5/21/2011

Mayo: ¿Mes de las mujeres o de las quinceañeras?


Sara Lovera

MÉXICO, D.F., 19 de mayo (apro).- A causa de las más disímbolas razones, en mayo las mujeres estamos en el centro. Es el mes en el que se suceden, una tras otra, celebraciones, jornadas de reflexión y recordatorios.

El 10 fue el día de la madre, instituido en México en 1922 para denostar la movilización y las demandas de las yucatecas a favor de la educación sexual y el derecho a los anticonceptivos. Hoy se diría que las yucatecas peleaban por sus derechos sexuales y reproductivos.

El responsable de denostar y reprimir a esas mujeres fue el entonces secretario de Educación Pública, José Vasconcelos, quien instrumentó una campaña a favor de las “mujercitas” mexicanas. El resultado fue la instalación del 10 de mayo como el día de la madre. Vasconcelos contó con la colaboración y el entusiasmo de Rafael Alducin, dueño del diario Excélsior.

El día 15 se celebró al magisterio, principalmente a las maestras, porque sabemos que en las aulas son ellas las que laboran, especialmente en educación inicial y básica. Y aunque ese día no tiene el origen nefasto del día de la madre, la opinión pública escenifica en imágenes confusas el anuncio de aumentos salariales, la entrega de premios y medallas a verdaderas ancianas que dejaron toda su vida en las aulas.

Son las anónimas constructoras del conocimiento, que fueron violentamente eliminadas desde hace 40 años. Ahora todo es un caos en el sistema educativo nacional. Yo creo que muchas, fantásticas profesoras, deben sentirse frustradas e inútiles cuando se habla de los ninis.

Ello me hace pensar en las adolescentes que viven sin expectativas. Hace apenas una semana hablábamos de las más de ocho mil menores de 14 años que llegaron a la maternidad anticipada y que dejarán la escuela, y otras 700 mil, de entre 15 y 19 años, que fueron madres el último año.

Por eso la sorpresa cuando, azorada, el pasado 30 de abril presencié en la ciudad de México, en pleno Zócalo, el recorrido de 400 jovencitas mostrando su edad para reproducirse. Las llamadas "quinceañeras" pedía respeto a sus derechos, según las crónicas, pero en realidad reafirmaban la peor herencia de la opresión: su calidad de mujeres-objeto sexual. “Pasarela de Quinceañeras”, tituló el diario La Jornada la crónica del hecho.

Eso me recordó que hace 40 años, una de las primeras movilizaciones de las feministas fue para rechazar los concursos de belleza, entre ellos el denominado “Señorita México”.

Hoy cualquier pasarela de mujeres, es decir la exhibición de su físico, me hace reaccionar indignada. Tal vez porque la violencia de género es la forma más cruel de controlar el cuerpo de las mujeres y la forma más directa de disminuir su integridad, para ubicarla sólo como una cosa.

En la crónica de La Jornada se lee: “En Madero, mezclados con familiares... cientos de transeúntes se detuvieron a verlas pasar, mientras ellas repartían saludos; mujeres y hombres hicieron valla mientras calificaban y descalificaban su físico y atuendos... ‘Esa está bien bonita’... Y no faltó un extrovertido que gritó: ‘¡Quiero ser tu chambelán!’”.

La primera vez que en el Distrito Federal se hizo un festejo para las jovencitas que llegaban a los 15 años, la organización corrió a cargo de la Asamblea de Barrios, con el pretexto de dar alegría en algo "muy sentido" a las jóvenes de zonas marginadas.

Es increíble que 27 años después esto se haya institucionalizado y se confunda con una acción de beneficio para esas chicas que, por el contrario, debían contar con una buena universidad e instrumentos para su desarrollo como personas y no como cuerpos sexuados para el placer de otros.

Mayo es así un mes contradictorio. En las jornadas del próximo sábado 28, Día de la Salud de las Mujeres, seguramente se harán los recuentos desde el gobierno capitalino, el que destina más recursos en el país para garantizar la salud reproductiva de las mexicanas.

Es justo decirlo: recursos y programas que han evitado el riego y tal vez la pérdida de vida de 55 mil mujeres que en la capital del país no tuvieron que recurrir a un aborto clandestino.

Parece que oigo aplausos, como cuando se pone una pista en un aparato electrónico.

Desde ahora nos han anunciado que ese sábado 28, también en el Distrito Federal, se informará sobre el reforzamiento de un plan contra los cánceres femeninos.

Hace 11 años, cuando era claro que la principal causa de muerte en mujeres era la de cáncer cérvico-uterino, una red de feministas ya desaparecida dio mil vueltas para que el gobierno atendiera con clínicas especializadas esta calamidad. Ahora sabemos que el cáncer de mama ha rebasado las desgracias del cérvico-uterino.

