Por: Lucía Melgar*
A
raíz de la desaparición y posible feminicidio de Daniela Ramírez, quien
el 18 de mayo le avisó a un amigo que un taxista quería secuestrarla,
ha circulado en redes el mensaje “¿Qué hacer si una amiga te dice que la
están secuestrando?”. Bien intencionado, este texto perturba. ¿A qué
grado de indefensión ante la normalización de la violencia criminal
hemos llegado para considerar necesario difundir consejos de este tipo?
Los secuestros desde luego no son novedad. El feminicidio azota al país
desde hace décadas, a muchas chicas y mujeres las han secuestrado y
luego desaparecido o asesinado en la capital. Lo perturbador, pues, no
es que se busque evitar estos crímenes, sino que, aun de buena fe, el
peso de la prevención y defensa se cargue, de nuevo, a las víctimas en
potencia.
¿Por qué, a 25 años del inicio del feminicidio (documentado) en
Ciudad Juárez, seguimos advirtiendo a niñas y mujeres: “no te pongas en
riesgo” o “avisa, huye, grita”? ¿Por qué nuestra respuesta ante el
horror sigue siendo privada, individual? ¿Por qué no hemos salido en
masa a las calles por el asesinato de Lesvy, el de Aidée, el de Daniela
(si es que son sus restos) y tantas más? ¿Por qué la marcha del Orgullo
de la diversidad atrae multitudes y la del 25 de noviembre escaso apoyo?
¿Por qué, a diez años de la sentencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos sobre el caso “Campo algodonero”, las autoridades
siguen sin prevenir la violencia machista, el feminicidio, ¿la trata y
la desaparición? ¿Acaso no recuerdan que en 2009 la CoIDH señaló que el
Estado mexicano era responsable por omisión y negligencia ya que no
había tomado medidas para prevenir el feminicidio?
Hoy seguimos constatando que la muerte violenta de mujeres por sus
parejas o desconocidos no les quita el sueño a las autoridades, más
dispuestas a la retórica que a investigar con seriedad o a diseñar una
política pública integral con perspectiva de género para prevenir y
sancionar la violencia feminicida. La PGJCDMX tardó más de un mes en
investigar en la zona donde desapareció Daniela; no ha aclarado el
asesinato de Aidée; no ha sancionado a funcionarias/os que
obstaculizaron la justicia en el “caso Narvarte” o el de Lesvy.
Si la PGJ anterior maquilló las cifras de delitos graves, ¿dónde
están los responsables? Por otro lado, tampoco se hacen valer las normas
que prohíben el sexismo y la promoción de la violencia machista en los
medios. No hay indicios de que se integre algún día la perspectiva de
género en los libros de texto o en la enseñanza pública. Tampoco las
universidades parecen dispuestas a incluirla en sus programas. ¿Cuántos
años más sin abogados, juezas, médicas, psicólogas, profesores que
entiendan la violencia de género?
Lo mismo que gobiernos anteriores –con menos sentido de la realidad
incluso– éste trivializa la violencia machista. La gobernadora
capitalina opta por el punitivismo y presume el aumento de penas por
robo de celulares, cuando urge reconstruir el sistema de justicia (no
llenar las cárceles); anuncia la “coordinación con la Guardia Nacional”
cuando debe saber que la militarización aumenta la violencia (contra las
mujeres en particular). En vez de fortalecerlos, el gobierno federal
recorta y retrasa los recursos para los refugios. En vez de mejorar la
educación, acuerda repartir por millones una “Cartilla moral”
trasnochada, que a muchas casas llegará acompañada de prédica religiosa.
Mientras tanto, desde la ciudadanía seguimos difundiendo avisos de
niñas y niños desaparecidos, nos indignamos por los secuestros y
feminicidios; tememos por nuestras familias y amistades, les repetimos
“cuídate”, “toma precauciones”. ¿Hemos exigido al menos que se regulen y
supervisen con seriedad taxis y servicios de transporte? ¿Sabemos qué
pasó con los secuestradores del metro?
Ni la mano dura, ni la militarización, ni la prédica moralina
resolverán estos problemas. La prevención individual y los buenos
consejos no bastan. ¿Será hora de exigir nuestro derecho a vivir sin
miedo ni violencia?
*Ensayista y crítica cultural, feminista.
Twitter: @luciamelp
CIMACFoto: Hazel Zamora Mendieta
Cimacnoticias | Ciudad de México.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario