales, obligando al gobierno estadunidense a poner en marcha medidas especiales de protección), y Rosarito, la cabecera del municipio de Playas del Rosarito, en Baja California, donde un vehículo fue enfilado contra una valla de agentes federales, dejando heridos a varios de éstos, horas antes de que fuerzas policiacas liberaran el paso a pipas con combustible almacenado en esa población, para surtir a gasolineras del resto de la entidad (a la hora de cerrar esta columna se habían producido disparos de armas de fuego, al aire, para desalojar la reincidencia opositora en Nogales, Sonora, donde se mantenía obstruido el paso de trenes).
El segundo dato relevante, que va más allá de lo inmediato, ha sido la virtual sustitución de cualquier expectativa de oficio y vocación política en la cúpula federal, para implantar una peligrosa disposición a lo turbulento, a las provocaciones y el retorcimiento. Sin la sensatez política que le habría hecho ver la urgencia de recortar sus vacaciones de temporada para asumir expresamente el mando, o lo que le quedara de él, Enrique Peña Nieto (aún fija en la visión popular la estampa del mexiquense en un vacacional carrito de golf, mientras las protestas se multiplicaban) cometió dos errores más, en cadena nacional. Un par de mensajes que le confirmaron como un político sin la sensibilidad ni las artes para entender el momento nacional ni ofrecer algún viso de solución o esperanza.
El colmo de su desatino quedó consagrado en la frase pronunciada en su segunda comparecencia televisada, el qué hubieran hecho ustedes, emparentado en cuanto a ignorancia confesa e ineptitud operativa con el vine a aprender del nuevo secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso, y el ¿van a ler? del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer. Además, la narrativa peñista, repetida luego por sus secretarios, constituyó menos que una amenaza: reducir el precio de las gasolinas y el gas significaría la cancelación o disminución de programas sociales básicos. Todo ello mientras ex gobernadores, gobernadores en funciones y la élite del poder federal han sido exhibidos en faenas de pillaje absolutamente impune.
La proclividad de los gobernantes al pillaje, al saqueo, se convirtió en instrumento de provocación y distorsión de la protesta popular. En diferentes días y lugares se vivieron escenas de vandalismo, con patrones de conducta parecidos, como si grupos promovidos desde el poder, con garantía de impunidad, hubiesen sido soltados para crear una sicosis que confinara a las poblaciones a sus domicilios, convertidas las manifestaciones públicas y las actividades cotidianas en áreas de peligro. La pedagogía del miedo permitió el ingreso a escena de soldados y marinos, en una especie de adelanto de la Ley de Seguridad Interior, cuya aprobación en el Congreso federal es facilitada con estos montajes públicos de provocación del caos.
El escenario electoral también fue removido en estos días. El declinante Peña Nieto cedió a Donald Trump una pieza para el presente operativo y el futuro electoral, al nombrar como titular de Relaciones Exteriores a Luis Videgaray Caso, quien había sido retirado de la Secretaría de Hacienda a causa del papel principal que jugó en la visita a Los Pinos del entonces candidato republicano. Con ello, Peña Nieto ha entregado al futuro presidente de Estados Unidos la facultad de intervenir en la sucesión presidencial de 2018, ya sea mediante el representante de la Casa Blanca estadunidense en México, el citado Videgaray, o de alguno de los miembros de su fortalecido equipo.
La recuperación de una pieza propia (Videgaray y su grupo), que podría ser impuesta por voluntad y apoyo de Washington, ha hecho al peñismo prescindir de la opción B, que ha sido desinflada con la misma rapidez con la que se le había habilitado: Margarita Zavala pasa a un plano prescindible y su esposo, Felipe Calderón, ha sido acusado por Peña Nieto de haber quemado un billón de pesos en subsidios a las gasolinas. El eje Los Pinos-Washington, con el amigou Videgaray como gerente de sucursal, podría intentar la imposición fraudulenta de una figura desgastada e impopular (el propio Videgaray, o José Antonio Meade, por ejemplo) a contrapelo de una votación popular que favoreciera a Andrés Manuel López Obrador, a quien mucho sigue impulsando el escenario caótico que ha creado la pésima administración federal.
Y, mientras Peña Nieto anuncia hoy otro plan, ahora para el fortalecimiento y protección de la economía familiar, ¡hasta mañana! ,Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