Eso nos van a decir, aunque en la Asamblea de Representantes siga atorada una ley, porque el programa seguramente con buenos recursos se lo disputan dos dependencias: la de Salud y el Instituto de las Mujeres del Distrito Federal.

Este 28 de mayo la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y el Caribe (RSMLAC), que nació en 1987, casi 10 años antes de que los gobiernos tuvieran a bien incluir en el lenguaje oficial la denominación de “salud sexual y reproductiva”, propone una nueva modalidad para conmemorar esta fecha histórica y emblemática.

A partir de 2011 se lanzó una Campaña (permanente) por la Salud Integral y los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos de las Mujeres y Niñas, la cual, como lo dice su nombre, enfatizará en la salud integral de ellas, tomando en cuenta la definición holística e inclusiva de la Organización Mundial de la Salud, que señala: “El derecho a la salud implica gozar del más óptimo estado de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o malestar”.

También habrá de impulsar la plena vigencia de los derechos sexuales y derechos reproductivos.

En México existe, con la complicidad de todos los partidos políticos, una avalancha legaloide contra la interrupción legal del embarazo. Y recientemente, en la Cámara de Diputados, el Partido Acción Nacional intentó una nueva disposición que hiciera posible prohibir en forma total cualquier aborto y por cualquier causa, olvidando que las excepciones en toda la República reconocen, desde los años 30, el derecho a interrumpir un embarazo cuando una mujer es fecundada como resultado de una violación sexual.

En el pensamiento feminista no puede propalarse que un sólo acto como el de las quinceañeras, por su exposición, pueda provocar violaciones, pero es el conjunto, el contexto, la manera en que las mujeres somos consideradas en los medios de comunicación, en el aula, en la familia y en todas la manifestaciones culturales y públicas, lo que reafirma la impunidad frente a la violencia sexual.

Nadie puede, en su sano juicio, considerar una acción social la pasarela de quinceañeras que promueve el Instituto de la Juventud capitalina, pero lo grave es que se quiera insertar en las ya adelantadas promociones políticas.

No sería nada malo rectificar, porque este hecho empaña la excelente política pública a favor de las mujeres que existe en la capital. Una, y buena, donde las mujeres han adquirido, precisamente, lo que las quinceañeras fueron conducidas a pedir: derechos.

Defenderlos y ampliarlos es lo que toca, no todo lo contrario.

saralovera@yahoo.com.mx

Las cuentas alegres de Calderón y Cordero


Orlando Delgado Selley

MÉXICO, D.F., 20 de mayo (apro).- Luego de semanas de insistir con que las cosas van bien en México, en unos cuantos días tres evaluaciones institucionales demostraron exactamente lo contrario: el país está mal, ha empeorado y lo sigue haciendo.

En el Informe Trimestral sobre la Inflación, correspondiente a los tres primeros meses de 2011, el Banco de México ha señalado que los sueldos y salarios de los trabajadores mexicanos sufrieron un significativo deterioro en 2009 y 2010. Por su parte, el Inegi informó que la economía informal genera más empleos que la formal. Y la Cepal señaló que México, junto con Guatemala, Honduras, Panamá y República Dominicana, está entre los países con los salarios más bajos de América Latina.

Felipe Calderón y su secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, habían trazado una estrategia en la que, con asiduidad, se alegraban de que las remuneraciones en el país hubieran crecido en 2010. Ello, como les gusta decir, mostraba que “el país avanza por el camino correcto y es, sin dudas, el lugar de la oportunidad”.

Lo cierto es que no hay tal. Según Banxico, el ingreso promedio de los trabajadores manufactureros mexicanos cayó 6.8% respecto a lo que ganaban en junio de 2008. Entre los trabajadores dedicados al comercio, es decir, quienes trabajan en las tiendas departamentales por ejemplo, la reducción en términos reales es mayor, del 10.7%.

Junto con esta información, el Inegi da cuenta de la estructura salarial de la economía: 17.4% de la población ocupada, es decir, 7.6 millones personas, obtuvieron menos de 1,800 pesos, es decir, por abajo del salario mínimo mensual; 5.6 millones de trabajadores (12.4%), ganaron 1,800 pesos, un salario mínimo mensual; 10.3 millones de mexicanos (22.7%), tuvieron un ingreso entre 1,800 y 3,600 mensuales; otros 9.4 millones de compatriotas (21.4%), ganaron entre 3,600 y 5,400 al mes.

