participen activamente en el diseño e implementacióndel programa gubernamental contra esa misma comida chatarra. Los lobos chatarreros convocados a diseñar y poner en marcha la canasta de consumo de la Caperucita de la salud.
Ayer fue Ariadna Montiel, la ratificada secretaria de Bienestar, quien recibió públicos elogios y blindaje, al menos provisional, ante el extraño ataque proveniente de San Lázaro, donde decenas de diputados federales morenistas criticaron duramente a la responsable nacional de los programas sociales por una supuesta actitud despótica hacia los legisladores.
El coordinador de la bancada guinda, Ricardo Monreal, sumamente especializado en el movimiento de aguas que luego se ofrece a apaciguar, se mostró deseoso de no escalar el conflicto y tratarlo directamente con la secretaria Montiel y no con la Presidenta de la República, aunque la demanda central, la destitución de dicha secretaria, sólo podría dictarla la titular del Poder Ejecutivo.
Y, aun cuando no compartió los señalamientos de corrupción en la
Secretaría de Bienestar ni la exigencia de cambio en la titularidad, el
zacatecano dejó asentado que es un sentimiento de cualquier ser humano sentirse ninguneado, menospreciado y hasta humillado, también por compañeros
.
Pero la presidenta Sheinbaum abordó el tema abiertamente en su
conferencia matutina de prensa. De entrada, caracterizó a Montiel como una excelente funcionaria, una mujer extraordinaria
, un ejemplo
de lo que es gobernar con humildad. Recordó momentos de lucha política compartidos en marchas obradoristas.
Lo más interesante de la reacción presidencial reside en la descalificación de prácticas clientelares a partir de recursos públicos que han acostumbrado durante largo tiempo los legisladores federales, sobre todo los pertenecientes al partido en turno en el poder.
Ahora, aseguró la Presidenta, lo que no hacemos nosotros es la gestión personal de diputados y diputadas, eso se terminó
. Nada, pues, de
que las y los diputados tienen sus gestiones personales para poderse
promover, pues eso no. La promoción en nuestro movimiento también es
casa por casa, difundiendo, promoviendo, pero no teniendo el control de
un programa social: eso ya no existe
. Y remachó: lo que sí no va a
haber, porque no está bien, que un diputado de un partido o en
particular del partido del que provenimos quiera usufructuar un programa
social. ¡Eso no, eso no! No es un asunto personal, son derechos del
pueblo de México (...) que nadie se esté agenciando de manera personal
los programas
.
En el fondo, la Presidenta, por medio de su estratégica secretaria de Bienestar, está erosionando una de las formas de control político del coordinador de la fracción morenista, que es la dominante en San Lázaro, pues los diputados usan su influencia y relaciones, potenciadas por su jefe político directo, en este caso Ricardo Monreal, para beneficiar a sus bases de apoyo, en el mejor de los casos, o para maniobras de escamoteo y corrupción.
La presidenta Sheinbaum salió a mitad del foro a defender a su secretaria de Bienestar, pero también a fijar límites a la actividad grupal del coordinador Monreal, que durante largos años fue su abierto opositor interno y ahora forma parte de la herencia corcholata que en el Senado mantiene en el liderazgo a otro personaje tolerado pero no aceptado en Palacio Nacional, Adán Augusto López Hernández.
Y, mientras se han producido narcobloqueos carreteros, con vehículos incendiados y ataques a establecimientos en Michoacán, Guanajuato y Jalisco, en aparente reacción del cártel con denominación del último estado ante operativos federales en contra de jefes criminales, ¡hasta mañana!
X: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, juliohdz@jornada.com.mx
ué fue? ¿Espaldarazo,
mensaje cifrado, una forma muy diplomática de jalarle la rienda o
simplemente un abierto recordatorio de que las decisiones no las toma
él? El punto es que la presidenta Claudia Sheinbaum abordó, sin
mencionarla, la denuncia que en días pasados hizo pública el doctor Hugo
López-Gatell, en el sentido de que el secretario de Educación Pública,
Mario Delgado, incorporó
a los fabricantes de comidas
y bebidas chatarra
al programa gubernamental para impedir la venta de esos productos en
las escuelas con el objetivo de combatir sobrepeso y obesidad infantil.
El galeno subrayó: “no difamo al secretario de Educación; él solito está presumiendo sus acciones. Su comportamiento es idéntico al de los funcionarios de Calderón y Peña Nieto, pues establece mecanismos de colaboración, es decir, (a los chatarreros) los hace partícipes de la toma de decisiones de este programa de protección de la salud de toda la comunidad educativa, no sólo la infancia y la adolescencia”.
Ante tal denuncia, el titular de la SEP apenas atinó a decir, vía comunicado de prensa y sin convencer a nadie, que “anteriormente hubo muchos intentos por sacar la comida chatarra de las escuelas, pero esta ocasión será definitiva; ni un paso atrás en estas acciones, primero porque la ley no se negocia”.
Sin embargo, al susodicho se le olvidó
otro comunicado de la
propia secretaría en la que despacha (9 de abril), el cual subraya que
Mario Delgado se reunió con 27 empresarios chatarreros (agrupados en el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo) y con ellos (sic) acordó
sumar esfuerzos para fomentar el bienestar de las y los estudiantes,
comprometiéndose a donar básculas, elaborar materiales para promover la
activación física y compartir información derivada de investigaciones
científicas sobre alimentación y salud en los planteles escolares
, porque, aclara, el programa gubernamental Vive Saludable, Vive Feliz
es educativo, no impositivo
.
