descubrimientode América, o el
encuentrode dos mundos, hay pueblos, naciones y tribus indígenas que celebran los 532 años de resistencia, de sobrevivir a la colonización, al abandono, al despojo y a viejas y nuevas guerras contra su existencia.
En estos días, por ejemplo, lejos de cualquier festejo se encuentran
19 municipios indígenas de la Montaña de Guerrero. Aquí las comunidades
más empobrecidas del país sobreviven bajo los estragos del huracán John.
La ayuda gubernamental no llega, por lo que denunciaron el abandono en
al menos 242 comunidades indígenas que exigen que las autoridades
estatales y municipales los volteen a ver
.
El Centro de Derechos Humanos Tlachinollan documentó el desamparo en las más de 200 comunidades: puentes rotos, carreteras dañadas, cultivos afectados y viviendas destruidas, mientras los colectivos Gusanos de la Memoria y el Centro Cultural San Francisco continúan desafiando los caminos para internarse en las comunidades que quedaron aisladas, y a ellas están llevando maíz y materiales de construcción.
Después de entregar el acopio solidario a quien más lo necesita, Manuel Ta Safi escribe los siguiente: ...la
verdadera solidaridad va más allá de una entrega de material; es un
acto de humanidad que puede encender la esperanza en los corazones de la
gente y activar a que se organicen y luchen, porque hasta ahora ningún
representante del Estado los ha visitado, y para ser escuchados
necesitan mostrarse, hablar, visibilizarse... A nuestro regreso, nos
quedamos no sólo con las palabras de agradecimiento, sino también con el
compromiso de no olvidar a quienes enfrentan la adversidad en silencio
.
La Montaña guerrerense ha sufrido antes los embates del huracán Ingrid en 2013, la tormenta tropical Manuel, y ahora el huracán John. Pareciera
que los pueblos y comunidades de la Montaña no importamos, como que hay
una línea que nos separa entre aquellos que importan y los que no
importamos
, lamentó un ex coordinador de la policía comunitaria.
La ayuda, como siempre, viene de abajo.
López Obrador detalló que la entonces secretaria zedillista de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, Julia Carabias, le
da permiso (a Calica) y empieza a escarbar, incluso utiliza dinamita.
Viola todas las leyes ecológicas y el material se lo lleva a Estados
Unidos destruyendo nuestro territorio. Es hipócrita levantar la bandera
de evitar el cambio climático y al mismo tiempo destruir el territorio.
¿Dónde están los ambientalistas?
De cualquier suerte, el ex mandatario abrió la puerta de la negociación, misma que el corporativo azotó.
Pues bien, ayer la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena, presentó un recuento de los daños causados por la citada trasnacional, a la cual el régimen neoliberal nunca molestó, supervisó y menos impidió cometer el ecocidio. Así, de lo denunciado por la funcionaria (no sin antes subrayar que Calizas Industriales del Carmen, filial de Vulcan Materials, desde 1986 –en el gobierno de Miguel de la Madrid– se dedicó al aprovechamiento y explotación de roca caliza y sus agregados pétreos, principalmente, piedra triturada, arena y grava), destaca lo siguiente:
Es un desastre ecológico, porque se extraía caliza para exportarla a Estados Unidos para construir carreteras, y la explotación de roca caliza se fue incluso por debajo del manto freático, en una zona que tiene un ciclo hidrológico muy importante, llena de cenotes, y se ha ocasionado una gran devastación ambiental y graves desequilibrios ecológicos. Son mil 200 hectáreas lo que se ha explotado en este caso.
La empresa ha dado una serie de declaraciones falsas; entre otras, que tiene todos los permisos. No es verdad. En segundo lugar, negó sobrexplotar la extracción de piedra caliza. Se sobrepasó en la extracción y los permisos que se le dieron en 1986. Luego, se le otorgó otro permiso en 2000 que extendió el plazo por 20 años. Ellos ya no tienen permiso desde diciembre de 2020. Explotaron, además, 140 hectáreas de extensión con una profundidad hasta de 12 metros, invadiendo el manto freático.
Afirmó tener todas las concesiones de agua, pero solamente tenían una, que nunca actualizaron y fue justamente utilizada para incluso ir más abajo del manto freático. Simularon incluso ante el Tribunal Internacional que tenían todos los permisos del Instituto Nacional de Antropología e Historia en las zonas arqueológicas.
Reportaron a la autoridad financiera de Estados Unidos en la bolsa –es una empresa que en ella cotiza– el doble de reservas de material pétreo que reportan en México, para poder evadir impuestos. Esta empresa demandó a México con base en el TLCAN, no en el T-MEC, por más de mil 500 millones de dólares, porque el presidente López Obrador les cerró absolutamente la extracción de caliza en el subsuelo de Playa del Carmen y de Cozumel.