Este conjunto, que suma 31.9 millones de trabajadores gana entre menos de un salario mínimo y hasta 5,400 mensuales, los que no les permite una vida con los satisfactores mínimos indispensables.

Es desvergonzado, entonces, plantear que el país va por “el buen camino” cuando prácticamente 3 de cada 4 trabajadores no tiene los ingresos adecuados para mantener a su familia. La responsabilidad del gobierno es lograr que las cosas mejoren y el de Calderón no sólo no lo ha logrado, sino que ha habido un deterioro sensible.

Solamente 26% del total de la población ocupada percibe un ingreso superior a esos 5,400 mensuales. Tampoco en relación con esta población puede sostenerse que, como lo hizo con descaro Ernesto Cordero hace unas semanas, que esta es la clase media mexicana. Muchos de este conjunto de 11.7 millones de personas cuentan con ingresos que no les permiten considerarse familias con una situación económica resuelta. Por el contrario, la aguda concentración del ingreso da cuenta de que el promedio de ingresos del 10% más rico de la población es de 15,000, lo que indica que la mayor parte de ese 26% tiene ingresos más bien limitados.

Pero no sólo es que en materia salarial no vamos por el camino correcto. En términos ocupacionales la información ofrece un panorama bastante sombrío. Según la información del Inegi la economía informal ocupa a más personas que las que están registradas en la seguridad social. Los datos son los siguientes: la población económicamente activa, a la que se le llama PEA, es de 47.5 millones de personas, de las que están ocupadas 45.03 millones y desempleadas 2.47 millones (5.2% de la PEA). De los que tienen trabajo, 13.53 millones de personas están ocupadas en todas las actividades informales, mientras que 12.9 millones son trabajadores afiliados permanentemente al IMSS.

La presencia creciente de la informalidad en el mercado de trabajo tiene implicaciones importantes. Justamente su diferencia respecto a la formalidad es que carece de prestaciones económicas y de seguridad social. No cuentan con servicio médico, ni seguro de vida y, lo que es peor, es que nunca tendrán derecho a jubilarse. De modo que esos 13 millones de mexicanos nunca recibirán una pensión, lo que les obligará a trabajar prácticamente hasta el límite de sus días. Están generando ya presiones sobre los servicios de salud y las generarán durante toda su vida.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) nos ha colocado a los trabajadores mexicanos entre los que menos ganan en América Latina. Nuestra situación nos ubica junto a países pobres, pese a que la economía mexicana es una de las quince más importantes del mundo. El planteo de la Cepal es contundente:

“El crecimiento de la economía puede tener un impacto favorable en la generación de empleos, pero un impacto menor en los ingresos.”

Además, resulta que aunque ha aumentado la formalización del empleo asalariado, la tercera parte de los asalariados de América Latina carecen de un contrato de trabajo donde se asienten derechos y obligaciones. En México, como anotamos, la proporción de trabajadores sin contrato es mayor.

Así que México no va por el camino correcto. Caminamos sin rumbo, extraviados, con un gobierno que sólo acierta a insistir en cosas que carecen de sentido para la población. El gobierno inventa un mundo que no existe. Cree que puede convencer a algunos, pero la realidad es que nadie lo toma en serio.

Comentarios: odselley@gmail.com

San Lázaro, puro engaño y cinismo


Jesusa Cervantes

MÉXICO, D.F., 20 de mayo (apro).- Engaño, oportunismo y cinismo. Esa ha sido la actitud de los diputados federales de PRI, PAN y PRD desde que concluyó el periodo ordinario de sesiones, el pasado 30 de abril. A lo largo de los poco más de 20 días que han transcurrido de mayo, los legisladores se han dedicado a demandar por separado un periodo extraordinario para sacar adelante las reformas pendientes.

Del Senado de la República llegaron a la Cámara de Diputados tres reformas fundamentales para el país, debido a los tiempos sociales, violentos y electorales que vivimos. Y ninguna ellas ha sido aprobada.

La primera minuta en llegar a la Cámara fue la reforma a la Ley de Seguridad Nacional, en abril de 2010. Durante meses, los diputados federales la mantuvieron en la congeladora; luego, la urgencia de los mandos militares y los acuerdos con el PRI hicieron que se discutiera en ‘petit comité’.

El trabajo de quien estuvo al frente, el diputado Alfonso Navarrete, fue impecable; sin embargo, tuvo un pequeño problema: no se socializó entre las siete fracciones que integran la Cámara.

Lo anterior dio pie a que, al hacerse público el documento considerado ya como la base de la minuta, recibiera duras críticas, debido a que el resto de los partidos se sintió excluido; pero sobre todo sirvió para que la sociedad alzara su voz, ya que nunca fue consultada sobre un tema tan sensible como la legalización de las Fuerzas Armadas en el combate al narcotráfico.

