5/31/2020

Columnas y opinión del periódico La Jornada


Endeudamiento y democracia
He oído, que cuando Daniel Cosío Villegas supo que el monto del adeudo de Echeverría pasaba de 24 mil millones de dólares, se quedó callado un momento y luego sentenció: ¡Nos han quebrado! Eso sucedió en los meses finales del gobierno de Echeverría y desde entonces hemos vivido sucesivamente ocho desastres al final de cada sexenio.
Las cosas no fueron así. Hasta 1970, Antonio Ortiz Mena logró mantener en términos manejables la deuda externa y orientó esos recursos al desarrollo. El país venía creciendo a una tasa de 6.5 de promedio desde los años 30. El sucesor de Echeverría, López Portillo, llevó la deuda a 80 mil millones. Se quería financiar una especie de fiebre de oro de la abundancia del petróleo. Los siguientes seis sexenios aplicaron las teorías conservadoras del neoliberalismo, redujeron el crecimiento de México y se siguieron endeudando.
Los presidentes en lugar de organizar las finanzas y reordenar la estructura tributaria, abusaron del endeudamiento y de los recursos petrolíferos, hasta dejar a México sin petróleo y con una deuda que, según ciertos cálculos, superó 400 mil millones de dólares.
Hoy se abre paso, después de las elecciones de 2018, un régimen distinto que dice entre, otras cosas, que seguirá políticas financieras al estilo de Ortiz Mena. Se dice distinto a la larga sucesión de gobiernos conservadores, marcados por la corrupción y la ineptitud que se mantuvieron en el poder alterando las elecciones.
El proyecto del nuevo gobierno va tomando forma, según transcurren sus primeros meses, y su perfil define el cambio que propone. Una nueva política de bienestar social; la transparencia; la austeridad y la eliminación del despilfarro; la consolidación de la democracia y terminar con el endeudamiento externo.
El estado de emergencia que vivimos obliga al gobierno a superar una prueba de primera magnitud. Los créditos internacionales están abiertos para México, pero el gobierno no los utilizará, obteniendo los recursos necesarios de sus propias políticas de racionalización del gasto. Va a orientar los recursos al rescate de la mayoría de los que viven al día. No sólo para hacer justicia, sino para mantener la seguridad social. Hay que recordar que el hambre es un enemigo peor que la pandemia.
Colaboró: Mario Antonio Domínguez
Twitter vs Trump y la Enmienda de la Decencia (sic) de las Comunicaciones
Suena paradójico que Trump, con 80 millones de seguidores en Twitter, se enfrasque en una feroz batalla contra la polémica red social que cuenta con 330 millones de suscriptores al mes en el mundo.
A diferencia de los discriminados multimedia, la sección 230 de la Enmienda de Decencia (sic) en Comunicaciones –que depende de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC)– otorga inmunidad a los gigantes de Internet frente a cualquier reclamo de libelo y/o difamación en la fase desinformativa de la Postverdad(https://bit.ly/36Iwkzk).

Una insólita censura a los tuits de Trump y la cuenta oficial (sic) de la Casa Blanca–que el presidente juzgó como un atentado a su inalienable libertad de expresión (https://bit.ly/36KAoz1)– orilló a que Trump utilizara una Orden Ejecutiva para intentar controlar a Twitter, en particular, y a las redes sociales,en general. Trump acusa a Twitter Inc. de EU de estar en contra de los conservadores y padecer sesgo izquierdista.

EU, un experimento social fracasado, afirma el filósofo Cornel West
“Lo que estamos presenciando en Estados Unidos es un experimento social fracasado”, dice en entrevista con CNN el filósofo Cornel West a propósito del asesinato por la policía del afroestadunidense George Floyd. Discípulo y seguidor de Martin Luther King, profesor de la Universidad de Harvard y veterano luchador social, West, autor de 20 libros y actor en la trilogía cinematográfica Matrix, explica:“Lo que quiero decir es que la historia de los negros por más de 200 años en Estados Unidos ha sido la de ver el fracaso de este país. Su economía capitalista no pudo generar y proveer de tal manera que la gente pudiera vivir vidas decentes. El Estado nación, su sistema de justicia criminal… legal, no pudieron generar protección a los derechos y libertades. Y ahora nuestra cultura, por supuesto, es tan orientada al mercado –todo a la venta, todo el mundo a la venta– que no puede entregar la clase de nutrición para el alma, para el sentido, para el propósito.”Pero la cuestión es que debemos luchar, concluyó. “Incluso en el momento en que tenemos un experimento social fracasado, debemos luchar. Debemos tener una coalición antifascista contra lo que está ocurriendo en la Casa Blanca y en el Partido Republicano. Y tenemos que decir la verdad acerca de la debilucha, cobarde actividad que vemos tan frecuentemente en el ala neoliberal del Partido Demócrata… “Cuando vi esas imágenes en Atlanta, podía ver al hermano Martin (Luther King), allí mismo en Atlanta, diciendo: ‘Les advertí sobre el militarismo, sobre la pobreza. Les advertí sobre el materialismo, sobre el racismo en todas sus formas. Les advertí sobre la xenofobia… Ustedes están cosechando lo que sembraron’. Y en ese instante ustedes tienen al hermano George (Floyd) –está tan claro– fue un linchamiento al más alto nivel. Nadie puede negarlo.”
Según West, Estados Unidos enfrenta una decisión ahora entre una revolución no violenta o continuar con las fallas del statu quo. Y lo que quiero decir por revolución es compartir democráticamente el poder, los recursos, la riqueza y el respeto. Si no tenemos eso, vamos a tener más explosiones violentas.