Semarnat y la Profepa confirmaron estos daños, el impacto al sistema hidrológico subterráneo 20 veces más del volumen autorizado. Ellos construyeron estanques superficiales; entonces, el agua de los cenotes emergía en estos estanques y había una gran evaporación, y eso hace que se pierda una cantidad de agua importantísima. Además de altos valores de contaminación industrial, producto de que dinamitaban el suelo y procesaban sus extracciones con materiales pesados.
Destruyeron 13 cenotes de los 17 en la zona. Al menos tres están destruidos en su totalidad. Esto no es una expropiación, como dice Calica. No: el terreno sigue siendo de ella, pero no puede extraer ni un gramo más de piedra caliza. De ese tamaño.
Las rebanadas del pastel
Sólo el siniestro Ricardo Monreal, de la mano con filtros
de selección interna verdaderamente inexistentes, puede imponer al
impresentable Pedro Haces (Heces, charro sindical, pandillero y demás
gracias) como su operador político
(es mi segundo
, dice el
zacatecano), aún a costa de la rebelión de la bancada morenista en San
Lázaro. Su largo cuan oscuro historial no solo amerita la expulsión de
ambos, sino rigurosa sanción, cuando menos, a quien sin chistar dio el
visto bueno. Y, como siempre, Luisa María Alcalde en el éter.
X, antes Twitter: @cafevega, cfvmexico_sa@hotmail.com
a presidenta Claudia Sheinbaum informó que ya se establecieron reglas claras para que la embajada de Estados Unidos en México y su titular, Ken Salazar, se conduzcan de manera apropiada en el marco de actividades. Según dio a conocer en su conferencia de prensa matutina, el canciller Juan Ramón de la Fuente notificó al representante de Washington que, entre otras cosas, ya no podrá agendar encuentros de manera directa con secretarios de Estado, sino que deberá canalizar sus peticiones a través de Relaciones Exteriores.
La mandataria también despejó las inquietudes en torno a las relaciones comerciales y la futura revisión del tratado en la materia que también incluye a Canadá, el T-MEC. Recordó que las declaraciones de los candidatos presidenciales estadunidenses se hacen en el contexto de la lucha electoral, y que cuando se conozca al próximo ocupante de la Casa Blanca será posible dialogar sin las estridencias propias de las campañas. Cabe saludar que la presidenta Sheinbaum no haya dejado pasar sus primeros 10 días de gobierno para llamar al orden al embajador Salazar, quien desde hace varias semanas ha protagonizado una serie de salidas de tono inaceptables en el trato a una nación soberana.
Debe recordarse que el diplomático se involucró de lleno en el golpeteo político y las agresiones injerencistas impulsadas por intereses corporativos de ambos lados de la frontera con la intención de frenar la reforma constitucional con la que la mandataria y su antecesor impulsan el saneamiento del Poder Judicial, actualmente hundido en la corrupción, el nepotismo, el tráfico de influencias, la arbitrariedad, el partidismo y la complicidad con los delincuentes.
Con este protagonismo, Salazar mostró poco tacto en el desempeño de sus funciones, además de dar la apariencia de ser vocero de los grandes capitales más que del pueblo estadunidense, una confusión de roles que también afecta a otros funcionarios y legisladores de su país. En este sentido, los lineamientos transmitidos por el gobierno federal pueden leerse como una advertencia general de que no se tolerarán dichos ni actos que pretendan vulnerar la autodeterminación mexicana, advertencia a la que harían bien en prestar atención quienes conciben el injerencismo como una prerrogativa imperial a la que debe plegarse el resto del planeta.
Es de esperarse que el personal diplomático extranjero en México, los gobiernos a los que representa, las elites financieras y empresariales, los organismos multilaterales y otros actores relevantes como las agencias calificadoras capten este mensaje y, en consecuencia, cesen sus pretensiones ilegales e ilegítimas de interferir en las decisiones soberanas del país. De no ser así, las autoridades habrán de marcarles un alto y reconducirlos a un marco de respeto y observancia de las leyes.
Las empresas españolas, sean bancos, tecnológicas, patrocinadoras del capitalismo verde, turismo, complejos hoteleros o de seguridad, consideran a América Latina un espacio natural del cual extraer beneficios y aumentar su cartera de inversiones. Exposiciones, foros y conferencias mostrando los beneficios de la presencia española para el desarrollo de la región, constituyen la cara amable. Bajo cuerda, el apoyo a golpes de Estado, lavado de dinero, destrucción del medio ambiente, venta de armas, repatriación de beneficios y descapitalización. El etnocidio no es el pasado de España, es actualidad de sus empresas. Baste recordar los informes de Naciones Unidas redactados por Rodolfo Stavenhagen. Megaproyectos tales como presas hidroeléctricas, autopistas o expansión de la minería extractivistas vienen precedidos de la expulsión de los pueblos originarios de sus territorios. Los empresarios españoles, apoyados por la corona, cuentan también con el aval de las burguesías cipayas. ¿Tiene sentido pedir perdón en este contexto?
