10/04/2009
Los periodistas pal café.....
José Agustín Ortiz Pinchetti: El Despertar
En Iztapalapa con sus 2 millones 700 mil habitantes, pieza clave de la capital y de su gobierno, todas las fuerzas políticas del país libraron una batalla decisiva. Ganó el jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, y el movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Perdieron el gobierno de Calderón, el PRI, el PAN y los poderes fácticos.
El diferendo original fue una pugna entre perredistas. René Arce y su familia, que tienen el control de la delegación desde 2000, e Izquierda Unida, que ofreció como candidata a Clara Brugada apoyada por Marcelo Ebrard y AMLO. Brugada venció en la elección interna a Oliva de Arce. Las cosas se complicaron cuando el tribunal, bajo la presión del PRIAN, impuso el triunfo de Oliva sobre Brugada. A propósito retrasó la resolución para crear una trampa. La importancia de la delegación y el involucramiento de Ebrard y de AMLO parecieron dar una oportunidad a sus adversarios de propinarles una derrota monumental.
La hazaña. AMLO decidió apoyar a un candidato alterno del PT, Rafael Acosta (alias Juanito), quien se comprometió a renunciar para que Brugada se convirtiera en delegada. En 21 días y contra una masiva compra de votos y la mayor ofensiva mediática, AMLO movilizó a más de 95 mil voluntarios, realizó 44 mítines, convenció a la gente de la impostación y rompió la trampa. Juanito-Brugada ganaron por amplio margen.
El último episodio lo generó Juanito cuando declaró que no renunciaría a la delegación. El PAN lo apoyó descaradamente y las televisoras lo convirtieron en una estrella. Ebrard, de modo magistral, mantuvo la tensión durante semanas obligando a sus adversarios a una inversión monstruosa de prestigio, apoyo mediático y dinero, y al final, en 20 minutos resolvió las cosas. Brugada se convirtió en delegada y los reaccionarios y aliados quedaron burlados.
Lecciones: 1) AMLO no ha sido derrotado. Es el líder político más importante del país. 2) AMLO y Ebrard forman una alianza bien sincronizada. 3) La victoria es producto de una excelente organización de la capacidad de disciplinar y movilizar a decenas de miles. 4) El movimiento demostró su carácter pacífico y disciplinado. No hubo un vidrio roto, una propiedad atacada, una persona lesionada. 5) En Iztapalapa se hizo evidente la existencia de una fuerza opositora única digna de recibir ese nombre y que está madurando rápidamente.
jaorpin@yahoo.com.mx
Alfredo Jalife-Rahme: Bajo la Lupa
No son los mejores momentos de Estados Unidos que, con o sin Obama, sufre su decadencia acelerada y las consecuencias del legado nefario del unilateralismo bushiano repudiado por el mundo cuando se presta la oportunidad pública –como sucedió con la humillante derrota de la sede de Chicago ante la de Río de Janeiro para celebrar los juegos olímpicos de 2016–, como metáfora fulgurante del incipiente nuevo orden multipolar.
The Times (3/10/09), portavoz del bushismo bélico y propiedad de Rupert Murdoch Greenberg –dueño de la mendaz televisora tóxica Fox News, y muy cercano al primer ministro fundamentalista israelí Bibi Netanyahu–, aprovecha el descalabro olímpico que califica de asombrosa humillación, para colocar en tela de juicio el cuestionado estilo personal de gobernar de Obama, cuya grandilocuencia no obtiene resultados en nada (sic).
Si McCain fuera el presidente en lugar de Obama, ¿a poco Estados Unidos no habría perdido la votación olímpica? Por supuesto que sí. Tampoco hay que exagerar y pedirle milagros a Obama en resucitar a un muerto.
Obama paga los platos rotos del nihilismo bushiano en todos los ámbitos de la actividad humana, por lo que se puede convertir en el chivo expiatorio propicio para ser inmolado en el altar de la decadencia de Estados Unidos por el complejo-militar-industrial –lastimosamente vapuleado desde Irak hasta Afganistán– y/o por los inexpugnables intereses de las aseguradoras afectadas por la reforma salubre.
Más allá de la permanente superchería global de sus multimedia –que ya no engañan a nadie, salvo a los cándidos, neófitos, masoquistas y a quienes les conviene–, Estados Unidos no anda nada bien en ningún rubro digno de ser medido objetivamente. Que conste que no lo decimos por schadenfreude –término alemán que expresa el placer sádico de la desgracia del prójimo–, sino por un análisis riguroso metamediático, que habíamos anticipado desde hace mucho, que no puede ocultar la descomposición de la armonía social de Estados Unidos.
A unos días de que Obama asumió la presidencia, Zbigniew Brzezinski, su íntimo asesor oficioso en seguridad nacional, había alertado sobre la alta probabilidad de una guerra civil en Estados Unidos, durante un programa de televisión el 17 de febrero (citado por Immanuel Wallerstein, comentario número 253, 15/3/09).
En este contexto destaca la incendiaria entrevista de Tim Teeman a Gore Vidal, uno de los máximos iconos literarios estadunidenses, precisamente a The Times (30/9/09), donde fustiga que Estados Unidos se está pudriendo y no hay que esperar que Obama pueda salvarlo, cuando amenaza una dictadura inminente, instalada mediante un golpe de Estado.
Vidal, pacifista empedernido a sus 83 años, proviene de una familia de alcurnia de la política de Estados Unidos por varias generaciones y fue íntimo confidente del presidente John Kennedy, a quien presentó con Jacqueline. De allí que sus augurios cobren dimensión singular.
Una de las características de Vidal es burlarse sarcásticamente de la incultura de sus presidentes (v. gr., no se cansa en relatar que Reagan confundía a los Medici con la marca Gucci) y le exaspera la ignorancia ilimitada del grueso de la población de Estados Unidos (y eso que no conoció a los presidentes mexicanos de los recientes 27 años) que la hace exageradamente manipulable.
Lamenta el pésimo desempeño de Obama, una de las personas más inteligentes en el puesto presidencial desde hace muchos años, pero carente de experiencia y con una inhabilidad total (sic) en los asuntos militares al haber colocado a Afganistán como talismán mágico que resolvería el terrorismo.
León García Soler: A la mitad del foro
Y un día descubrieron que en México había niños, familias enteras, que se quedaban sin desayunar, o sin comer, o sin cenar. A escoger para que rindan los dos doláres de ingreso diario y la caritativa ayuda del gobierno. De la sorpresa al pasmo, el secretario Ernesto Cordero informó a los mexicanos que hay 9 millones 800 mil niños y jóvenes en pobreza alimentaria, que se despiertan y se duermen con hambre; casi 10 millones de pobres menores de edad que engañan el hambre con un tecito tibio y, cuando hay, una tortilla embarrada de frijoles.
Ah, esos niños, futuro de México, tenían que dejar la escuela para trabajar. Nómadas, jornaleros agrícolas, en el surco, en la pizca de cosechas ajenas, por unos centavos, menos que el ínfimo salario de sus mayores; con patrones caritativos que no pagan seguro social, ni pensiones, ni fondos de vivienda, ni las Afore que se van a invertir en la bolsa de valores para hacer la infraestructura olvidada mientras destinábamos al gasto corriente miles de millones de dólares de la venta de petróleo. Vino de fuera la recesión y los de las cuentas bien cuadraditas se dieron cuenta de que había pobres y podían recurrir a ellos para elaborar una propuesta fiscal fincada en la respuesta humanitaria de todo mexicano bien nacido. De buenas intenciones está empedrado el camino del sexenio.
Muy pobre la propuesta del secretario Carstens. Le puso otro apellido al impuesto al valor agregado, y para que nadie lo confundiera con IVA al consumo de alimentos y medicinas, los operadores del ábaco fiscal dijeron que sería impuesto al consumo de todo. Ah, la caridad cristiana y la fe en la evangélica sentencia proporcionaron sujeto y objeto a quienes confesaron haberse quedado sin la fuente de ingresos del petróleo: Los pobres siempre estarán con nosotros. Ante los senadores, el secretario del equilibrio reconoció que el hoyo enorme de la hacienda pública también podría rellenarse si eliminaban los regímenes especiales, mecanismos de trato muy especial para los ricos muy ricos, para las grandes corporaciones. Si se eliminaran, reconoció el señor Carstens, ingresarían más o menos 500 mil millones de pesos, un poco más de los 350 mil millones del agujero.