Por supuesto que pocos creyeron le explicación de Peña Nieto en el sentido de que el gasolinazo no se debe a la reforma energética ni a los impuestos, sino al mercado internacional. ¿Qué es lo que está detrás del gasolinazo? Las claves podrían encontrarse en estos puntos: 1) El financiero: la advertencia de las tres principales calificadoras de crédito –Standard&Poor’s, Moodys y Fitch– para que equilibre ingresos y egresos del presupuesto y deje de endeudarse o recibirá una nota negativa. Esto sacaría por completo a México del interés de los inversionistas. Necesita pues, la recaudación de la gasolina para lograr ese balance. 2) El negocio: los tratos millonarios con las empresas de Estados Unidos que venden casi la mitad de la gasolina que consume nuestro país. Estarían en problemas si pierden a nuestro país como cliente. El presidente nos pregunta ¿qué hubieran hecho ustedes? No se necesita un título de la Universidad de Harvard para contestarle. En el primer escenario, frenar la corrupción y el despilfarro, para equilibrar el presupuesto y que no sea necesario pedir dinero prestado. Y en el segundo escenario, que es parte del primero, lo que procedería es que Pemex se haga cargo de las importaciones de gasolina a fin de ahorrar el moche que se embolsan los intermediarios. Todavía es tiempo, Presidente, porque el país se le está saliendo de las manos.
Anticipan el debut
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No cesan las protestas. Inopinadamente han tenido un efecto colateral. El gobierno ha mostrado a todo color su aparato de seguridad nacional compuesto de policías, granaderos, grupos de choque, agentes filtrados, espías, bots en redes sociales, para apagar cualquier expresión de inconformidad social. Será que anticipó su debut aunque probablemente lo diseñó para el 2018, si los resultados no favorecen al PRIAN. El equipo incluye a voceros de los partidos llamados de oposición, a fin de crear confusión. Esto es lo que dice el coordinador de los diputados del PAN, Marko Cortés. “Cuando el PAN fue gobierno federal propuso una reforma energética, lamentablemente el PRI se negó y fue hasta 2013 que finalmente se aprobó, desaprovechando el alto precio internacional del petróleo…” A ver, hoy día el petróleo esta a la mitad de su precio. Si hubieran aprobado la reforma en tiempos de Calderón, el gasolinazo hubiera sido doble. No dice el joven Marko, en esa aparente reclamación al PRI, que nunca se construyó la refinería de Tula que prometieron Fox y Calderón cuando entraron ríos de dólares.

¿También se llevarán la Ram?
Automóviles Fiat Chrysler se puso el guarache antes de espinarse con Trump. Anunció ayer que invertirá mil millones de dólares en requipar y modernizar dos plantas en la región central de Estados Unidos, una de las cuales será capaz de fabricar la camioneta Ram actualmente producida en México. Eso significa que posiblemente dejará sin empleo a centenares de trabajadores en nuestro país. El anuncio se produce en momentos en que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado con fuertes impuestos sobre los vehículos importados a Estados Unidos desde México, dice un Reporte de Reuters escrito por Bernie Woodall y Nick Carey.
Martín Moreno, concluye su programa
A través de su cuenta en Twitter, avisó el periodista Martín Moreno: “a las 2 pm me despido de mi noticiero que, por 11 años, transmití en @Reporte98_5 FM”. Moreno estaba haciendo un noticiario con sentido crítico e independiente que seguramente lastimó sensibilidades. Y optaron por sacarlo del aire. Cuando una puerta se cierra se abren otras más, querido Martín Moreno.



