la violencia, el despojo y la represiónpara extraer el agua de sus territorios y contaminar la región.
Más de 20 pueblos se reunieron para exigir el cierre de los cinco pozos profundos en Acuexcomac y pedir
perdón a la Madre Tierra y al espíritu del agua por haber permitido
durante 30 años la desecación del manantial de Acuexcomac, la
desaparición del río El Batan, de nuestros ameyales y cuemiles, la
contaminación de nuestros ríos y la desecación de muchos de nuestros
pozos
. En la declaratoria de la asamblea responsabilizaron al mal gobierno
por imponer en 1994 nueve pozos profundos para extraer mas de 42
millones de litros de agua al día: con cinco pozos en Santa María
Acuexcomac y cuatro en San Buenaventura Nealtican, autorizados por la
Comisión Nacional del Agua (Conagua).
En 2012, Santa María Acuexcomac se hartó de la escasez del agua en sus hogares, cerró las cuchillas de los cinco pozos ubicados en su territorio en protesta por la falta de agua, legítima protesta que fue reprimida por cientos de granaderos, seguido de amenazas y órdenes de aprehensión contra diez personas, en su mayoría de esta comunidad.
Los pueblos acusaron en la asamblea que actualmente se está privatizando el agua en la entidad, lo que ha provocado la escasez en los municipios de la región. Denunciaron también la contaminación provocada por el basurero intermunicipal de Cholula, del que aún se exige un plan de abandono tras la clausura definitiva que lograron los pueblos el pasado 21 de agosto; así como el peligro de contaminación al río Metlapanapa en Santa María Zacatepec por las aguas del Parque Industrial Ciudad Textil, y la amenaza de despojo de un predio en la comunidad de Sanctorum en Cuautlancingo para rascar cinco pozos profundos más para Agua de Puebla.
defenderemos lo que representa nuestro proyecto y también a plantear, por ejemplo, ¿qué pasaría si uno por ciento del gasto armamentista (en el planeta) se destinara a atender a los más necesitados del mundo?; frente a las guerras y el armamentismo, que esos recursos se destinen para el bienestar de los más humildes del mundo.
Sin embargo, la propuesta se topará con dos enormes realidades: una, que de aprobarse el uno por ciento que plantea, el resultado sería en extremo limitado, pues más de mil 100 millones de seres humanos viven en situación de pobreza multidimensional y, de estos, casi 500 millones se encuentran en contextos de conflicto, de acuerdo con el más reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas.
Y dos, la multimillonaria cuan políticamente influyente industria armamentista (con la de Estados Unidos a la cabeza) se negará rotundamente a ceder parte de sus utilidades, así sea mínima, para lo que ni lejanamente le interesa: combatir la pobreza en el planeta. Por el contrario, su negocio incrementa sostenidamente la muerte y la pauperización de la humanidad.
Pero ya en números, ¿cuánto representa el uno por ciento del gasto
armamentista en el planeta? De acuerdo con el informe 2024 del Instituto
Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, en 2023 el
gasto militar mundial estimado aumentó por noveno año consecutivo hasta
el nivel más alto de la historia, para sumar 2 billones 443 mil millones
de dólares respecto a 2022
(de Estados Unidos, casi la mitad de ese monto), 6.8 por ciento más.
El uno por ciento de ese monto equivale a 24 mil 430 millones de dólares, lo que, en el mejor de los casos, y de contar con la venia del tenebroso cuan multimillonario negocio de los armamentos (que está a tope), solo sería un paliativo en el combate a la pobreza mundial.
Para dar una idea de qué se trata, el SIPRI informa que al ritmo que va la industria de la muerte, con
el aumento de la demanda de armas y los continuos esfuerzos por
satisfacerla, las empresas de esta industria han tenido dificultades
para aumentar la producción
, es decir, más y más de sus mortales productos.
Del informe del organismo con sede en Estocolmo se toman los siguientes pasajes: los gobiernos destinaron una media de 6.9 por ciento de sus presupuestos al ejército, y el gasto militar estimado aumentó en las cinco regiones geográficas del planeta por primera vez desde 2009. Los países de África son los que más lo han incrementado (22 por ciento en 2023).
Estados Unidos se mantiene como el de mayor gasto en armamento: 916 mil millones de dólares, que supera las erogaciones combinadas de los otros nueve países que figuran entre los 10 que más gastan en este renglón.