Pero los ricos no siempre estarán con nosotros, dijo, emulando el trato preferencial del reformismo para que no se fugaran los capitales golondrinos. Bueno, si el Legislativo dispone, ni modo, pero algunos de ellos no los modificará el Ejecutivo, concluyó el del catarrito: De las ganancias de capital y utilidades en la bolsa de valores, ni hablar, porque desalentarían a los inversionistas. ¿Impuesto sobre la renta progresivo? No, hombre, ahí están los pobres y el impuesto al consumo es menos complicado.
Tuerta o derecha, la democracia electoral sentó sus reales aquí. El gobierno perdió las elecciones intermedias y ni quien reclame. Ahí está el PRI, insepulto cadáver del autoritarismo de todos tan temido: vivito y coleando; vigorizado por el vuelco que devolvió poder sobre espacios reales a los gobernadores de los estados y vio asumir ese poder a una nueva generación libre de tutores y hasta del fantasioso partido de Estado que cedió ante el retoño del federalismo: aunque los panistas dijeran que estamos ante el surgimiento de nuevos señores feudales. El viejo PRI es tres personas y un solo partido verdadero: el CEN, el Legislativo de la Unión y el poder estatal, hidra de 18 cabezas que se multiplican en cada proceso electoral. Ni modo ni manera, dijo Pánfilo Natera.
Ahí está, de traje típico y colombino espíritu, Beatriz Paredes sentadita en su curul, despachando en Insurgentes Norte, inquietando a las izquierdas dispersas y a la derecha fracturada, al ser la oradora en Morelia, Michoacán, en la conmemoración de José María Morelos y los Sentimientos de la Nación. En presencia de los michoacanos Felipe Calderón y Leonel Godoy, mandatarios ambos. El que no quiera ver fantasmas que no salga de noche. Ya reivindicaron en el Congreso el poder de la bolsa. Francisco Rojas vivió en las entrañas del monstruo y padeció los techos fiscales del déficit cero y el crecimiento nulo. Y Manlio Fabio Beltrones aprendió el oficio y concierta sin miedo a desafinar: recibe en el Senado a los académicos y especialistas que en la UNAM analizaron la realidad y propusieron enfrentarla.
Y Felipe Calderón decidió reconocer al menos una parte de ella: Efectivamente, en México los datos muestran que la pobreza, impactada por la crisis alimentaria, primero, y luego por la crisis económica, hizo que pasaran de 14 a casi 20 millones de mexicanos los que viven en lo que se llama pobreza alimentaria. Es decir, una condición tal que la familia no tiene siquiera los componentes necesarios para la alimentación de sus hijos. Retorcida retórica, pero habló del hambre de millones de mexicanos ante empresarios cristianos a quienes reconoció lo hecho en momentos increíblemente difíciles para muchas empresas, y los felicitó por la búsqueda de justicia en un mundo terriblemente injusto, y por su papel fundamental en evitar que la lucha clasista... haya dividido más a muchas sociedades.
2 de octubre no se olvida. O de cómo vino la desmemoria a la tierra del águila y la serpiente. Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, ofrece sus buenos oficios para organizar un debate entre el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, y el director del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes. Conducto cegado el de Bucareli, se desbordan las aguas negras del estado policiaco por el libre accionar de la Secretaría de Seguridad Pública. Eduardo Bours deja el gobierno de Sonora empantanado en la impunidad y la insolencia criolla del rico que ofrece unos pesos a los padres de las criaturas quemadas en el criminal incendio de la guardería del IMSS, mientras el director Karam se mofa de la justicia y del dolor de los derechohabientes, aunque la Corte afirme que la responsabilidad no se trasfiere con la subrogación del servicio.
