Al menos 225 defensores de derechos humanos y del territorio, de los
cuales 141 eran indígenas y afromexicanos, fueron asesinados de 2018 a
2024; mientras que 27 fueron desaparecidos en el mismo periodo, de
acuerdo al informe Todos sus nombres, Todas sus luchas
, de la organización Educa Oaxaca.
El monitoreo señala que en total se registraron 252 atentados a la vida de defensores en México, en los cuales se incluyen desapariciones, homicidios y ejecuciones extrajudiciales.
Educa Oaxaca destacó que en 42 de los 225 casos de asesinato las
organizaciones que los denunciaron y registraron apuntan al Estado
mexicano como responsable de haber cometido la ejecución extrajudicial
.
Por su parte, organizaciones que resguardan la libertad de expresión han documentado 168 asesinatos de periodistas en México, del año 2000 a la fecha, siendo el más reciente el de Mauricio Cruz Solís, acribillado el 29 de octubre de 2024 en Uruapan, Michoacán, quien se convirtió en el primer colega al que le arrebatan la vida en este sexenio que apenas cumple un mes de haber iniciado. En el anterior se contabilizaron 47 periodistas, cifra idéntica a la del sexenio de Enrique Peña Nieto. Sobra decir que la impunidad es lo que prevalece en la gran mayoría de los casos.
Aprovechando estas fechas de Día de Muertos, cerca de 200
periodistas acudieron al Ángel de la Independencia para reclamar que en
poco más de un año Israel ha asesinado a más de 183 periodistas
palestinos que se identificaban con credenciales y chalecos de prensa,
de acuerdo a datos de la oficina de comunicación gubernamental de
Palestina. La cifra podría ser mayor, pues no hay día en que no se
lamente la muerte de uno o una más, señalaron en el acto en el que los
periodistas se colocaron máscaras de calaveras y portaron velas y
etiquetas de Prensa
.
En su reporte más reciente, el Banco de México informó que los
ingresos por remesas en septiembre pasado observaron un fuerte descenso.
En el periodo de referencia los envíos de dinero de mexicanos que
residen en el extranjero sumaron 5 mil 359 millones de dólares, lo que
muestra una reducción anual de 4.6 por ciento. Sin embargo, el monto
acumulado entre enero y septiembre de este año ascendió a 48 mil 386
millones de dólares, monto mayor a los 47 mil 91 millones reportados en
el mismo lapso de 2023, dato que significó un aumento anual de 2.8 por
ciento
(La Jornada, Alejandro Alegría).
México no es el único país que capta remesas por el concepto referido. De hecho, en algunas naciones la importancia que ellas tienen como proporción de su respectivo producto interno bruto supera por mucho al de nuestra nación. Por ejemplo, para Honduras representa cerca de 27 por ciento y 24 por ciento para El Salvador, contra alrededor del 4 por ciento en el caso mexicano. Sobre este tema, enfocado a América Latina y el Caribe, el Fondo Monetario Internacional reconoce que la emigración y las remesas han sido factores determinantes de las perspectivas económicas y sociales en prácticamente de todo el mundo.
El organismo financiero subraya que las remesas son especialmente importantes
en América Latina y el Caribe, donde los montos enviados casi se multiplicaron por cinco
en el periodo 1995-2020. En los países que conforman la región no
sólo son una fuente significativa de ingresos para los hogares, sino
también una considerable fuente de divisas, que en algunos casos superan
a las exportaciones, la inversión extranjera directa o la asistencia
oficial. Así, es crucial para ellos entender los efectos de la migración
y las remesas sobre el crecimiento económico, particularmente su
impacto conjunto neto
.
En promedio, dice el FMI, se constata que la emigración tiene un
impacto negativo y estadísticamente significativo en el crecimiento
económico contemporáneo de los países de origen debido a la reducción de
la mano de obra (así como de la demanda agregada asociada), aunque por
otro lado las remesas enviadas por los emigrantes impulsan la actividad
económica contemporánea en estas naciones al aumentar la demanda del
resto de la población
.
El impacto negativo de la emigración y las remesas sobre la participación en la fuerza laboral es especialmente significativo en el grupo de jóvenes de 15 a 24 años, lo que indica que este segmento más activo de la fuerza laboral juvenil es el más propenso a emigrar. “Aunque una disminución en la participación en la fuerza laboral no siempre es desfavorable para el país de origen –por ejemplo, si las remesas permiten a los jóvenes continuar su educación y adquirir nuevas habilidades, lo que puede mejorar sus perspectivas económicas a largo plazo–, los resultados muestran que, en general, la caída en la participación en la fuerza laboral se debe a la emigración y, por lo tanto, a una pérdida de capacidad productiva en los países de origen”.
De acuerdo con el FMI, las remesas sólo mitigan parcialmente el
impacto negativo de la emigración, con un efecto conjunto sobre el
crecimiento económico. Además, la emigración está asociada a un efecto
sobre la participación en la fuerza laboral, lo que hace pensar que los
segmentos relativamente más activos de la fuerza de trabajo en general
tienden a emigrar. En cambio, la incidencia de las remesas en la
participación en la fuerza laboral no es significativa. Las diferencias
entre subregiones son significativas, observándose los mayores efectos
negativos en el Caribe, probablemente debido a una fuga de cerebros más
pronunciada por la emigración de trabajadores altamente calificados
.
Las rebanadas del pastel
Finalmente sumaron 23 los congresos estatales que avalaron la supremacía constitucional, con lo que el Congreso de la Unión declaró la validez de la reforma constitucional en la materia: es ley y fue publicada en el Diario Oficial de la Federación, con todo y berrinches, amenazas y chantajes de la pandilla judicial y su siempre bien aceitado sicariato mediático.
Otra vez, como sucedió en las anteriores parlamentarias en 2020, la fragmentada oposición, que comparte sólo el anhelo de integrarse cuanto antes a la Unión Europea, se niega a reconocer los resultados, todos sus diputados renunciaron a formar parte de la nueva composición del Legislativo unicameral de Georgia y exigen repetir la votación bajo supervisión internacional.
Y, también otra vez, Sueño Georgiano hace caso omiso de las acusaciones de que cometió fraude y está listo para formar gobierno, pese al boicot de la oposición, cuya demanda principal no va a prosperar, sobre todo después de que la Comisión Central Electoral concluyó el recuento parcial en 12 por ciento de las casillas, elegidas por sorteo, que incluyó 14 por ciento de las boletas, y ratificó el triunfo del oficialismo con cerca de 54 por ciento de los votos depositados, lo que se traduce en una bancada mayoritaria de 89 legisladores.
Sin embargo, Sueño Georgiano no alcanzó la mayoría calificada de tres cuartos de los diputados, 113 del total de 150, por lo cual no podrá modificar la Constitución.
