9/13/2024

Columnas y opinión del periódico La Jornada viernes 13 de septiembre 2024

Derecha, de pena ajena // Urge limpia en la pandilla // Lilly Téllez y las monedas

No descubrió el hilo negro, pero el presidente López Obrador calificó el proceder de Enrique Krauze de pena ajena, aunque a todas luces el mandatario se quedó muy corto, pues en ese mismo paquete debió incluir al mundillo de la derecha autóctona que a lo largo del sexenio no dio una, hizo ridículo tras ridículo y sufrió derrota tras derrota, sólo para exhibirse aún más de lo que ya estaba.

Si esa derecha derrotada y por ella misma ridiculizada pretende mantenerse en la arena política por medio de sus personeros, lo primero que debe hacer, dado su rotundo fracaso, es una profunda limpia en la pandilla de escoria que armó, disfrazó y pagó en su fallido intento por dinamitar el avance de la Cuarta Transformación.

Así, debe comenzar por su operador Claudio X. González Guajardo –el júnior de la gruesa chequera– y seguir con los esperpénticos dirigentes partidistas (a Marko Cortés bien podría regresarlo al kínder y a Alito a la correccional), también dan pena ajena estrategas, propagandistas, analistas, intelectuales a modo, legisladores, sicarios mediáticos, bots y trolls en redes sociales, abogados, cabilderos, ministros, magistrados, jueces y demás empleados del Poder Judicial, estudiantes júniors con papás en San Lázaro y, de hecho, a todo el personal en su nómina, porque salieron muy buenos para cobrar, pero pésimos a la hora de dar resultados.

Para esa rancia derecha (aglutinada y escondida en el Consejo Mexicano de Negocios) lo anterior es más que desastroso, y no sólo por la pérdida de prácticamente todas las posiciones y privilegios que mantuvo durante décadas, sino por contravenir uno de los apotegmas que a capa y espada defiende: que todos sus empleados deben ser altamente productivos y ofrecer resultados positivos, pero con la pandilla de escoria que armó, disfrazó y financió obtuvo exactamente lo contrario, es decir, fracaso tras fracaso, derrota tras derrota, gruesa pérdida económica y una exhibida monumental. Una limpia profunda, pues, aunque queda claro que las cabezas ocultas, las que dan las órdenes y marcan las estrategias también deberían dedicarse a otra cosa, porque al final de cuentas ellas son las responsables de lo sucedido.

Para mayor rabia, con el hígado a punto de estallarle y en medio de un ataque de pánico, esa derecha recién se enteró que la reforma constitucional al Poder Judicial, aprobada por mayoría calificada, transitó triunfalmente la ruta de los congresos estatales. Hasta la tarde de ayer, 19 de ellos ya habían dado su visto bueno (como mínimo se requieren 17) y a lo largo de la noche la contabilidad creció y creció. Entonces, por muchas vueltas que den, por mucho dinero que inyecten, por mucho que presionen a los ministros en nómina y por mucho berrinche que arme, la citada reforma no solo es legal, sino un hecho histórico.

Muy a su pesar, esa misma derecha rancia recibió otro anuncio por cortesía del presidente López Obrador: sería bueno pensar que se publique (se promulgue) el 15 de septiembre, porque es una reforma importantísima, es reafirmar que en México hay una auténtica democracia, que el pueblo elige a sus representantes, a los servidores públicos de los tres poderes; que esa es la democracia, no las élites, no la llamada clase política, no la oligarquía. Todos, cada ciudadano, de acuerdo con la Constitución, tiene derecho a votar y a ser votado, y esa es la democracia representativa y al mismo tiempo democracia participativa.

Y sobre esa pandilla de escoria, el mandatario dijo que “hasta les tengo que agradecer; se han portado muy bien nuestros opositores. Me voy a quedar con las ganas de entregarles un reconocimiento: primer lugar, medalla de oro, a Claudio X González por su contribución a que continúe la transformación en nuestro país; además, ‘dirigentes’ de partidos, periodistas, conductores de radio y televisión famosos, esos también ayudaron muchísimo. Imagínense, desde que se pusieron de acuerdo para nombrar a los candidatos del bloque conservador nos hicieron un gran favor, porque no supieron escoger bien”.

Algo más: “son un fiasco hasta en lo intelectual. Cuando la gente se entrega por entero a la mentira, pierde imaginación, talento y decoro. Se metieron a ser los legitimadores del régimen de corrupción, y ellos fueron (Krauze, Aguilar Camín y conexos), desde la época de Salinas, los más famosos… Ahora están desquiciados”.

Las rebanadas del pastel

Resulta que las monedas lanzadas por la histérica Lilly Téllez a un legislador que traicionó al PAN fueron las mismas que a ella le arrojaron cuando traicionó a Morena. Ni en eso gastó.