¿Qué es lo que no hemos olvidado? En Cananea se burlan de la huelga el secretario Lozano y los señores Larrea, patrones poderosos con las autoridades federales a su servicio, tanto en los socavones de Pasta de Conchos como en Lázaro Cárdenas, o en los tribunales donde son citados por un juez y simplemente no acuden. Vino el vuelco y la desmemoria se impone al ignorar el conflicto de poder que motivó el encarcelamiento de Joaquín Hernández Galicia. Carlos Salinas no despareció al STPRM; el golpe de hoy no es al líder del SME, sino para que la CFE absorba a Luz y Fuerza del Centro.
¿En qué mes se coludieron el PRD y el PAN para hacer gobernador de Yucatán a Patricio Patrón Laviada, heredero de la casta divina? Jesús Ortega hace de la izquierda un sayo para justificar la inconmensurable alianza de PRD, PT, Convergencia y el PAN, para derrotar al cacique Ulises Ruiz y hacer gobernador de Oaxaca a un antiguo protegido de Diódoro Carrasco, cuando el hoy panista era del PRI.
Marcelo Ebrard de viaje. Y en Iztapalapa la impronta de la policía política que todo sabía y todo callaba, a menos que alguien rechazara la generosa oferta del olvido oficial a cambio de la renuncia por motivos de salud.
Los buenos cristianos descubrieron que los pobres no tienen para comer. Bien dice el viejo verso: Pobre del pobre que al cielo no va/ lo chingan aquí y lo chingan allá.
Telescopio
Cidade maravilhosa, cheia de encantos mil…: Buena parte de la prensa latinoamericana (con excepción de la del Río de la Plata, bastante brasileñófoba) festeja, junto con Brasil, la elección de Río de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos de 2016. Folha de Sao Paulo destaca las ventajas para Brasil de esa designación y lo mismo hace O Estado de Sao Paulo, pero en tono más tranquilo (es paulista y aristocrático), mientras Jornal do Brasil calcula ya un aumento del número de turistas en 15 por ciento y cuenta que la Bolsa de Sao Paulo caía 0.87 hasta que se conoció la noticia. El mismo diario, junto a la buena noticia para Brasil, publica una muy mala: se calcula que en la próxima década la temperatura en la Amazonia aumentará unos 10 grados, lo que eliminará gran parte de las especies vegetales. El chileno El Mercurio, por su parte, prevé masivos desplazamientos por tierra de chilenos para ver los Juegos Olímpicos y recuerda que en 2008 viajaron a Brasil 180 mil. Nadie dice que la elección de Río de Janeiro es un triunfo de Lula y podría llevar a la elección de su candidata presidencial.
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Crisis: perspectivas amargas
La crisis económica originada por el colapso del sector inmobiliario estadunidense –y sus correspondientes afectaciones para la contratación de mano de obra mexicana en aquel país– ha tenido, a lo que puede verse, efectos insospechados en el flujo de dinero entre Estados Unidos y México. Al conocido descenso en las remesas hechas por los mexicanos que viven al norte del río Bravo –las cuales tuvieron en agosto pasado una caída de 15.1 por ciento respecto del mismo mes de 2008, de acuerdo con datos del Banco de México–, debe añadirse el surgimiento de un nuevo fenómeno: el envío de dinero por parte de familias mexicanas a connacionales desempleados en Estados Unidos, como apoyo para que éstos puedan sortear la crisis económica y evitar así que retornen a México, según advirtieron fuentes de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS).
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El Correo Ilustrado
Brasil, ejemplo ante la crisis mundial
Sin duda hay una crisis mundial, resultado de un sistema monetarista neoliberal corrupto y depredador. Pero hay de países a países y de respuestas a respuestas. Mientras en México nos hundimos cada vez más por la incapacidad de nuestra clase gobernante que no atina más que a cobrar más impuestos para sostener una burocracia corrupta y obesa sin ningún proyecto de desarrollo sustentable, Brasil, en medio de la misma crisis internacional, surge como un gigante mostrando el camino al resto de Latinoamérica, en lo político, en lo económico y ahora, como cereza del pastel, en lo deportivo, como sede mundial de los juegos olímpicos de 2016.