La polémica reforma nunca fue discutida como lo establece el reglamento de la Cámara de Diputados: en comisiones con la participación de todos lo partidos. En lugar de ello, el PRI intentó hacer los cambios entre unos cuantos que fuera aprobada el 29 de abril, ¡un día antes de que concluyera el periodo ordinario de sesiones!

Las marchas en pro de un pacto ciudadano por la paz con justicia y dignidad, el reclamo contra la persistente violencia y el rechazo al baño de sangre en que se ha convertido el país, fueron el acicate para que, ahora sí, los principales partidos en la Cámara de Diputados declaren una y otra vez que urge un periodo extra para aprobar dicha ley, y dar así un poco de coherencia en el combate al narcotráfico.

La posición resulta ser un simple oportunismo debido a que los posicionamientos de los partidos sólo buscan quedar bien con la sociedad civil que los increpó duramente; un engaño, porque si no hay un dictamen --y en este caso apenas definieron el plan de trabajo para discutir la minuta del Senado--, no se puede convocar a un periodo extraordinario y cínico, porque durante un mes nunca se atrevieron o propusieron sacar del cajón de la congeladora el controvertido proyecto.

Una ley más. El lavado de dinero. Es otra minuta que llegó del Senado, aunque ciertamente en las últimas horas del cierre del periodo ordinario.

Lo absurdo de la actitud de los diputados federales es que todos demandan un periodo extra para aprobar esta ley que, aunque limitada es mejor de lo que hoy existe para intentar poner un dique al objetivo que mueve a los grupos criminales: la obtención de la riqueza.

Es absurdo que hagan esta demanda porque, peor aún que en el anterior caso, la comisión que tiene en su poder la minuta no se ha reunido ni una sola vez para discutirla. Por lo tanto, tampoco hay dictamen que discutir en un periodo extraordinario.

Y finalmente, la reforma política. Es cierto que el Senado la aprobó en los últimos días del periodo, pero al ser un tema menos complicado, pero no por ello de menor trascendencia para el país, e incluso, al introducirse figuras de participación política por la que la mayoría de los partidos han estado pugnando, resulta cínico que los priistas llamen a un periodo extraordinario cuando han sido ellos quienes se oponen rotundamente a la creación de estas nuevas formas de participación política.

Por todo esto resulta cínico, oportunista y un total engaño que PRI, PAN y PRD hayan estado machacando durante los últimos 20 días que desean un periodo extraordinario cuando ni siquiera lo pueden hacer, pues carecen de dictámenes para discutir. Y un periodo extra se establece sólo cuando se cuenta con materia, es decir, dictámenes que aprobar.

Los diputados federales se han exhibido como unos verdaderos oportunistas y mentirosos. Demandan algo cuando ellos mismos, en los hechos, se niegan con empezar a trabajar. Y luego se preguntan por qué es que los legisladores son percibidos entre la sociedad como unos mentirosos.

La posibilidad de que ocurra un periodo extraordinario para avalar estas leyes siempre está abierta, pero para que ello ocurra se requiere voluntad política, deseos de servir y un verdadero deseo de ayudar a que este país y sus habitantes puedan vivir con paz y seguridad.

Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx

Huicholes salen en defensa de sus sitios sagrados


Alrededor de 500 personas, la mitad de ellas indígenas ataviados con la ropa tradicional de los wixárika o huicholes, marcharon por las calles del centro de esta ciudad para exigir a los gobiernos estatal y federal que honren su compromiso de velar por los sitios sagrados de dicha etnia.

El reclamo principal fue la defensa de Wirikuta, en Real de Catorce, San Luis Potosí, donde la minera canadiense First Majestic Silver (FMS) realiza desde 2009 extracción de plata en una zona que los inconformes consideran como su principal sitio ceremonial y lugar donde se creó el mundo.

Como se ha informado en estas páginas (La Jornada, 1º y 5 de marzo de 2011), dicha compañía obtuvo por parte de la Secretaría de Economía 22 concesiones para explotar minas de oro y plata en un perímetro de 6 mil hectáreas, sin autorización previa de las comunidades autóctonas.

La zona en donde trabajaría FMS forma parte de un área natural protegida desde 1994, con una extensión total de 140 mil 211 hectáreas, que incluye el cerro del Quemado, uno de los sitios ceremoniales más importantes para los wixárika, ya que ahí acuden todos los años en peregrinaciones religiosas en busca de su planta sagrada, el peyote…

A dicha región incluso acudieron el presidente Felipe Calderón y los gobernadores de Jalisco, Nayarit, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí, para firmar el 28 de abril de 2008 el llamado Pacto de Hauxa Manaka’a, documento en el que se comprometieron a respetar la integridad ecológica del lugar.