Twitter: @cafevegacfvmexico_sa@hotmail.com

Cuatro formas de la teoría crítica de Marx en la visión de György Márkus / II

Si uno toma los propios textos de Marx y emprende la tediosa tarea de leerlos consecutivamente, con ojos supuestamente ingenuos –dice György Márkus (GM) en el Apéndice I de Language and Produ ction que he venido examinando, retomando la controversia entre ruptura y continuidad entre el joven Marx y el maduro– la primera impresión que obtiene es la de una extraordinaria continuidad. Esto puede explicarse, añade, por consideraciones subjetivo-biográficas. A partir de 1844 Marx trabajó, casi literalmente, en un único libro, sobre la crítica de la economía política, lo que invoca una visión de crecimiento casi orgánico de sus ideas y refleja la identidad y constancia de sus intenciones teóricas fundamentales, su teoría crítica (TC). Por TC, explica GM, entiendo, por el lado negativo, el rechazo por parte de Marx de todas las ideologías filosóficas previas que necesariamente reproducían la falsa alternativa de una aceptación acrítica o una crítica irreal de una realidad social dada. Por el lado positivo, la TC involucra el programa de una teoría que encuentra, en la realidad misma, las tendencias que apuntan hacia y luchan por, su propia superación. Esto es así puesto que la TC concibe la realidad no sólo como un objeto a ser descrito y explicado, sino también como un sujeto colectivo que, apropiándose de la TC alcanza su propia autoconciencia, la conciencia de sus necesidades radicales (NR) latentes, inducidas por las condiciones sociales, pero ‘insatisfacibles’ o incluso inarticulables, dentro del sistema capitalista. La TC estuvo acompañada por otras premisas constantes en Marx: materialismo práctico, identificación del proletariado como el sujeto revolucionario. Pero mi aseveración principal, dice GM; es que al interior de este marco invariante, cambios sustanciales en los puntos de vista de Marx estaban ocurriendo, referentes incluso a la forma de realización de la idea de la TC misma, así como 1. El método de la TC: concepciones variantes de la relación entre los aspectos empíricos (descriptivo-explicativos) y los aspectos valorativos. En relación con esto, alteraciones en la relación entre economía y filosofía. 2. La unificación postulada de teoría y práctica, concepciones cambiantes de la manera en que la TC podría y tendría que conectarse con el movimiento obrero. 3. El propósito de la actividad radical, teórico-práctica unificada, es decir, diferentes concepciones de la sociedad socialista, en primer lugar de la economía socialista. GM sintetiza lo anterior: “ en el desarrollo de Marx encontramos cuatro diferentes tipos o formas de TC” ejemplificadas, sobre todo, en: Los manuscritos de economía y filosofía (1844); en los escritos de 1846-47 ( La ideología alemana, Miseria de la filosofía y el manuscrito sobre los salarios); en los Grundrisse; y en El capital. A continuación GM aborda estas cuatro formas y caracteriza las diferencias entre ellas. Complementando los manuscritos de 1844 con extractos y notas contemporáneas de Marx, señala que él escribe para la publicación inmediata un libro sobre la crítica de la economía nacional, en el cual la discusión de temas puramente económicos, no contiene una sola idea original al respecto y contiene muy pocas críticas a los autores que va citando. Todo esto, añade, no se puede explicar por la ‘inmadurez’ de las ideas económicas de Marx, sino que hay detrás una concepción definida de las teorías económicas y de la posibilidad de su crítica socialista. Sigue así:

“De acuerdo con dicha concepción, el conjunto de teorías de la economía nacional burguesa presenta –justo en sus contradicciones lógicas– una descripción esencialmente correcta de la realidad empírica de la economía capitalista: representa la vida económica de la sociedad capitalista como un sistema cerrado con su propia lógica y finalidad. Es por ello que expresan adecuadamente la esencia de la sociedad burguesa: el divorcio y el dominio de motivos puramente económicos (maximización de ganancias y acumulación), de y sobre, el conjunto de la vida social, la reducción de todos los sujetos al papel de meros instrumentos de producción, subordinados a su movimiento y fines alienados. Estas teorías son, dice Marx explícitamente, todas igualmente falsas al ser consistentemente teorías económicas. Pues al representar la economía capitalista como un sistema con su propia lógica, implican que ella es racional. Todas niegan la casualidad, que es la única ley verdadera en una economía basada en la competencia; por ello fijan arbitrariamente como ley un momento o aspecto unilateral de su azaroso movimiento y por esta abstracción voluntarista cada una de estas teorías entra en contradicción con los hechos, consigo misma y con las teorías rivales. El pensamiento socialista podría superar estas contradicciones en teoría y en la práctica las antinomias reales de la irracional-anárquica economía capitalista, pero sólo si trasciende el punto de vista económico como tal. Una teoría económica socialista sería una contradictio in adjecto. La TC de la sociedad puede existir sólo como crítica filosófica de la economía nacional concebida como la “falsa conciencia necesaria, como la ideología del capitalismo –al confrontar el conjunto contradictorio de sus supuestas, reificadas leyes con la actividad viva, concreta y N de esos sujetos reales, de los cuales cínicamente hace abstracción.”