La tendencia al aumento del gasto militar por parte de los estados europeos en respuesta a la invasión a gran escala de Ucrania por Rusia cobró fuerza en 2023: 39 de los 43 lo aumentaron; 16 por ciento del total se debió a un incremento de 51 por ciento del gasto ucranio y 24 por ciento del ruso, así como a que 10 de los 28 miembros europeos de la OTAN alcanzaron o superaron el objetivo de gasto de 2 por ciento del PIB en 2023, la cifra más alta desde que se fijó el objetivo en 2014.
Se estima que el gasto militar en Oriente Medio crecerá 9 por ciento
en 2023, con aumentos en los tres países que más gastan en la región:
Arabia Saudí, Israel y Turquía. La guerra (invasión, en realidad) entre
Israel y Hamás fue el principal motor para aumentar 24 por ciento el
gasto militar israelí (sin considerar donaciones
).
Los 25 mayores proveedores de armas representaron 98 por ciento de las exportaciones, y los primeros cinco (Estados Unidos, Francia, Rusia, China y Alemania) el 76 por ciento. En los últimos años, la cuota estadunidense sobre las exportaciones mundiales aumentó de 34 a 42 por ciento y la de Rusia disminuyó de 21 a 11. Las ventas de Francia crecieron 47 por ciento y es el segundo mayor exportador de grandes armas en 2019-2023.
Entonces, encomiable la propuesta de la presidenta Sheinbaum, pero se topará con ese par de muros.
Las rebanadas del pastel
Norma Piña y su pandilla bien pueden ir a chambear a
Estados Unidos para estar en su mero mole: proteger a los oligarcas. Un
ejemplo: una jueza federal suspendió el caso contra Donald Trump por
intentar revocar el resultado electoral de 2020; un presidente en
funciones no puede ser procesado bajo la política del Departamento de
Justicia de su propia administración
. ¡Y pagan en dólares!
Twitter: @cafevega, cfvmexico_sa@hotmail.com
Pese al tono en ocasiones apocalíptico que han cobrado tales elucubraciones, las señales de mercado hablan de una transición sin mayores sobresaltos. El tipo de cambio peso-dólar, que se disparó durante las horas de incertidumbre electoral, bajó a los niveles previos a los comicios y no ha mostrado nuevos picos. Los precios de las acciones que se negocian en las bolsas estadunidenses han crecido de forma espectacular en estos días y se mueven en máximos históricos. Si bien este fenómeno refleja, en buena parte, el júbilo de los grandes capitales por el regreso de un desmantelador de regulaciones y fanático de los recortes fiscales, también muestra que no se anticipa un golpe a las corporaciones como el que les supondría pagar el enorme costo de reubicar en Estados Unidos la producción que hoy realizan en México.
Otros indicios de que se ha exagerado el peligro de un segundo periodo trumpiano para la economía mexicana se encuentran en el tono cordial con que se desenvolvió la primera llamada entre el republicano y la presidenta Claudia Sheinbaum, quienes intercambiaron felicitaciones por sus respectivas victorias electorales y acordaron abordar en su momento los temas relevantes de interés binacional. El propio embajador de Washington en México, Ken Salazar, apuntó que Trump deberá reconocer la importancia de la relación comercial, que constituye la mayor sociedad del mundo por el volumen y el valor de las mercancías que cruzan la frontera en ambas direcciones. Salazar también matizó las palabras del magnate diciendo que la retórica de la campaña puede ser preocupante, pero la relación es tan fuerte que trasciende a la política.
Sin subestimar la voluntad de Trump para imponer su agenda xenófoba sin importarle los perjuicios que ocasione a sus conciudadanos y al resto del mundo, su discurso debe contrastarse tanto con el verdadero margen de maniobra del que dispondrá como con la experiencia de su primer mandato (2017-2021). En este sentido, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, quien ya lidió con el magnate mientras ocupó la cartera de Relaciones Exteriores el sexenio pasado, ha sido enfático en que la relación bilateral será compleja pero buena en términos generales, para lo que se aplicará la fórmula probada durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador: inteligencia y sangre fría. En cuanto al uso del tema migratorio como herramienta de presión, el canciller Juan Ramón de la Fuente destacó que en menos de un año el flujo de personas que cruzan de manera irregular la frontera común cayó 76 por ciento, por lo que Trump no tiene argumentos verdaderos para sostener que existe una situación fuera de control.