¿En serio los engordadores de niños en edad escolar sumarán esfuerzos
? ¿Primero los hinchan de calorías , azúcares, grasas saturadas y sodio, y después los adelgazan, o cómo funciona el acuerdo
? ¿Para eso son las básculas y los materiales para promover la activación física
, donados por los siempre solidarios chatarreros? ¿Se puede confiar en Bimbo-Barcel-Marinela, Coca-Cola, Pepsico-Sabritas y conexos? ¿Para eso son las básculas?
Transcurrieron dos semanas desde que se hizo público el citado acuerdo
y en el gobierno aparentemente nadie puso un pero a la maniobra de
Mario Delgado. Pero, con la denuncia de López-Gatell se hizo el
escándalo y entonces la presidenta Sheinbaum debió meter la mano y no
necesariamente para darle un espaldarazo al nada agraciado titular de la
SEP.
Dijo la mandataria que “no son acuerdos, no, no. Porque han criticado mucho a Mario, lo he visto en las redes, de que ‘¡¿cómo es posible, si está promoviendo Vive Saludable, se reúna con la Coca-Cola y con…?’ No hay ningún acuerdo ni nada que tenga que ver con poner en riesgo la vida de la gente, ni menos de las niñas y los niños. A él lo convocan a esta reunión, él va y sencillamente explica en qué consiste el programa (que ‘es educativo, no impositivo’, según les dijo Delgado)”.
Pero no es que se haya firmado a cambio de algo
, dijo la
mandataria. “Nada. ¡¿Cómo creen que…?¡ Si la Coca-Cola hace mucho daño;
que me perdone la Coca-Cola, ¿verdad?, pero todo en abuso hace daño…
Entonces, no hay nada que tenga que ver con algún acuerdo que haya hecho
la Secretaría de Educación Pública con estas empresas para afectar el
programa Vive Saludable. Bueno, se entiende, a lo mejor, que no les haya
gustado que se reunieran, pero que quede muy claro que él no hace
ningún acuerdo de ningún tipo y que el programa sigue su curso, y que la
reunión en todo caso era para explicar por qué el programa”.
Y sí, tan se los explicó
–como en su momento lo hicieron los titulares de la SEP con Calderón y Peña Nieto– que los chatarreros
de nueva cuenta metieron la mano. Entonces, el problema no es el
programa, sino el encargado de llevarlo a la práctica (léase Mario
Delgado).
Las rebanadas del pastel
Las bolas de cristal a todo lo que dan: para México, el Banco Mundial augura nulo crecimiento
; Citibank asegura que el país está “en recesión técnica
y como hilo de media se van todas las instituciones financieras. Pero,
ojo: se acerca la convención gremial y no hay que olvidar que la
presidenta Sheinbaum les pidió reducción de tasas de interés. Entonces,
¿cadena de coincidencias
o nado sincronizado?
El maestro tocó jazz toda la vida, ya con los protagonistas más importantes del país, ya con sus propios ensambles, o bien al lado de figuras como Freddy Noriega ( La Jornada, 11/08/2001), la Orquesta Indiaz de su hermano Inocente ( La Jornada, 30/05/2017) o con la bella voz de Payín ( La Jornada, 24/05/2002), la actriz y cantante que fuera su compañera de ruta, de vida y de escenarios desde 1997 (cuando coincidieron en la puesta en escena de Aventurera) y que lo acompañó y cuidó hasta el último instante.
Pero, por supuesto, Adolfo Díaz acompañó también a infinidad de cantantes populares, tales como Eugenia León, Luis Miguel, Marco Antonio Muñiz, Armando Manzanero, Sergio Mendes, Alberto Cortés y un muy extenso etcétera; aunque él nos platicaba con particular emoción sus días al lado de Dámaso Pérez Prado, y en especial el solo de sax tenor que grabó en el tema Pachuco durante la gira que hicieron en 1970 por Japón.
Adolfo Díaz Rincón nació el 27 de septiembre de 1940 en Acaponeta, Nayarit, y a los ocho años empezó a estudiar solfeo y violín con su padre, Inocente Díaz Herrera, quien tocaba el saxofón, el violín y dirigía la Orquesta Municipal de Acaponeta. Al cumplir los 12, Adolfo se incorporó a esta orquesta como violinista y tres años después, seducido por los sonidos del saxofón de su hermano mayor, Inocente, se mudó de instrumento e inició una notable carrera como saxofonista tenor, alto y soprano, aunque eventualmente pulsó el clarinete y la flauta con la misma capacidad técnica.
Al inicio de los años 60 se instaló en la Ciudad de México y sus saxos figuraron con rapidez en las mejores orquestas de la época: Luis Arcaraz, Pablo Beltrán Ruiz, Arturo Núñez y Tino Martin. En 1965, Pedro Plascencia lo invitó a su ensamble para tocar en el Quid, uno de los centros nocturnos de mayor prestigio en la capital, y ahí los recuerdos del saxofonista lo llevaron en automático a las voces de Celia Cruz, Olga Guillot y Alejandro Algara. Poco después pasó al fórum de los Castro, como saxo central en la orquesta de Leo Acosta, para acompañar a estrellas de la talla de Sammy Davis Jr y Johnny Mathis.
En el terreno específico del jazz, el maestro formó parte de los grupos de Mario Patrón, Chilo Morán, Popo Sánchez, Juan José Calatayud, Enrique Nery y Chucho Zarzosa, entre otros. Y ya con su propio ensamble, pudo grabar dos discos: Jazz y peligroso amor y Díaz en Navidad. En el volumen uno de la Enciclopedia Fonográfica del Jazz en México, el propio saxofonista comentó a detalle estas grabaciones.