El método de esta crítica filosófica del Marx de 1844 es otra vez peculiar si se le contrasta con su desarrollo posterior, continúa GM. Toma la relación del trabajador con el mundo de la riqueza social como la establece la economía política. Después intenta demostrar que la relación del proletario –como individuo representativo de la sociedad burguesa– con el producto de su trabajo es sólo la expresión externalizada de la relación del trabajador con su propia actividad productiva que es, para Marx, el fenómeno esencial del trabajo alienado. En la sociedad capitalista la actividad del trabajador asalariado está determinada de un modo contradictorio: como la única fuente posible de todas las riquezas humanas y como la actualidad de la pobreza absoluta. Esta actividad alienada coloca, por una parte, el mundo entero de objetivaciones sociales en la forma de capital, y por la otra, la relación antagónica entre el proletario y el capitalista. Mediante esta crítica filosófica Marx busca reducir todos los aspectos y precondiciones alienadas y desarticuladas de la economía burguesa (descritas en la economía política como hechos accidentales o necesidades eternas) a la actividad viva del trabajador asalariado como su sujeto real. Así intenta evidenciar sus interconexiones inherentes, su necesidad históricamente condicionada, y al mismo tiempo su lugar en el proceso histórico global, entendido como la autocreación del ser humano en, y a través de, su propia actividad.

www.julioboltvinik.orgjulio.boltvinik@gmail.com.mx

El ejemplo de Chisholm

Primera vez que un museo de Estados Unidos ofrece una gran exposición para recordar a Shirley Chisholm en el centenario de su nacimiento (1924-2005). Ella es una de las mujeres afroestadunidenses más importantes de la historia del vecino país. El homenaje lo organizó el Museo de la Ciudad de Nueva York junto con el Proyecto Shirley Chisholm del Colegio Brooklyn.

Hija de padre guyanés y madre barbadense, antes de dedicarse a la política, Shirley trabajó mucho tiempo en la educación en su ciudad natal, Nueva York. En 1968 fue la primera mujer negra en ganar un escaño en el Congreso de Estados Unidos. Entonces ya era conocida por su franqueza. No dudó en expresar su descontento cuando fue asignada al comité de agricultura. La transfirieron entonces al que se ocupa de los veteranos y luego al de trabajo y educación.

Fue su campaña para la nominación demócrata en 1972 la que la elevó al rango de ícono. Su eslogan: Chisholm no comprada ni mandada. Fue una mujer independiente que deseaba ser portavoz de quienes han sido privados de sus derechos. Además de su oposición a la guerra de Vietnam, basó su campaña en la igualdad racial y entre hombres y mujeres. Más servicios para los pobres, mejor acceso a guarderías para madres trabajadoras, más diversidad en las escuelas. Ella atrajo el favor de los inmigrantes, la clase trabajadora afroestadunidense y las madres solteras.

Sin dinero suficiente para una campaña electoral, tuvo que luchar contra el rechazo de influyentes grupos feministas. La apoyaron los Panteras Negras, pero no otros grupos afroestadunidenses que deseaban un candidato varón. Machismo puro.

En la actual campaña electoral por la presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris tiene mucho que aprender sobre la vida y el legado de Shirley Chisholm. Para ello le bastaría escuchar sus intervenciones en el Congreso y en su campaña. Igualmente, a través de numerosos documentos históricos, arte, fotografías y videos, materiales que permiten al visitante reflexionar sobre Chisholm como una figura inspiradora para las generaciones posteriores y un agente de cambio cuyo trabajo permanece inacabado. Como se muestra en el excelente documental Miss América, de Canal +.

EDITORIAL 
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) anunció que reiniciará actividades a partir del próximo martes 17 de septiembre después del paro ilegal que mantuvo en protesta contra la reforma constitucional al Poder Judicial (PJ). Minutos antes, los trabajadores de esa rama del Estado que se encontraban en plantón fuera del recinto legislativo de San Lázaro comenzaron a retirar el bloqueo, y a lo largo del día algunos juzgados y oficinas del PJ anunciaron el regreso a sus labores.

Aunque todavía falta un acuerdo del Consejo de la Judicatura Federal para la reanudación total de actividades, en los hechos estas decisiones suponen el final del movimiento en defensa de los privilegios y la corrupción que imperan en el sistema de impartición de justicia.

Tal desenlace evidencia que el movimiento siempre careció de respaldo social, que fue una maquinación cupular dirigida a generar un impacto mediático y una coacción sobre los legisladores, y que se desvaneció tan pronto la cúpula lo dispuso. Lejos de generar simpatías populares y apreciación hacia el trabajo de jueces, magistrados y ministros, el intento de frenar la reforma causó un enorme daño al Poder Judicial al exhibir el desprecio por la ley entre sus máximos cargos, quienes azuzaron un levantamiento sin sentido que desembocó en la incivilidad y la barbarie.

En unas circunstancias tan delicadas para la Judicatura, la ministra Lenia Batres articuló una propuesta que ofrece a sus colegas una salida digna, así como la posibilidad de reivindicarse parcialmente ante los ojos de la ciudadanía coadyuvando a la mejora del PJ con el que se dicen comprometidos.

Batres invitó al máximo tribunal a instalar una mesa de transición que formule sugerencias de cara a la legislación secundaria que debe complementar los cambios en la Carta Magna, a diseñar los instrumentos normativos que permitan aprovechar los recursos del PJ para el funcionamiento del Tribunal de Disciplina Judicial, a garantizar el cumplimiento de obligaciones financieras y laborales señaladas en la reforma y, en suma, a tener un papel positivo a fin de reconstruir el orden constitucional y rencauzar las labores ordinarias del Poder Judicial.