Fundado por el magnate Bidzina Ivanishvili, que amasó su fortuna en Rusia, se ha dado en creer que Sueño Georgiano es una formación pro rusa, sobre todo por la deriva autoritaria de su gobierno y por haber copiado leyes restrictivas rusas, pero sí recurrió a la alquimia electoral –alterando cerca de 14 por ciento de los sufragios, sostienen expertos que estiman que su electorado real no sobrepasa 40 por ciento– lo hizo no para abortar la adhesión de Georgia a la Unión Europea, sino para derrotar a la oposición a cualquier precio, incluso enemistándose con Bruselas.
Pragmático como es, Ivanishvili, quien mueve los hilos del poder en Georgia, apuesta por una lenta negociación con el bloque europeo para retomar la vía de la integración, sin enfadar a Rusia, país con el cual Georgia rompió relaciones diplomáticas cuando el Kremlin empleó su fuerza militar para facilitar la independencia de las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del sur.
Desde entonces, cada segunda semana de noviembre la capital francesa alberga Paris Photo, la mayor muestra de fotografía contemporánea y moderna del mundo. Este mes regresa al emblemático Grand Palais, que estuvo tres años sometido a una gran restauración. Y ese retorno está marcado por acoger a las mejores galerías internacionales y francesas, dando un lugar esencial a la fotografía y al libro emergentes.
El cineasta y polifacético Jim Jarmusch es el invitado especial. Con motivo del centenario del surrealismo, seleccionará obras entre los 240 expositores de 34 países. Su fin: crear un recorrido temático dedicado al movimiento artístico que influyó profundamente en su obra.
Acuden 147 galerías, grandes nombres de la fotografía y nuevas participaciones internacionales. Incluye instalaciones y proyectos de Prism de gran formato. También lanza el nuevo sector, Voces, con destacadas personalidades del arte. Otro, el Emergente, explora el dinamismo de la escena contemporánea a través de 23 proyectos monográficos.
Nuevamente presenta el sector Digital, con proyectos artísticos que exploran la evolución de las prácticas digitales en la fotografía contemporánea. Además, habrá mesas redondas, performances y proyectos educativos.
Con mayor participación y diseño se ofrece también Elles x Paris Photo, programa para apoyar a las fotógrafas, darles mayor visibilidad y lograr que los museos adquieran sus obras.
De México sobresale la presencia de Flor Garduño, que goza en París de merecido reconocimiento. Ella estuvo hace cinco años en Paris Photo y su obra fue expuesta varias veces en la galería de Patricia Conde. Las publicaciones con su trabajo se exhiben en las principales librerías de arte y museos. Con Flor, un invitado especial: el promotor cultural y coleccionista Armando Colina.
La fotografía, medio de expresión en ascenso.
ya que la vida de mis instructores y de mis soldados están en peligro.
Junto a las medidas de fuerza de las organizaciones afines a Morales y
del gobierno encabezado por su antiguo colaborador Luis Arce, el ex
mandatario y el actual titular del Ejecutivo se han lanzado toda clase
de acusaciones que dejan escaso o ningún margen para el diálogo.
Mientras Arce amenaza con usar sus facultades constitucionales para
acabar con los bloqueos, Morales asegura que aquél sabe quién dio la
orden de intentar asesinarlo. Asimismo, dijo que una intervención
policial y militar contra su movimiento implicaría dividir y herir a Bolivia de forma irremediable
.
El crecimiento de la tensión y la violencia desatadas por el empecinamiento de ambos dirigentes en hacerse con la dirección del partido al que pertenecen, Movimiento al Socialismo (MAS), se encuentra en un punto de aparente no retorno, en el que se conducen mutuamente al abismo: en su afán por controlar el aparato partidista y la candidatura presidencial del año entrante han fracturado al masismo a tal grado que difícilmente podrá hacer frente a las derechas. Esta deriva es lamentable si se recuerda que hace sólo unos años, el MAS mostró tanta fortaleza como para ponerse en pie tras el golpe de Estado de noviembre de 2019 y la persecución política que le siguió: derrotar al golpismo en las urnas y, gracias al respaldo popular, retomar el proyecto soberanista y de justicia social que fue su razón de ser.
También es deplorable constatar tal egoísmo entre los líderes de un organismo que no surgió como un membrete de las élites ni como un partido-negocio, sino como un auténtico instrumento político para llevar al gobierno a las mayorías y a los movimientos populares que lograron romper la hegemonía de la oligarquía racista y entreguista. En su mejor momento, en sintonía con un pueblo en pie de lucha contra el neoliberalismo y el colonialismo interno, Morales y Arce formaron parte de una revolución pacífica que instauró un Estado plurinacional para reparar las centenarias injusticias contra los pueblos indígenas, logró un crecimiento económico inédito acompañado del combate a la pobreza y a la desigualdad, sacó a Bolivia de la órbita de Washington para sumarse al proyecto de integración latinoamericana y, en general, se erigió en ejemplo para el altermundismo en todas las latitudes.
Hoy no parece quedar nada de ese espíritu solidario, generoso, y esta pérdida es lamentable tanto para los bolivianos como para quienes luchan por construir sociedades justas.
Los amparos serán improcedentes en el caso de reformas constitucionales, no dice eso, sino cualquier otra cosa y, además, es inconstitucional. Umberto Eco, quien hace más de tres décadas publicó Los límites de la interpretación, sube las cejas y se lleva la pipa a los labios.
Comienza recordando la tarde del 11 de agosto de 1984 cuando el
entonces presidente de EU, Ronald Reagan probó su micrófono para la
emisión de un mensaje por la radio pública con la frase: Me complace anunciarles que hoy firmé una ley que desaparece a Rusia para siempre. El bombardeo comienza en cinco minutos
. Eco toma esa frase e imagina qué tipo de historia se podría desprender de ella: es
la historia de un hombre que bromea cuando no debería; es la historia
de un hombre que bromea pero que, en realidad, está emitiendo una
amenaza; es la historia de una trágica situación política en la que
incluso las bromas inocentes pueden tomarse en serio; es la historia de
cómo el mismo enunciado chistoso puede adoptar diferentes significados
según quién lo enuncie. Pero cualquier otra inferencia interpretativa
(por más paranoica) habría estado basada en el reconocimiento del primer
nivel de significado del mensaje, el literal
. Es decir, antes de
pasar a inferir o a interpretar, se debe proteger lo que dice el mensaje
porque, en el ejemplo de Eco, si no se sabe en primer lugar qué diablos
dijo Reagan, ni siquiera se puede discutir si es una broma o una
amenaza. Es lo mismo con las frases de la Constitución o de la Ley de
Amparo: para debatirlas, hay que leerlas por lo que dicen. Antes de
hablar de la verdadera intención del Constituyente
o de la lectura que le doy yo porque he leído mucho derecho, hay que conocer el significado de sus palabras.