El 20 de abril de 2024, el municipio de Acaponeta rindió un enorme homenaje a toda la dinastía musical de la familia Díaz, desde el abuelo, su padre, sus hermanos, su hijo Johnny y su sobrino Adrián Dazz. Ahí Adolfo y Payín subieron al escenario para interpretar Blue moon y La vie en rose, mientras con su hijo y su sobrino las piezas fueron Tú y Muchachita bonita, composición ésta de don Inocente Díaz Herrera.
Hasta agosto de 2024, Adolfo Díaz estuvo tocando en el restaurante giratorio Bellini, teniendo que retirarse cuando la arterioesclerosis ya no le dio tregua. Pero aun en casa, él siguió dando rienda suelta a su pasión por la música con largas sesiones de escucha.
En los últimos momentos, comentan que le dijo a su hijo: Lo mejor de todo esto es que chance y allá voy a poder encontrar a Charlie Parker
.
El maestro falleció en la tarde del 19 de abril. Luz para él.
Y hablando de los grandes pioneros del jazz, la comunidad se está organizando para apoyar al célebre saxofonista Rodolfo Popo Sánchez, quien se encuentra muy delicado de salud.
Se trata de la rifa del cuadro Sonidos infantiles, de Fulgencio Lazo, uno de los más grandes pintores contemporáneos en este país.
El costo del boleto es de 500 pesos. El sorteo se realizará vía Zoom el próximo 29 de mayo y los interesados pueden comunicarse al 22-8112-6899.
El estudio del FMI se basa en datos disponibles hasta el 2 de abril, cuando Donald Trump lanzó su malogrado Día de la liberación
,
es decir, cuando impuso aranceles a la práctica totalidad de los países
con los que mantiene relaciones comerciales, en algunos casos tan
desproporcionados que se traducirían en la parálisis de los
intercambios. En ese momento, México se encontraba en un punto ambiguo:
libre de la tasa universal
de 10 por ciento, pero sometido a
gravámenes de 25 por ciento a todas las mercancías que no son parte del
T-MEC, al acero y al aluminio –y como parte de él, a la cerveza envasada
en ese material–, y 25 por ciento sobre autos y autopartes, salvo el
contenido de origen estadunidense. Sin embargo, a estas alturas ya está
claro que el magnate no está dispuesto a asumir los costos políticos
domésticos de su agresión comercial contra el resto del planeta, o al
menos, no todos. Además de haber retirado los aranceles mal llamados recíprocos
y los impuestos a electrónicos procedentes de China, Trump repite casi a
diario su expectativa de alcanzar un acuerdo con el gigante asiático;
ayer mismo trascendió que planea exentar las piezas de automóviles de
las tarifas contra Pekín y de las correspondientes al acero y al
aluminio. En pocas palabras, el impacto de los aranceles sobre la
economía mexicana es una incógnita porque nadie sabe cuáles de ellos
seguirán en pie ya no en un año, sino la próxima semana.
Por otra parte, las estimaciones de los organismos internacionales
consideraron las dificultades externas, pero no las medidas internas que
ya se tomaron a fin de contrarrestarlas. En este sentido, la presidenta
Claudia Sheinbaum Pardo rechazó los agüeros del FMI por fundamentarse
en la ideología de que los gobiernos no pueden hacer nada para cambiar
una situación que viene dada por el mercado
. En específico, la
mandataria se refirió al Plan México, un conjunto de políticas diseñado
para incentivar el crecimiento de la economía a partir de la obra
pública, el fortalecimiento de la manufactura, el desarrollo de las
regiones históricamente relegadas y la autosuficiencia alimentaria,
entre muchas otras medidas. En los próximos meses la realidad mostrará
qué metodología captura mejor las variables en juego, la del FMI o la
empleada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, pero debe
recordarse que la institución multilateral ya se ha equivocado antes
respecto a México: a inicios de 2023 estimó un crecimiento de 1.7 por
ciento para ese año, pero la cifra real fue de 3.2 por ciento,
prácticamente el doble.
Más allá del dato del PIB, debe recordarse que desde el sexenio pasado las estrategias gubernamentales en curso han demostrado a los economistas ortodoxos y a los opinólogos dogmáticos que, en ausencia de políticas de redistribución, el crecimiento por sí mismo no se traduce en beneficios para las mayorías: como el propio Banco Mundial admite, entre 2018 y 2023 México logró una reducción de 8 por ciento en los niveles de pobreza, la baja más amplia en América Latina y el Caribe, gracias a las transferencias mediante programas sociales y, sobre todo, a la dignificación del salario mínimo.
Pero, aunque sea previsible que las autoridades nacionales mantengan
un rumbo en que el bienestar de los sectores populares esté por delante
de variables diseñadas para disfrazar las grandes inequidades de la
economía de mercado, es imposible ignorar el riesgo que conllevan las predicciones
del FMI y del BM, por cuanto pueden incidir negativamente en el ánimo
de algunos inversionistas y alborotar a los mercados financiero y
cambiario y convertirse en eso que se suele llamar profecías
autocumplidas. Cabría esperar, por ello, más prudencia y responsabilidad
por parte de ambos organismos internacionales.

Precedido por la grandeza de Juan XXIII, en mucho se le parece con esa lucha que dio por un cambio en el catolicismo, mismo que fue obstruido por el conservadurismo de ciertas jerarquías. En los casos del aborto y las personas gays logró fincar sólo un límite. No se metió mucho al celibato, que ya desde los años 80 del siglo pasado contaba por miles a los curas casados con el pleno respeto de sus parroquianos.
Yo hice reportajes en España, entre otros países, cuando el número, que después se elevó, era de 17 mil sacerdotes casados; y también como reportera, en dos sínodos donde afloraban las mismas propuestas de cambio de Jorge Mario Bergoglio, con pocos resultados.