Para tomar la oportunidad que se les presenta, los ministros pro oligárquicos deben deponer la arrogancia, el elitismo y el desprecio por la democracia que los ha caracterizado durante sus carreras, y en particular de cara a la reforma que será promulgada este fin de semana. Debe recordarse que, ante la iniciativa presidencial para sanear al PJ, los togados optaron por la cerrazón: en las múltiples ocasiones que tuvieron para dialogar y proponer, eligieron descalificar la transformación y reivindicar el indefendible statu quo; expresaron su convicción de encontrarse por encima del deber de rendir cuentas a la población y, en vez de dirigirse a la ciudadanía, realizaron conciliábulos clandestinos con políticos de derecha. Desde el inicio de su gestión, la ministra presidenta mostró su talante autoritario al negarse a dar cualquier explicación acerca de los fallos aberrantes de la Suprema Corte y los tribunales menores. Creyó ponerse por encima de 130 millones de mexicanos con un despótico mis sentencias hablan por mí.

Con una conducta menos arrogante y un mínimo respeto a la soberanía popular consagrada en la Constitución, los ministros reaccionarios podrían tener un aterrizaje suave y dar una salida decorosa a su aventura facciosa. También, por supuesto, pueden mantener sus posturas contrarias a la mayoría de la sociedad, optar por encerrarse en su soberbia, completar su aislamiento y rubricar su fracaso con una última derrota autoinfligida.

Septiembre, un mes de grandes cambios en la historia, señala

La coincidencia y sincronización se le rebelan al río del tiempo, capicúa y cábala le detienen las manecillas al reloj, formando un caprichoso recodo triangular. Estas son los 11 de septiembre: el de 1973 del bestial golpe de Estado en Chile y la muerte de su presidente, Salvador Allende, que definido socialista para el ensayo, error y horror del sistema capitalista, que desembocó en la imposición del más criminal modelo económico.

En 2001, el derrumbe de las torres gemelas en Nueva York, en el cual el escepticismo arrea a la elucubración si de verdad fue una venganza terrorista o autoatentado en el contexto del inicio de una decadencia estadunidense.

Y en 2024, la aprobación en el Senado la reforma al último bastión del conservadurismo, el Poder Judicial.

El común entre todos los hechos es el 11-09, fecha que está marcada por esplendor y decadencia del imperialismo yanqui y mercenarios de la derecha en el mundo, en particular en Latinoamérica.

La máxima en economía política y política económica: no hay coincidencias. La disputa por la hegemonía interimperialista bajará a ras de suelo de la lucha de clases. Urge arrebatar a la derecha la calle; si se recata y reactiva la real izquierda nos sobra para arrancarles risa y hasta el alma.


Ismael Cano Moreno

La derecha conservadora aparenta ser el pueblo
Los exabruptos de la senadora Lilly Téllez de que los morenistas le temen al pueblo me hizo recordar la discusión (Enrique Florescano e Isabel Gil, dixit) entre Francisco Primo de Verdad y el oidor Guillermo Aguirre. Ante la ausencia del rey, dijo el primero, la soberanía recae en el pueblo. Define pueblo, solicitó el segundo. Son las autoridades constituidas, dijo Primo de Verdad. Éstas, repuso Aguirre, no pueden serlo pues incluyen a la parcialidad de indios en la que se encuentra un descendiente de Moctezuma que reclama sus derechos.

Espantados, hacendados y alto clero exigieron detener cualquier reforma de los órganos de gobierno porque podría hacer intervenir al pueblo real. Vino el golpe de Estado de los hacendados contra el virrey Iturrigaray, seguido de la revolución de independencia por los criollos.

Hoy los derechistas conservadores, empezando por la legisladora Téllez, pretenden ser el pueblo real. Los demás somos un hato de borregos y, para elevar el nivel de la discusión, unos bellacos.
Saúl Renán León Hernández

Llamado a la defensa de la soberanía
El papel de Venezuela en la correlación mundial es enorme por su reserva de petróleo. Washington ha multiplicado golpes de Estado, magnicidio, paramilitarismo, presidente autoproclamado, robo de estaciones de servicio de FitGo, millones de dólares en oro, bloqueo a Petróleos de Venezuela y las casi mil sanciones para estrangularlo con hambre, caos y cobrárselo al pueblo venezolano que resiste por su conciencia.

Por su soberanía, la nación bolivariana tiene el mejor sistema electoral para contrarrestar el ataque cibernético a éste, a su banca, a la bolsa de valores, etcétera. Mientras la opositora Corina Machado solicitó a Benjamin Netanyahu la intervención militar. Hay gobiernos que llaman a repetir los comicios presidenciales de Venezuela haciendo eco en Estados Unidos.

Además, rechazamos la campaña mediática contra Andrés Manuel López Obrador que lo acusa de ser aliado del narco.

Unidad de todos los movimientos democráticos para defender la autodeterminación y soberanía de los pueblos del mundo en la marcha del 2 de octubre.