Umberto Eco acaso encuentra una forma de lectura de nuestros jueces
que los empata con los exégetas de la Cábala para quienes no sólo hay
interpretaciones infinitas, sino combinaciones de letras ilimitadas.
Infinitamente interpretable, sin importar que sus autores la escribieron
con una intención unívoca, que tiene un solo significado, la Cábala
nuestra es ahora la Constitución. Es el laberinto de la enciclopedia con
el que alucinó Borges, con pasillos que se interconectan, con
referencias de una a la otra, y al final, el minotauro de la nada. En
esos pasajes enredados, hay dos tipos de lectores –sostiene Eco–: los
que leen el texto y los que modelan el texto para adaptarlo a sus propios propósitos
.
Es decir, es distinto interpretar que utilizar un texto. Lo que han
hecho nuestros jueces ha sido eso: usar frases legales para acomodarlas a
sus propias intenciones. No han interpretado la Constitución, se han
servido de ella. Llegaron al límite de esa práctica con la sentencia en
la que partes de ese libro llamado Constitución, no pertenecen a él,
sino a cualquier otro libro de ciencia ficción, policiaco, o de cocina.
No todas las lecturas son válidas. Hay unas que están
equivocadas y eso lo sabemos porque no hay nada en el texto que pueda
darles pie. El texto selecciona sus propias interpretaciones y previene
de sus tergiversaciones. El amarillismo de los medios no toma en cuenta
ese control: si hay una tiendita de los hijos del ex presidente López
Obrador que vende chocolates y un programa de reforestación que incluye
la siembra de cacao, hay conflicto de intereses. Los amarillistas se
defienden diciendo que son inferencias
. Una inferencia es ver el
cielo nublado y aventurar que puede llover. El amarillismo es ni
siquiera voltear a ver el cielo y asegurar que está lloviendo. Así,
podemos decir que la no-lectura de la nueva constitucionalidad lleva al
amarillismo judicial: ver en todos lados la dictadura
inminente
que justifica elevar a los jueces por encima de la propia Constitución,
la Presidenta y los legisladores y, así, salvar la democracia de sí
misma.
Cuando Umberto Eco publica su ensayo, de inmediato, uno de los aludidos, el pragmatista estadunidense, Richard Rorty, reacciona. No sin cierto afecto por el maestro, banaliza las distinciones entre uso e interpretación, entre someter un texto a nuestras necesidades, buscar en él lo que se quiere obtener o dejar que el mismo texto te diga qué es lo que no sabías que andabas buscando. Eso último le sirve a Rorty para no polemizar con Eco: “Su respeto por el autor o el texto no es una cuestión de respeto por una intención o por una estructura interna. En realidad, ‘respeto’ no es la palabra adecuada. Amor u odio lo serían más. Porque un gran amor o una gran aversión es la clase de cosa que nos cambia, cambiando a su vez, nuestros propósitos”. Así, que Rorty termina por resolver que, quien lee semánticamente le tiene afecto al texto y quien lo usa lo odia a tal grado que no le importa torturarlo.
Pero es por lo menos curioso que ambos, Eco y Rorty, hayan tomado como objeto de su aversión a los expertos
, antes llamados ocultistas
. Sobre la novela de Eco, El Péndulo de Foucault, Rorty dice: Cuando
leí la novela, decidí que Eco debía de estar satirizando el modo en que
científicos, eruditos, críticos y filósofos se perciben a sí mismos
descifrando códigos, despejando accidentes para revelar la esencia,
apartando los velos de la apariencia para descubrir la realidad. Leí la
novela como una polémica antiesencialista, como ligera parodia de la
metáfora de la profundidad, de la noción de que hay significados
profundos ocultos para el vulgo, significados que sólo pueden conocer
los bastante afortunados como para descifrar un código muy difícil
.
Hay en ambos un aliento democratizador cuando todos podemos leer con
sentido común un texto, así sea jurídico, y entenderlo. Y que, al leer: improcedente
, todos sabemos que quiere decir fuera de lugar
.
Es entonces que Umberto Eco pasa la página.
De cualquier manera, desde que la Casa de Estudios dejó de ser vasconcelista y Vasconcelos dejó de ser revolucionario, han pasado varias generaciones de universitarios que, en términos generales, podemos presumir que engrandecieron a la venerable institución y la convirtieron en uno de los principales motores del desarrollo nacional.
Pero no es el único: en todo el occidente del país, especialmente
durante los últimos 35 años, también mi alma mater, la Universidad de
Guadalajara, misma que alcanzó oficialmente su autonomía
hace ya tres décadas, ha desarrollado un importante papel.
Para los poco conocedores debe advertirse que hay en dicha ciudad otra institución educativa que se hace llamar autónoma
,
solapada irónicamente durante muchos años por la propia UNAM, que viene
a ser todo lo contrario de ésta: reaccionaria, dictatorial, clasista e
intolerante, aparte de su bajísimo nivel académico en casi todas sus
áreas…
Pero el tema es que causa satisfacción que la UNAM recuerde cada año su fundación y la festine. El año próximo cumplirá 115 y, al parecer, lo mismo que éste 2024, no pasará desapercibido.
Justamente el pasado 12 de octubre, la Universidad de Guadalajara, gestada por un personaje de singular valía como fue José G. Zuno, al frente de una cauda de gente ilustre y bienintencionada, fundaron en 1925 la Universidad de Guadalajara, cuyo primer rector fue un ilustre jalisciense, de vida lamentablemente efímera, llamado Enrique Díaz de León (1893-1937).
Supongo que sus autoridades actuales estaban engrasando las armas para que el centenario resultara en verdad rumboso. Vale reiterar que la U. de G. ha tenido paréntesis obscuros, pero nadie puede negar que en mayor o menor grado ha influido siempre en el desarrollo, no sólo de Jalisco, sino de todo el occidente y también, en parte, del noroeste mexicano.
En los próximos meses habrá oportunidad, espero, de hablar un poco de los beneficios que dicha institución, que a pesar del gobierno que padece Jalisco, ha derramado por toda la entidad y su vecindario.
Pero desde hace tiempo se columbra el mechón de pelos en la sopa, constituido por un sector de la comunidad, añorantes de la dominación española que insiste en ligar dicha Universidad creada por un gobierno emanado de la Revolución, con una escuálida Real y Literaria Universidad de Guadalajara de muy corta y más triste vida, creada en 1792 y que, con aperturas y cierres y poquísimas realizaciones cuando eran conservadores los gobiernos de Jalisco, cascabeleó hasta 1860.