Sinopsis necesaria: una amplia gama de ONG, sociedades académicas, defensoras de los derechos humanos, de la igualdad de género, comunicadores, artistas, intelectuales, partidos políticos y aun asociaciones religiosas, denuncian permanentemente el creciente aumento del maltrato, la discriminación y la violencia ejercida en contra de las mujeres.
Por otra parte, prominen- tes personeros de la Iglesia hegemónica en el país, opinan que los datos que proporcionan los sectores anotados no son realmente significativos ni bastan para que las autoridades otorguen, a ese explicable desajuste en la convivencia intersexual, un tratamiento específico y especial. Como ejemplo, mencioné a ustedes la opinión de don Pedro Pablo, obispo de Quintana Roo quien, desde su innegable sapiencia de príncipe de la Iglesia, nos preguntó: ¿Por qué las mujeres tienen que ser diferentes? ¿Por qué su muerte no es un homicidio como todos? A estas cristianas e inteligentes declaraciones se sumó la airada queja del Centro Católico Multimedial, el cual dio a conocer que en los 26 años anteriores han habido 61 atentados contra miembros de la Iglesia católica, lo que convierte a México en el país más peligroso para ejercer el sacerdocio.
Como yo no sé nada de física cuántica, pedí consejo a la maestra Blanca Ponce y me dijo: 61 atentados contra miembros de la Iglesia, durante 26 años, representan 2.34 al año pero, si a los 61 restamos los dos casos de desaparecidos (a saber con quién y por qué desaparecieron) y los dos secuestros frustrados, estamos hablando de 57 casos, o sea, un promedio de 2.19 atentados por año. Sin pretender elaborar el ranking de los crímenes cometidos anualmente en nuestro país y otorgar diplomas a los sectores más favorecidos por la delincuencia, debemos reconocer que el registro que presenta Tragedia y crisol del sacerdocio en México, pinta muy poco frente a los datos que a continuación, presento a su consideración.