Diversos grupos ciudadanos han advertido sobre los peligros ambientales que entrañan las minas, puesto que los manantiales de la zona podrían contaminarse con los químicos de la industria extractiva, en particular con cianuro.

En Guadalajara, los manifestantes partieron poco después de las 10 horas de la glorieta de la Normal rumbo a la zona sur, hasta llegar a la plaza de armas, a un costado del palacio de gobierno de Jalisco.

Los organizadores de la marcha realizaron una ceremonia que incluyó quema de copal y la entrega simbólica de un ojo de dios (pieza artística) a la concurrencia, en la parte culminante de lo que llamaron procesión por Wirikuta.

“Nos manifestamos porque uno de nuestro sitios más importantes está siendo afectado por una minera que lo acaba de comprar en 3 millones de dólares, menos de lo que pagaron por el Chicharito (Javier Hernández, futbolista tapatío comprado por el club inglés Manchester United)”, dijo Antonio Hayanueme García Mijárez, quien provocó risas generalizadas.

El joven recordó que en 1999 Wirikuta fue declarada por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) uno de los 14 sitios naturales sagrados del mundo que deben ser protegidos.

Explicó que dicha zona no sólo es venerada por la etnia wixárica, sino que también es considerada sitio ceremonial por otros pueblos originarios, como los coras.

Después de la ceremonia, el grupo entregó en el palacio de gobierno una carta dirigida al mandatario local, Emilio González Márquez, a quien solicitan su intervención para abogar por la finalización de la concesión a la minera, entregada el mismo año en que él y el presidente Calderón se comprometieron a defender todos esos sitios sagrados.

En Vancouver, sede de la minera canadiense, así como en Nueva York, en las oficinas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), también se realizaron acciones para llamar la atención sobre la explotación minera en Wirikuta.

En el Distrito Federal, un grupo de activistas de diversas organizaciones sociales se manifestó con música y actos artísticos frente a la embajada de Canadá, para exigir el retiro de las concesiones otorgadas a FMS.

Frente a la representación diplomática, una veintena de personas elaboró ojos de dios, instaló mantas en repudio a la minera y leyó un comunicado en el que advirtió sobre la eventual desaparición de los lugares sagrados de los huicholes, con la complicidad de los gobiernos federal y local.

Los inconformes entregaron una carta dirigida al embajador canadiense en México, Guillermo Rishchynski, en la cual le exigieron que el gobierno de su país intervenga en el retiro de los permisos de trabajo a FMS.

Jazael Olguín Zapata, integrante del colectivo Otros por la tierra, señaló que las organizaciones emprenderán una campaña pacífica para poner de relieve los daños que puede sufrir dicho territorio sagrado en caso de que la compañía empiece a trabajar ahí.

El activista indicó que la empresa trató de engañar al Frente en Defensa de Wirikuta, diciendo que no trabajaría en el cerro del Quemado, pero advirtió que la zona sagrada para los huicholes abarca mucho más que dicho sitio.

Olguín anunció que si las autoridades mexicanas y canadienses no escuchan sus exigencias, las manifestaciones de repudio a la minera van a continuar en ascenso hasta que las concesiones sean canceladas.

DSK: sexo, poder y violencia de género

mayo 22, 2011

Los cuerpos de mujeres vistos por dirigentes políticos como bienes de consumo a libre disposición

Por: Ruth Rubio y Stépanie Hennette-Vauchez*

Si se confirma que Dominique Strauss-Kahn, el director del FMI, cometió la agresión de la que le acusan, nuestras democracias deberían cerrar filas y articular una condena unánime de los abusos sexuales


Dominique Strauss-Kahn es inocente. Y lo es, porque en un Estado de derecho lo avala la presunción de inocencia. Este principio basilar del derecho penal exige un proceso con todas las debidas garantías antes de poder afirmar que DSK es un delincuente, pues esto es, a fin de cuentas, lo que se está dirimiendo.

Más allá de la falta de certezas, lo que es comprensible es que el desplome súbito de un icono como DSK, que en su sola persona reunía todos los rasgos estadísticamente representativos del poder (a la vez político, económico, global ¡y masculino!) haya sacudido al mundo entero. Y es por ello entendible que el mundo entero esté calibrando qué consecuencias pueda tener sobre el futuro del FMI, la crisis financiera, el euro o las elecciones presidenciales y el Partido Socialista en Francia.