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Luis Hernández Navarro: José Manuel Hernández: acoso sin fin
En las oficinas de la Casa del Pueblo, en la cabecera municipal de Venustiano Carranza, Chiapas, hay una manta con los nombres de más de 40 campesinos. Son los 37 muertos y los desaparecidos en la lucha que, por recuperar sus tierras, inició la comunidad en 1965. Sus fotografías penden en el altar. Son las víctimas de caciques, paramilitares, policías y Ejército.
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Guillermo Almeyra: China, a sesenta años de la revolución
La revolución china de 1911-1912, dirigida por Sun Yat-sen, derribó el imperio manchú e instaló la república. Fue una revolución democrática, descolonizadora, modernizadora, como la persa o la mexicana, sus contemporáneas, pero aunque puso en movimiento a la sociedad, no pudo realizar ninguna de sus tareas democráticosociales fundamentales, como la liberación del imperialismo, la revolución agraria, la liquidación del poder de los señores locales. Después de la revolución rusa de 1917, el estalinismo sometió a la Internacional Comunista y obligó al Partido Comunista Chino a integrarse en el partido nacionalista –el Kuomintang dirigido por el general Chiang Kai-shek, al cual incluso afilió a la III Internacional y ese gobierno corrupto y represor se afirmó. En la segunda revolución china (1925-1927) que siguió hubo un comienzo de la revolución agraria, contra los generales y terratenientes nacionalistas, y los obreros de Shanghai y Cantón se levantaron en armas, llevados a la aventura por la necesidad de Stalin de cubrir así su capitulación anterior ante la burguesía nacional china. La terrible represión posterior barrió de la escena política al pequeño proletariado chino y a la oposición de izquierda, muy fuerte entre los cuadros de la Internacional y en el movimiento sindical. El mismo Chen Duh-siu, fundador y primer secretario general del PC chino, después miembro de la Oposición de Izquierda Internacional, murió en las cárceles del Kuomintang junto a muchos de sus compañeros.
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Antonio Gershenson: Los acuerdos del G-20
Vamos a referirnos a los acuerdos que nos parecen más importantes de la reunión del grupo de los 20 (G-20) de nivel de jefes de Estado, tomados el 25 de septiembre en la ciudad de Pittsburgh, Estados Unidos. Los textos entre comillas son traducciones textuales del documento oficial, y los textos junto a ellos, pero fuera de comillas, reproducen el contenido de esas partes.
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Rolando Cordera Campos: Visibles e invisibles
Por una de esas jugarretas que la historia suele hacernos, en los últimos veinte años se cambiaron los papeles del Estado y el mercado en prácticamente todo el orbe. Su resultado: la mano del primero se volvió invisible, mientras que la del segundo se impuso o quiso imponerse a todo lo largo de la vida privada y colectiva. Hoy, el gran enigma radica en la ubicación y la misión del Estado, mientras hacemos el inventario de daños y agravios que trajo consigo la conversión de la mercancía en la prueba única y final de la existencia.
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Arnaldo Córdova: El naufragio del derecho electoral
Aunque muchos lo imaginamos e incluso llegamos a comentarlo entre nosotros, resultaba muy factible, vistas las actuaciones del TEPJF, que una reforma electoral como la de 2007, diseñada para sacar a las televisoras monopólicas no sólo del negocio electoral, sino también del campo de las decisiones políticas en torno a las elecciones y, además, para dar mayor control al organizador y árbitro de los procesos electorales, el IFE, acabara estrellándose y haciéndose añicos en la mera actuación de jueces incapaces de ilustración, de imparcialidad y de objetividad en los conflictos que resultaran de las mismas elecciones.