Aparte de que dicha institución casi nunca lo fue del todo
, su
espíritu era diferente al de las universidades modernas, entre otras
cosas por el significado de la palabra universidad, que ahora quiere
decir apertura
y refiere a lo universal
. En aquel entonces, se refería a claustro
, conglomerado
, etc. Todo lo contrario que hoy.
Con muy buen criterio, la UNAM recuerda sus antecedentes históricos, pero no reconoce paternidad alguna de una universidad sobre la otra, a pesar de que la “Real y Pontificia-2 tuvo una vida efectiva seis o siete veces más larga que la de Guadalajara.
Pensar que la mayor antigüedad y, sobretodo, las relaciones con la
Corona española le dan prestigio a la institución, es una muestra de que
la mentalidad de colonizados de que adolecen ciertos tapatíos, como
aquellos que invierten sus recursos, a veces ya no tan suculentos, en
conseguir certificados de nobleza u órdenes
y condecoraciones de quienes siguen suspirando por los tiempos de la dominación española, cuando la sociedad estaba debidamente estratificada
, sigue causando estragos…
Aunque duela decirlo, gente de esta calaña no falta entre las huestes de los llamados cariñosamente leones negros
.
El peculiar desarrollo económico que el franquismo puso en marcha a partir de los años 60 guardó para el litoral mediterráneo un destino que, pese a regar de dinero toda la costa, contenía en su seno la semilla de la ruina. A diferencia de Cataluña, con un desarrollo endógeno propio, Valencia se convirtió en una de las joyas de la corona de un proyecto turístico destinado tanto a españoles como, cada vez más, a europeos.
Ese monocultivo ha desembocado en un desarrollo urbanístico desordenado y depredador; ha sido caldo de cultivo para algunos de los casos de corrupción más sonados de toda España, ha limitado completamente cualquier desarrollo económico equilibrado en el territorio, ha precarizado las condiciones de vida de los y las valencianos y, como acostumbran a lamentar los locales, ha convertido el país en la playa de los madrileños y el geriátrico de los europeos del norte.
No hay casualidades aquí. El País Valencià es parte de los Països Catalans, territorio políticamente apenas articulado pero unido por una lengua y una cultura comunes. Hacer imposible el entendimiento entre Cataluña y Valencia es una de las obsesiones del proyecto español, expresado tanto en términos culturales –han llegado ha afirmar que el valenciano no sólo no tiene nada que ver con el catalán, cosa absurda, sino que ni siquiera viene del latín– como de infraestructuras. Para llegar en tren de algunos lugares de Valencia a Barcelona, hoy día sigue siendo más fácil pasar por Madrid. Si tienen un mapa a mano, comprueben el desatino. El corredor ferroviario mediterráneo, un eje natural que debería servir para conectar las mercancías de todo el Mediterráneo occidental con Europa, es un proyecto respaldado por Bruselas que sigue acumulando polvo en los despachos de un Madrid alérgico a cualquier desarrollo que escape a su control.
Tras un breve paréntesis de ocho años con gobiernos algo más progresistas, este proyecto subalterno al poder de Madrid volvió a caer en 2023 en manos de un PP que siempre hizo y deshizo a su antojo en el territorio. Algunos de los nombres más sonados de la corrupción de la derecha española están estrechamente ligados a la Comunidad Valenciana, desde Carlos Fabra y Rita Barberà a Francisco Camps y Eduardo Zaplana.
Pupilo de este último es Carlos Mazón, el actual presidente de la comunidad en alianza con la extrema derecha de Vox. Una de las primeras acciones de su gobierno fue eliminar la Unidad Valenciana de Emergencias, decisión que ahora trata de compensar vistiendo un chaleco rojo y multiplicando comparecencias en un territorio devastado. Tarde. El desastre provocado por la DANA tendrá muchas réplicas políticas en un territorio en el que, ayer al anochecer, se contaban 202 muertos, muchísimos desaparecidos y decenas de miles de personas sin agua ni luz.
El descalabro es integral. Nadie está libre de los estragos de un fenómeno extremo, pero numerosas voces expertas en el campo de las emergencias y la meteorología han señalado que un sistema efectivo de alertas hubiera podido mitigar notablemente la cifra de daños personales. En dirección contraria, Mazón aseguró públicamente el martes que para las 18.00 horas amainaría. En realidad, es entonces cuando empezó lo peor. De hecho, aunque la alerta de la Agencia Española de Meteorología estaba activada desde la mañana, el gobierno valenciano no envió la alerta a los ciudadanos hasta las 20.12, una hora en la que decenas de personas se aferraban a un árbol mientras veían como el agua y el lodo se tragaban todo un paisaje. La gente había seguido con su vida.
Pero ojo, porque al margen de las evidentes negligencias, este episodio de gota fría es también una trágica muestra de lo que el cambio climático –que Vox niega abiertamente y el PP ignora– guarda para territorios como el Mediterráneo. Se puede sostener la afirmación sin demasiado miedo porque las inundaciones son uno de los fenómenos meteorológicos que con mayor seguridad se pueden atribuir al aumento de las temperaturas provocado por la acción humana. El hecho de que el mar esté a las puertas de noviembre por encima de los 20 grados es la gasolina que hace que estos episodios, que no son nuevos, sean ahora más habituales y, sobre todo, mucho más violentos. A ello se suma la aridez de un suelo castigado por la sequía y poco acostumbrado al agua.
Todos somos vulnerables ante una emergencia climática que nos anuncia nuevos sucesos como los de Valencia. Lo ocurrido es, también, una trágica cura de humildad. Esto es transversal, nacer en una esquina privilegiada del mundo no te salva de los estragos de un cambio que ya está aquí.
pactos sociales implícitosentre diversos sectores de la sociedad y el crimen organizado. La niñez, los sacerdotes, las y los líderes comunitarios, las mujeres y las juventudes son quienes están recibiendo con mayor frecuencia los impactos de la violencia en los territorios.
Por un lado, el gobierno federal ha apostado por mantener a cuerpos militares en nuestras calles para regresar
la paz a la sociedad, cuyo resultado aún está en duda después de la
memoria histórica en América Latina sobre estas acciones. Por otro lado,
las organizaciones de sociedad civil, quienes han estado en la
documentación y exigencia de la protección de los derechos humanos ante
el Estado, se encuentran en un debilitamiento del actuar derivado de las
condiciones de inseguridad que se viven no sólo por la delincuencia
organizada, sino también por agentes del Estado.
Ante ello, ¿cómo podemos promover acciones colectivas para afrontar la violencia desde la sociedad civil organizada? ¿Cómo es que las organizaciones de sociedad civil nos rearticulamos y acompañamos para abonar a construir la paz y condiciones de dignidad para nosotras, nosotres y nosotros? ¿Cómo podemos recuperar la esperanza de la paz en nuestros territorios? Las preguntas son muchas y las respuestas quizá, pocas, pero dentro de ello se va construyendo la esperanza.
