9/16/2017

Matar mujeres libres



Gabriela Rodríguez
La Jornada 
La mayoría de quienes asesinan y de quienes son asesinados son hombres, sin embargo, el número de víctimas del sexo femenino se está incrementando en el país, y además hay una forma distinta de matar hombres y de matar mujeres, la diferencia está en las formas.
Los hombres se matan en riñas y a balazos, por dinero y poder. A las mujeres se les asesina por oponerse a lo que ellas deben de ser de acuerdo con su género. Se les ataca por no acceder a los deseos, por celos, por incumplir su papel femenino de sometimiento y exclusividad, por ser libres y no comportarse como objetos pasivos. Antes de quitarles la vida hay que violarlas, luego garantizar impunidad. El rector de la Universidad Madero de Puebla, Job César Romero, expresó con nitidez el factor de libertad que está atrás de la violencia de género: este tipo de hechos se suscitan porque las mujeres se han vuelto más liberales. Para mí se debe a la descomposición de la sociedad y a las libertades que las chicas tienen. Ahora, cualquiera de ellas puede salir, a muy altas horas de la noche puede regresar. Ellas han ido ganando espacios en las familias para tener esa libertad, esa autonomía para viajar en su carro o en otros medios. Yo creo que en esa libertad, y en descomposición de la sociedad, se vuelven presas.
Hasta hace unos años, Ciudad de México era nuestra isla de libertades, en ningún país de la región ni en ninguna otra entidad, los derechos de las mujeres habían avanzado tanto como en este territorio: derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, al divorcio simplificado, al matrimonio del mismo sexo, tipificación del feminicidio como un delito autónomo, las más avanzadas leyes y programas para garantizar el acceso a una vida libre de violencia. Hoy la ciudad se estancó, y más, el ejercicio de los derechos de las mujeres retrocedió, la integridad de las capitalinas está en altísimo riesgo por el desprecio de funcionarios y por aumento del crimen organizado, tan negado por la máxima autoridad local. Hay que saber que el crecimiento del crimen organizado cambió las pautas. A la guerra del señor Calderón le debemos que el pueblo mexicano esté armado, que aumente la trata de mujeres, la brutalidad y el uso de armas de fuego a la hora de matarlas.
En esta ciudad están dadas las condiciones para declarar Alerta de género. De 2012 a 2016 las autoridades capitalinas han reconocido como feminicidios 260 casos: 17 en la delegación Álvaro Obregón; tres en Azcapotzalco; siete en Benito Juárez; 18 en Coyoacán; seis en Cuajimalpa; 24 en Cuauhtémoc; 29 en Gustavo A. Madero; nueve en Iztacalco; 59 en Iztapalapa; cinco en Magdalena Contreras; 12 en Miguel Hidalgo; seis en Milpa Alta; 16 en Tláhuac; 22 en Tlalpan; 11 en Venustiano Carranza ,y 16 en Xochimilco. Un conjunto de organizaciones no gubernamentales denunciaron aumento en las formas violentas de los asesinatos de mujeres en Ciudad de México: extrema saña en sus cuerpos, quitan la vida con disparos de arma de fuego, uso excesivo de fuerza física, asfixia, golpes, son degolladas o apuñaladas. La procuraduría capitalina reduce y manipula las cifras: de noviembre para acá, registra 101 casos atendidos por el laboratorio de genética forense, sólo considera aquellos casos en los que el MP tuvo la voluntad de investigarlos y tipificarlos como feminicidio, lo cual no corresponde al total de asesinatos de mujeres (feminicidios y homicidios dolosos). A ello se suma la desaparición de niñas y mujeres, muchas veces vinculada a la trata: de 2 mil 494 mujeres ausentes o extraviadas, se localizaron mil 836, y quedan 644 mujeres pendientes de localizar (60 por ciento entre recién nacidas y 17 años de edad).
Ante la falta de debida diligencia y de perspectiva de género, el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos para Todas y Todos y el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio solicitaron a la Secretaría de Gobernación, al Instituto Nacional de las Mujeres y a las autoridades capitalinas la emisión de la alerta por violencia de género contra las mujeres en Ciudad de México. Se pide reconocimiento real de la problemática de feminicidio, establecer un mecanismo de supervisión técnica y operativa, expertas/os en investigación criminal que evalúe las actuaciones integrales del protocolo de feminicidio, actualizar los estándares de protección a fin de garantizar efectivamente el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
Hay que reconocer que desde noviembre de 2016, la bancada de Morena en la Asamblea Legislativa solicitó la alerta de género en Ciudad de México. La diputada Beatriz Rojas lamentó que el PAN, el PRI y el PRD rechazaran la propuesta y que las autoridades capitalinas respondieran que hay violencia, pero no tanta ( El Universal 16/11/16). La madre de Lesby, la chica asesinada recientemente en la UNAM, denuncia que la procuraduría capitalina revictimiza a familiares de la víctima y argumenta suicidio donde hay claros signos de feminicidio.
La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) tendría que retomar su papel de defensor en estos casos, pero desafortunadamente ha perdido autonomía y se ha convertido en un actor distante de las víctimas y de los familiares; ha sido omisa, permisiva y funcional a intereses del gobierno local, ya no se pronuncia ante casos que ameritarían una voz muy firme, además ha hecho nombramientos vinculados a gobernantes que ponen en tela de juicio su imparcialidad. Más de 40 organizaciones civiles piden la no relección, que no continúe Perla Gómez Gallardo al frente de la CDHDF, exigen dotar de legitimidad el proceso de elección del próximo/a dirigente y elegir un perfil idóneo que abone al cambio la situación de deterioro en que nos encontramos, las y los chilangos.
Twitter: GabrielaRodr108

No hay comentarios.:

Publicar un comentario