¿Leyenda rosa o leyenda negra? Defensores y detractores sostienen una polémica enquistada en justificar o condenar, para exonerar o culpabilizar a sus ejecutores. El pasado es un continuo presente. Se reinterpreta a la luz de nuevos datos y perspectivas. No se trata de juzgar con valores del siglo XXI acontecimientos del siglo XVI, XVIII o XX, sino comprender cómo se articuló el capitalismo colonial y la dependencia industrial financiera tras la independencia política en América Latina. No pidamos peras al olmo. Los conquistadores fueron a conquistar y a colonizar. Poco o nada les interesaban las poblaciones existentes, salvo como mano de obra y proyectar su dominio cultural. Podemos edulcorar los hechos, pero ello no cambia el significado de la conquista. Sostener como argumento que no hay imperio que no haya cometido genocidio, es vulgar. Consuelo de muchos, mal de tontos. Pero vayamos al fondo. En este debate, un invitado de piedra, una voz ausente: los pueblos originarios. Su voz no puede ser suplantada o ninguneada, y hasta hoy lo han sido. Son 500 años de lucha y resistencia. Su visión no está en sintonía con la historia construida por la sociedad blanca-mestiza, anclada en la idea de progreso y la sempiterna concepción de una superioridad étnica racial que habilita a los invasores a cometer genocidio.
El perdón es un acto de constricción, más religioso que político. Sin autonomía ni reconocimiento de sus territorios, de sus leyes consuetudinarias, es un brindis al sol. Hoy, los estados-nación siguen el mismo camino que el imperio español. Los pueblos originarios son doblemente explotados como campesinos e indios. Les quitan sus tierras, asesinan a sus dirigentes, envían al ejército para reprimirlos, les niegan sus derechos ancestrales, les roban sus conocimientos, encarcelan a sus líderes, violan a sus mujeres hasta su exterminio. Solo que el genocidio y el etnocidio toman la forma de colonialismo interno. Véase Pablo González Casanova o Frantz Fanon.
Para el imperio español, mucho que celebrar, dice su eslogan este 12 de octubre, y para las repúblicas independientes continuismo, negándose a parar el exterminio. La historia es un campo en disputa. Los hechos brutos deben someterse a un proceso de construcción, dotarlos de sentido. Pedir perdón en pasado y no ver el presente es legitimar una forma de dominación, un sistema político. Desde Alaska hasta la Patagonia se están produciendo los mismos procesos de expoliación de los recursos, expropiación de las tierras a sus legítimos dueños, los pueblos originarios. Esa es la realidad. Más allá de la polémica entre los gobiernos de España y México, lo que subyace es una visión paternalista de la historia. Como dato, mientras participaba en un debate sobre el V centenario, escuché a Leopoldo Zea afirmar que la colonización de España era legítima, en forma y contenido. Su argumento: los territorios de América Latina no tenían dueño. Así se justificó la dominación imperial. Y me pregunto: ¿si los territorios no tenían dueño, qué eran los pueblos originarios? No llamemos perdón lo que sigue siendo genocidio y colonialismo interno.
Entonces, tal vez no es coincidencia que la LGES, más que para crear y
mantener abiertas rutas para la resolución de conflictos, está hecha
para elevar el grado de blindaje de las burocracias institucionales y
gubernamentales frente a las demandas de las y los jóvenes y las de sus
propias comunidades. Así, hoy en la Universidad Autónoma de Sinaloa un
importante sector de la comunidad no desea ya mantener en sus cargos a
los actuales directivos. Pero la norma está hecha para hacer
prácticamente imposible el cambio del grupo en el poder. Si, como ocurre
en no pocas instituciones, las autoridades tienen presencia y control
decisivo en los consejos universitarios, nada puede hacerse desde la
comunidad misma –pues ésta no controla al consejo, que es el que nombra
al rector– y tampoco nada desde fuera, pues el segundo artículo de la
LGES prevé que para cualquier cambio en la ley orgánica de la
institución se deberá contar con una respuesta explícita de su máximo órgano de gobierno colegiado
,
es decir, el consejo universitario, o sea, los dirigentes
institucionales que lo controlan. Es cierto que quienes se oponen a los
actuales directivos –entre ellos, el gobernador, anteriormente rector–
lograron que el Congreso del estado aprobara una modificación y
estableció la votación universal como nuevo método para elegir rector,
pero, por supuesto, el otro sector señala que esa modificación no es
válida, pues violenta al artículo dos mencionado.