En suma, se cuenta con una relación sólida basada en el respeto mutuo heredada del sexenio anterior, con funcionarios experimentados para manejar las peculiaridades del trumpismo y con unos vínculos comerciales de tal magnitud que atan a ambos lados a sentarse a resolver sus diferencias en términos civilizados. Con firmeza e inteligencia, podrán encararse los retos venideros.
Pide buscar opción para rescatar AHMSA
La encrucijada trama neoliberal de un negocio redituable en sus inicios, antes del sucio negocio de venderse y convertirse en empresa privada tuvo sus resultados; hablamos de Altos Hornos de México (AHMSA), que tuvo el infortunio de ir directo a la quiebra por traición o desinterés de su comprador o la pésima visión para mantener a la empresa a flote. Alonso Ancira debería ser investigado, pues no se trata de una empresa productiva e incluso estratégica solamente, sino del destino de miles de familias que regionalmente eran beneficiadas y que ahora quedarían sin trabajo y a la deriva; México sin metalurgia propia, dependería de las importaciones y sus altos costos para proveer al mercado interno. Los 212.6 millones de pesos que Ancira prometió devolver al gobierno, restando 112.6 por entregar, es muy poco y el destino de la empresa está en vilo.Este es un caso para la Secretaría de Economía, que podría analizar la conveniencia del rescate de dicha empresa con la ayuda y participación de la clase trabajadora, haciéndola rentable o de lo contrario, y en mal de los casos, quedaría como una empresa mal dirigida y llevada a la quiebra, junto con otras, que también fueron seriamente dañadas deliberadamente.
A partir de la expresión popular muy mexicana que propala que debemos estar con un ojo al gato y otro al garabato
, y más aún que deberemos cuidarnos de los perros bravos, que ladran y muerden
;
habrá que tomar muy en cuenta estas metáforas y aprenderlas muy bien,
pues encajan perfectamente en el entorno que nos espera en la difícil
relación binacional de gobierno a gobierno frente a Estados Unidos,
desde el primer día del mandato que encabezará el señor Trump. El futuro
presidente estadunidense es muy obvio y muy predecible, debido a su
agresividad, belicosidad, arrogancia, prepotencia y soberbia
manifiestas; y por todo ello resulta muy difícil creer en la cordialidad
que le expresó a la presidenta Claudia Sheinbaum durante su primer
contacto telefónico celebrado recientemente.
Por supuesto que hizo bien la Presidenta en mostrar su satisfacción, su buen ánimo y su esperanza en que ella y su gobierno sabrán conducirse con éxito en las múltiples y harto difíciles conversaciones y negociaciones que nos esperan; pero, ¡cuidado!, la diplomacia mexicana no deberá sustentarse en una esperanza –ingenua, ilusa, por ello inútil– del buen trato al vecino cercano pero distante que somos.
Se requiere estar siempre alertas, con buen ánimo e inteligente disposición, pero alertas y dispuestos a tomar acuerdos realistas y dignos para seguir avanzando, muy a pesar de las dificultades que se presenten.
Aunque la presidenta Claudia Sheinbaum haya dicho que no hay motivos para preocuparnos, yo respetuosamente disiento de ella en esta parte de sus palabras dadas a conocer en su conferencia matutina luego del triunfo republicano; pues en mi opinión sí debemos estar preocupados y también deberemos estar ocupados en el diseño de estrategias y tácticas que conduzcan a nuestro país en el camino más pertinente, viable, factible y realista para salir exitosos del panorama que nos aguarda, pues las amenazas anunciadas por el candidato republicano Donald Trump podría cumplirlas como presidente –parcial o totalmente–.
Tomémoslo, pues, en serio, pero muy en serio.
No podemos ni debemos estar confiados, despreocupados, tranquilos, pasivos o distraídos ante sus reiteradas balandronadas, pues este señor ha manifestado, por doquier y en infinidad de ocasiones, su desprecio, sus ofensas y su odio a México y a las y a los mexicanos, a los migrantes, a nuestra producción industrial y al comercio tan sólido que nos une a su país.