El gobierno peñanietista incrementó de forma brutal el precio de los combustibles. ¿Por qué? Bueno, asegura que “se trata de un aumento que viene del exterior” (EPN dixit) y que lisa y sencillamente se volvió más cara la gasolina en el mundo. Por lo mismo, dice, no hay manera de revertir (José Antonio Meade dixit) el megagasolinazo, que ha motivado la protesta social en cuando menos 25 estados de la República, y contando, amén del rechazo de los sectores productivos y la iniciativa privada en su conjunto, todo ello aderezado con alzas en las tarifas eléctricas y el gas.
El repudio ciudadano ha sido contundente, sin que el gobierno peñanietista atine a dar una explicación medianamente creíble de su decisión dolorosa, pero necesaria. Lo anterior, desde luego, en respuesta al primer mandarriazo gasolinero (de hasta 24 por ciento), pero no hay que olvidar que vienen más: el próximo 4 de febrero de nueva cuenta aumentará el precio (se estima que podría ser de 8 por ciento) y aún más el día 11 del mismo mes, todo para que a partir del día 18 los incrementos se den todos los días. La locura, pues, de tal suerte que EPN y sus muchachos decidieron apagar el fuego con gasolina.
Apenas el pasado 6 de octubre el secretario de Hacienda afirmó que no estamos ni cerca de afrontar una posible crisis en las finanzas públicas, pero el megagasolinazo confirma exactamente lo contrario, mientras el inquilino de Los Pinos pregunta a los ciudadanos ¿qué hubieran hecho ustedes? para evitar la mencionada alza de precios.
Bueno, de entrada Peña Nieto y sus muchachos debieron consultar a la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés), organismo del Departamento de Energía de Estados Unidos, el cual reporta que la gasolina que México importa de su país resulta ser la más barata desde 2004, es decir, todo lo contrario al pretexto del gobierno federal para aumentar hasta 24 por ciento el precio de los combustibles.
Prácticamente toda la gasolina que México importa proviene de Estados Unidos, es decir, del país donde, según sus instancias gubernamentales, el precio del combustible registra su menor cota de los pasados 13 años. De hecho, el reporte más fresco ubica el precio para el mercado estadunidense en un nivel 23.5 por ciento inferior al impuesto por Peña Nieto y sus muchachos a los consumidores mexicanos a partir del primero de enero de 2017.
La Jornada (Roberto González Amador) lo publicó así: “El precio de las gasolinas en Estados Unidos, uno de los factores esgrimidos por el gobierno federal para elevar el costo del combustible en México a partir de este mes, tuvo en 2016 el nivel más bajo desde 2004, reveló información del Departamento de Energía estadunidense. La gasolina en la región de Houston, principal punto de origen del combustible importado por México, tuvo el año que recién concluyó el precio más bajo de todo el territorio estadunidense, estableció la Administración de Información Energética.
“México importa, principalmente de Estados Unidos, 53 de cada 100 litros de combustible que consume, de acuerdo con datos de la Secretaría de Energía. Los precios minoristas de la gasolina regular en Estados Unidos promediaron 2.14 dólares por galón (3.78 litros) el año pasado, 29 centavos de dólar menos, reducción de 12 por ciento respecto de 2015, en lo que fue el promedio anual más bajo desde 2004, de acuerdo con un reporte de la EIA publicado ayer.
El bajo precio del petróleo crudo en 2015 fue la principal causa de la reducción en el costo de las gasolinas, añadió la EIA. En la costa del Golfo de México, área que incluye a Houston, los precios de la gasolina fueron los más bajos de Estados Unidos, apuntó la agencia. Esa región alberga la mitad de la capacidad de refinación y produce más gasolina de la que consume. Adicionalmente, los impuestos al combustible son de los más bajos del país, agregó. En 50 de las 52 semanas de 2016 los precios al menudeo de la gasolina en Houston fueron los más bajos de entre las 10 ciudades en que la EIA recolecta información, señala el reporte.
Es lo que informa la EIA, pero aquí el gobierno asegura que lisa y sencillamente se volvió más cara la gasolina en el mundo, aunque los precios imperantes en México son competitivos. Y sí, lo son, frente a los prevalecientes en Tanzania, Liberia, Sri Lanka, Níger y/o Congo, aunque por arriba de Islas Fiji, El Salvador, Vietnam y Guatemala.
Por otro lado, en su mensaje a la nación del jueves pasado, el inquilino de Los Pinos afirmó, tras lanzar una tanda de chantajes, que el gobierno no recibirá un centavo más de impuestos por el megagasolinazo. ¿Será? De acuerdo con la Ley de Ingresos para 2017, se estima que las arcas nacionales obtendrían alrededor de 285 mil millones de pesos por impuestos especial sobre producción y servicios (IEPS) a gasolinas y diésel, monto superior en 75 mil millones al estimado para el ejercicio 2016. Además, se carga IVA al precio final al consumidor.



Tomando como referencia el Derecho Especial de Giro (DEG), la unidad de cuenta que el Fondo Monetario Internacional calcula diariamente ponderado las alzas y bajas que entre sí presentan las cinco monedas de su canasta de divisas (el yuan chino fue incorporado el 1o de octubre pasado), tenemos que en 2016 se fortalecieron frente al DEG el dólar (3.29%) y el yen (6.38), mientras que se debilitaron el euro (-0.72%), la libra (-0.74) y el yuan (-3.60) (Gráfico 1).
El dólar acumula así tres años de una revaluación que si bien le atrae a Estados Unidos fondos especulativos en gran escala, también debilita su comercio exterior al encarecer sus exportaciones y abaratar sus importaciones.
Referencia dólar
En 2016 el dólar se revaluó 3.99 frente al euro y 17.30% frente a la libra esterlina (porcentajes en que, a la inversa, ambas monedas se devaluaron con el dólar) (Gráfico 2).
En la década 2006-2016, el dólar acumula una revaluación de 20.63% frente al euro, y de 37.57% frente a la libra (G-2a).