Aquí es donde está la trampa para la universidad, ya que el conflicto
se enquista, y la resolución tendrá que venir de fuera. Eso lastima. Si
la derecha que creó esta trampa estuviera convencida del valor de la
autonomía, otra manera de plantear las cosas tendríamos hoy en esa
norma. El problema es que en otros puntos la ley no sólo blinda, sino
que busca evadir el fundamento constitucional que tienen algunas
demandas. Así ocurre con la gratuidad: la Constitución da a los
estudiantes ese derecho, pero los redactores de la LGES (artículos 6,
VIII y 66) encontraron la manera de suspenderlo indefinidamente, pues lo
condicionaron a que el gobierno en turno decida crear un fondo que
compense los recursos que ya no obtendrán las universidades por el cobro
de colegiaturas. Por eso hasta ahora prácticamente ninguna institución
se ha reconvertido en gratuita, no hay ni habrá apuro. Algo semejante
pasa con el derecho a la educación: desde 1993 la Constitución lo
consagra, pero la ley (artículo 4) ahora lo condiciona a que el
aspirante cumpla con los requisitos que establezcan las instituciones
,
los que sean, porque quedan a discreción de éstas, y son frecuentemente
arbitrarios: cobran por solicitar acceso, aplican hasta tres
evaluaciones distintas; exigen que no se haya reprobado algún curso en
el bachillerato y demandan que la aspirante tenga determinada visión de
la sociedad.
En el caso de las públicas, la LGES ni siquiera pide –como sí lo hace
con las privadas– que los requerimientos respeten los derechos humanos
de las y los aspirantes. Así, antes de la LGES, las y los jóvenes tenían
un derecho constitucional a la educación, ahora dice que no lo tienen
si no cumplen una condición, hablar inglés, por ejemplo. Es decir, no se
niega el derecho, se pospone, se reinterpreta o se pierde por culpa de
la propia aspirante, que no aprendió inglés (aunque sí náhuatl). Esta modernización
y derechización del rechazo que la 4T cedió al PAN es el mejor caldo de
cultivo para conflictos sumamente virulentos y, además, muy difíciles
de resolver con una ley que arbitrariamente cancela esperanzas.
* UAM-X
PD: Sra. Presidenta: no esperar a mañana para pedirle a Netanyahu que se disculpe por su actual y bárbara guerra de conquista, mejor exigirle que sea ya hoy que detenga el bombardeo en Gaza y Líbano.
Para ello, sin tomar en cuenta a los principales involucrados, con
oídos sordos, cerrazón, intransigencia y la mayoría de Morena en el
Congreso local, les implantó una ley del fondo de ahorro para el retiro,
armando una Afore estatal, pasando por encima de toda la evidencia
mundial que confirma su fracaso como modelo
para pagar pensiones,
deteriorando seriamente sus ingresos futuros con repercusión directa
sobre sus familias y la sociedad nayarita.
El Sindicato Único de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado, Municipios e Instituciones Descentralizadas de Carácter Estatal de Nayarit (Sutsem) manifestó inmediatamente su inconformidad, informando ampliamente acerca de las graves consecuencias de la iniciativa del obsecuente gobernador.
La nefasta
ley Navarro –la peor de seguridad social de México–
fue decretada el 16 de marzo pasado, frente a lo cual la Comisión de
Defensa de los Derechos Humanos para el Estado de Nayarit y la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos buscaron invalidarla, promoviendo una
acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN). El asunto fue atendido el 26 de agosto.
La SCJN aceptó el recurso de inconstitucionalidad. El ministro Pérez Dayán presentó un proyecto que muestra la incompetencia del Congreso local para legislar en materia de sistemas de ahorro para el retiro y de seguridad social para los trabajadores del sector privado, aun antes de considerar previsibles violaciones al proceso legislativo.
A su vez, la ministra Lenia Batres estableció que más allá de la
legitimación de los promoventes, lo fundamental sería enfocar la
invalidez de la nefasta
ley en su probable violación a los derechos humanos de los trabajadores involucrados.
Según la argumentación de Pérez Dayán, el Congreso local es incompetente e invade facultades del Congreso federal cuando propone que Afore-Nayarit sea administrada por Afore-XXI-Banorte, toda vez que la ley impugnada y su fondo de ahorro no sólo operan como Afore, sino también como organismo de seguridad social.