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Ángeles González Gamio: Gloriosos 75 años
Hace un siglo, igual que ahora con el bicentenario, estábamos en el frenesí preparatorio de los festejos del centenario de la Independencia. Porfirio Díaz, seguro de su permanencia en el poder, había iniciado los planes una década atrás y como contábamos con prosperidad económica –para los de arriba– se fue a lo grande, entre otras, contratando arquitectos italianos para que construyeran grandes edificios que mostraran la bonanza y modernidad de nuestro país.
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Gerald Martin: Gabriel García Márquez: una vida
Bárbara Jacobs: El parricida del bulto
Uno de mis mayores entretenimientos de viaje ha sido leer el crimen que tenga acaparada a la prensa local. Recientemente, en el norte de España, me tocó el caso del Parricida del bulto.
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Carlos Bonfil: Cinema Europa 2009
La muestra anual de cine europeo que presenta la Cineteca Nacional aumenta y diversifica hoy su propuesta: 14 películas de estreno y 10 cortometrajes, exhibidas del 8 al 29 de octubre no sólo en la ciudad de México, sino también en Guadalajara, Monterrey, Puebla y Cuernavaca.
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Sara Sefchovich
Y sin embargo…
La semana pasada presenté en este espacio algunas de las muchas declaraciones y contradeclaraciones sobre la crisis que han hecho el Presidente, los secretarios de Hacienda y Economía y los meros meros del banco de México y la OCDE. El objetivo no era “balconear” a esos funcionarios, sino hacerme preguntas sobre ese proceder. El espacio asignado me obliga a dividir en artículos una misma idea y ahora sigo.
El problema no es el discurso cambiante, sino que eso pone en evidencia que nuestros funcionarios no pudieron captar, entender y predecir los hechos aunque pretenden que sí pueden.
Y no son los únicos, lo mismo les sucedió a otros. Esto no lo digo porque mal de muchos sea consuelo de los demás, sino porque es un indicador significativo. Que se hayan equivocado los que tienen en sus manos a la economía más poderosa del planeta y cuentan con el poder para afectar a todo él con sus decisiones habla de un fenómeno que debe verse de otra manera. ¿Por qué Alan Greenspan, considerado por muchos como infalible (así lo calificó The Washington Post), subestimó la inestabilidad de los mercados y se mantuvo en su oposición a que el gobierno regule? ¿Por qué Ben Bernanke eligió el camino monetarista e hizo predicciones que no se cumplieron, como cuando le dijo al Congreso de EU que “parece posible contener el impacto de la crisis”?
Louis Menand dice que los fenómenos complejos tienen demasiadas variables que les afectan, ya que cada uno de los elementos que intervienen en ellos tiene un desarrollo o una evolución propios que altera al conjunto, tal que es imposible seguir todos sus condicionamientos.
Aceptar esta afirmación que parece tan lógica es sin embargo difícil, porque la cultura de hoy, que aprendimos precisamente de los estadounidenses, es que todo es conocible. Los científicos consideran que las “pruebas” experimentales, cuantitativas o estadísticas permiten hacer las inferencias adecuadas y tomar las decisiones correctas. Eso vale para todo: desde la enfermedad hasta el envejecimiento, desde los fenómenos naturales hasta el futuro. Esa cultura consiguió lo que durante siglos pareció imposible: tener certezas.
Son embargo, se trata de una ilusión, pues eso no es posible. Entonces, como afirma Edgar Morin, la única manera de disipar o por lo menos reducir las oscuridades y las incertidumbres es pensando de manera reduccionista y unidimensional, pretendiendo que las cosas son más simples de lo que son y dejando de lado la complejidad de los fenómenos, el “entramado infinito de interretroacciones”, como le llama este autor. Pero el resultado es que terminamos volviéndonos ciegos, incapaces de ver el conjunto y no sólo eso, además convencidos de que a partir de ese saber podemos controlar y predecir.
Se trata de una manera de pensar que resulta del modo como funciona hoy la ciencia: con saberes fragmentados. Los especialistas en un asunto lo conocen muy a fondo aunque en un espectro reducido. Y a pesar de eso, creen que pueden ver el bosque cuando de hecho sucede exactamente al revés: fracasan precisamente porque no pueden ver el panorama completo. Lo peor es que ni cuenta se dan de eso pues los seres humanos, dicen Elliot Aronson y Carol Travis, tenemos la convicción de que percibimos los objetos y los acontecimientos claramente, como ellos realmente son.