Sorprende, sin embargo, (o tal vez no) que la gran ausente, hasta el momento, sea la reflexión acerca de qué implicaciones pueda tener el asunto no solo para la vida de la mujer presuntamente abusada (de la que solo alguna fuente en Estados Unidos ha informado de que no ha podido regresar ni a su casa ni al trabajo, teme perder el empleo y quedarse sin fuente de subsistencia en su condición de madre y viuda), sino para la mitad de la población mundial, que conforma el sexo femenino y sobre quien estadísticamente recae este tipo de violencia. Y sorprende porque hay buenas razones para pensar que el asunto DSK debiera abordarse más bien como el fenómeno DSK, realzando lo que de sistémico tiene, y permitiéndonos atar cabos. Porque haberlos, haylos.

Escándalos sexuales y clase política

Parte de los incidentes de infidelidad conyugal (el más reciente, (¿Schwarzenegger?), es condenada por la ética puritana pero, en último término, todas las éticas, puritanas o no, la acaban exculpando en un acto conciliatorio en el que típicamente concurren la caracterización de lo ocurrido como algo que atañe a la vida privada: la rehabilitación del orden familiar amenazado a través de un gesto de perdón ofrecido públicamente por el esposo infiel (asunto Bill / Hillary Clinton) y el trasfondo de una sociedad que entiende y tolera que el hombre de poder sea, casi por definición, un seductor de mujeres.

Mucho habría que decir acerca de las formas de violencia que históricamente se han condonado al amparo de la doctrina de la intimidad familiar. Lo que en todo caso resulta impresionante es la fuerza de su legado cuando observamos que en calidad de “sexo” y de “privadas” se siguen condonando otras muchas formas de abuso de poder.

Esto incluye las que se dan, por un lado, en las esferas paradigmáticamente públicas (el mundo laboral y el de la política) y por otro, en situaciones en las que la relación de superioridad jerárquica del hombre con respecto a la mujer con la que tiene sexo es tan clara que no puede uno sino desconfiar de que sean expresión de libertad (asuntos Bill Clinton-Monica Lewinsky, Dominique Strauss-Kahn/Piroska Nagy).

Más grave aún es, por supuesto, pensar que incluso las formas de abuso de poder más indiscutiblemente delictivas puedan encontrar acomodo en la vida y en la carrera de los grandes hombres políticos. Pensemos no solo en DSK, a quien se acusa ahora de intento de violación y abusos sexuales, sino por un momento también en Silvio Berlusconi, acusado de prostitución de menores y abuso de poder.

La línea que traza la ley

Pero donde el imaginario público, fascinado por la atracción atávica que ejerce el poder, sigue obsesionado con el presunto victimario y se lanzan adjetivos que torpemente buscan explicaciones e inevitablemente sirven para exculpar y reforzar estereotipos (“mujeriego, seductor, enfermo, adicto…”) la ley acude al rescate de la presunta víctima devolviéndole su condición de sujeto de derechos y recordando que lo que el derecho tutela como expresión de autonomía e intimidad es una sexualidad libremente consentida.

Es por ello por lo que aun aceptando que pueda ser cierto el fenómeno de la irresistible atracción sexual que ejercen “los hombres de poder”, no quede más remedio que diferenciar. Que en la mente del magnate de turno seducción, coacción y violencia se confundan en uno solo, y que, en todo caso, en la conciencia colectiva reine el común entendimiento de que ni el error ni la mala fe se han de pagar caros, es lo que explica el fenómeno DSK, que, de otra forma resulta, en efecto, difícilmente comprensible. ¿Cómo, si no, explicar que, de ser cierto, alguien de su talla, conocido en todos los círculos parisienses por su activa vida sexual, se lo haya podido jugar todo por un mal polvo?

Llegados a este punto no está de más recordar la línea que traza la ley separando sexo de subyugación; la línea entre lo legítimamente privado (la intimidad sexual de las personas) y lo que, por definición, no puede ser asunto privado (la conducta criminal) por mucho que algunos miembros del Partido Socialista Francés se empeñen en sugerir lo contrario.

Después de largas batallas feministas

Se ha logrado que los ordenamientos jurídicos de las democracias occidentales, aún muy lejos de ser instrumentos verdaderamente eficaces en su lucha contra la violencia de género, tipifiquen ampliamente los delitos contra la libertad sexual. Al hacerlo, reflejan una comprensión de que el abuso de poder se produce no solo cuando en la base del acto sexual está la violencia o la intimidación.

Basta la falta de consentimiento, pues solo el consentimiento expresa libertad. Para demostrar falta de consentimiento no hay que demostrar resistencia a la violencia (el “sí” es lo que hace falta, y el “no”, suficiente expresión de su carencia). Y para ser válido el consentimiento no puede verse viciado por una situación de manifiesta superioridad entre víctima y victimario con entidad suficiente para coartar la libertad de la primera.