Fue un prelado que entendió la situación mundial y la postura de los países.
Da emoción leer que uno de sus últimos deseos fue pedir que se suspendiera la guerra en Gaza. Ese anhelo del papa Francisco, que se eleve y concrete como su gran empeño de salvar vidas.
Tere Gil
Las reformas que propongo no son gestos políticos ni promesas vacías: son propuestas profundamente humanas, necesarias y urgentes. Hablo, en principio, de garantizar dos días de descanso obligatorio por cada cinco trabajados, un cambio que permitiría a las y los trabajadores tener más tiempo para estar con sus familias, cuidar su salud y recuperar energías. México ha mantenido prácticamente intacta su jornada laboral por más de un siglo y es uno de los países que más horas trabaja. Ya es hora de avanzar hacia un modelo más justo y equilibrado.
Propuse también duplicar el aguinaldo, de 15 a 30 días, como un acto elemental de justicia y reconocimiento. Desde 1970 este derecho no se ha tocado, mientras los costos de vida no han dejado de crecer. Esta reforma significa, literalmente, un respiro económico para millones de familias al cierre de cada año. Es inaudito que sigamos permitiendo la disminución del poder adquisitivo de la clase trabajadora, pues lo justo es una apropiada distribución de los recursos que ellas y ellos producen a lo largo del año.
En la misma línea, presenté una ampliación a 20 días del permiso de paternidad, con posibilidad de extenderlo a 30 en casos especiales. Esta propuesta no sólo responde a una necesidad emocional y familiar, sino que promueve la equidad de género y fortalece la corresponsabilidad en la crianza, lo cual otorga una mayor capacidad de autoestima y de confianza, según algunos estudios científicos y sicológicos a los niños en edad de crecimiento. La paternidad presente y comprometida también es una política de bienestar. No podemos pretender que la restitución del tejido familiar del país sucederá sólo a través de las voluntades individuales: el Estado debe garantizar las condiciones para que esto suceda.
Otra deuda histórica que puse sobre la mesa es la inclusión laboral de las personas adultas mayores. Con esta iniciativa buscamos que las empresas integren al menos 5 por ciento de su plantilla con personas mayores de 60 años, reconociendo su experiencia, su aporte y su derecho a un ingreso digno, sin discriminación por edad. Si bien el sistema debería permitir que las y los ancianos dejen de trabajar en la vejez, nuestra realidad exige su inclusión para disminuir la desigualdad y garantizar recursos suficientes para una vida digna, además de que muchas personas después de esa edad están todavía en actitud y capacidad de laborar.
Asimismo, y pensando que México es un país con más de 7 millones de hablantes de lenguas indígenas, también propuse que los contratos laborales sean traducidos a lenguas originarias, si el trabajador lo solicita. Ningún derecho es pleno si no es comprensible: las y los hablantes de lenguas originarias son parte fundamental de nuestra nación y, por tanto, deben ser plenamente considerados. Esta es una apuesta por la equidad real, por la justicia y contra el abuso.
Además, abogo por una prima vacacional hasta por 30 días que esté exenta de impuestos, armonizando así la legislación fiscal con los recientes avances de Vacaciones Dignas, y asegurando que ese tiempo de descanso no implique una pérdida económica para la clase trabajadora. Basta de los abusos de la clase empresarial: las y los trabajadores no viven para trabajar; trabajan para vivir y tienen derecho a gozar de esparcimiento y descanso auténtico.
Recientemente, presenté una iniciativa para reformar el artículo 48 de la Ley Federal del Trabajo, con el fin de establecer una indemnización de 90 días de salario por cada año trabajado en casos de despido injustificado. Mi propuesta se origina en un principio de justicia básico: ninguna persona trabajadora debe ser despedida sin una compensación que genuinamente reconozca los años entregados a su lugar de empleo, su esfuerzo, su compromiso y su lealtad. Actualmente, la legislación incluye sólo 30 días por año, lo cual no cubre ni las dificultades emocionales ni las necesidades materiales de alguien que se enfrenta a la pérdida de su sustento diario. Busco, con esta reforma, equilibrar auténticamente la balanza en favor de quienes se llevan las tareas más duras en el entorno laboral: la clase trabajadora.
Estas reformas, que tocan de manera directa y concreta la vida de millones de personas, permanecen hoy estancadas. Y no es por falta de argumentos ni por falta de urgencia, sino porque algunos intereses políticos han preferido hacer oídos sordos a la justicia laboral. Hasta hoy, no hay voluntad para debatir ni compromiso con la transformación del mundo del trabajo. A medida que el periodo legislativo se acerca a su fin, los avances son mínimos. Esta realidad legislativa es profundamente preocupante. ¿Será que han olvidado que sin la fuerza obrera, la transformación que atraviesa el país sería imposible?
La clase trabajadora no puede seguir esperando. Cada día que estas reformas no se aprueban es un día más de desigualdad, de explotación encubierta, de injusticia normalizada. Estas propuestas no son radicales: son sensatas, sostenibles, necesarias. Y sin embargo, están siendo bloqueadas por quienes olvidan que el verdadero pulso de este país late en los brazos, las mentes y los corazones de millones de trabajadoras y trabajadores. Son ellas y ellos quienes producen la riqueza nacional, no equivoquemos la mirada. Porque transformar el mundo del trabajo no es un lujo ni una utopía: es una responsabilidad histórica.
graciapor los aranceles, a los países afectados que pueden solicitarle clemencia para que no los expulse del paraíso, de
la maravillosa tienda a la que todos quieren pellizcarle un pedacito(Trump, dixit). Hay que reconocer que este personaje resulta caricaturesco y excedido por su supina ignorancia, pero no podemos olvidar que la agenda imperial de Estados Unidos, sean republicanos o demócratas, sigue funcionando. Y lo sucedido con la última elección en Ecuador, un fraude por donde se le vea, con el silencio de los medios de comunicación internacionales es un ejemplo de ello. Se logró el propósito: evitar que la candidata Luisa González llegara a la presidencia porque su proyecto favorable a la soberanía, a los recursos y al pueblo ecuatoriano se consideró contrario a los intereses del imperialismo estadunidense.