La especialización tan cerrada hace además que pierdan su disposición a revisar lo que creen y piensan. Philipe Tetlock ha mostrado cómo no pueden ni siquiera registrar información que no apoye su punto de vista, y si se les atraviesa algo que la ponga en duda, no se inmutan porque “el ser humano prefiere encontrar más razones para creer en lo que ya cree que para estar equivocado”.
De modo, pues, que era imposible que nuestros funcionarios hablaran de otra manera. Sus discursos y acciones cambiantes son resultado de que las situaciones cambian de un momento a otro en función de muchos factores que ellos no podían saber ni prever ni mucho menos controlar. Tiene razón Edgar Morin: relacionar los conocimientos es el desafío del siglo XXI.
sarasef@prodigy.net.mx
Escritora e investigadora en la UNAM
Carlos Monsiváis
Autobiografía del honor
Si accedí a darle la entrevista —¿me permite que le hable de usted?— es porque los de mi gremio de las magistraturas estamos padeciendo una de las campañas más viciosas que recuerdo, el ataque de la canalla. Y no quieren entender lo obvio: nosotros, los magistrados del Tribunal Electoral sólo escuchamos las consignas del pueblo, que como no sabe hablar nada nos dice. De que nuestras decisiones son justas lo prueba el hecho de que a nadie satisfacen, la incomprensión es nuestro testigo de descargo. Y que no obedecemos consignas es un hecho; atendemos recomendaciones en voz baja, algo muy distinto.
¿Que cómo veo esta andanada de infamias? ¿Qué quiere que le diga? Siempre me cuesta definir la ingratitud; puede ser el olvido de lo secundario para que nadie se acuerde de lo fundamental, o la puñalada por la espalda que se clava en el torso. Pero eso es lo de menos. Lo demás es la aparente inutilidad de tanto sacrificio y entrega de nuestra parte…
Sé que no lo incomodo al referirle mi vida, porque la verdad sí es apasionante y le servirá en su periódico ese libro de título tan excelso, Los fallos del tribunal sólo al mal le caen mal. Dicho sea de paso, qué bueno que usted aceptó nuestro encargo para hacer un libro independiente y crítico, como viudo intelectual del estado de derecho, que lo que sea de cada quien todos son independientes y críticos… Prosigo. Le refería mi historia. No es porque yo lo diga, pero he sido de lo más precoz. A los 12 años ya tenía clara mi meta: dirigir la Suprema Corte, pero sólo con fallos que irritaran a todos. Al respecto, juro que no contribuyó en nada el que mi padre fuese magistrado. Yo siempre he sabido valerme de mí mismo, y lo he ganado todo con el sudor de mis ponencias. No en balde el propio licenciado Colosio (q.e.p.d.) me ponía como ejemplo de la cultura del esfuerzo.
Cuando cumplí 18 se me incorporó a un tribunal colegiado junior. Me sentí feliz; sabía que no designaban a un recomendadazo sino a un joven entregado a su vocación jurídica. Mi padre, que dio una comida de lujo a los que iban a votar ese día, sin ganas de influirlos, me comunicó la noticia y me abrazó: “¡Felicidades, güerco! Ganaste por unanimidad”. Me dio un gustazo. Ganaba nada más sobre la base de mis méritos. En la noche pensé en mi proyecto para el tribunal. ¿Qué podría hacer por México, por el sistema judicial, para las víctimas de la injusticia? Revisé las opciones: ponerme de justiciero, no, porque se acabarían las injusticias, y se le quitaría un rasgo esencial al país. ¿Qué otra ruta? Apoyar una injusticia sí y otra no, tampoco, porque lo salteado se presta a la confusión y en nuestro país sólo es víctima de la injusticia el que ya lo fue monetaria o políticamente. Dos opciones rechazadas. Arrepentirme públicamente de mis votos más escandalosos, ni de broma, porque siempre he sido responsable y una astróloga me dijo que nunca me echara para atrás en mis compromisos secretos porque me daría cáncer.
