NACIONES UNIDAS – Cuatro de cada 10 personas que mueren como resultado de conflictos son mujeres, y siguen empeorando los efectos de la guerra y los conflictos sobre las mujeres y las niñas, afirmó en un nuevo reporte la entidad ONU Mujeres.
Sima Bahous, directora ejecutiva de esa agencia de las Naciones Unidas, afirmó que “las mujeres siguen pagando el precio de las guerras de los hombres, y esto ocurre en el contexto de una guerra más amplia contra las mujeres”.
“Estamos presenciando la utilización de la igualdad de género como arma en muchos frentes. Si no nos alzamos y exigimos cambios, las consecuencias se sentirán durante décadas y la paz seguirá siendo difícil de alcanzar”, agregó la diplomática jordana.
De acuerdo con el informe, y aunque no precisó la cifra en números absolutos, en 2023 la proporción de mujeres asesinadas en conflictos armados se duplicó en comparación con 2022.
En ese año, los conflictos que envolvían a unos 90 países en todo el mundo causaron la muerte de 238 000 personas, según el australiano Instituto para la Paz y la Economía, lo que indica que deben ser decenas de miles las mujeres y niñas –abrumadoramente civiles- que perecen cada año en medio de los conflictos.
Ese aumento de las muertes durante la guerra, y de la violencia contra las mujeres, “se produce en un contexto de creciente desprecio flagrante del derecho internacional diseñado para proteger a las mujeres y los niños durante la guerra”, dice el reporte.
Bahous comentó que “los ataques deliberados contra los derechos de las mujeres no son exclusivos de los países afectados por conflictos, pero son aún más letales en esos entornos”.
Por ejemplo, las mujeres en zonas de guerra sufren cada vez más un acceso restringido a la atención sanitaria, y cada día 500 mujeres y niñas en países afectados por conflictos mueren por complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto.
A finales de 2023, 180 mujeres daban a luz todos los días en Gaza, devastada por la guerra, la mayoría sin artículos de primera necesidad ni atención médica. Y la situación humanitaria catastrófica no ha hecho sino crecer en ese territorio palestino.
Los casos de violencia sexual relacionada con los conflictos y verificados por la ONU aumentaron 50 % el año pasado, y el número de niñas afectadas por violaciones graves en situaciones de conflicto armado aumentó 35 %.
Sin embargo, “no existe ni siquiera una conciencia pública básica sobre estas injusticias”, según ONU Mujeres.
Un estudio reciente mostró que, si bien la cobertura de los conflictos en los medios de comunicación se multiplicó por más de seis entre 2013 y 2023, solo cinco por ciento de la cobertura se centraba en las experiencias de las mujeres en la guerra.
Y solo 0,04 % de los artículos publicados sobre conflictos armados en ese período mencionaban la contribución de las mujeres como líderes.
A pesar de los compromisos asumidos durante muchos años para garantizar la participación plena y significativa de las mujeres en cuestiones de paz y seguridad, el poder político y militar y la toma de decisiones en torno a los conflictos siguen estando abrumadoramente dominados por los hombres.
En 2023 las mujeres representaron solo 9,6 % de los negociadores en los procesos de paz, a pesar de que los estudios muestran que cuando ellas participan los acuerdos de paz duran más y se implementan mejor.
En Yemen, por ejemplo, negociaciones lideradas por mujeres dieron como resultado un acceso seguro a una fuente de agua para los civiles. En Sudán, donde dos ejércitos rivales se disputan el control del país desde hace año y medio, 49 organizaciones lideradas por mujeres presionan para lograr un proceso de paz más inclusivo.
Esos esfuerzos en gran medida no reciben apoyo o reconocimiento en las negociaciones de paz formales.
ONU Mujeres considera que uno de los principales desafíos para hacer realidad los compromisos en materia de mujeres, paz y seguridad, que se identifican en el informe, es la grave falta de financiación.
En 2023, los gastos militares mundiales alcanzaron una cifra récord de 2,44 billones (millones de millones) de dólares. En cambio, la financiación destinada a las organizaciones y movimientos que apoyan los derechos de las mujeres, sobre todo en zonas de conflictos, solo representa 0,3% de la ayuda total anual.
Las inversiones en prevención y respuesta a la violencia de género representan menos de uno por ciento de todo el gasto humanitario.
El informe concluye que solo mediante una acción política audaz y un aumento de la financiación se hará realidad la participación igualitaria y significativa de las mujeres en la paz y la seguridad, “esencial para lograr una paz duradera para todos”.
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