Adicionalmente, como si sus amenazas fueran poco, tanto él como quien ocupará la vicepresidencia de su país se han prodigado en denuestos y en anuncios que llegaron a hablar de cerrar la frontera, expulsar a las y los migrantes y a invadir a México con el consabido prurito de atacar el narcoterrorismo derivado del ciertamente incontrolable, lacerante e infame desempeño del crimen organizado en nuestro país.
Trump sabe presionar sin límite alguno y acierta en avanzar en sus propósitos, como lo dice en uno de sus libros publicados, y más aún como lo hizo con el gobierno mexicano anterior, tras la exigencia de establecer un muro humano en nuestra frontera sur contra los migrantes, y con la amenaza de establecer nuevos aranceles a los productos de manufactura mexicana.
El actual secretario de Economía, Marcelo Ebrard, sabe muy bien lo que pasó entonces y hasta sufrió las más estrambóticas ofensas.
La digna y talentosa embajadora Martha Bárcena, quien fuera nuestra representante en Washington, DC, tiene muy claro el panorama que nos espera y lo ha hecho del conocimiento público como una insobornable y muy bien intencionada advertencia en bien de nuestro país y de una aceptable y exitosa relación bilateral con Estados Unidos.
Estemos, pues, pendientes, alertas y atentos al acontecer, y sustentemos mejor nuestras esperanzas, con realismo, de cara a los nuevos tiempos y en la búsqueda de mejores circunstancias.
Y finquemos nuestras esperanzas, sin ingenuidad y sin ilusión, en que mister Donald Trump sea diferente y deferente para con México, para con el pueblo estadunidense y con el mundo en general.
China exige la reincorporación de Taiwán, y toda esta crispación
generalizada no deja de alentar la postura israelí de profundizar el
conflicto. A su vez, en las elecciones estadunidenses no ganan los buenos
y bien portados (aunque se encargaron eficientemente de alimentar con
municiones el conflicto), sino el macho guerrero cuya imagen, discurso y
modales mejor responde a la ansiedad estadunidense de progresiva
pérdida del papel predominante en el mundo. En lo que será una ruta de
poder atrabiliario, México aparece como atravesado en medio del camino,
el primer escenario en que se definirá la política y postura respecto a
América Latina. El cambio en las relaciones comerciales (aranceles) y en
políticas de inmigración y narcotráfico anticipan días difíciles y de
agresividad desbordada que afectarían decisivamente la salud de la
república y en paralelo pueden tensarse también al extremo las angustias
y preocupaciones de estudiantes, maestros, mujeres, y comunidades
asoladas (Chiapas, Michoacán).
En México una primera e importante baja en este conflicto que se
perfila enorme es la educación. Ante esta tormenta mundial y su
traducción, nuestras instituciones y ciudades aparecen como desadaptadas
porque nuestra concepción como sociedad y como Estado sobre qué es y
que debe hacer el proceso educativo nacional desde hace años ha estado
ya desde antes desadaptado, queda ahora lastimosamente atrás, si no es
que fundamentalmente extraviado. México vivirá su tormenta particular
enmarcada y determinada por las de dimensión mundial, pero con sus
aspectos muy propios. En ella destacan el tema del cambio fundamental
–para muchos aún caótico e indescifrable– que ocurre en 2018. Ahí se
resolvió masivamente la tensión que se venía incrementando desde Fox y
hasta y que culminó con Peña Nieto. Sin embargo, a pesar de que la
educación y sus actores –maestros y también estudiantes– tuvieron un
dinámico e importante papel, la enseñanza no fue la de las esperanzas de
amplio horizonte de creación de comunidades, organizaciones y actores
de 2018, sino la que la alianza conservadora con el PAN generó a nivel
básico y superior. Y entonces prevaleció la vieja concepción de que la
formación consiste en absorber listados enormes de contenidos-aprendizajes
.
Empobreció, entonces, enormemente la visión de las y los
jóvenes, y hoy el extravío de nuestra educación significa un fuerte
golpe para las y los niños y jóvenes mexicanos. Los ha despojado de
explorar potencialidades inauditas, porque no pocos llegan al
bachillerato o universidad desprovistos de una visión, así sea
rudimentaria, que les permita hacer uso del conocimiento que rescata. No
pocos están ciertos de que el mundo y sus problemáticas –que los tocan
directamente– son sólo resultado de la acción de personas buenas
o malas
.