Jorge A. de León, Axel García Ancira, Enrique Vargas Anaya, Humberto Osnaya, Ángel Pasos, Ariel Arellano, Margarita Hidalgo, Carmen Rodríguez, José Luis Mendoza, Patricia Alfaro, Josefina Hernández, Armando Peláez, Esther Luna, Rosa Murillo, Malú Castro, Leticia García S., Dora Belmont, Adriana Castrejón y 20 firmas más

Voto decisivo

“No hay nadie que sea tan bueno
que no tenga algo de malo,
ni tampoco alguien tan malo
que no tenga algo de bueno”
comprobó el Congreso en pleno.
Pues con el voto de Yunes
que no se presentó el lunes
al darlo el martes, la gloria
dio un sufragio que hará historia
y a jueces quita lo impunes.
Guadalupe Martínez Galindo

Invitaciones

Reflexión y análisis
El Círculo de Reflexión, Análisis y Participación, y el Colectivo Buzón Ciudadano invitan a la reflexión y análisis: Del grito de Dolores a la 4T, con los historiadores Eduardo A. Pérez López y Miguel A. Sánchez Velasco. La cita es mañana a las 12 horas en el parque del Cartero José Refugio Ménez, colonia Postal, cerca del Metro Villa de Cortés. Para más información consultar las páginas de YouTube y de Facebook de El Buzonero y el perfil de X del Círculo de Reflexión.
Imelda Beristain, Víctor Flores, Rosa María Almanza, Luciano Aguilar, Salvador Munguía y 13 firmas más

Olla Popular
Este sábado 14 de septiembre los libreros del Jardín de Libros San Fernando realizaremos una Olla Popular para los grupos vulnerables del Jardín Guerrero (colonia Guerrero). Los libreros sabemos que con hambre no se lee.
¡Asiste y ayuda!
Información al 55 1906 9032
Facebook: Jardín de Libros San Fernando
Carlos Jacobo del Castillo Cisneros
 
La conmemoración de aquellos hechos, dados hace 177 años, rebasa los límites de una ceremonia cívico-militar. Fue, es y será siempre una bellísima evocación, efeméride casi olvidada. Lamentablemente existe una amplia brecha entre la gran profundidad del acto conmemorado y su olvido por la juventud.

Recién pregunté sobre la materia a un joven profesionista, a un estudiante universitario y a una joven preparatoriana. Con distintas frases coincidieron: No recordaban el acontecimiento. Si así andan los jóvenes escolarizados, ¿qué será en general de su porvenir?

En este ambiente de decadencia ética y cultural que está en expansión, las juventudes tienen cada vez menos opciones de vivir una vida digna. Su desempeño, sobre todo el de clases populares, más distantes aún de una razonable formación, se distingue por lo difícil de su incorporación al empeño nacional. Pareciera condición exigirles someterse a los antivalores de la levedad, de la intrascendencia.

De ser tan incierto como que se refiere, estos párrafos estarían señalando una realidad incómoda. Se juzgarían como fastidiosos, cursis o por lo menos insustanciales y sí, juzgados por las generaciones que hoy y mañana están a cargo del país, la civilidad falló como principio. Ellas desprecian las luces del pasado que aquí se evocan.

La remembranza del 13 de septiembre es un acto casi emblemático, pues poco de lo que se diga de él fue real, ni Juan de la Barrera era cadete ni murió en el castillo, tampoco hubo un héroe arrojado. El hecho general fue real en sí, histórico testimonial y documentalmente. Venturosamente la fortaleza de la evocación cívica no necesita de ello. El 13 de septiembre es auténtica emoción nacional, todos queremos creer más en su espíritu que en los eventuales hechos.

El acto central en Chapultepec es tremendamente emotivo: la majestad de castillo, la belleza del bosque, los himnos, las salvas de la artillería, su estruendo y el humo que producen disolviéndose luego entre las copas de los árboles. Todo es magnífico, incomparablemente emotivo. Ahí hay magia que emociona a todos.

La ausencia de convicción en lo trascendente de los valores vuelve a ser el tema. Hoy suena vacío escuchar justificaciones sobre que las virtudes son certidumbres profundas que determinan la manera noble de ser del ciudadano. Indudablemente forman parte de su identidad y están íntimamente relacionadas con sus respuestas a emociones y sentimientos.

Revisando el último medio siglo, los cambios en la conducta política y social son tan radicales que se puede hablar de una subversión de ellos. Nada es igual, hemos acorrientado todo, vulgarizando hasta el lenguaje, cuando éste es escaparate del temple. Así estamos ante la merma de lo respetable, del fin de la sensibilidad, el mutuo respeto y la primacía de la honestidad.

Los antivalores han invadido todos los sectores, vivimos una inacabable confusión, desorientación y conductas nocivas. Los sentimientos de honor, dignidad, cultura, vergüenza y respeto han desaparecido. Los sustituye la ambición, corrupción, nepotismo, ostentación, trivialidad. Ya no importa ser admirado, se prefiere ser envidiado.

Es por este ambiente que es necesario, a manera de sanación, recuperar a los héroes, tan genuinos como Morelos y aun a los discutibles. Estamos ayunos de ejemplaridad y hartos de ordinariez. Urge una gran lección de dignidad.

Habríamos de preguntarnos como padres, educadores o simples ciudadanos, por qué es más común encontrar a quienes conozcan por su nombre a los integrantes de una banda musical a que sepan dónde está el Molino del Rey.

En apoyo de lo dicho recordemos hechos: Haciendo propia la gran dignidad y valor que acredita Chapultepec, en enero de 1992 se reunieron en el castillo los jefes de Estado y de gobierno de México, España, Colombia, Guatemala, Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Panamá y Venezuela para firmar los Acuerdos de Paz de Chapultepec, acuerdos suscritos entre el gobierno de El Salvador y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) que pusieron fin a 12 años de la terrible guerra civil en El Salvador.

