10/19/2024

Hoy, un día para reconocer a mujeres rurales por su papel en la nutrición y conservación de la biodiversidad

Estos aspectos, de acuerdo con ONU Mujeres, son vitales para proteger y asegurar el futuro común, de ahí la relevancia de la participación de las mujeres rurales. No obstante, actualmente ellas forman parte de las mujeres que viven mayores condiciones de vulnerabilidad -pese a ser parte de la cuarta parte de la población mundial- por su labor como guardianas de los procesos sociales primarios, como la alimentación. 

Son ellas las que aseguran el sustento alimenticio planetario y las que custodian el medio ambiente y la biodiversidad. 

En México, de acuerdo con información de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022 (ENIGH), el 24.4 por ciento de las mujeres viven en localidades rurales, lo que equivale a cerca de 16.3 millones de mujeres. 

Los estados con la mayor proporción de mujeres en localidades rurales son Oaxaca (53.8 por ciento), Chiapas (52.6 por ciento) e Hidalgo (47.8 por ciento). En el otro extremo, la Ciudad de México, Nuevo León y Coahuila son las entidades con la menor proporción (0.6 por ciento, 7.7 por ciento y 9.2 por ciento, respectivamente).

Por ello, este año, la ONU mujeres invita a todas las personas a reconocer sus contribuciones en la construcción de la resiliencia climática, la conservación de la biodiversidad y el cuidado de la tierra.

El Consejo Nacional de Población basado en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022 (ENIGH) estima que :

  • La población femenina es más joven en las localidades rurales que en las urbanas: la mitad de las mujeres rurales tenían menos de 29 años, mientras que la mitad de las mujeres urbanas tenían menos de 33 años.
  • Los asentamientos rurales se caracterizan por una mayor presencia de población indígena. Cuatro de cada diez mujeres rurales de tres años y más (43.7 por ciento) se autoadscribían como indígenas en comparación con el 22.5 por ciento de las mujeres urbanas. En zonas rurales, el 15.3 por ciento de las mujeres de tres años y más hablaban alguna lengua indígena y 3.4 por ciento comprendían una lengua indígena.
  • Las mujeres rurales enfrentan graves carencias en ámbitos de la protección social. Por ejemplo, cerca del 55.5 por ciento no estaban inscritas para recibir atención médica en ninguna institución. Entre quienes sí contaban con algún tipo de servicio de salud en asentamientos rurales, el 53.3 por ciento estaba inscrito al Seguro Popular o tenía derecho a los servicios del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI); 39.6 por ciento contaba con IMSS y solo 7.6 por ciento estaba afiliadas al ISSSTE o ISSSTE Estatal. 
  • En las localidades rurales, el 11.8 por ciento de las mujeres de 15 años y más no sabían leer ni escribir, mientras que, en los entornos urbanos este porcentaje era de solo 3.8 por ciento.
  • Cerca de 4.8 por ciento de las mujeres de 6 a 14 años en localidades rurales no asistían a la escuela, en comparación con el 2.8 por ciento de asentamientos urbanos.
  • Seis de cada diez mujeres rurales (62.0 por ciento) de 12 años y más en una ocupación subordinada y remunerada no recibían prestaciones laborales.
Fuente: Sistema de Información Cultural

Las mujeres rurales como sujetas de cambio social y ambiental

El cambio climático, la pérdida de diversidad biológica y la degradación de la tierra han tenido efectos significativos en los derechos, la resiliencia y los recursos de las mujeres y niñas que viven en medios rurales. 

La investigación más reciente de ONU Mujeres estima que, a nivel mundial, en el peor de los escenarios, el cambio climático podría empujar a hasta 158 millones más de mujeres y niñas a la pobreza y a 236 millones más de mujeres y niñas a la inseguridad alimentaria para 2050. 

No es novedad que actualmente los ecosistemas, los recursos naturales y los medios de vida se agoten así como la capacidad de las mujeres rurales para procurar de manera segura recursos como alimentos saludables. La energía limpia y agua también se reducen e incluso deterioran.

El estudio de la ONU destacó que las tecnologías y los combustibles limpios para cocinar siguieron fuera del alcance de casi la mitad de la población rural del mundo (45.6 por ciento) en 2022, y  mil 800 millones de personas todavía dependen de suministros fuera de sus hogares para procurarse agua potable. 

Ahí es donde entra la labor de las mujeres y niñas rurales, pues son las principales responsables de recolectar biomasa, por ejemplo, la madera para la calefacción y la cocina, así como el agua, en siete de cada diez hogares.

Además, muchas de ellas, a través de su conocimiento ancestral o capacidades como agricultoras, empresarias o activistas, lideran iniciativas y desarrollan estrategias de resiliencia en sus comunidades. Su participación es importante para identificar riesgos y proteger a sus familias y comunidades, convirtiéndolas en agentes de cambio frente al calentamiento global.

Por ello, es momento de promover los medios de subsistencia, el liderazgo, los derechos y la resiliencia de las mujeres rurales, como se establece en la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, de cara a su 30 aniversario el próximo año. 

El reconocimiento de las necesidades y capacidades diferenciales de las mujeres rurales se destaca también en temas de biodiversidad biológica, con el Plan de acción sobre género del Convenio sobre la diversidad biológica 2022 y el Marco mundial Kunming-Montreal de la diversidad biológica del mismo año. 

Estrategias en beneficio de las mujeres rurales

Por lo anterior, la ONU Mujeres hizo un llamado para incrementar las inversiones, especialmente en áreas rurales, incluido el acceso a la electricidad y a sistemas de agua potable.

Esto es fundamental para aligerar la carga de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado de las mujeres y niñas rurales, y para apoyar su trabajo diario en la construcción de comunidades y la restauración de ecosistemas.

Asimismo, las mujeres y niñas se ven confrontadas con la malnutrición, la inseguridad alimentaria, y enfrentan desafíos adicionales relacionados con la violencia de género, como la explotación sexual y la trata de personas, indica el World Resources Institute. 

“Es igualmente urgente que eliminemos las leyes y prácticas discriminatorias que obstaculizan los derechos de las mujeres de medios rurales a la tierra y a los recursos naturales, como se ha pedido en la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer”, detalló el comunicado de la organización. 

A pesar de que las mujeres de medios rurales nutren la vida en el planeta, el control sobre la tierra que cultivan está restringido o les es negado, mientras que ganan solo 82 centavos por cada dólar que perciben los hombres en la producción agrícola. 

Estas desigualdades se ven agravadas por el acceso limitado de las mujeres a infraestructura, los servicios y la protección social, lo que restringe sus posibilidades de recuperarse de las conmociones ambientales.

Por ello, “es hora de reproducir compromisos de alto nivel como el Decenio Interamericano por los Derechos de Todas las Mujeres, Adolescentes y Niñas en Entornos Rurales de las Américas 2024-2034 y la movilización de las mujeres africanas de medios rurales con la Iniciativa Kilimanjaro en todas las regiones del mundo para asegurarnos de que ninguna mujer rural se quede atrás”. 

Mientras nos encaminamos hacia las tres Conferencias de las Partes de la Convención de Río de este año, es importante promover los derechos de las mujeres rurales, amplificar sus voces y tomar medidas concretas para apoyar su papel indispensable en la construcción de un mundo más equitativo, justo y sostenible para todas las personas y el planeta.

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