Una esperanza colocada en el centro de una apuesta política por la justicia social y la construcción de condiciones de vida dignas que fueron los nichos para el surgimiento de organizaciones de sociedad civil en la década de los 80, como es el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria OP, AC (Centro Vitoria). Los orígenes de la organización se encuentran en la solidaridad con las víctimas de la violencia y persecución política de regímenes de América Latina y el Caribe. De ahí surge el compromiso por la defensa de los derechos sociales desde la acción política organizada a través de los vínculos y del impulso de la Iglesia católica con otros sectores, orientada por el movimiento político de la Teología de la Liberación.
Desde sus inicios hasta 2023, el Centro Vitoria estuvo dirigido por Miguel Concha Malo, fraile dominico, defensor de derechos humanos, académico y mentor acompañante de las causas justas, de víctimas y colectividades que buscaban verdad y justicia en sus comunidades.
Ahora, en 2024, después de la pérdida del Sembrador de paz (como se le ha nombrado) y a cargo de Gonzalo Ituarte, el Centro Vitoria ha cumplido 40 años de caminar, en medio de una complejidad social mundial y nacional que coloca en el centro de la reflexión cómo es que se puede reconstruir en medio del caos y la desesperanza. Y aunque no tenemos la respuesta, confiamos en que las claves están en nuestras raíces, nuestros referentes y en el fortalecimiento de nuestra apuesta política por las juventudes como agentes y sujetos políticos de transformación social. Miguel Concha describía al Centro Vitoria como un ser centrífugo: un ser que se comparte, expande, crea y teje con otras, otres y otros desde el acompañamiento y del caminar hombro a hombro de adentro hacia afuera y viceversa.
Ahí identificamos y recordamos que la fuerza ante el caos se
encuentra en la colectividad comprometida por la construcción de otros
mundos posibles. Como decía nuestro Sembrador de paz, hacer lo que se puede con lo que se tiene, pero siempre con ganas y de buena manera
,
donde la potencia no radica en la multitud desbordada, sino en la
organización local con voluntad de (re)construir y proteger nuestra casa
común. Esta casa compartida se diversifica con las personas que la
componen; se expande por las luchas con las que nos vinculamos; se
contrae para reflexionar cuando el panorama es complejo y se fortalece
cuando se mantiene encendida la llama por la justicia social, la digna
rabia y la defensa por la vida colectiva ante la desesperanza.
Es por ello que, después de cuatro décadas de caminar, de reconfiguraciones, de diálogos a lo interno y externo, el Centro Vitoria sigue apostando por la defensa y promoción de los derechos humanos para todas, todes y todos, ahora, fortaleciendo nuestra escucha y acompañamiento hacia las juventudes y las generaciones futuras, pues ellas son y serán quienes continúen sosteniendo la esperanza y el fuego en resistencia por la disputa de la vida en paz, libertad y dignidad, porque la construcción de paz y la resistencia por la defensa de la vida en comunidad se hace con todas, todes y todos, aunque seamos pocos.
* Directora del Centro Vitoria
La otra cara de la moneda. ¿Cómo fue posible? ¿Lo sabían los responsables políticos?, y en el canto, el debate público donde fundamentalistas de todo signo se decantan por hacer leña del árbol caído. Mientras, la derecha se frota las manos; es la oportunidad de contraatacar, para arremeter contra lo que han denominado ideología de género, una manera de poner en tela de juicio y negar la violencia de género, dependiente de la sociedad patriarcal y machista. El mensaje es reaccionario: a las mujeres hay que protegerlas, apoyarlas; son madres, esposas y amantes.
La izquierda sangra por donde más duele, el cuestionamiento de las políticas de igualdad, tras décadas de luchas del movimiento feminista. El pensamiento reaccionario ha logrado trasladar la explicación de la violencia de género a la conducta innata de machos y hembras no dependiente de ciclos estrales, donde el deseo sexual genera violencia. Peligrosa definición que justifica la violación y las agresiones debido al exceso de testosterona. Baste recordar los eximentes de las defensas: su vestimenta era provocativa, su mirada lasciva. En otros términos, la hembra en celo, deseando ser montada. Igualar las violaciones con la berrea de los machos en momentos de reproducción es un argumento tan despreciable como cínico. No me imagino a ningún ser humano comportándose territorialmente bajo el argumento de estar en el periodo de actividad reproductiva para agredir a una mujer. Los seres humanos practican las relaciones sexuales, entre otros motivos, por placer. No sólo es un acto derivado de la reproducción de la especie. Expresan sentimientos, deseos, emociones. Las relaciones sexuales están regidas por el consentimiento. Vivir el juego del amor o disfrutar del sexo excluye el abuso de poder, el engaño, la sumisión o el chantaje. La violación asume mil y una formas, todas dependientes de la dominación presente al interior del patriarcado y su anexo, el machismo.
Reyes, futbolistas, actores, empresarios, políticos, cantantes, maridos y amantes actúan bajo esta lógica. Y si por algún motivo, la víctima denuncia el hecho, hay medios para desprestigiarla. La sociedad patriarcal tiene resquicios para salvaguardar al violador. En España, con fecha 8 de octubre de 2024, una sentencia marca la pauta. Cuatro empresarios han reconocido haber prostituido a menores y mantener relaciones sexuales no consentidas; sin embargo, los pederastas ven conmutar sus penas de cárcel por cursos de rehabilitación. La sentencia destaca que cinco de las 11 víctimas han pedido a los jueces que les concediesen una segunda oportunidad. El miedo y la compra de voluntades se intuye en dicha petición.
¿Es usted más machista o racista?, ¿cuánto dinero tiene en el banco?, y ¿cuántas relaciones sexuales ha mantenido en los últimos 30 días? Esta tríada de preguntas la hace David Broncano a sus invitados en La Revuelta, programa de máxima audiencia en la televisión pública española. Las respuestas han sido variopintas, considerando además, que sus entrevistados son personas de renombre, médicos, deportistas, actores, académicos, científicos y políticos. Entre las últimas invitadas se encontraba la actriz Paz Vega, quien decidió contraatacar a la pregunta ¿más racista o machista? “He estado viendo el programa y es curioso cómo todos prefieren admitir que son un poco más machistas que racistas, y es peligroso (…) Es muy problemático admitir que eres un poquito machista o un poquito racista sin más. De alguna manera estás admitiendo que eres superior sea como hombre o como blanco (…) No vale admitirlo sin más (…) No hay término medio, no es admisible ni el machismo ni el racismo, ni mucho, ni poco”. Para Paz Vega, lo correcto es no preguntar, así se elimina el bochorno de pensar primero, y responder a continuación cuantos actos de micromachismos y microrracismos se cometen a diario, sin tener conciencia de ello. Censurar la pregunta no elimina el problema. Ocultarlo no es la solución. Sin embargo, la decisión del presentador ha sido dejar de formularla. Un triunfo de la cultura de la cancelación.