En Washington hay gritos de protesta y condena, más investigaciones y un intenso debate sobre una barbaridad, algo inaceptable, algo tan terrible que la propia democracia está en riesgo: un gobierno extranjero se atrevió a lanzar una campaña de influencia para manipular el proceso político interno de Estados Unidos.
La CIA, la FBI y la Agencia de Seguridad Nacional ofrecieron briefings al presidente Barack Obama y al presidente-electo Donald Trump, presentaron sus resultados ante el Congreso y emitieron un informe al público resumiendo sus conclusiones sobre cómo el gobierno de Vladimir Putin ordenó e implementó una campaña que incluyó sembrar y difundir noticias falsas, hackear y filtrar correos electrónicos tanto de la campaña de Hillary Clinton como del Comité Nacional Demócrata, y que todo esto era, primero, para minar la confiabilidad del proceso electoral, pero al final, para beneficiar la campaña de Trump y dañar a Clinton.
Suponiendo que todo, o parte de esto, sea cierto, no deja de llamar la atención que los directores de inteligencia, sus supuestos jefes en la Casa Blanca y en el Congreso y un amplio coro de analistas e intelectuales del establishment se atrevan acusar y condenar a un gobierno extranjero de intromisión en los asuntos políticos internos de otra nación, sin reconocer que Estados Unidos lo ha hecho, y lo sigue haciendo, en todo el mundo y desde hace décadas.
Estados Unidos ha intervenido para influir en los resultados de elecciones de otros países por lo menos 81 veces entre 1946 y el año 2000, según el experto Dov Levin de la Universidad Carnegie Mellon. Eso no incluye golpes de Estado o intentos para derrocar gobiernos –los famosos cambios de régimen– sino sólo intentos directos para influir en una elección a favor de una fuerza política. Si se incluyen éstas, el número de intervenciones es mucho más alto.




Se veía venir. Tantos sexenios de engaños, de indiferencia y autoengaño no daban para mucho. A lo sumo para irla medio pasando y guardar las apariencias como nación cuasi soberana y semidemocrática, unida y comprometida con valores universales y propios, con tradiciones arraigadas y hábitos importados, un endeble sistema educativo y medios de comunicación asignados para contrarrestarlo o inclusive sustituirlo, y con posibilidades de desarrollo sólo comparables a la voracidad de las élites y a la ceguera de la población.
Ni ocho décadas duró el sueño de la bien intencionada y casi enseguida bastardeada expropiación petrolera. Se construyeron sólo ocho refinerías –en Estados Unidos hay 140– y con la decisión de uno de los menudos gurús sexenales de desmantelar la de Azcapotzalco quedaron siete en condiciones de rezago. ¿A dónde se fueron las utilidades de la industria petrolera en todo este tiempo que no sólo no aumentó su infraestructura, sino que se volvió obsoleta? ¿A quién se le ocurrió convertir a Pemex en caja chica del gobierno en turno? ¿Cómo pudimos permitir sociedad y congresos tanta corrupción? Los 13 mandatarios anteriores tienen sus respuestas y justificaciones de lo injustificable. Hoy, el petróleo vuelve a sus poseedores iniciales, las empresas extranjeras, y sucesivos aumentos al precio de las gasolinas que tenemos que importar son el último gesto de una administración que de plano capituló.



Durante el fin de semana Medio Oriente fue azotado por una serie de atentados que dejaron decenas de personas muertas y una cifra mayor de heridos de distinta gravedad. El sábado al menos 60 personas murieron debido a la explosión de un camión cisterna en la ciudad siria de Azaz, en la frontera con Turquía. El domingo se produjeron dos atentados en mercados de la zona chiíta de Bagdad en los cuales perdieron la vida 13 y 15 personas, respectivamente, mientras en la zona oeste de Jerusalén cuatro soldados israelíes fueron asesinados por un camión lanzado contra un grupo de uniformados. Aunque sólo una de las explosiones en Bagdad fue reivindicada por el yihadista Estado Islámico (EI), todos los ataques referidos son atribuidos al citado grupo.

Tecnócratas se reparten culpas
Después de 33 años de seguir al pie de la letra los dictados del Fondo Monetario Internacional, de una estricta disciplina fiscal que encareció el costo de los servicios públicos, de mantener congelados los salarios en sus niveles más bajos desde el porfiriato, de aniquilar todo tipo de protección y apoyo a la industria nacional vuelve a estallar una severa crisis económica de las mismas dimensiones que las que ocurrieron en la década de los 70: macrodevaluación del peso, estancamiento económico, especulación, fuga de capitales.