¿Por qué México, por qué Chapultepec y su castillo? Porque dar fin a 12 años de aquella guerra fratricida, de crueldad indescriptible, requerían un respaldo de grandeza, dignidad y respeto ejemplares. Por eso, porque el sello dado por la magia lo ofrecían la historia mágica del bosque y su alcázar. Por eso.

Lo he mencionado: apostar por la educación siempre será una de las opciones que nos brinde las mejores y mayores oportunidades para alcanzar nuestro más alto potencial de desarrollo, no sólo como personas. sino como sociedad. Sin embargo, a pesar de que a escala mundial la formación académica es una de las mayores preocupaciones, y sin duda, se han tomado urgentes e inminentes decisiones, quedan muchos retos a los que hay que hacer frente.

Claro que en muchas ocasiones es complejo destinar recursos suficientes a la educación, y no sólo hago referencia a los niveles gubernamentales, sino también al tema familiar, sobre todo cuando otras necesidades parecieran, si bien no más importantes sí urgentes, como salud, seguridad, alimentación, infraestructura o empleo.

Afortunadamente, con el paso de los años, hemos observado los enormes beneficios que implica la constante formación: es un motor del desarrollo social, aumenta las posibilidades laborales, reduce la pobreza, nos insta a la paz, brinda estabilidad, impulsa la democracia, mejora nuestra salud; sobre todo, nos hace replantearnos paradigmas y combatir miedos e intranquilidades, entre otros beneficios.

Han existido miles de personas que han dedicado gran parte de su vida a colaborar e impulsar temas educativos, remodelar los procesos de enseñanza y reformular las teorías que se han generado; una de las figuras que ha luchado incansablemente por la formación académica ha sido el papa Francisco, desde joven en su natal Argentina ha colaborado en diversos sectores de esta importante área.

Su llegada al Vaticano se ha traducido en un importante impulso a la educación, tal ha sido su interés que dos años después de ser elegido sucesor de San Pedro, en 2015 desde una de sus más importantes encíclicas, Laudato si’, abordó la trascendental relación entre conciencia ecológica y educación; siendo uno de los más arduos defensores de nuestra casa común y el trabajo orientado desde la escuela para su protección.

Dice un refrán africano que se necesita un pueblo entero para educar a un niño, y es que la labor no puede afrontarse desde una sola área o desde un único enfoque; es así que, siendo plenamente consciente de que la formación académica es un trabajo de todos, el 12 de septiembre de 2019, el Papa emitió un mensaje para invitar, sobre todo a los jóvenes, a asistir a un evento mundial el 14 de mayo de 2020, bajo el tema: reconstruir el pacto educativo global.

A partir de aquí durante eventos y conferencias se ha buscado poner en el centro de la atención global la importancia de la educación, incluso Francisco, mediante la constitución apostólica Praedicate evangelium (19/3/22), reformó la curia romana e instituyó el Dicasterio para la Cultura y la Educación, dirigido por el prefecto monseñor José Tolentino de Mendonça, ferviente amante de las letras y la cultura. Esta importante instancia comenzó formalmente su operación el 1º de junio de ese año, asumiendo los cometidos que hasta ese momento eran llevados por el pontificio Consejo de la Cultura y por la Congregación para la Educación Católica.

Pero, ¿cuál es el principal mensaje del Pacto Educativo Mundial? Claro que el tema requiere más de un artículo para ser examinado; cuenta con siete compromisos: 1) poner a la persona en el centro; 2) escuchar a las jóvenes generaciones; 3) promover a la mujer; 4) responsabilizar a la familia; 5) proteger a los más vulnerables y marginados; 6) renovar la economía y la política, y 7) cuidar la casa común.

Uno de los elementos más significativos sobre la labor del Papa radica en impulsar a que la escuela deje de verse como lugar limitado, tanto en horarios como en un espacio geográfico, sino más bien como plataformas de apoyo, donde, además de temas escolares, el amor y comprensión sirvan como vehículos de un diálogo empático, como organismos que trabajen a puertas abiertas fraternalmente.

Además, se debe reconocer que uno de los rasgos más relevantes de la educación es que indudablemente, nos ayuda a ejercitar nuestro potencial y salir de nuestra limitada visión y motivar cambios que a su vez se conviertan en esperanza; en una oportunidad para romper círculos viciosos, paradigmas y patrones negativos de conducta.

Cuestionarnos constantemente es una de las mejores herramientas para destruir la hegemonía, por lo que se debe reconocer que espiritualidad y cultura o educación, al contrario de lo que podría creerse, no deben ser abordados de manera separada, sino más bien como elementos conjuntos que al fusionarse nos permiten reconceptualizar nuestras relaciones.

De lo que sí podemos también estar convencidos, sobre todo tras la pandemia de 2020 y que se ha convertido en una de las batallas más complejas de los últimos tiempos, es que la solución se encuentra en el trabajo mancomunado, en poner la esperanza siempre como una guía que nos enseñará el mejor camino, en volver a los valores que hemos olvidado y comenzar así una verdadera reconstrucción del tejido social y por supuesto en reinventar la educación para que se centre en el diálogo abierto, la comprensión del prójimo y reconectar familia, Estado y sociedad.