De forma que, según su argumentación, debe declararse la
incompetencia del Congreso local porque 1) los sistemas de ahorro para
el retiro (cuentas individuales en Afores) y los trabajadores vinculados
a ellos integran el sistema financiero, por lo que su ámbito de
aplicación e influencia es federal. Es facultad del Congreso de la Unión
legislar en intermediación y servicios financieros; 2) las facultades
de Consar regulan y supervisan el funcionamiento de los sistemas de
ahorro para el retiro y sus participantes, y cuando el Congreso local
legisla sobre ellos se inmiscuye en materia que no le compete; 3) aunque
los congresos locales están facultados para establecer cuentas
individuales a sus trabajadores estatales y municipales, esto no
significa que puedan regular temas relativos a la Constitución,
organización, funcionamiento y operación de una Afore, lo que hace la nefasta
ley-Navarro, la peor de seguridad social de México; 4) dicha ley es
inválida porque es facultad exclusiva del Congreso de la Unión legislar
en materia de seguridad social para trabajadores del sector privado
(IMSS) y no asalariados.
Nueve ministros votaron en contra del proyecto de Pérez Dayán y dos
en favor, por lo que éste propuso returnarlo entre los que se expresaron
en contra para que se centren a fondo en el examen de la competencia o
incompetencia del Congreso de Nayarit. Lo anterior, en el entendido de
que, como señalaron los ministros, es claro que el análisis y estudio
de la competencia debe prevalecer por encima del resto del proyecto y,
por tanto, de declararse la incompetencia, ya no habría que analizar la
norma
.
Al no existir precedente sobre el particular, es relevante que la
SCJN estudie a conciencia el tema destacando que el examen de la
incompetencia del Congreso nayarita pueda definir si esa incompetencia
abarca toda la nefasta
ley-Navarro, así como su incompetencia en relación a los trabajadores privados (IMSS).
Mientras, los sindicatos y sus trabajadores ya informan oportunamente a la sociedad nayarita sobre el lógico fracasado destino de la peor ley de seguridad social de México.
* UAM-X
pataletasdignas de su predecesor (t.ly/BoDrt), finalmente queda claro que la política exterior de Joe Biden se entiende igualmente mucho mejor en términos de continuidad, no ruptura, con Trump.
2. Si bien en años pasados había toda una legión de
analistas que trataban de tildar −incorrectamente− la política exterior
de Trump como aislacionista
, hablando de allí, por vía de
asociarlo con ciertas corrientes aislacionistas filonazis
estadunidenses, incluso de una suerte de fascismo aislacionista
de Trump (t.ly/mCMM2), la mejor manera de entender toda su geoeconomía
es, tiene razón Adam Tooze (t.ly/ovWnC)
−que igualmente apuntando con razón a las radicales diferencias del
contexto histórico se opone a las comparaciones de Trump al fascismo
empujadas por los círculos liberales (t.ly/WJHSz)−, verla como una suerte de revisionismo
, no de aislacionismo
.
3. Una vez desechado aquel último concepto que impide entender propiamente el carácter de la política exterior de Trump −del mismo modo que el fascismo impide entender propiamente su anatomía política, siendo el bonapartismo y/o cesarismo los términos más apropiados−, se ve también propiamente la continuidad entre las políticas de Trump y Biden.
4. Como bien anotaban hace unos años otros observadores
−igualmente críticos a comparar a Trump con el fascismo−, cuando estaba
en el poder, éste no fue tan aislacionista de derecha
como
Charles Lindbergh o Pat Buchanan ni tan conquistador hipermilitarista
como los fascistas clásicos. En cambio, zigzagueaba entre la escalada de
tensiones prexistentes, por ejemplo, con Irán, e intentos ocasionales
de reducir el uso de la fuerza en el extranjero, persiguiendo su
errático curso de desglobalización
(t.ly/EvXVs).
5. Igualmente, en medio de quejas de algunos prominentes neoconservadores (Kagan, Frum et al.), Trump nombró y trabajó con varios de ellos haciendo que su política exterior se entendiera mejor en términos de continuación e innovación
con sus predecesores republicanos, lo mismo que se aplica a Biden, que
emuló muchas de las políticas de Trump −las mismas que en su momento
fueron tildadas de peligrosas
, locas
, aislacionistas
y fascistas
por el mismo Kagan o Frum−, sólo que lo hacía con menos fanfarria y de modo más coordinado y sistemático.
6. El meollo del revisionismo
trumpista en la política exterior −bien apunta Tooze− radicaba en su afán de alterar los acontecimientos corrientes y querer redireccionar
el flujo de la globalización, en su nostalgia por los viejos tiempos perdidos
(MAGA) y su desdén por las reglas del juego
, tratados y alianzas. Si bien Biden presumía su compromiso con un orden basado en normas
, prometiendo restablecer credibilidad y liderazgo de Estados Unidos
respecto a la economía mundial (OMC), el auge de China y el Medio Oriente resultó ser igual de agresivo y revisionista
que Trump o incluso más.