La potencia económico-militar mundial, convertida en el policía del
mundo, ha desatado la mayoría de las conflagraciones del siglo XX y
continúa hasta nuestros días, apoyando genocidios contra los palestinos y
enviando armas a Netanyahu, expoliado riquezas de los países
subdesarrollados en todos los continentes, y dominando prácticamente
todas las instituciones internacionales puestas en marcha después de la
Segunda Guerra Mundial que le han dado carta blanca para imponer sus
intereses. Por ejemplo, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial,
Banco Interamericano de Desarrollo, Organización de Estados Americanos,
Organización Mundial del Comercio, Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas. Y se da el lujo de no adherirse a la Corte Internacional Penal
porque quiere impunidad para sus militares. Las supuestas ayudas
internacionales para el desarrollo y la democracia
han sido instrumentos para intervenir en los gobiernos y atacar aquellos que no le son afines, como la Usaid y la NED.
Y sin embargo, según Trump, el mundo ha abusado de sus ventajas, por tanto, para Hacer América Grande Otra Vez (MAGA) está dispuesto a aplicar aranceles a todos los países y recuperar lo que supuestamente le han robado. Para ello profundiza el capitalismo neoliberal comandado por la derecha y ultraderecha poniendo en marcha herramientas del siglo XIX. Sin embargo, ahora la gran diferencia es que enfrenta a dos grandes potencias: Rusia y China.
Se puede especular sobre las intenciones de crear este caos
arancelario mundial, pero lo que sí está claro, y altamente preocupante,
es la necesidad que tiene EU de enormes cantidades de materias primas
estratégicas y América Latina las posee. Tal como puso en evidencia en
su momento la comandante Laura Richardson, del Comando Sur, como si
fueran propios. Por tanto, cualquier país latinoamericano que pretenda
mantener la soberanía sobre sus recursos será sometido a las consabidas
injerencias. No se puede desconocer lo señalado por el propio Marco
Rubio: la región está bajo la Doctrina Monroe
. Lo que empieza a
quedar bastante claro con Javier Milei, en Argentina; Nayib Bukele, en
El Salvador; Daniel Noboa, en Ecuador; Dina Boluarte, en Perú; José Raúl
Mulino, en Panamá, y Santiago Peña, en Paraguay.
En este panorama geopolítico en que Estados Unidos considera a América Latina su patio trasero
y aplicará su hegemonía colonialista a través de todo tipo de
injerencias que podrían convulsionar a la región, es urgente buscar
caminos para impedir no sólo la pérdida de soberanía sobre los recursos
estratégicos, sino la propia independencia. La Comunidad de Estados
Latinoamericanos y del Caribe (Celac), bajo la nueva conducción de
Gustavo Petro, debe priorizar la agenda de la integración
latinoamericana ante las condiciones adversas que se ciernen sobre la
región.
El sistema experimenta una nueva ronda radical de restructuración y transformación basada en la revolución digital, sobre todo en la inteligencia artificial (IA), que modifica las fuerzas productivas y altera la relación del capital trasnacional con el trabajo y el Estado. El bloque hegemónico emergente aúna las grandes tecnológicas con las finanzas y el complejo militar-industrial-de seguridad. La economía y la sociedad globales dependen cada vez más de las tecnologías digitales. Las corporaciones, los estados y las instituciones políticas y militares no pueden funcionar sin las tecnologías digitales, lo que hace que la sociedad global dependa en gran medida de las gigantescas corporaciones tecnológicas que gestionan y controlan estas tecnologías, así como del conocimiento para desarrollarlas y aplicarlas.
Los mercados globales están saturados. Existe una sobrecapacidad industrial masiva. La tasa de ganancia ha estado disminuyendo desde principios de siglo. La clase capitalista trasnacional (CCT) busca desesperadamente dónde descargar sus excedentes y abrir nuevos espacios de acumulación. La expansión extractivista depredadora implica oleadas de despojo. Los Estados se encuentran en una intensa competencia por los mercados y los recursos, intentando atraer la inversión de la CCT y asegurar los recursos que la acumulación requiere dentro del territorio nacional. El afán por apoderarse de recursos es fundamental en los acontecimientos de Palestina, Congo, Sudán, México, Colombia y otros lugares, así como en la reclamación de Trump sobre los minerales de Groenlandia, Canadá y Ucrania. La incesante presión expansiva aumenta la inestabilidad y el conflicto.
Las instituciones de la democracia burguesa no pueden gestionar la crisis y constituyen obstáculos para la expansión capitalista. El nuevo autoritarismo, el fascismo del siglo XXI y el populismo de extrema derecha implican nuevas modalidades de control sobre la sociedad civil a medida que surgen otras formas de Estado. Trump, Milei, Bukele, Noboa, Netanyahu, Erdogan: éstas y figuras similares representan nuevas dispensaciones políticas que aceleran el colapso del estado de derecho. Estas dispensaciones se corresponden estrechamente con las transformaciones económicas que se han producido, especialmente la concentración sin precedentes de poder y riqueza a escala global en la camarilla multimillonaria del CCT.