La irresponsabilidad con la que Donald Trump ha manejado sus mensajes proteccionistas por medio de su cuenta de Twitter es ya motivo de preocupación por parte de un sinnúmero de importantes compañías alrededor del mundo. El impacto ocasionado con sus amenazas de castigar con 35 por ciento de impuestos arancelarios a las compañías que inviertan en la fabricación de sus productos fuera de Estados Unidos, específicamente en México, e intenten importarlos a esa nación ya ha causado problemas en algunas firmas que cotizan en el mercado de valores.

Los problemas que tenemos hoy en México no surgen de la nada. Son el efecto de una cadena de medidas equivocadas o perversas, de errores garrafales cometidos por quienes han gobernado de hace unos 20 o 25 años a la fecha; lo que hoy se trata de justificar sin conseguirlo, de explicar con balbuceos ensayados y repetición de lugares comunes, dichos sin chispa ni énfasis, con voz mortecina y ademanes acartonados que no convencen a nadie. Las cosas tienen una explicación, pero no la oficial.

Mucho se ha especulado sobre las consecuencias sociales y políticas del gasolinazo. Para muchos, lo ocurrido hasta ahora simplemente se trata de la reacción instintiva, incluso salvaje, ante el disgusto, reconocido por el propio Peña Nieto, por el inminente aumento de las gasolinas y el muy probable incremento desmedido de la canasta básica. Para otros, la reacción violenta se trataría de una operación medida y planeada por alguno o algunos de los aspirantes a la candidatura presidencial en 2018; para otros más, simplemente sería la mala fe de algunos políticos o partidos que se aprovechan de la circunstancia para obtener beneficios personales o de grupo (así lo dijo el presidente Peña Nieto).

Luego de un vacío gubernamental de dos semanas, el presidente Peña Nieto regresó de sus vacaciones y se encontró con la creciente inconformidad ciudadana por el aumento del precio de los hidrocarburos y la electricidad. Anuncia dos cambios en el gabinete. Su fiel Luis Videgaray llevará las riendas de la política exterior. El nuevo canciller reconoce que llega a aprender. Miguel Barbosa, coordinador de la bancada del PRD en el Senado, sostiene que Videgaray es un proyanqui y su designación, palomeada por Donald Trump. No es la primera vez que un importante funcionario reconoce no saber de los asuntos que le encarga el Presidente. Como el ex gobernador de Jalisco Alberto Cárdenas, a quien el señor Fox nombró titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales.

La era de la hegemonía estadunidense y de neoliberalismo es, por definición, un tiempo de turbulencias e incertidumbre. Nadie ni nada permite preveer con un mínimo de certidumbre ni el futuro inmediato, menos todavía los de mediano y largo plazos. Pero el cúmulo de acontecimientos permite proyectar a 2017 como un año en que se dibujará, con más claridad, el surgimiento de un mundo multipolar.

Al inicio del año se exhiben los flancos débiles de la economía y la política en el país. Imposible separarlos. El entorno se transforma de modo rápido. Las condiciones cambian y provocan reacciones que tienden a impulsarlos incluso mientras se pretende contenerlos. Esta es también una cuestión de índole práctica y que se abre de par en par.
No hay manera de minimizarlo. En México los periodistas corren más peligro que en ningún otro lugar del mundo. Y vean qué mundo. En su reporte anual, Reporteros Sin Fronteras (RSF) concluye que el país más mortífero para ejercer el periodismo no es Siria, a pesar de los estragos de su guerra civil, sino México. Al fin del verano iban nueve reporteros asesinados. “Sombrío balance, al cual se suma una larga lista de grilletes a la libertad de expresión: violencia, corrupción generalizada, impunidad, ausencia de marco legal sólido –y notoriamente de una ley que regule la distribución de publicidad oficial–, obstáculos para tener acceso a la información pública, fuerte concentración de medios, falta de recursos, de infraestructura y reconocimiento a la profesión”, escribe Emmanuel Colombié (Reporters Sans Frontières 53, invierno de 2016, París).


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