No han participado en el descubrimiento de visiones más amplias sobre el poder y sus múltiples dispositivos, sobre los caminos de recuperación de su propia identidad y de sus acciones y su política en un mundo y país difíciles. Quedan entonces en la incomprensión o en las concepciones superficiales que contribuyen a la depresión y la angustia. Las autoridades escolares y universitaria perciben que hay ahí algo profundo y oscuro, pero en la mentalidad burocrática tarde o temprano caen –desesperados y también sin visión– en el énfasis disciplinario.
Ante los movimientos de estudiantes, el primer interés es
desactivarlos y reducirlos a sus términos burocráticos que matan el
sentido profundo de la protesta. La Anuies, por ejemplo, pasa rápido de
la intención de proteger
a los alumnos, a la de reprimirlos, pues se consideran incidentes violentos
en las universidades las marchas, protestas, mítines
y las faltas de disciplina
, que no pocas veces son manifestaciones del hartazgo con situaciones atribuibles a la misma autoridad.
Se trata de ofrecer la oportunidad a las y los jóvenes de obtener una visión e instrumentos para trabajar por el país y las comunidades que –pese a Trump– son la más importante resistencia.
* UAM-X
Para preservar esa rentabilidad electoral aparece el compromiso 22
ofreciendo atención en casa a 13.6 millones de adultos mayores y
personas con discapacidad en 12 millones de viviendas –previo censo y
cuestionario realizado por 20 mil siervos de la nación, operado por la
Secretaría de Bienestar, brindado a través de una cartilla de salud por
20 mil enfermeras con visitas periódicas bimestrales que harán el enlace
entre la atención primaria
y los otros niveles de servicio con costo de 7 mil millones de pesos (conferencia matutina del 07/10/24).
¿No hubiera sido, acaso, más apropiado destinar todo este esfuerzo a
fortalecer una adecuada política sexenal articulada sobre una verdadera
atención primaria de la salud –buscando tareas realmente preventivas
para consolidar la ausencia de enfermedad–, en vez de concentrarse en la
identificación de daños crónicos irreversibles? Sorprende que el
secretario Kershenobich declarara que el compromiso fortalece la medicina preventiva y la atención primaria
, afirmación absolutamente inexacta.
Es claro que el doctor aún no distingue la diferencia entre verdadera
atención primaria de la salud y las políticas preventivas
tradicionales. Los extraordinariamente pobres resultados sanitarios del
programa Salud en tu casa de la Ciudad de México podrían haberle servido
de referencia mínima, pero aún peor es que considere que el esfuerzo contribuirá a desaturar los servicios hospitalarios
(conferencia matutina del 07/10/24). En rigor, ocurrirá todo lo contrario.
Para la misma rentabilidad electoral opera el compromiso 42,
ofreciendo farmacias para el Bienestar, junto con los bancos del
Bienestar, así como el 43, impulsando un programa de cuidados para los
primeros mil días de vida. ¿Y que hay para los demás? Así como el
compromiso 44, generar un sistema de tomas de muestras de laboratorio en
la gran mayoría de los centros de salud que ayudarán mucho al diagnóstico
. No queda en absoluto claro cómo podrían ayudar
sin un enlace pertinente con los diferentes niveles de atención que
acompañan a esos centros en las distintas instituciones nacionales de
salud. Dígase lo mismo del compromiso 45, que ofrece cirugías masivas de
catarata y rodilla a nivel nacional.
Como compromisos
que debería cumplir obligadamente como
gobierno entrante, destacan: el compromiso 30, haremos de las escuelas
públicas espacios de prevención de la salud (salvo los exámenes de la
vista y lentes gratuitos); el 34, produciremos equipos de diagnóstico y
monitoreo de enfermedades; el 41, desde su nacimiento, los mexicanos
deben tener acceso a vacunas-cuidados preventivos-atención
médica-estudios-laboratorios-cirugías-medicamentos gratuitos para hacer
efectivo el derecho a la salud. Vamos a consolidar el IMSS-Bienestar; el
42, fortaleceremos el abasto y distribución de medicamentos; el 43,
acompañaremos a las mujeres embarazadas para que acudan a sus visitas
prenatales, daremos suplementos vitamínicos a los recién nacidos,
tamizajes y promoveremos la lactancia materna; el 45, seguirá el
programa de modernización de la infraestructura y equipamiento de
hospitales y unidades de salud; el 46, en escuelas, centros de trabajo y
espacios públicos habrá un programa educativo para reducir obesidad,
hipertensión y diabetes. Nada de seguir consumiendo productos chatarra, y
el 47, inauguraremos 16 unidades IMSS-Bienestar, siete del IMSS y
cuatro del Issste.