*Consultor en temas de seguridad, inteligencia, educación, religión, justicia y política

En septiembre de 1847, después de las victorias de las tropas de Estados Unidos en los puntos de defensa de la periferia de la Ciudad de México, el ejército invasor se preparó para la ocupación de la capital de la República. El general en jefe W. Scott utilizó las columnas contraguerrilleras, formadas con presos de la cárcel de Puebla, armados y montados por los invasores, como la avanzada de su ejército, que cometieron desmanes, robos, asesinatos, saqueos y otros crímenes, como preludio del ingreso de la soldadesca enemiga.

Mientras, Antonio López de Santa Anna, violando la promesa de que defendería la ciudad calle por calle, ordenó la evacuación de las fuerzas armadas regulares, durante la noche del 13 de septiembre y la madrugada del día siguiente, pretextando la escasez de municiones. El ejército de línea mexicano, que contaba con suficientes hombres y pertrechos para proseguir la lucha, repetidamente vencido, pero no destruido, abandonó a su suerte a la población civil y a militares patriotas que, sin hacer caso del derrotismo de Santa Anna y su alta oficialidad, permanecieron junto al pueblo para resistir la inminente ocupación del centro político/administrativo de México.

En las primeras horas del 14 de septiembre, un destacamento, a las órdenes del general J. Quitman, iza la bandera extranjera en Palacio Nacional, después de que, según Guillermo Prieto, un disparo solitario había segado la vida del primer soldado enemigo que había intentado elevar su pabellón.

Alrededor de las 9 de la mañana, las tropas enemigas hacen su entrada a la ciudad. A la vista de los invasores en las calles, el pueblo llano comienza a reunirse en grupos y a organizarse espontáneamente: de balcones, azoteas, calles y plazuelas parten los primeros disparos contra la vanguardia de la división del general W. J. Worth, iniciándose una batalla desesperada que duró hasta la noche del día siguiente.

La mayoría de las fuentes bibliográficas estadunidenses repiten la versión del general W. Scott en su informe al secretario de Guerra, en el que afirma que la resistencia popular fue obra de los léperos y de convictos excarcelados por las autoridades mexicanas. Obviamente, para el jefe de un ejército extranjero que lleva adelante una guerra de conquista, es necesario denigrar la resistencia popular que encuentra, José María Roa Bárcena impugna semejante infundio, afirmando que es posible y probable, en momentos de confusión y desorden, se evadieran algunos criminales, creíble es que hayan tratado de ponerse a salvo antes de pelear contra el extranjero. Lo cierto es que las hostilidades provinieron de la parte resuelta y belicosa del vecindario. Un testigo y participante activo de los hechos de esos días contradice la versión de Scott: “Vi corriendo en tropel por la calle, con dirección a la esquina de la Amargura, un pelotón de hombres armados y a cuya cabeza iba un fraile, montado en brioso caballo, con hábitos arremangados y sosteniendo en sus manos nuestro pabellón de las Tres Garantías… El fraile influía aliento e inspiraba entusiasmo a los gritos de ¡viva México y mueran los yanquis! Así que los hombres que en el zaguán había, abandonaron éste para unirse al grupo de patriotas, y yo con ellos”.

El combate se generaliza por todas las calles, luchándose con toda clase de armas disponibles e improvisadas, escasos fusiles y mosquetones, lanzas, piedras, tabiques y macetas. La desigual contienda se prolonga por horas, cayendo numerosas víctimas por parte del pueblo; se combate con entusiasmo, aunque sin plan, sin orden, sin auxilio, sin ningún elemento que prometiera un buen resultado; pero lucha, sin embargo, terrible y digna de memoria (Prieto, Payno, et al., 328). El mando estadunidense ordena derribar con artillería la casa de donde se les disparase un tiro y dar muerte a todos sus habitantes; se fusila a los patriotas en el terreno de lucha, se irrumpe en las casas derribando puertas y se asesina a familias enteras.

Al caer la tarde del 15 de septiembre, agotadas las municiones, con cientos de bajas y heridos, sin esperanza de auxilio por parte del Ejército Nacional en retirada, la espontánea insurrección popular termina, ante la superioridad de la respuesta enemiga, lo insostenible de la situación y el desmoralizador espectáculo de la colaboración abierta con los invasores del Ayuntamiento de la ciudad y los sectores oligárquicos que se habían opuesto activamente a la insurrección y que veían con indiferencia la humillación de la patria, con tal de conservar sus intereses y su comodidad.(Payno y Prieto, et al., 328)

Una vez más, la clase dominante mexicana había traicionado este denodado aliento del pueblo por dejar constancia, ante las generaciones que vendrían, de que la capital de un país débil y dividido había caído frente a la agresión extranjera, sólo a costa de quienes habían sacrificado sus vidas por defenderla.

Temprano por la mañana, uno o dos días por semana ingresaba puntual y diligentemente a la crujía C de Lecumberri Juan Manuel Gómez Gutiérrez, quien fungía como abogado defensor de los presos del movimiento del 68 que pertenecíamos al Partido Comunista. En una de sus visitas le pregunté casi de manera ingenua e inocente: “Juan Manuel, explícame ¿cómo funciona eso que el gobernante en turno, Díaz Ordaz en este caso, les dé línea y consignas a los jueces que llevan nuestros procesos y que amenazan condenarnos por delitos que no hemos cometido? Con su amplia y jovial sonrisa me respondió: Américo, no te confundas, los jueces y magistrados no requieren de consignas pues saben perfectamente cómo actuar en estas circunstancias, de forma tal que coincida con los deseos y objetivos del grupo en el poder y del Estado.