El ejemplo, y los dos casos de agresiones y violación de militantes de izquierda, sirven para tomar conciencia de las tensiones a que está sometido el movimiento feminista. La derecha, no olvidemos, aprovecha cualquier resquicio para denostar las políticas de igualdad y negar la violencia de género. No caigamos en su trampa, sólo transformando el derecho, denunciando en los juzgados y en las instituciones ad hoc, será posible avanzar en una justicia donde las sentencias no destilen machismo ni apuntalen el patriarcado. De lo contrario, la berrea de los machos seguirá campando a sus anchas.
La condición productiva de su planteamiento estribó no sólo en su amplio conocimiento de los clásicos del marxismo, destacando, además de Marx y Lenin, también la tradición occidental iniciada por Lukács y Gramsci, continuada por Althusser y Poulantzas. Amén de ello, sus fuentes e interlocutores latinoamericanos fueron variados; pasaron de un autor obligado, como José Carlos Mariátegui, a las grandes discusiones de la época, en las que destacaban la teoría de la dependencia, el indianismo, la interpretación de las dictaduras como fascismo dependiente, la lectura política de El Capital y especialmente la reinvención del problema nacional como tarea del socialismo. Zavaleta, tan boliviano como latinoamericano, sostuvo un conjunto de posiciones desde un marxismo comprometido con la militancia política pero renovado en sus horizontes.
Como otras y otros, Zavaleta tuvo su primera experiencia en el nacionalismo revolucionario, ideología prototípica de la insubordinación proletaria en contra del privilegio producido por la forma oligárquica de la sociedad. No es casual que el proceso boliviano de 1952 representara un reto interpretativo, con su potente (y muchas veces olvidada) revolución obrera y antioligárquica. Dicho acontecimiento gestó un universo conceptual que Zavaleta no abandonó, sino que profundizó tras su salida transición ideológica hacia la adscripción marxista. Su preocupación esencial era el lugar de la dinámica nacional como ejercicio de politicidad de la confrontación de clases y de la constelación de recursos que estos procesos generaban en el caudal de experiencias de los subalternos.
Hoy resulta revelador volver a su obra en el tiempo de crisis del
predominio mercantil, especialmente frente al posicionamiento de
intelectuales que muestran molestia por las respuestas sociopolíticas
frente el agotamiento del cosmopolitismo neoliberal. Para Zavaleta, la
nación no era otra cosa sino una expresión de la globalidad: Creer
que uno solo es nacional cuando niega el mundo, es inexacto. Ser uno
mismo es ser en el mundo. Hay que tener una visión mundial de las cosas
para ser nacional
.
Esta mirada no sólo era una reivindicación de la función cultural y fáctica de mediación que cumplía la nación en medio del despliegue del mercado mundial; era también una contribución política desde el marxismo. Su impronta de nacionalizar la trayectoria de dicha corriente no era un esfuerzo teórico, sino el secreto mismo de la configuración política para imaginar y disputar el futuro. Para Zavaleta, en América Latina la lucha por la nación no era un momento de ingenuidad, sino que reconocía que la izquierda era la que podía darle forma acabada a la incesante búsqueda soberana, pretensión a la que definía como el alma de los pueblos. Podríamos decir, siguiéndolo, que si bien no todo proyecto nacionalista ha sido de izquierda, lo cierto es que la izquierda tiene que plantearse un horizonte nacional si aspira a ser opción política.
Todo este arsenal contribuyó a forjar la interpretación de lo nacional-popular –categoría extraída de la obra de Gramsci– como manera de entender los procesos de movilización de grandes contingentes sociales que articulaban la dimensión soberana de los Estados. No bastan los procesos de nacionalización si no se acompañan de la activa y decidida participación popular. Bajo dinámicas diversas, lo nacional-popular se extiende como el escenario predilecto de la lucha política en la región latinoamericana, en donde las clases contribuyen, con sus programas, a fortalecer o debilitar dicho entramado. Lo nacional-popular no es un programa político en sí, sino un proceso que es producto tanto de la configuración económica desventajosa para los estados periféricos como del anudamiento de la acción voluntaria de sujetos variopintos del capitalismo latinoamericano.
La obra de Zavaleta confirma la tenacidad de la política, antes que cualquier determinación exógena o de generación de dependencia. Es, además, el reconocimiento de las formas histórico-concretas de la disputa política y la contribución que a ésta han hecho las clases subalternas. Si bien el horizonte de Zavaleta era la crítica del capitalismo desde la perspectiva marxista, eso no lo obnubiló para reconocer la forma específica en que se desplegaba la estatalidad y su proclividad para ser motivo de disputa, rasgo característico en la región latinoamericana.
Lo nacional-popular, en la clave entregada por Zavaleta, es uno de los aportes más importantes dentro de la teoría social latinoamericana. En tiempos de declive neoliberal se impone como a agenda de acción e investigación, tanto de su presente como de sus formas contemporáneas, imprescindible para intervenir en la coyuntura de nuestro tiempo. Cuatro décadas después de su fallecimiento, el boliviano se presenta, a decir del filósofo Santiago Castro-Gómez, como el marxista más relevante de la segunda mitad del siglo XX, y no pocos militantes a lo largo del continente reconocen a su obra como una de las herencias más valiosas.
* Investigador de la UAM
Ante esa avalancha y en medio de la tormenta, nació hace ya 15 años el portal Desinformémonos, una herramienta útil para sacudirnos esas capas de palabrería dirigidas a que no pensemos críticamente, que no nos reconozcamos ni nos organicemos. Desde el inicio con un impulso colectivo y abierto que convocó su directora, Gloria Muñoz Ramírez, periodista, tejedora de mundos y mucho más, también colaboradora de este diario (https://desinformemonos.org/).
Desinformémonos, cuenta el colectivo que lo sustenta, es un espacio
de comunicación global, desde abajo, desde las luchas y las realidades del
campo, los barrios, los centros de estudios, las fábricas y las
comunidades indígenas. Un espacio de las calles y llanos, con
testimonios de hombres y mujeres invisibles para los grandes medios de
comunicación masiva: migrantes, indígenas, refugiados, artistas,
trabajadoras sexuales, niños y niñas que viven en las calles,
campesinos, obreros, estudiantes y un largo etcétera conformado por las
clases desposeídas, Los Nadies, como los nombra el escritor uruguayo
Eduardo Galeano
.