Así que unos compromisos apuntan a la rentabilidad electoral y otros son lunares esperando la piel de su política pública. Inquietante resulta también su respuesta (conferencia matutina del 11/10/24), vinculada con la situación real del abasto de medicamentos y el tiempo de espera para las citas de especialidades. Dijo: “Estamos metiendo más tecnología, digitalización de todo el proceso, eficientización y operación logística de distribución donde va a ayudar mucho el subsecretario Eduardo Clark. Más guías médicas –para público y privado– porque la compra de medicamentos también tiene que ver con qué medicamentos compras para curar qué enfermedad y con la guía para orientar cuál fármaco compras. Respecto a las citas, ¿qué nos toca a nosotros? Que al final de nuestro sexenio integremos un solo sistema de salud; hacer más accesible el servicio de salud”. ¿Tecnología, guías médicas y sistema único? Este último constituye, sin duda, un justificado propósito sexenal. Pero frente al nivel real del abasto hoy y los actuales tiempos de espera efectivos, se requieren medidas inmediatas que aún no se vislumbran en los cinco puntos estratégicos apenas publicitados por el subsecretario Clark (Conferencia Matutina del 05/11/24).
* UAM-X
la democraciay
el carácter de Trump, en lugar de centrarse en la política y en las soluciones a los temas que los votantes señalaban en las encuestas como sus mayores preocupaciones –el estado de la economía, la inflación o el genocidio en Gaza (t.ly/414GU)—, emulando así, en efecto, la estrategia perdedora de Hillary Clinton de 2016, cuando desistió de competir por el voto progresista y el de la clase trabajadora, prefiriendo cortejar a los republicanos
Nunca Trumpde los suburbios, uno no podía dejar de tener una siniestra sensación de déjà vu.
Igual que Clinton, Harris apostó por llevar a cabo una campaña
derechista y desatendió abiertamente el dolor económico de los
trabajadores estadunidenses –cuya fracción blanca en 2016 y ahora en
2024, ya toda una sección multicolor
, se volcó hacia Trump (t.ly/pOCZD)–, e igual que Clinton –surprise, surprise–, obtuvo un resultado idéntico. Esto no sólo desde el principio parecía loco
, y finalmente acabó en una catástrofe (t.ly/JjnF_), sino que cumplía, −literalmente−, con la propia definición popular de la locura: hacer lo mismo dos veces y esperar un resultado diferente
(según el dicho atribuido a Albert Einstein, pero popularizado en
realidad por la escritora Rita Mae Brown). Al final, igual no es que los
demócratas y su derrotada rotundamente candidata –Trump no sólo ha
ganado decisivamente la presidencia, el Senado y posiblemente la Cámara
de Representantes, sino también, a diferencia de 2016, el voto popular–
sean locos per se, pero seguramente no aprenden de la historia.
Con Trump ganando su segundo mandato, conviene recordar que en el
seno el Partido Demócrata nunca hubo ni la más mínima reflexión después
de que ganó por primera vez. A pesar de que la pérdida ante la figura
como él que −y esto no parece una coincidencia−, tanto Clinton en su
momento, como Harris en las últimas semanas, compararon a Hitler
(Biden, curiosamente, nunca abrazó esta estrategia estéril y al menos
trató de prometer algo a los trabajadores), debería hacer que los
demócratas reflexionaran sobre sus propios errores, la élite del
partido, empezando por la propia Hillary Clinton, encontró 100 mil
maneras de culpar a todos los demás. La cima de esta operación
negacionista ha sido la bombástica narrativa de la interferencia rusa
(Russiagate ) maquillada a partir de pequeños casos reales y que igualmente hoy empezó a hacer rondas en un afán de absolver a Harris y su campaña brillante
(t.ly/tpBRv).