En efecto, los jueces Eduardo Ferrer MacGregor, del fuero federal, y Rafael Murillo Aguilar, del fuero común, fueron los encargados de meter tras las rejas y procesar a más de un centenar de aprehendidos desde el mismo 26 de julio de 1968. Ellos se ensañaron y de modo expedito aceptaron el que se nos echara buena parte del Código Penal encima, acusándonos de todo lo ocurrido en la revuelta estudiantil-popular.

Nuestros abogados defensores nos advirtieron que debíamos prepararnos para una larga lucha, tanto en el terreno legal como, sobre todo, en el político, ya que nos esperaban tiempos recios y la perspectiva de una estadía prolongada en reclusión.

En diciembre de 1969 la mayoría de los presos del 68 iniciamos una huelga de hambre que se prolongó 42 días en reclamo de nuestra libertad y como protesta para que se agilizara el proceso judicial virtualmente paralizado. A la mitad de nuestra protesta fuimos brutalmente agredidos por reos del orden común, azuzados por las autoridades del penal con saldo de varios lesionados y heridos por disparos de los celadores que los apoyaban desde los torreones y azoteas de vigilancia. Nadie fue acusado por esa acción terrorista del Estado.

Hubieron de transcurrir más de dos años en cautiverio para que al fin nos presentaran a una audiencia judicial. En mi alegato de defensa ante los señores magistrados del Tribunal de Justicia del Distrito federal señalé que en “octubre de 1968, cuando el juez Murillo Aguilar me entregaba la boleta de formal prisión, me señaló que no nos preocupáramos, que se dictaría una ley de amnistía por medio de la cual el presidente saldría de la compleja situación en que se había metido. Imagínense, señores magistrados, cuál era el grado de certidumbre que había en él para considerarnos a priori culpables de los delitos que nos imputaba la procuraduría, ya sin mencionar la autoridad moral que podía tener ese sujeto para acusarnos”. Agregué que se nos aplicaba una justicia a la mexicana. Esa frase fue suficiente para que los togados se enfurecieran y no me permitieran seguir. Enorme fue mi frustración. No más de dos minutos duró la comparecencia que con esmero preparé por semanas.

Al referirse a la conjura comunista como el principal argumento de cargo en los procesos judiciales a los que nos sometieron, el propio ex ministro de la Suprema Corte José Ramón Cossío reconoce que con el proceso judicial se quiso castigar a los comunistas y detener su conspiración; eso no fue lo que se consiguió, de modo que el Estado y sus funcionarios quedaron en ridículo ( Biografía judicial del 68. Debate, 2020, p. 365). Al final, nuestra liberación, lo mismo que el encarcelamiento, obedeció a un plumazo al mediar la figura de desistimiento de la acción penal.

Siempre tratando de silenciarnos, a imagen y semejanza de las procuradurías, el Poder Judicial actuó como verdugo y cómplice, igual que una década atrás con los movimientos de los maestros y los ferrocarrileros, o contra Siqueiros, que lo mantuvieron en prisión durante cinco años por razones políticas e ideológicas; sin olvidar el Jueves de Corpus de 1971, cuando no se castigó a los responsables de la matanza. Los jueces y magistrados han actuado como una verdadera correa de transmisión sirviendo de manera sumisa e irresponsable los designios del bloque dominante de poder.

También durante la guerra sucia (1965-90) el Poder Judicial prácticamente se mantuvo al margen, siendo omiso para frenar la represión, crímenes y desapariciones perpetradas por el Estado.

Cuánta razón asistía al recordado y valiente abogado Juan Gómez Gutiérrez de que era un mito que jueces y magistrados tomarán sus decisiones como buenos guardianes de la ley y el derecho, pues interpretan fielmente las necesidades de la élite dominante, al formar parte de ella. La experiencia de décadas nos ha mostrado que el Poder Judicial y los tribunales se han convertido en uno de los baluartes más conspicuos y tenaces del bloque histórico de dominación en el país. Por ello no debemos caer en simplificaciones diciendo que su actual comportamiento y resistencia a ser reformado, obedezca a un afán y cultura de nepotismo, privilegios y corrupción. Y vaya que también les corren por las venas. De ahí que todo el sistema de justicia mexicano deba ser reformado de manera pronta e integral.

El Poder Judicial, al ser parte orgánica del Estado, no sólo no ha sido independiente del gobernante en turno, sino que su subalternidad es sistémica al responder a los intereses del bloque histórico de poder y acumulación capitalista, reafirmado tras la Revolución Mexicana. El mito de su supuesta autonomía forma parte del sistema de dominación ideológica y política. Paradójicamente este poder, puntualmente la Suprema Corte, durante este sexenio es cuando ha gozado de mayores márgenes de independencia y autonomía, merced a su antagonismo y oposición hacia el proyecto que encabeza López Obrador.

A ciencia cierta, no podemos asegurar que la reforma recién aprobada por el Legislativo vaya a resolver y superar el cúmulo de problemas que aquejan a esta institución elitista en términos de honorabilidad e imparcialidad en la aplicación de la ley, de una justicia pronta y expedita, así como en el reforzamiento de un estado de derecho pleno y democrático. Pero abrigamos confianza de que los avances que se logren, así sean pocos, serán mejores que lo que hoy tenemos, que hemos vivido y padecido durante muchas décadas.

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