6/22/2024

Contra el manspreading; más que una cuestión de espacio

 

.-Ciudad de México.- El manspreading o expansión masculina del espacio público es un término inglés, que se puede traducir como ‘hombre despatarrado’ y ha sido motivo de análisis desde el feminismo, incluso señalado como un micromachismo, que se ejerce desde el privilegio masculino arraigado en la cultura patriarcal y las mujeres en las zonas urbanas lo enfrentan de forma constante en el transporte público.

El efecto del manspreading en las mujeres va más allá de la incomodidad física; se trata de una manifestación de desigualdades de género arraigada que afecta la seguridad, la autonomía y la experiencia en el espacio público.

Este término describe el hábito o postura adoptada por algunos hombres de sentarse con las piernas abiertas de manera amplia, sin importar invadir el espacio de quienes están junto a ellos.

El concepto de manspreading surgió en las redes sociales a mediados de la década de 2010 y desde entonces ha sido objeto de discusiones en su impacto en la convivencia urbana.

Quienes critican esta práctica argumentan que es un gesto de dominio territorial o una muestra de falta de consideración hacia los demás pasajeros, especialmente para mujeres y cuando el espacio en transporte público es limitado y cada asiento cuenta.

Este micromachismo no solo afecta la comodidad física de otras personas en espacios compartidos, sino que transmite un mensaje de falta de respeto hacia los límites personales y la igualdad de derechos en el uso del espacio público.

Para muchas mujeres en el mundo, el manspreading no solo es incómodo debido a la invasión física del espacio personal, sino que también puede llevar a una sensación de invisibilidad o exclusión en entornos públicos.

Cuando hombres adoptan esta postura, frecuentemente sin considerar a quienes están a su alrededor, las mujeres pueden sentirse menos capaces de reclamar su propio espacio o de moverse libremente .

Reacciones y respuestas feministas

Las respuestas feministas al manspreading han variado en diversas partes del mundo, desde campañas de concienciación hasta iniciativas de políticas públicas que buscan educar sobre la importancia del respeto mutuo y la igualdad en el espacio público.

Algunas ciudades han implementado medidas para abordar este problema, aunque la efectividad de estas acciones sigue siendo objeto de debate.

Diversas iniciativas han surgido para abordar el manspreading desde una perspectiva educativa y de concienciación. Campañas públicas y movimientos sociales buscan promover el respeto mutuo en el uso del espacio público y destacar cómo los comportamientos cotidianos pueden impactar en la experiencia de las mujeres y otras personas que viven condiciones de vulnerabilidad.

Es de mencionar el caso en Berlín, Alemania, de las activistas feministas Elena Buscaino y Mina Bonakdar, quienes pretenden sensibilizar a los hombres que usan el transporte público sobre el manspreading  o expansión masculina, la forma de sentarse “cómodamente”, sin tomar en cuenta a quienes van junto a ellos, a menudo mujeres.

Las actuaciones de estas dos berlinesas cuestionan las cuestiones de la dominación y el reparto del espacio urbano entre los sexos.

Elena Buscaino y Mina Bonakdar

Buscaban en el metro de Berlín, a hombres que se sientan realizando este micromachismo y frente a él, las dos mujeres se sentaban y separan repentinamente sus piernas, adoptando la postura de él y dejando al descubierto una inscripción pintada en sus pantalones: “¡Dejen de hacer manspreading!”.

Mina Bonakdar, junto con su amiga Elena, ambas estudiantes de Diseño, crearon la colectiva Riot Pant Project, para usar pantalones de segunda mano y escribir en los mismos en la entrepierna, frases como: «Dame espacio» o «Masculinidad tóxica», ellas imitan la actitud de los hombres de abrir los muslos para mostrar letreros en mayúsculas pegados.

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En 2014, Nueva York se convirtió en una de las primeras ciudades en abordar el manspreading con multas potenciales pero solo generaron una campaña de concienciación con el mensaje: “amigo, por favor, deja de extenderte”, que instaban a los pasajeros hombres a respetar el espacio personal de los demás, en especial de las mujeres.

Aunque inicialmente no se impusieron multas económicas de manera sistemática, el debate generado incentivó una mayor reflexión sobre las normas de comportamiento en el transporte público.

Desde 2017, en Madrid, España, lanzó una campaña de sensibilización que busca modificar los hábitos de comportamiento y promover una ocupación más equitativa del espacio en los autobuses y el metro al introducir un icono representativo.

Empresa Municipal de Transportes de Madrid

Perspectivas futuras

El debate sobre las multas por manspreading refleja un intento de encontrar un equilibrio entre el respeto al espacio personal y la promoción de la igualdad de género en entornos urbanos.

Más allá de las sanciones, muchos personas prefieren enfoques educativos y culturales que fomenten el entendimiento mutuo y la convivencia equitativa en espacios compartidos.

Mientras las multas por manspreading pueden ser vistas como una herramienta inicial para abordar comportamientos incómodos en el transporte público, el verdadero desafío radica en transformar las normas sociales y culturales que perpetúan desigualdades de género en el día a día.

El camino hacia una convivencia más respetuosa y equitativa sigue siendo un objetivo clave para las ciudades que buscan mejorar la calidad de vida de todos sus ciudadanos.

El debate sobre el manspreading invita a reflexionar sobre la necesidad de reconfigurar las normas sociales y de género que perpetúan comportamientos desiguales en el espacio público.

Fomentar un entorno donde todas las personas, independientemente de su género, puedan sentirse seguras, cómodas y respetadas es crucial para construir comunidades más inclusivas y equitativas.

Abordar este fenómeno requiere un esfuerzo colectivo para cambiar percepciones y comportamientos en pos de una convivencia más justa y respetuosa para todos.

México

En el país, no hemos tenido alguna iniciativa que impulse alguna campaña para hace conciencia de este micromachismo, aunque sin duda, sí se ha legislado sobre otra violencias que viven las mujeres en el espacio público.

El 27 de enero del 2024, entraron en vigor reformas a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, sobre espacios y transporte públicos libres de violencia y acoso sexual hacia las mujeres, ya que este viernes fueron publicadas en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

El documento destaca que en México, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016, las agresiones contra las mujeres ocurridas en la calle son principalmente de tipo sexual, y 8 de cada 10 indicaron que la persona responsable de estas agresiones había sido un desconocido. Se desprende que la vía pública y el transporte público son los lugares donde las mujeres son frecuentemente violentadas.

Además, vulnera los derechos humanos de las mujeres, impide su libre desarrollo y tránsito en el espacio público, pues son forzadas a modificar de ruta hacia su casa o destino final, evitar ciertas áreas de la ciudad, cambiar de vestimenta, no salir de noche y cambiar de residencia, lo que incide negativamente en la posibilidad de acceder a mejores condiciones de vida y a vivir una vida libre de violencia.

Por ello, el decreto, que fue aprobado por diputadas y diputados el 6 de diciembre de 2023 y fue canalizó al Ejecutivo federal, indica que el espacio púbico serán las áreas, espacios abiertos o predios de los asentamientos humanos destinados al uso, disfrute o aprovechamiento colectivo, de acceso generalizado y libre tránsito.

Precisa que la violencia sexual es la expresión de abuso de poder que se puede dar en el espacio público o privado. Establece que el Estado mexicano debe diseñar políticas públicas dirigidas al desarrollo de espacios y transportes públicos libres de todo tipo de violencia contra las mujeres, las adolescentes y las niñas.

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