Entre los supuestos culpables por 2016 estaban también los medios de comunicación que exageraron
el escándalo de los mails de Clinton o James Comey, director de la FBI, que anunció una investigación contra ella poco antes de las elecciones hundiendo su candidatura
. Un buen ejemplo de qué tan fuerte sigue siendo este pensamiento paranoico (Richard Hofstadter dixit),
ha sido la respuesta de Clinton que, indagada sobre las chances de
Harris en estas elecciones, dijo que seguro iba a ganar, porque ella –a
diferencia de Clinton–, no tenía a su Comey
(t.ly/-idIB). No creo que esto haya envejecido bien.
Para ser justos, Harris trató de lanzar, sobre todo en los estados bisagras (swing states),
algunos mensajes centrados más en la economía, pero como nunca ha
presentado ningún programa específico (sic) y su mensaje principal, como
el de Clinton, estaba formateado hacia la derecha
y los intereses de los multimillonarios (Mark Cuban), sus esfuerzos eran débiles y despegados de la realidad (t.ly/Z3Esr).
Encima, su campaña, en vez de ser orientada hacia la base del Partido
Demócrata, ha sido de modo convenenciero dirigida hacia y llevada por su
clase profesional
, una constelación de ONG y activistas ligados a
las grandes fundaciones y que está desinteresada de las cuestiones
políticas materiales y centrada solamente en la recaudación de fondos y
aglutinada en torno a los temas de la democracia
e identidad
(t.ly/LwNIE).
Cuando George Santayana hablaba famosamente de que los que ignoran la historia están condenados a repetirla
, no tenía en mente −como a menudo se presenta este dictum− la Historia
(con mayúscula) y sus lecciones
,
sino lo que él consideraba la principal diferencia entre bebés y
adultos: que los primeros no recuerdan las consecuencias de sus actos y
los segundos sí. Es en este sentido que se podría decir que los
liberales estadunidenses −presentados habitualmente como los adults in the room y convencidos de modo narcisista de su propia importancia e infalibilidad (t.ly/XSTjR)− se portaron como bebés
.
No sólo a nivel político, cometiendo, por su prepotencia y desprecio
hacia los votantes promedios, por segunda vez, los mismos errores y
acabando con el mismo resultado (e incluso peor), sino también a nivel
personal. Tal como hizo Clinton al perder en 2016, Kamala Harris cuando
el martes por la noche ya se sabía que este arroz ya se había cocido
, de modo infantil, tampoco salió a dar la cara a sus partidarios que vinieron a apoyarla.
Cuando en septiembre se dio a conocer que Hillary Clinton estaba asesorando a Harris de cómo derrotar a Trump
(t.ly/UHz-t)
−siendo la última y la menos indicada persona en todo el universo para
dar las lecciones sobre esto−, alguien bromeó que el único chance que
tenía la vicepresidenta era tomar nota de sus consejos y hacer todo al
revés. Evidentemente no lo hizo (t.ly/QoIR0).
Hoy, mientras a los muy ricos les va de maravilla, 60 por ciento de los estadunidenses viven al día y tenemos más desigualdad de ingreso y riqueza que nunca. Resulta increíble, pero el salario semanal real, ajustado a la inflación, del trabajador estadunidense promedio es más bajo hoy que hace 50 años.
Hoy, pese a una explosión de la tecnología y la productividad del trabajador, muchos jóvenes tendrán un nivel de vida peor que el de sus padres, y muchos de ellos se preocupan de que la inteligencia artificial y la robótica empeoren aún más su situación.
También, pese a tener un mucho mayor gasto per cápita que otros países, seguimos siendo la única nación rica que no garantiza la atención a la salud para todos como un derecho humano, y pagamos, con mucho, los precios más altos del mundo por los medicamentos de prescripción. Somos la única de las grandes potencias que ni siquiera podemos garantizar licencias médicas y familiares.
Hoy, pese a la fuerte oposición de una mayoría de estadunidenses, continuamos gastando miles de millones de dólares en financiar la guerra sin cuartel del gobierno extremista de Netanyahu contra el pueblo palestino, que ha conducido al horrible desastre humanitario de desnutrición en masa y hambruna de miles de niños.