7. Allí está su política hacia China (que representa en
esencia la radicalización del curso trumpista, más allá de la sola
obsesión con la balanza comercial o las iniciativas teatrales, como la
acusación al director financiero de Huawei) o el apoyo incondicional a
Israel (con ambos políticos peleándose literalmente quién ha hecho más
por este país) y donde la invasión y el genocidio en Gaza (posibles
solamente gracias al apoyo militar y la protección diplomática de Biden)
están abriendo también, como demuestra el permiso de Washington a Tel
Aviv de arrasar con Líbano y cambiar el régimen allí al estilo de Irak o
Libia, las puertas al viejo afán estadunidense de remodelar la región
(t.ly/S7mbn).
8. La misma continuidad aplica al caso de Irán, sobre el cual Trump, en consonancia con Netanyahu, siempre mantenía un curso duro
, cancelando por ejemplo el deal nuclear
de Obama, el mismo que el dúo Biden/Harris se negó a reactivar (Trump
igualmente hoy llama a dar luz verde a Israel para atacar las
instalaciones nucleares iraníes, algo que oficialmente para Biden es una
línea roja
…, tal como ha sido, supuestamente, Rafah arrasado luego por Netanyahu).
9. Donde ambos claramente difieren −como otra vez apunta bien Tooze− es sobre Ucrania, pero esto sólo demuestra que el revisionismo
de Biden por vía de las tensiones también con Rusia es mucho más sistemático −¡y sistémico!− y aún más enfocado en hacer el imperio estadunidense grande otra vez
(t.ly/1gJ3O). De allí en todas las tres arenas −China, Medio Oriente, Ucrania−, aunque fuese, como se podría argumentar, en respuesta a las agresiones
, el equipo de Biden está subiendo las apuestas en vez de trabajar por la distensión.
10. La inmensa ironía en esta de por sí irónica continuidad es que es la administración demócrata, que según todo el comentariat liberal nos iba a salvar de la irresponsabilidad del régimen fascista de Trump y su violencia
, restaurando la decencia
y la habilidad
en la toma de las decisiones en la política exterior, la que está mucho
más cerca en su persecución de las fantasías revisionistas imperiales
−propias, en esencia, de la extrema derecha y del neoconservadurismo (t.ly/PgYaA)− a ponernos en el camino hacia la Tercera Guerra Mundial de lo que jamás haya estado Trump.
La monarquía
hispánica sacó a los pueblos precolombinos de la antropofagia, la
esclavitud, los sacrificios humanos y la prehistoria tecnológica
.
Éste era uno de los extractos de la proposición de ley que Vox presentó
en el Congreso español en 2021 para homenajear la figura de Hernán
Cortés al cumplirse 500 años de la Conquista de México, que pretendía
también obligar al gobierno mexicano a garantizar el adecentamiento de
su sepulcro. Una iniciativa que, en cierta medida, respondía al nuevo
reclamo del ex presidente Andrés Manuel López Obrador para que las
autoridades españolas pidieran perdón por la Conquista de México.
La globalización neoliberal ha generado una fuerte crisis de
legitimidad del Estado-nación que ha entreabierto la caja de Pandora de
las neurosis identitarias, hábilmente explotadas por los autoritarismos
reaccionarios. Tales fuerzas utilizan la guerra de los mitos e
identidades que la uniformidad mercantil estimula para vehicular un
discurso excluyente a favor de una comunidad nacional imaginada. Para
ello, se urge a defender una cruzada
por la búsqueda imaginaria
de los orígenes, del arraigo y las pertenencias; recuperar los orígenes
míticos del imperio español en un momento en que nos encontramos ante
una auténtica vuelta de los discursos y constructos ideológicos
coloniales enmarcados en un nuevo reparto del mundo.
En este sentido, el combate por la historia juega un papel fundamental en la neurosis identitaria que atraviesa a la extrema derecha en general y a la española en particular. Más aún desde el proceso independentista en Cataluña y las manifestaciones antirracistas y anticoloniales después del movimiento internacional que se generó por el asesinato de George Floyd en Estados Unidos y que dieron lugar a una revuelta iconoclasta contra estatuas de militares, colonizadores y esclavistas.
