Montevideo
fue sede de un seminario internacional sobre los efectos de la objeción
de conciencia en el acceso a los servicios de salud sexual y
reproductiva. El congreso reunió a 50 expertos de 20 de países de
África, Europa y las Américas para compartir sus experiencias respecto
al aborto.
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AFP 2017/ Elmer Martinez
En
países donde la interrupción voluntaria del embarazo es un derecho de
larga trayectoria, las mujeres se encuentran con obstáculos al momento
de solicitarlo, como el rechazo de profesionales que niegan atenderlas
por estar personalmente en contra de la práctica, o sea, alegando
objeción de conciencia.
El seminario que se realizó en Uruguay buscó abrir el debate sobre
esta realidad. En Zona Violeta conversamos con Lilián Abracinskas,
directora de la organización Mujer y Salud en Uruguay (MYSU), una de las
instituciones que organizó el encuentro, y con Marina Davidashvili,
encargada de políticas de desarrollo del Foro de Parlamentarios Europeos
sobre Población y Desarrollo para esa zona.
"La objeción de conciencia existe también en el
servicio militar. Pero hay una gran diferencia. Cuando una persona se
niega a realizar el servicio militar comparece delante de un comité para
explicarse, y después tiene que dar otro servicio a su país, como un
servicio social. En el caso de los médicos que son objetores, no son
ellos las víctimas de su negación, sino las mujeres que no reciben el
tratamiento".
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