¿Los grandes intereses económicos y los consultores bien pagados que controlan al Partido Demócrata aprenderán alguna lección real de esta campaña desastrosa? ¿Entenderán el dolor y el aislamiento políticos que decenas de millones de estadunidenses están experimentando? ¿Tendrán alguna idea de cómo podemos enfrentar a la cada vez más poderosa oligarquía que tiene tanto poder económico y político? Probablemente no.
En las semanas y meses por venir, quienes nos preocupamos por los principios democráticos básicos y por la justicia económica necesitamos tener muy serias discusiones políticas.
*Bernie Sanders es senador independiente por el estado de Vermont. Esta declaración fue distribuida entre sus partidarios poco después de que se anunció el resultado de las elecciones.
Traducción: Jorge Anaya
Muchos adjetivos se pueden asociar con este personaje desequilibrado, pero desvían la atención. Más importante es escudriñar por qué más de 50 por ciento de los votantes –una amplia y plural coalición– lo prefirieron frente a una mujer inteligente, brillante y muy superior.
Lo que marca el nuevo mundo que emerge en el siglo XXI, son las revoluciones antielitistas, específicamente contra las clases políticas establecidas. Por razones que requieren matices entre lo que ocurrió el martes en Estados Unidos y lo que pasó en México en 2018, profundizado en 2024, hay un rasgo en común: el sistema de partidos se desfonda en ambos países.
Los nuevos republicanos. El Partido Republicano sufrió una metástasis trumpiana. Desde los debates para las elecciones internas entre 2015 y 2016 Trump estableció una estrategia que apuntó a descabezar el liderazgo tradicional muy vinculado a la dinastía Bush. A partir de que fue electo candidato y luego presidente (2016-2020) Trump consolidó en muchos estados su liderazgo a partir de personajes extremadamente derechistas, contrarios a la democracia liberal. Después del intento golpista del 6 de enero de 2020, Trump terminó derrotando y marginando a los pocos líderes republicanos que aún se le oponían, notablemente el vicepresidente Mike Pence; Mitch McConnell, líder del Senado y legislador por casi 40 años, y el candidato perdedor de las elecciones contra Barack Obama, Mitt Romney.
Los Obama y los Clinton. Los comentarios racistas, misóginos y mentirosos de Trump sirven para alimentar la rabia de sus seguidores, pero más aún para desequilibrar las narrativas opositoras. Frente a una narrativa de las emociones, cualquier esquema racional, deliberativo se hunde y se sigue hundiendo. Pero el desmantelamiento de la coalición demócrata fue obra de sus propios liderazgos, con las dinastías Obama y Clinton a la cabeza. Más que palabras, fueron las políticas del mandatario que expulsó más indocumentados durante su presidencia y del que rompió el pacto de Nuevo Trato de Roosevelt –aumentando de manera desproporcionada la desigualdad económica en ese país–, las que generaron una estampida electoral contra el Partido Demócrata. Quien entendió bien eso fue Bernie Sanders y terminó marginado.
Veamos los votantes estadunidenses y las estadísticas sobresalientes (tomadas del Washington Post, Aaron Blake, 6 de noviembre):
–46 por ciento de los latinos y 55 por ciento de latinos hombres votaron por Trump, la más alta cifra desde hace 50 años.
–Con 26 puntos de diferencia los votantes a quienes no les gustaba ninguno de los dos candidatos, apoyaron a Trump.
–Harris ganó entre mujeres con un margen de 8 por ciento el más bajo desde 2004 a pesar de que el tema del aborto fue el tercero en importancia en las encuestas abiertas.
–En Dearborn, Michigan, la ciudad con mayor población árabe, Trump superó a Harris por 6 puntos y en el condado de Starr, Texas, el más latino de los condados de EU y donde Trump perdió por 60 puntos en 2016, ganó esta vez por 16 puntos.
–El porcentaje de condados que se desplazaron hacia Trump fue de 91.
–El promedio de desplazamiento hacia Trump en centros urbanos claves fue de 8 puntos (Nueva York, Chicago, Houston y Los Angeles).
La nueva mayoría. La coalición trumpiana es más amplia y diversa que la de 2016.
Los dos factores decisivos son el voto latino y el voto del jóvenes masculinos de menos de 40 años.
¿Esto se debe a errores y manipulaciones de gente impresentable? No en gran medida. Lo impresentable son esos dizque análisis que creen que todo se reduce a la pendejez del pueblo bueno. En mí próxima entrega explico
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