La tarea era tan necesaria y urgente, que muchas y muchos respondimos
con entusiasmo y corazón, agradecidos de poder caminar juntos, aunque
sea algunos pasos, en esta construcción. Así también notables fotógrafos
y artistas acompañaron esta tarea. La diversidad de información, la
riqueza de texto e imágenes de este portal, de esta revista barrial
como también se llama, sólo es posible justamente por ser colectiva,
por ser sin fines de lucro y sumarse al río de los medios libres y desde
abajo en muchas partes del mundo.
Este 25 de octubre, como celebración y revista del camino recorrido, Desinformémonos organizó en el Colegio de San Idelfonso, en la Ciudad de México, una extraordinaria mesa de 15 mujeres con historias de lucha y vida increíbles, pero muy reales, que viajaron desde todos los rincones del país para encontrarse en un gran abrazo. Su sola presencia fue como desplegar un mapa del México desde abajo, un tejido que mostró las luchas, los porqués, el empeño en la resistencia, el corazón y la fortaleza de pueblos y comunidades, del campo y la ciudad.
Ahí estaban, comparte Gloria Muñoz, Araceli Osorio, que desde que
asesinaron a su hija Lesvy sigue luchando contra la impunidad en un país
en el que se cometen alrededor de 12 feminicidios diarios. Y Ana
Enamorado, que sigue buscando a su hijo Óscar y ahora forma una red para
buscar a los migrantes desaparecidos en territorio mexicano. Se tomaron
las manos con Trini, campesina emblemática de la lucha por la tierra de
Atenco. También se tendieron los brazos de Haizel de la Cruz, que
defiende el territorio maya, y los de Juana Ramírez, que lo mismo hace
con las del Istmo de Tehuantepec; y Teresa Castellanos, que persiste en
la defensa del agua y las tierras nahuas de Morelos heredadas por la
lucha del general Zapata; y Maya, orgullosa de que los pueblos
cholultecas de los Volcanes, en Puebla, lograron echar a la
multinacional Bonafont y recuperaron el agua de sus manantiales
.
También Argelia Betanzos, mazateca en defensa del territorio en Oaxaca;
Patricia Espinosa, hermana del periodista asesinado Rubén Espinosa;
Joaquina Paulio, otomí en lucha por vivienda digna; Krizna y Bety,
trabajadores sexuales, periodistas y activistas; Laura Rocha, de Barro
Rojo; Cristina Bautista, madre de Benjamín Ascencio, uno de los 43
normalistas desaparecidos de Ayotzinapa; doña Fili, vecina y fundadora
de la defensa de los Pedregales de Santo Domingo (https://desinformemonos.org/el-abrazo/).
Un abrazo acompañado también con una mesa de periodistas que rompen velos e iluminan ese mapa, como Blanche Petrich y Hermann Bellinghausen, en el marco de una notable exposición de fotógrafos y fotógrafas, también colaboradores de Desinformémonos. Y muchas y muchos más, que desde el auditorio o a la distancia, nos sentimos parte de este encuentro que nos abraza y abrazamos.
* Investigadora del Grupo ETC
personaje incómodoen el contexto de tanta música contemporánea desvinculada del mundo real.
Muy apreciado, pues, el recital vocal titulado Luigi Nono y su entorno, presentado en el contexto del Festival Cultura UNAM 2024 por Staccato Coro de Cámara bajo la dirección de Marco Ugalde, en ese muy interesante espacio escénico (que yo desconocía) que es el Foro Experimental José Luis Ibáñez, en territorio de la Ciudad Universitaria. Materia sonora: dos piezas del propio Luigi Nono y cuatro obras de compositores que de una u otra manera acompañaron su trayecto. La presentación musical fue preludiada por un breve video en el que Nono establece, de forma clara y contundente, sus posturas políticas y sociales tajantes, radicales y sin concesiones. Para entrar en materia, dos obras del propio Nono. Dónde estás, hermano es una pieza articulada por el uso del silencio, de dramatismo intenso potenciado a través de la presencia de intervalos cercanos y una armonía apretada, recursos que dan lugar a notables interferencias y resonancias. Sarà dolce tacere se apoya en un bellísimo texto de Cesare Pavese sobre el que Nono crea una especie de madrigal interrumpido, fragmentado, con una clara y perceptible distribución estructuralista de sus materiales que imparte cierto sentido de la espacialización.
La tercera pieza fue Mit gesch lossenem Mund (Con la boca cerrada), del alemán Wolfgang Rihm. El título es más que descriptivo: un bien articulado discurso a base de bocca chiusa, sin texto alguno, relativamente fácil de seguir debido, entre otras cosas, a ciertas armonías medianamente reconocibles. Después, el ensamble cantó el Responsorio de tinieblas, de Salvatore Sciarrino, dedicado explícitamente a Luigi Nono. La obra procede a partir de una especie de canto llano deconstruido, intervenido, rensamblado, que deja la impresión de un contemplativo viaje (más temporal que espacial) de ida y vuelta. Fue cantada también la pieza de Luigi Dallapiccola titulada Tempus destruendi, potente estudio sonoro que utiliza orgánicamente las intensidades, los contrastes y los registros vocales combinados con el sprechgesang (canto hablado) con resultados alternativamente luminosos y austeros.
Para concluir, una obra importante del repertorio vocal del siglo XX: Cries of London, de
Luciano Berio. Con fidelidad a su tendencia poliestilística, Berio
propone una estructura análoga a un rondó articulado alrededor del
estribillo textual que dice: Estos son los pregones de la ciudad de Londres, algunos suben, otros bajan por la calle
.
Y sí, Berio pide aquí una ejecución vocal más de calle que de academia
(como debe ser). En el trayecto de la pieza, uno de los pregones permite
al oyente alucinado imaginar vasos comunicantes con Money, de Pink Floyd, y/o con Money money, de Cabaret. El resultado total de Cries of London es una cuasi-cubista mescolanza de pregones al estilo de las mejores plazas y los más distinguidos tianguis.
Se agradece a Marco Ugalde y a Staccato Coro de Cámara la buena preparación y ejecución de este difícil programa, cantado con pulcritud y convicción y presentado en un entorno escénico y lumínico adecuadamente sobrio y austero. Lástima de la ausencia flagrante del público universitario, seguramente más interesado en apersonarse en el muy cercano estadio de los mediocres Pumas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador se ganó un descanso merecido, sabiendo que ha pasado la estafeta y habrá continuidad de la 4T –segundo piso– con el relevo de la presidenta Claudia Sheinbaum. Ante ello, me pregunto: ¿es esta transformación una revolución? A mi juicio, sí lo es, de manera pacífica y buscando, sobre todo, revolucionar las conciencias.
Sin embargo, en relación con ese plano –el de la mentalidad de la nación– una de las asignaturas pendientes de AMLO fue la transformación de la cultura y, en concreto, del cine. En este último rubro, prevaleció una visión neoliberal, individualista y egoísta en la industria. No hubo mayor cambio. Se siguió menospreciando a las y los artistas y trabajadores cinematográficos organizados, a costa de privilegiar a los patrones, a los productores privados, nacionales y extranjeros.