El museo que ya hizo honor a uno de los símbolos de esta pandemia: el cubrebocas
El Museo Nacional de Praga inauguró en la semana una exhibición del símbolo más visible de la respuesta de la República Checa al coronavirus: mascarillas protectoras, que aquí denominamos cubrebocas.
El gobierno decretó a mediados de marzo que el uso de esos artículos era obligatorio en todo el país. En medio de la escasez inicial, muchas personas comenzaron a hacer las suyas con el material menos pensado y con gran creatividad .
Algunas de las mascarillas que ese exhiben en el museo fueron hechas por importantes diseñadores de moda, mientras otras son obras de muchas personas con gran ingenio casero e imaginativo.
Hay Modelos de distintos colores decorados con bordados, inscripciones e imágenes pintadas que se pueden apreciar detrás de las vitrinas de la sala.
Una fue realizada con un pedazo de tela en el que un niño autista de 15 años pintó un mapa de la red de transporte público de la capital. Una mujer creó otra con una camisa que su esposo usó en su boda. También en la exposición se puede ver un modelo con una solapa de velcro colocada estratégicamente para permitir beber.
Si queremos dejar un legado para futuras generaciones, esta colección de máscarillas dice cosas positivas sobre nosotros, dijo la portavoz del Museo Nacional, Lenka Bouckova. Como nación, somos capaces de enfrentar un reto de una forma positiva y mantenernos unidos. Las mascarillas son expresiones claras de eso.

Los domingos por la mañana –como siempre, como si no ocurriera nada–, desde lejos se escucha el caramillo. Con su sonido, agudo y medieval, el afilador pregona sus servicios. Ese hombre no piensa en el peligro que corre, no teme al contagio y no se protege cuando empieza su batalla contra el único mal que para él es de temerse: el hambre.

II
Inauguran el día. Con las primeras luces empiezan a circular por calles y avenidas. En esos recorridos agotan los restos de energía de sus motores averiados, quién sabe cuántas veces reconstruidos. Anuncia su aparición el tono alegre, inconfundible de la campanilla que con singular energía agita un muchacho. La música que sale de un equipo de sonido jadeante, equivale al llamado de un mago callejero que necesita avisar de su presencia y atraer espectadores.
De acuerdo con una orden de trabajo que conoce el equipo recolector –ahora integrado sólo por tres hombres–, los camiones se detienen en puntos estratégicos. Allí permanecen el tiempo necesario para que vayan apareciendo las mujeres que necesitan depositar en ellos sus bolsas repletas de basura: reflejos del consumo. Poco a poco van llenando el contenedor y, cuando es necesario, los bultos pasan de mano en mano hasta cubrir el capacete. Allí, tocadas por el sol, esas bolsas negras brillan como acerinas.
Cuando ya no hay más bolsas que recibir, los camiones vuelven a circular, avanzan tambaleándose bajo su carga descomunal. Sus tripulantes, atléticos, ágiles –muchas veces de aspecto estrafalario, fascinante, y con cierto sentido de la moda– llevan imágenes religiosas al cuello, cachuchas con las viseras hacia atrás, camisetas y pantalones entallados, tenis o zapatones. Como no usan cubrebocas, pueden escucharse con nitidez sus carcajadas –fuertes, retadoras, indiferentes al peligro– y algo de sus conversaciones:
Ni modo, ¿qué se le hace?, hay que salir a trabajar, si no: ¿de dónde?
III
Desde la ventana, varias veces lo he visto pasar frente a mi casa. Debe tener, cuando mucho, siete años y ya trabaja: vende dulces y gelatinas en la calle. Camina solo, sin más protección que un cubrebocas y las bendiciones que, tal vez, alguien le dio por la mañana. ¿Cuál de las dos cosas lo protegerá contra el mal? Espero que ambas, que ese niño llegue a la edad adulta y que olvide lo que necesite olvidar.

Boris Vian: jazz y literatura
Toda su vida, desde los comienzos de la juventud y hasta sus últimos instantes, Boris Vian exploró el universo del jazz, primero como músico, luego como escritor. En el primer caso fue un trompetista cumplidor que aprendió de manera autodidacta y se desarrolló como tal en bandas informales de la época. En el segundo plano, como crítico y novelista, defendió el género y su desarrollo contra ortodoxos, simuladores y plagiarios.
Formado en el ambiente más iconoclasta de la bohemia parisina de posguerra, Vian se paseaba de boite en boite, participando en grandes saraos en condición de intérprete o como simple observador de las actuaciones de otros. Dados su interés y pasión, le dio por escribir sobre todo lo que veía, escuchaba o entendía del jazz, logrando una abundante literatura bajo diversas formas: crítica, cuento, poesía, novelas, teatro, ensayos y retratos de músicos.
Muchos de estos textos fueron reunidos en Escritos sobre jazz, dos libros compilatorios en los que se descubre a un apasionado aficionado a la música sincopada, quien, más allá de su pasión musical, demuestra ser un extraordinario conocedor del género.