Se produce una reconfiguración del bloque de poder en el Estado. Las
viejas formas de legitimación no funcionan. La democracia burguesa es un
impedimento para la reconstrucción del orden capitalista bajo el
control directo del bloque hegemónico emergente que busca formas
alternativas de legitimidad, gobernanza por la fuerza y el decreto, y la
normalización de los tratos mafiosos. Algunos elementos dentro del
régimen de Trump, respaldados por poderosos capitalistas tecnológicos y
financieros y asesorados por una camarilla de figuras políticas e
intelectuales sombrías, como Curtis Yarvin, con su idea de la oscura ilustración
, quieren que el Estado constitucionalmente establecido colapse y sea saqueado; de ahí la metáfora de la motosierra de Milei.
El impulso para compactar masivamente el Estado estadunidense es un ataque frontal contra la clase trabajadora, incluyendo a su sector más sindicalizado (los funcionarios públicos). Su objetivo es destruir lo que queda del estado regulador y de bienestar social. Décadas de neoliberalismo han implicado la privatización continua del Estado, desde la guerra y la recopilación de inteligencia hasta los servicios sociales, las prisiones y la infraestructura. El objetivo ahora no es sólo privatizar el Estado, sino crear estados mafiosos privados. El primero, Próspera, en Honduras, sirve de modelo.
La revolución digital provoca una rápida expansión de la población
excedente: miles de millones han sido expulsados y deben ser controlados
e incluso exterminados. Las estrategias pesadillescas de contención
incluyen la opción Gaza
de un genocidio total, la opción salvadoreña
del mega-encarcelamiento, y una expansión radical del estado policial
global, aplicando las nuevas tecnologías para la vigilancia masiva, el
control social y la represión. Otra forma de lidiar con el excedente de
humanidad es el simple abandono, como en el caso de las zonas rurales de
EU, donde los opioides aniquilan convenientemente comunidades enteras.
Trump ha propuesto un presupuesto de un billón de dólares para el
Pentágono, mientras aumenta el gasto militar en todo el mundo. La
acumulación militarizada y la acumulación por represión son
fundamentales para sostener al capital global y controlar la rebelión
desde abajo.
Esta represión tiene una dimensión simbólica crucial. El excedente de humanidad debe ser criminalizado, deshumanizado y convertido en chivo expiatorio de todas las maneras posibles. Esto explica la indescriptible crueldad con que los prisioneros del gulag salvadoreño son maltratados y humillados ante las cámaras del mundo. En EU, la brutalidad de la guerra contra los inmigrantes, que incluye arrestos arbitrarios, a menudo violentos, y secuestros públicos, se presenta como un potente espectáculo del poder del emergente estado fascista y una advertencia más general de que la disidencia política y la lucha de clases desde abajo no serán toleradas.
La guerra de clases fascista desde arriba busca trasladar el peso de la crisis a las masas laboriosas: dividir y desorganizar a las clases trabajadoras, pulverizar los salarios, atacar a los sindicatos, intensificar la tasa de explotación e imponer estados de excepción. No sorprende que los ataques contra los inmigrantes se hayan dirigido específicamente a sindicalistas y organizadores laborales, para su arresto y deportación. El Estado fascista se esfuerza por infundir miedo e impedir el desarrollo de las condiciones subjetivas necesarias para la resistencia de masas.
Este análisis requiere una advertencia urgente: existe una enorme brecha entre la intención y la capacidad. ¡El proyecto fascista global está plagado de contradicciones! La resistencia de masas desde abajo debe identificar y explotar esas contradicciones. Actualmente, existe una correlación de fuerzas favorable al proyecto fascista. Nuestra tarea es revertir esa correlación mediante la lucha de masas.
* Distinguido profesor de sociología. Universidad de California en Santa Bárbara
embargo, llevándose por delante décadas de silencio de la curia local.
Mi deseo es que las relaciones entre Cuba y Estados Unidos lleguen a buen término, añadió entonces Francisco.
La saga cubana de Francisco comenzó en marzo de 2014, cuando escribió cartas personales a Barack Obama y a Raúl Castro. Ofreció el Vaticano como terreno neutral para un diálogo discreto, que se desarrolló unas veces a la luz pública y otras en la más absoluta confidencialidad. Lo hizo sin alardes ni comunicados, como suelen hacerse las gestiones que persiguen fines verdaderamente trascendentales.
El trabajo diplomático de Jorge Mario Bergoglio no se limitó a la
isla: aquella alianza, sellada el 27 de marzo de 2014 en un encuentro
privado de casi una hora entre Obama y Francisco, abarcó temas tan
diversos como el cierre de la prisión en Guantánamo, la reforma
migratoria, la situación de Venezuela, la colaboración contra el
terrorismo yihadista y los conflictos en Medio Oriente. De aquella
reunión sólo trascendió la sintonía entre ambos líderes y una frase que
resumía el respeto de Obama: La suya es una voz que el mundo debe escuchar
.
Mientras, en los despachos, sus secretarios de Estado –John Kerry y
Pietro Parolin– trabajaban codo con codo para desactivar los principales
focos de tensión global. Comenzando por Cuba.
Sólo en diciembre de ese año, cuando un presidente desde Washington y
otro desde La Habana –con apenas dos minutos de diferencia–
agradecieron públicamente la mediación del papa Francisco en el
restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba,
el Vaticano emitió una nota oficial. En ella, la Secretaría de Estado
confirmó que en el curso de los últimos meses
, el Papa había escrito a ambos mandatarios invitándolos a resolver cuestiones humanitarias de común interés
. En mayo de 2015, Francisco ofreció un cálido recibimiento en el Vaticano al entonces presidente, Raúl Castro.