¿Qué hacer? No pude dormir. Mi destino era inmenso y a los 18 años ya era presidente de un tribunal importantísimo. Y como a las cinco de la mañana hallé la solución. ¡Órale!, grité como el sabio griego. ¡Desde luego! Crearía una nueva meta para los procesos, el molde de sentencias irreprochables que serían el modelo. ¿Y quién debería ser el magistrado que registrara esa fórmula jurídica a su nombre? Aquí nomás Juan Camaney. Si recién llegadito a la mayoría de edad mis merecimientos me habían llevado a ese puestazo, ¿qué éxito me sería ajeno?
La creación del gran ejemplo
Le sigo contando porque lo veo fascinado. También yo lo estoy, y eso que me sé mi historia al dedillo, como que es mía… Esa noche diseñé la estrategia, de manera un tanto rústica, debo reconocerlo, porque entonces no tenía a mi lado expertos en fórmulas jurídicas irreprochables por absolutamente ilegibles. Me dije: “Oye, Junior, ¿cómo vas a construir tu imagen de jurista probo?”. Y hallé una buena respuesta: estudiando donde estudian los Top of the pops, forjando desde la juventud lazos indestructibles. Esa fue y sigue siendo parte de mi filosofía de la vida: “Trata a todos como si fueran tus iguales, una vez que te cerciores de que son tus iguales”.
A la Universidad de la Transparencia la recuerdo como un gran momento de mi vida, y eso que mi vida está hecha de grandes momentos. Allí traté a todos los que ya trataba desde niño (eso es lo bonito de la élite: a todos los que vas conociendo ya los conocías, porque son parientes o hijos de los amigos y socios de los padres, o vecinos, o ya los conocías, y punto). Y afiné mi estilo hasta sentar jurisprudencia. A los que damos rostro y destino a un país ilegal nos queda el aire alivianado del que regala la propina de su trato. Pues le digo, en la Universidad Ixtláhuac frecuenté al hombre que más influyó en mi pensamiento, el entrenador de basket que nos lanzó una frase que cómo me ha servido: “Cuando sientan que no la van a hacer, miéntenle la madre a las circunstancias, y verán”.
También la suerte me contactó con el padre Feliciano Millán Astray, que nos enseñó el desprendimiento cristiano. “Cuando quieras hacer el bien, fírmame un cheque”. Y me hice amigo íntimo del grupo que hoy tiene la ley en sus manos, y es víctima de la incomprensión de la envidia y el rencor. Todo lo hicimos juntos, entramos a los mismos clubes, fuimos a las mismas fiestas, ligamos con las mismas chavas, viajamos a los mismos resorts de verano, nos fuimos de reventón a las mismas discotecas. Nos hubieran tomado por hermanos salvo que nos llevábamos muy bien. En unas vacaciones en Vail, estábamos cenando muy tranquilos, cuando el Bolo Cursilera, El Rey de los Apagones Mentales, como le decían sus novias, nos espetó su proyecto: “¿Por qué no le damos un ejemplo inolvidable a este pueblo de nacos? ¿Por qué no les enseñamos a que se avergüencen de su pinche creencia en la ley?”. La idea me pareció formidable porque ya la tenía desde hace rato. ¡Carajo! Y además, si tomas una decisión nunca la expliques porque se van a creer importantes. Si esperan de ti sólo canalladas, comételas para no defraudarlos; si creen que vas a atenerte a la verdad jurídica, no te conocen y se merecen su frustración.
Hay gente que piensa que no le hemos enseñado debidamente a los nacos. ¡Claro que sí! Estamos convencidos de que hicimos y hacemos bien, y de que el país necesita paradigmas, como dice el padre Estrella, que nos daba clases de Religión Aplicada al Gasto Suntuario. Si todavía hay quienes desconfían de nuestro recto proceder, podemos enjuiciarlos por haber lanzado la bomba atómica en la ciudad de Mitsubischi, y se los probamos.
Escritor
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