Con todo, el asunto que nos ocupa tal vez no dé para tantos matices, aunque conviene preparar al lector pues sin duda los abogados de la defensa intentarán que así sea, a falta de otra coartada. Y es que en cierto sentido nos encontramos con un caso atípico.

Que los hombres poderosos cometen impunemente abusos sexuales nadie, en el fondo, lo duda. Que llegados a “tu palabra frente a la mía” la voz femenina que clama el “¡yo dije no!” logre tener la misma resonancia que la masculina que, investida de autoridad, lo niega, ilusorio. Que por ello, y por miedo a no perder más aún, víctimas y allegados opten por el silencio (asunto DSK-Tristane Banon) entristece, pero no sorprende.

Y todo confluye y explica que impunidad, connivencia y silencio sigan imperando. Por eso, de confirmarse su perfil aparente, el asunto DSK ofrece una ocasión histórica pues, de haberse cometido, el delito sexual lo fue sin que mediase relación personal, familiar o laboral de tipo alguno, con violencia y con un “no” expresado con resistencia a la fuerza, y que dejó huellas. Decepciona que el Partido Socialista Francés dé instrucciones de cerrar filas justo en sentido contrario.

Tal vez sea la ocasión

De un caso de manual la que haga falta para que en nuestras democracias, incluyendo algunas que (como la francesa o la española) se autoproclaman paritarias, hombres y mujeres de todas las ideologías políticas, empezando por los afincados en el poder, cierren filas y articulen una condena unánime.

*Ruth Rubio Marín es catedrática de Derecho Público Comparado del Instituto Universitario Europeo, Florencia, en excedencia de la Universidad de Sevilla. Stéphanie Hennette-Vauchez es profesora de Derecho de la Universidad de París Oeste Nanterre La Défense.

El artículo fue tomado de diario El País, sección Opinión, Madrid, 19/05/2011. Fue editado para su publicación en Palabra de Mujer

El artículo fue tomado de diario El País, sección Opinión, Madrid, 19/05/2011. Fue editado para su publicación en Palabra de Mujer


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Colombia: las esclavas modernas de SEATECH

Gerardo Iglesias/Adital


En SEATECH se procesa atún que es consumido en Europa, y al mismo tiempo se enlatan y enfrían los sueños de sus trabajadoras. Esta empresa que en su publicidad global se ufana de cuidar a los delfines, mantiene una carnicería humana en la ciudad de Cartagena.

Entrevista con Elvira Luna Ricardo: “Los médicos dicen que uno debe acostumbrarse al dolor. La idea es aterradora, pero lamentablemente es verdad”

-¿Trabajabas en SEATECH?

-Sí. Hasta que, hace dos años, me diagnosticaron tres enfermedades profesionales y no pude continuar con mi labor.

-¿Qué enfermedades?

-Tenosinovitis de Querbain, afección del túnel Carpiano y cervicobraquialgia.

-¿Cuáles eran tus tareas en la empresa?

-Operaria, y mi función era limpiar el atún. Teníamos una producción controlada que cumplir y la presión era muchísima.

Trabajábamos con movimientos repetitivos constantes. Teníamos jornadas de más de 16 horas con solamente diez minutos de descanso en la mañana y media hora para comer en la tarde. ¡Tremendo!

-¿Cómo era tu rutina en aquellos días?

-Me levantaba a las 4:30 de la mañana para dejar las cosas prontas para mis hijos. Había días que terminábamos de trabajar recién a las doce de la noche, y sabíamos que al otro día teníamos que estar de pie antes de las cinco.

Me iba y mis hijos estaban dormidos, y cuando volvía a la casa, la mayoría de las veces dormían también.

-¿Trabajabas de lunes a viernes?

-A veces los sábados también. Esto nos daba sólo un día para recuperarnos y descansar, pero yo tenía que dedicar los domingos a las tareas de la casa que durante la semana me era imposible realizar…

-Y todo ello comenzó a afectar negativamente tu salud…

-Sí. Comencé con dolencias en las muñecas. Pasaba por etapas de hinchazón, dolor e incluso adormecimiento. Luego los síntomas empeoraron hasta que ya no pude continuar con mis actividades normales.

-¿Y cuándo comenzaste a tratarte?

-Demoré mucho en consultar con los médicos porque tenía miedo de perder el empleo. Soy madre de tres niños y cabeza de familia, y no podía darme el lujo de quedar desocupada. Una de mis niñas es sordomuda y ciega de uno de sus ojos. Precisa cuidados especiales y yo era la única fuente de ingresos de mi hogar. Intenté continuar trabajando hasta el final, hasta que no pude más. Concurría casi a diario a enfermería para que me administraran calmantes, pero al final el dolor me venció.