De todas las artes, el cine es para nosotros la más importante
,
dijo Lenin. Y esas palabras reverberaron entre grandes próceres, aunque
también entre quienes buscaron hacer gran daño: con Goebbels o con las
expresiones más rancias del imperialismo estadunidense.
¡Cuidado con menospreciar al cine!
Efectivamente, el cine es arte, masivo y profundo, que llega al inconsciente y transforma a las personas. Por eso pienso que se trata, por excelencia, del arte del pueblo y para el pueblo. El cine es cultura, educación extraescolar, expresión social e histórica. Puede, además, ser un medio privilegiado para difundir ideas y posiciones políticas e ideológicas. El cine además de todo, es un medio con el que pueden mostrarse al mundo las maravillas de nuestro país y la cultura milenaria de nuestro pueblo.
Sin embargo, insisto: el cine mexicano, al día de hoy, se encuentra enfermo de las formas y fondos del país neoliberal que se pretende dejar atrás. En ese sentido, estoy convencido de que, para curarlo, un paso necesario es aprobar una nueva ley cinematográfica, socialmente comprometida y nacionalista, que refleje la ideología del humanismo mexicano de la 4T. Al respecto, considero debe contener cuatro puntos críticos:
1. Privilegiar primero a las personas trabajadoras: las y los directores, guionistas y técnicos, quienes realizamos la obra cinematográfica. Por ello, pienso que en ella debe haber una dimensión laboral clara que incentive la organización de las y los trabajadores. Idealmente, creo firmemente que debe contener disposiciones que favorezcan la creación de un sindicato único, para que no se lleve a la división y la competencia en favor de la parte patronal.
2. Promover la creación de cooperativas de cineastas, donde por medio del esfuerzo colectivo, las y los trabajadoras sean dueños de su propio trabajo y puedan producir filmes y explotarlos comercialmente, para luego recibir entre ellas y ellos las ganancias, resultado que los filmes son propiedad de la cooperativa, de los cineastas, y de por vida.
3. Establecer mecanismos de financiamiento flexible con las instituciones de la banca de desarrollo para producir filmes.
4. Regular la distribución y, sobre todo, la exhibición de cine mexicano, con base en sanciones claras contra los privados que no cumplan con los tiempos de pantalla. Es decir, el tiempo que debe destinarse obligatoriamente a la proyección de producciones nacionales en salas de cine comerciales, asegurando así una mayor visibilidad y acceso del público al cine mexicano.
Sobra decir, que en las producciones privadas, que seguro pueden permanecer, quien produzca será dueño de la película y, por tanto, el beneficio económico irá a sus bolsillos. En este caso, las y los trabajadores-cineastas serán únicamente fuerza de trabajo empleada por trabajo determinado. No obstante, el Estado debe garantizar una remuneración salarial justa y digna y el cumplimiento de los demás derechos laborales.
Ahora bien, la construcción de infraestructura cultural como cinetecas, pilares y utopías y la creación de programas presupuestarios de fomento es siempre positivo, pero está lejos de ser suficiente. Los pilares y utopías pueden fácilmente contener en sus estructuras una red de salas cinematográficas modernas y con tecnología de punta para exhibir cine mexicano cuyo boleto en taquilla no rebase los 40 pesos. Cine popular, para el pueblo bueno.
En la industria perduran prácticas monopólicas (prohibidas en el artículo 28 de la Constitución) tanto en la distribución como, y sobre todo, en la exhibición. De hecho, esto ha sido recientemente motivo de investigación por parte de la Comisión Federal de Competencia Económica. Por tanto, si el Estado no atiende este problema, poco podremos hacer para que el cine sea parte de la transformación.
Otro problema en nuestro gremio es que en las temáticas de los filmes
que se producen actualmente, el humanismo mexicano no se asoma por
ninguna parte, salvo en algunas excepciones. Esto es así porque la
mayoría de las y los cineastas del país, en mi opinión, con mentalidad
neoliberal, realizan películas con fines de lucro y búsqueda de fama
. Ven al cine como un producto comercial, como negocio.
En las salas de cine actuales predominan las producciones de Hollywood, que suelen exaltar la violencia, reforzar estereotipos y privilegiar otros elementos comerciales que limitan la diversidad de opciones para el público, desplazando la oferta de cine nacional y otras producciones independientes que también podrían enriquecer la experiencia cultural.
Por desgracia, muchas personas cineastas mexicanos (algunos muy
talentosos), caen y realizan ese tipo de filmes que son más que otra
cosa entertainment. Por el contrario, el cine social, crítico,
pero positivo, brilla por su ausencia. Aunque entre las más de 200
películas que se producen al año hay unas cuantas que hablan de la
problemática de los pueblos indígenas o de los barrios, sus mensajes son
derrotistas. Quizás por eso las premian en algunos festivales europeos,
porque ahí les encanta ver como los cineastas del tercer mundo
se revuelven en su propia mierda.
Lo mismo sucede con las famosas series
, tan de moda, que son
sólo repetición de telenovelas, pero realizadas con mayores recursos
técnicos y financieros. Se siguen las mismas recetas neoliberales cuya
finalidad es el negocio y las buenas ganancias. Las series en plataforma
hoy son muy populares y se consideran exitosas
. La calidad y el talento depende y se define por el dinero.
Todo esto puede cambiar si el gobierno finalmente arrebata la producción cinematográfica de los neoliberales y permite que la 4T asiente sus reales. Entonces, surgirán nuevas y nuevos creadores emanados de las clases trabajadoras, campesinas y de los barrios populares de las ciudades. Jóvenes con ansias de contar en imágenes la vida cotidiana de sus pueblos. Artistas con otra visión de la vida, realistas, que rescaten y continúen las realizaciones de la mejor tradición del cine mexicano.
El cine, siendo una expresión artística, creativa y de autor, llegó para quedarse desde hace más de 100 años y se merece el respeto siendo el séptimo arte, el arte del pueblo. Este nuevo gobierno, el del segundo piso, para el bien del país, está obligado a refundar la industria del cine mexicano.
Concluyo afirmando que hay cineastas con muchos bríos para cambiar la realidad. Para empezar, las y los directores, escritores y técnicos y manuales pertenecientes al Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (STPC). Con 80 años de experiencia en la industria tenemos ideas y propuestas concretas muy bien fundamentadas. Es una fuerza de trabajo sólida, experimentada por generaciones, bien organizada.
Sólo se necesita la buena voluntad de las y los funcionarios en turno para que juntos levantemos con la 4T una nueva cinematografía mexicana, humanista, para el bien del país y del pueblo.
* Director de cine, tv y teatro. Guionista y productor cooperativista.
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