Editorial
Cumplidos 70 días del inicio de la Jornada Nacional de Sana Distancia y de las demás medidas sociales orientadas a disminuir la propagación del Covid-19 en México, estamos ante la inminencia de un periodo que las autoridades de Salud han definido como de nueva normalidad.

Pronunciamiento ante el golpismo
El Colectivo Morena Chilangos (Comochi) manifiesta la más firme convicción y su compromiso indeclinable en defensa de la insurgencia ciudadana, que con su voluntad a través del voto llevó a la presidencia de la República, por primera vez en la historia reciente del país, a un gobierno democrático popular con más de 30 millones de votos, con una abrumadora mayoría que le da legalidad y legitimidad nunca vistas en la historia de México.

La verdad es que mi país vive días monótonos, exhaustivamente mo­nótonos. Hasta la tensión creciente que vivimos es totalmente previsible.
Ha habido una mirada escrutadora sobre la península de Yucatán por el proyecto del Tren Maya. Las preocupaciones sobre las afectaciones ambientales y sociales que puede provocar en subregiones de la península han sido difundidas y ha dado pie a posicionamientos, en algunos casos, contrarios al proyecto en su conjunto. En un texto previo (https://www.jornada.com.mx/2020/ 02/06/opinion/018a2pol) expuse que éste era un tren que enfrentaba demonios, unos moraban en la preocupación socioambientalista y otros en el estancamiento y creciente desigualdad entre los tres estados de la península.
“Entren por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y mucho son los que entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida” (San Mateo, 17:13-14, Nueva Biblia Latinoamericana). Muchos pueden cruzar una puerta ancha, pero pocos una puerta estrecha; es fácil y cómodo caminar una senda amplia, pero dificultoso andar por una angosta. Jesús planteó un claro resultado diferenciado.
Con grandes cantidades de gasolina y tal vez otros combustibles, vienen desde Irán, hacia nuestro continente, cinco buques tanque. Zarparon desde sus costas viajando más de 12 mil 357 kilómetros para abastecer a Venezuela del petróleo que necesita. Cuatro de estas embarcaciones ya llegaron.
Si la economía no es, entonces está peor: somos nosotros quienes, por acción, omisión o arrogancia, hemos llevado a la sociedad al borde de un abismo de desempleo del que no hay memoria. Y no la hay porque nunca habíamos sido tantos ni tan urbanos, ni con tantos jóvenes; y es esta mezcla la que nos pone en las orillas, y de rodillas, de acontecimientos extremos, por graves y demoledores no sólo de la economía sino del conjunto del tejido social que da sentido y sostén a nuestra convivencia como república.

El Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) organiza las entregas de electricidad a los comercializadores –suministradores o no– y a los usuarios calificados en 108 zonas de carga. Los datos reales de estas entregas se tienen cuando el mismo Cenace realiza las liquidaciones. Así se instruye en la base 17 del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM). Las liquidaciones involucran a los 181 participantes del mercado de seis tipos. Hay 98 generadores (uno de intermediación), dos suministradores básicos, 54 suministradores calificados, dos suministradores de último recursos, 23 comercializadores no suministradores y, finalmente, dos usuarios calificados.
Hace unos días el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Poli, como se le conoce popularmente, cumplió 84 años de vida. Lo fundó en 1936 el presidente Lázaro Cárdenas con el propósito de organizar un sistema de enseñanza técnica para formar cuadros de obreros, técnicos y profesionistas que desarrollaran la industrialización de México.
Debido al confinamiento obligado debido a la pandemia, no puedo hacer mi caminata diaria en la calle.
Foto
▲ Carmen Gaitán, directora del Munal, durante una entrevista con La Jornada en febrero del año pasado. Foto Yazmín Ortega Cortés
Un populoso barrio de la ciudad de Monterrey parece vibrar cada día al ritmo de la cumbia y el vallenato. Es la pequeña Colombia que había ya retratado de modo sugerente el realizador regiomontano René Villarreal en Cumbia callera (2007), su memorable épica sentimental. En ese lugar las pandillas juveniles siguen imponiendo su ley en las calles y ahora colaboran abiertamente con el crimen organizado, que se presenta como benefactor de un pueblo al que reparte despensas en plena campaña electoral. En Ya no estoy aquí (2019), segundo largometraje de ficción de Fernando Frías de la Parra (Rezeta, 2012), el adolescente Ulises (Juan Daniel García), líder de los terkos lokos, una banda pacífica y traviesa, guarda distancia cautelosa con ese ejercicio diario de la violencia y sólo se ocupa en cultivar su afición por la música tropical, la vestimenta suelta, los cortes de pelo estrafalarios, y la meticulosa apropiación de un singular estilo de bailar del que se vuelve un maestro indiscutible.

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