Los ataques iconoclastas supusieron una revisión y reflexión pública
sobre el legado histórico de la colonización, el racismo y el
esclavismo, que obtuvo la airada respuesta de las élites y partidos de
extrema derecha que acusaban a los manifestantes de vándalos y de
intentar borrar la historia. Una airada respuesta en defensa de la
figura de esclavistas y conquistadores que obviaba, casualmente,
cualquier mención a las víctimas del racismo y del colonialismo. Uno de
los principales portavoces de Vox, Jorge Buxadé, llegó a calificar de muy graves
las imágenes de la barbarie y la turba
,
refiriéndose a los ataques contra estatuas de personajes históricos
como Colón, defendiendo que España tiene mucho que celebrar y nada de
qué arrepentirse.
Un revisionismo reaccionario del colonialismo impulsado por Vox, que
reúne en su propuesta mitos agregadores del franquismo con métodos
discursivos neoconservadores, impulsado, no desde historiadores, sino
desde propagandísticas que no parten de preguntas, sino de seguridades o
de presunciones que proporcionan certidumbres graníticas. De esta
forma, Vox recupera el pasado imperial español como una forma de
reafirmar un orgullo nacional herido, incorporando la lógica
reaccionaria trumpista de Hagamos España grande de nuevo
, en la que la conquista de América, a partir de la toma de Granada y el final de la reconquista
,
cumple un papel fundamental en la recuperación y revisión del supuesto
pasado glorioso del imperio español. Un revisionismo histórico que parte
desde el victimismo del supuesto antiespañolismo
de la leyenda
negra sobre el imperio español, que campa por todo el mundo desde la
Edad Moderna hasta nuestros días. No es casual que el libro Imperiofobia y leyenda negra (Siruela), de María Elvira Roca Barea, sea uno de los mayores bestseller españoles de la década recientes.
Desde entonces, Vox ha convertido el enaltecimiento de la figura de
Cortés y de la Conquista de México en un elemento destacado de su
defensa de una imagen imperial de España ligada con la espada y la cruz
.
En este sentido, la Asociación Católica de Propagandistas (entidad
asociada a la universidad CEU San Pablo), ha llenado las marquesinas de
ciudades de toda España con carteles de grandes dimensiones con el lema Ni genocidas ni esclavistas, fueron héroes y santos
.
Una campaña orquestada unas semanas después de que México decidió no
invitar a Felipe VI a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum y en los
días previos a la celebración del 12 de octubre. Una auténtica guerra
cultural característica de la ola reaccionaria global, en la que el
combate por la historia se convierte en un elemento fundamental de la
ofensiva reaccionaria.
Porque cuando los oprimidos, las clases populares y todas aquellas personas que sufren discriminación derriban estatuas y cuestionan el legado colonial, no están borrando la historia, sino todo lo contrario, permiten que veamos una parte de la historia y del presente con más claridad. Mientras, los privilegiados y sus sicarios de la extrema derecha, cuando revisan la historia, intentan volver a encerrarnos en la jaula de la dominación colonial. Se está librando una auténtica guerra cultural que no tiene nada de pasado y mucho de futuro, en la que la memoria democrática decolonial aparece como una potente herramienta para, como decía Walter Benjamin, encender en el pasado la chispa de la esperanza en el presente.
Ifigenia directora. Cuando Ifigenia fue nombrada directora nosotros –los noyolos– nos habíamos embarcado junto con otros grupos en una campaña por democratizar a la UNAM que, en nuestra estrecha visión significaba nombrar directamente por voto individual y universal a las autoridades universitarias, incluyendo al rector. Nombrada de manera tradicional la directora teníamos dos opciones: impedirle que tomara posesión o negociar mejores condiciones de convivencia en la escuela. La mayor parte de los grupos activistas optaron por la primera opción. En cambio, la mayor parte de los estudiantes querían regresar a clases después de una huelga. Nosotros vimos que negar la realidad iba a infringirnos una derrota política y por ello decidimos que lo mejor era negociar con la directora.
Hace posible lo deseable. Encontramos en nuestras primeras entrevistas a una mujer brillante, que con gran paciencia escuchó –en verdad, ¡escuchó!– nuestros argumentos. Su nombramiento era un hecho consumado, sin embargo, no tenía legitimidad y debía ganársela. Pronto se elegirían a los consejeros técnicos y al consejero universitario.
En el caso de los estudiantes para el consejo técnico, la elección se hacía por año escolar salvo el primer año de suerte que eran cuatro representantes. Junto con los electores del consejero universitario se reunían en las oficinas de la dirección y ahí decidían, a nombre de más de mil estudiantes, quiénes serían sus representantes. Nosotros le propusimos a la directora que las elecciones fueran directas, ella replicó que hacerlo la llevaría a violar las reglas universitarias y seguramente sería desconocida por las autoridades.