En septiembre de ese año, ante el Congreso de Estados Unidos y
después de haber visitado tres provincias cubanas, Francisco abogó por
los entendimientos bilaterales como signo de progreso en la convivencia
,
y aunque evitó mencionar directamente el bloqueo, reivindicó la
posición histórica de la Santa Sede: una oposición firme no sólo al
cerco impuesto a Cuba, sino a todas las sanciones que castigan a los
pueblos.
Durante su visita a la Casa Blanca, el discurso fue más
explícito. Allí, en un intercambio cargado de simbolismo, Obama dejó una
de sus frases más lúcidas y esperanzadoras sobre las sanciones a la
isla, inspirado por el momento: Santo Padre, estamos agradecidos por
su inestimable apoyo a nuestro nuevo comienzo con el pueblo cubano, que
ofrece la promesa de mejores relaciones entre nuestros países, una mayor
cooperación en todo el continente y una vida mejor para el pueblo
cubano.
Francisco le respondió con gratitud y convicción: Los esfuerzos
realizados recientemente para reparar relaciones rotas y abrir nuevas
puertas a la cooperación dentro de nuestra familia humana constituyen
pasos positivos en el camino de la reconciliación, la justicia y la
libertad.
Pude apreciar que cada vez que ambos líderes, de uno u otro modo,
hacían referencia al restablecimiento de relaciones con Cuba, los
asistentes a la ceremonia –en su mayoría inmigrantes latinoamericanos–
estallaban en aplausos. Y entre vítores, se oyó varias veces un
electrizante grito: ¡Cuba, Cuba!
La pequeña isla bloqueada había
vivido para escuchar su nombre pronunciado con respeto y esperanza en
los mismísimos jardines de la Casa Blanca.
No sería el único gesto de Francisco hacia la isla. Recibió afectuosamente al presidente Miguel Díaz-Canel en junio de 2023 en el Vaticano. Y, en enero pasado, el anuncio de Joe Biden de que sacaba a Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo (que revirtió Trump en un abrir y cerrar de ojos), en simultáneo con la decisión cubana de liberar presos, dejó en evidencia otro prolongado y silencioso trabajo diplomático de la Santa Sede.
Desgraciadamente, los aires en Washington son más hostiles que nunca y
Francisco ha muerto este lunes 21 de abril para consternación de
millones. Se le extrañará. Bergoglio cumplió la promesa expresada en la
misa con la que se inició su pontificado: quería ser un obispo de Roma
que cuidara de los más pobres, de los más débiles, de quien tiene hambre, sed, es extranjero, está enfermo o en la cárcel
. Sin semejante vocación, no se entendería lo que hizo por Cuba.
simétrico, como se dice hoy), sino simplemente en caso de que su soberanía se vea entredicha–. Lo mismo sucede en los conflictos entre Israel e Irán o entre China y Estados Unidos (en torno a la independencia de Taiwán); esta última y definitiva versión del destino de la humanidad forma parte de las charlas de café de los mandos militares. Mes con mes, la Organización Mundial de la Salud anuncia la cercanía de una próxima y más aterradora pandemia. En México, las sequías del verano amenazan, cada vez más, con dejarnos sin agua (corroborando los vaticinios de la actual crisis ecológica general). Ni hablar de la prisión cotidiana en que el crimen organizado ha secuestrado a una nación entera. Un dilema al que no se le anticipa solución alguna.
Frente a estas visiones del eclipse del futuro –hay quien las define como un auténtico giro neoapocalíptico
de la subjetividad contemporánea–, el neoconservadurismo, en auge en
todo el globo, ha optado por movilizar su retórica en la dirección
irónicamente opuesta. La consigna Make America Great Again (MAGA) reúne
un dechado de nostalgia incorregible. Peor aún, si se agregan las
imágenes de la gran industria automotriz de los años 50, con fábricas de
30 y 40 mil trabajadores, que hacían de Detroit la capital del
industrialismo universal. Lo mismo sucede con Frateli di Italia, donde
Giorgia Meloni suspira con las glorias pasadas de la Fiat de los años 60
y un país libre de inmigrantes
. Milei, como de costumbre, vuelve
extremo todo lo que toca. Su utopía es que Argentina retorne donde se
encontraba hacia fines del siglo XIX.
En 2017, un año antes de su muerte, Zygmunt Bauman publicó un libro sobre el tema. Lleva por título un inteligente neologismo: Retrotopías. El texto comienza por invertir la alocución que Walter Benjamin hace de El ángel,
la pintura de Klee, al que observa como el Ángel de la Historia. Para
Benjamin, el ángel vuelve la espalda al pasado huyendo hacia el futuro
mientras vuelve el rostro ligeramente hacia atrás para observar las
ruinas que el huracán del pasado ha dejado a su paso. Cien años después,
escribe Bauman, este ángel ha dado un giro de 180 grados para dar la
espalda al futuro y darse a la huida hacia los paraísos del pasado. La
búsqueda del hogar perdido en una era de incertidumbre y convulsiones
impredecibles. Se trata, en realidad, de un retorno a la mitología nacional
, en gran parte para suprimir la labor del pensamiento crítico.
En este anacronismo hay, sin embargo, un paso ostensible en falso: no se vuelve al pasado, sino a su idealización. Una variante invertida de 1984, la novela de Orwell. Aunque se trata de algo más que de un discurso o una ideología. La actual pulsión retrotópica está creando un bizarro (y peligroso) animal político: naciones amuralladas por el proteccionismo y centradas en la destrucción de cualquier vestigio del Estado social. Un Leviatán sin cabeza cabalgado por una sola mano: un líder o una lideresa carismáticos.