Después de varios días de reflexión y negociaciones tensas que estuvieron a punto romperse, consensuamos una solución de compromiso: los consejeros serían electos tal y como decían las normas universitarias, pero al mismo tiempo los estudiantes organizaríamos elecciones directas para todos los puestos y la dirección de la escuela, sin apoyar ese proceso, tampoco se opondría. Se eligieron los cuatro representantes estudiantiles que tenían un compromiso informal de que votarías por los estudiantes electos de manera directa. De esta forma se logró lo que los estudiantes queríamos y la directora ganó legitimidad sin violar las leyes universitarias.
Construir sobre los consensos. Gracias a ese acuerdo se fue construyendo con Ifigenia una relación de confianza y respeto. La siguiente iniciativa fue la creación de una inmensa comisión de 69 estudiantes y 69 profesores –la comisión mixta– que construyó a través de arduas discusiones, durante un año, un plan de estudios para la escuela.
Ahí estaban las bases para la participación destacada de la Escuela Nacional de Economía en el movimiento de 1968. En asambleas masivas del turno matutino y del vespertino se eligieron a los tres representantes de la escuela antes el Consejo Nacional de Huelga: Eduardo Valle, Manuel Suárez y yo, Gustavo Gordillo, que fuimos representantes ante el CNH hasta el 2 de octubre.
No me extraña por tanto que las últimas palabras de Ifigenia fueran: “Que nuestras diferencias no nos dividan, …necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir, juntas y juntos, un país más justo y solidario.”
¡Honor a la gran Pilli!
La doctora Medina Mora en sus últimos días de brillante gestión como directora de la facultad (y previamente directora del Instituto de Siquiatría), destacó que además del estigma y la discriminación, con mucha frecuencia los afectados no saben cómo pedir ayuda. Por eso planteó que las escuelas primarias deberían ser parte de la enseñanza de habilidades para la vida, orientar a los alumnos en el tema, al igual que los factores de riesgo asociados con el desarrollo de trastornos mentales. Con mayor probabilidad de presentarlos son aquellos que en la infancia fueron víctimas o testigos de violencia, abandono, violación y pobreza. Dicho de otra forma, la secuela lógica de este desarrollo son las neurosis traumáticas.
La doctora Medina Mora habló de al menos 20 millones de mexicanos con trastornos mentales. Sería importante manejar si son 20, 40, 50 o prácticamente 90 por ciento de los mexicanos que se hallan en estado de marginación asociado a traumatismos mentales.
Según cifras del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales, existen en el país 17 mil asentamientos irregulares; los miembros de estas comunidades, investigados y estudiados por nuestro grupo, prácticamente no poseen un desarrollo cognoscitivo ni cuentan con aprendizaje de símbolos, anticipación de conductas, manejo de horarios, tiempos, ni menos de escenarios, todo lo cual es necesario para que un grupo se integre y pueda manejar tareas organizadas. Esta carencia se puede apreciar en la dificultad inicial para establecer un horario y lugar donde llevar a cabo las consultas individuales o grupales.
Los miembros de las comunidades marginadas en asentamientos irregulares poseen una situación traumática desorganizante cada vez mayor.
Esta vinculación tiene que ser personal, e incluye no sólo dar y recibir, sino estar como parte de un proceso de constancia objetual.
Las personas marginadas y traumatizadas presentan acciones inobjetables debidas a su limitado desarrollo. En cambio, lo que se encuentra es aceptar cargas hostiles, violentas, que a su vez repetirán. Cuando la intensidad de las neurosis traumáticas es muy penetrante, la persona se fija en esa pérdida y no puede reconocer ni percibir lo del exterior, pues se aferra al mecanismo perceptual, el cual se vuelve limitado e impide la integración al trabajo.
No puede esperarse que niños, hijos de miembros de estos grupos marginales, tengan un desarrollo adecuado, puesto que experimentan las mismas privaciones respecto del trato que recibieron de los padres, los cuales, a su vez, los abandonan generándose la amplia gama de las situaciones marginales; o sea, este grupo no tiene constancia de objetos esenciales para poder captar la realidad, las manifestaciones patológicas de este grupo son alteraciones del pensamiento, la percepción pretemporal, fuertes tendencias paranoicas expresadas en desconfianza.
Estas carencias producen incapacidad para el control y la tolerancia a la demora, así como expresar la tristeza que se torna depresión y propicia que las situaciones traumáticas se repitan y se condicionen a prácticamente nula capacidad de autocontrol de los impulsos, una actividad de referencia mínima.
En la medida en que la tensión se concentra en pérdidas y más pérdidas, es difícil percibir alguna otra cosa. Por este motivo, estos grupos no pueden aprender a integrar y comunicar la capacidad de expresar su tristeza, que se torna rabia contenida e imposibilidad de verbalizarla.
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