El primer dispositivo de esta estrategia ha sido la guerra comercial. Los asesores actuales de la Casa Blanca saben perfectamente que Ford y General Motors no volverán a Estados Unidos. Lo que persiguen es otro fin: crear las condiciones para reindustrializar la unión con fábricas inteligentes, robots y rutas digitales. Pero Trump, evidentemente, no logra entender esta complejidad. Maneja el Estado, los aranceles y el ejército como un capo mafioso. Sólo a un capo se le ocurre pedir pago al contado por apoyo militar en Ucrania o en Japón. A esto se le llama en las calles de Nueva York: protección. Trump está a kilómetros de comprender que guerras comerciales son batallas por la hegemonía. En tres meses ha sepultado alianzas que llevaron 70 años en urdirse.
¿Qué puede hacer México en esta situación?
Antes que nada liberarse de la idea de que el T-MEC es, en sí, un dispositivo para el desarrollo nacional. Desde 1994 ha sido un instrumento de expoliación y traslado masivo de riqueza de México a EU. Los mecanismos de esta asimetría han sido múltiples: diferencias salariales abismales, subvención de luz, agua y energéticos, libre disposición de sistemas de transportes y, sobre todo, las empresas que llegan no pagan impuestos al capital (tampoco lo hacen en EU).
La pregunta consiste en si es posible extraer algunos beneficios para la sociedad mexicana de su funcionamiento que no lo pongan en entredicho. El actual Plan México contiene muchas claves para que este giro ocurra: territorializar localmente los procesos de producción, la autosuficiencia alimentaria, nula importación de gasolinas, etcétera. El dilema es de dónde saldrán los fondos para lograrlo. Sólo ofrece una respuesta: el nearshoring. Mientras no se trate de capitales chinos, no habrá problemas. Pero no es suficiente. Se requieren, al menos, dos estrategias más: 1) una reforma fiscal sustancial y 2) transformar a Nacional Financiera en un banco de desarrollo con los fondos del ahorro del trabajo (Afore) que hoy constituyen un dispendioso botín de la banca privada.
Ante estos pronósticos la Presidenta señaló que no estaba de acuerdo con esta proyección. Hacienda, dijo, tiene su propio modelo econométrico que arroja un crecimiento que, aunque se ha reducido, sigue siendo positivo. Para el gobierno en 2025 habrá un crecimiento de 1.9 por ciento. Es claro que nuestra economía será una de las más afectadas por las decisiones de Trump. Por ello, el asunto central no es qué modelo pronostica mejor, o si el FMI pretende decirle al gobierno mexicano lo que debe hacer. Lo importante es que la perspectiva se ha complicado enormemente y para poder crecer tenemos que cumplir la estrategia puesta en marcha para amortiguar los impactos negativos que ya han empezado a sentirse.
El Plan México del gobierno federal propone incentivar el crecimiento sosteniéndose en dos pilares: la inversión pública en infraestructura y vivienda; e inversión privada nueva, nacional y extranjera, que buscaría aprovechar las condiciones comerciales establecidas desde el TLCAN. El primer pilar depende de las decisiones del gobierno, el segundo responde a la situación comercial y financiera que existe. Para las empresas que planeaban instalarse en México y buscan aprovechar nuestra posición comercial hay una gran incertidumbre. Los crecientes riegos globales afectan sus decisiones de inversión. La inversión nueva está detenida. Diferente situación enfrenta la reinversión de utilidades de empresa que ya operan en México.
Por tanto, habrá inversión de empresas privadas este 2025, pero no alcanzará los montos esperados. La evolución de nuestra economía estará determinada por la inversión pública. Tendremos que sostener el crecimiento en un único pilar: la acción gubernamental. Será la política pública la que permitirá evitar la recesión. Evaluar objetivamente esta posibilidad es importante, ya que pudiera permitir que se mejore la estrategia propuesta, corrigiendo medidas que no estén dando los resultados esperados, o bien que se incorporen acciones adicionales para reforzar las finanzas públicas, sin la cuales el pilar uno se derrumbaría.
La evolución de las finanzas públicas es decisiva. La información del lado de los ingresos públicos da cuenta que la recaudación de impuestos en este primer trimestre fue de un billón 522 mil 101 millones de pesos, monto 276 mil 74 millones mayor al registrado el primer trimestre de 2024. En relación con la meta prevista en la Ley de Ingresos, de 5 billones 297 mil 813 millones, el registro del primer trimestre representa un avance del 28.7 por ciento. Se trata de un buen resultado, aunque es claro que la disminución del ritmo de actividad económica complicará la captación de ISR e IVA y, por tanto, cumplir con la meta prevista.
Lograr la meta para los ingresos públicos no tributarios, un billón 500 mil 579 millones, pudiera complicarse. Los principales captadores de estos ingresos son Pemex y CFE, cuyas ventas están asociadas a la dinámica económica. Visto en conjunto, aunque el primer trimestre permite ser optimista, los tres trimestres restantes enfrentarán dificultades que crecerán conforme las medidas arancelarias se concreten. No se trata de que la estrategia del gobierno de negociar y no responder con aranceles recíprocos sea exitosa, sino que en el mundo se vivirá un ciclo estancamiento-recesión, que llegará indefectiblemente a EU y a México.
Por ello, es necesario reconocer que no basta con mejorar la eficiencia tributaria para que los ingresos públicos permitan cumplir con las exigencias planteadas por el gasto social. En condiciones globales de estancamiento, las dificultades de las finanzas públicas tienen que encararse con decisiones fiscales. Si el gasto público social es intocable, la única variable de ajuste son los ingresos tributarios. Un nuevo pacto fiscal permitiría en uno o dos años reforzar la capacidad del Estado para cumplir con lo que la 4T ha llamado el humanismo mexicano.
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