-¿Cuándo te diste cuenta de que ya no podías continuar trabajando?

-Cuando el dolor empeoró la idea de ir todos los días a trabajar era torturante. Por las mañanas el dolor era insoportable, pero debía juntar fuerzas para ir porque sabía que si no me presentaba me despedían. Hay muchas compañeras que están enfermas y tienen miedo de hablar. Yo me decidí porque no aguantaba más. Estaba muy deprimida. Tenía días de tanto dolor y tristeza que lloraba por casi cualquier cosa.

-¿Por qué crees que la empresa se maneja de esta manera, con tanto desprecio hacia sus trabajadores?

-Tiene estándares de producción y su única preocupación es alcanzarlos. Con ese número en la cabeza nos hacen trabajar como si fuéramos esclavos, y si nos enfermamos simplemente nos despiden y reemplazan. Uno interesa como empleado mientras pueda producir. Si la producción baja, no importa el motivo, uno debe irse.

-¿Cómo estás ahora?

-El dolor es tan insoportable que no puedo dormir. Puedo calmarlo con ciertos medicamentos, pero el dolor es crónico y no desaparece. Es una enfermedad degenerativa. Incluso ahora he empezado con dolores en las rodillas por las jornadas interminables trabajando parada. Los médicos dicen que uno debe acostumbrarse al dolor. La idea es aterradora, pero lamentablemente es verdad.

“Sólo Mujeres” y la muy institucional incorrección política: respuesta a Jordy Melendez

Los papeles se han invertido: ahora la incorrección política es la corrección política y a la inversa. Desde el momento en el que se discutió la pertinencia de las acciones afirmativas en Nexos, una serie de lecturas “críticas” han vociferado su descontento. Tenemos una amplia gama de posiciones que empezaron en el naturalismo y que ahora en una reacción cibernética al número de Nexos Solo Mujeres, considera “feminismo meramente anecdotario”, la experiencia privada del género. Parecen omisos estos insurrectos de lo políticamente incorrecto a que en su argumento, existe el supuesto más políticamente correcto del espectro de lo políticamente correcto; un argumento que ha sido esgrimido para evadir legislar sobre los abusos violaciones de maridos a sus esposas, por ejemplo. Su argumento traza una línea rígida e intransitable en la que de un lado está lo político y del otro lo privado; en el primer lugar lo público y del otro lado las preferencias, como el producto estructural de lo biológico o de lo definido como propiamente político. Para que merezcan el privilegio de ser discutidos en el ámbito de lo público los asuntos deben pertenecer a lo constituido como el ámbito de lo institucionalmente político, dicen. Por ejemplo, la evasión de impuestos del trabajo domestico, la configuración demográfica de las familias, la representación de los partidos políticos. El ámbito de lo público y lo político es equiparado con lo institucional. Hay que desterrar de la discusión política la experiencia privada, parece decir el argumento, “hay que ponerla en términos de políticas públicas”. ¿Hay algo más políticamente correcto que eso?

Está de moda la incorrección política así que ahí les va una: los asuntos privados, de hombres o mujeres, de niños o de ancianos, de empleadas o patronas, de género o de teoría queer implican una inescapable relación de poder que no puede decirse que no sea política. En contraste, su argumento es poco convincente en tanto que plantea una línea rígida de lo que es apropiado a ser discutido públicamente y lo que no. La experiencia privada es parte de lo anecdótico, argumentan.

Sobre el rico artículo de Maite Azuela que describe la situación de subordinación, de dominación de clase y de género Jordy Melendez dice:

Este artículo me llamó mucho la atención por dos cosas: 1) por la forma anecdótica como inicia y se desarrolla la mayor parte del texto, y 2) porque contrario a lo que pensé inicialmente, el artículo no tocaba ninguna cuestión de ciclismo o movilidad urbana. … El artículo y la reflexión final me parecen pertinentes en el contexto del debate de la reforma laboral, sin embargo, desde que lo leí por primera vez, algo no me cuadró del todo: era muy poco espacio para un tema que podría ocupar páginas enteras, se daban pocos datos y, encima, gran parte del texto se iba en descripciones de la infancia de la autora. ¿Por qué? … Nexos se ha reconocido, entre otras cosas, por tomar mes a mes un aspecto, tema o problema nacional o internacional y darle un profundo tratamiento multidisciplinario: los homicidios en México, las clases medias, las crisis económicas y financieras, los enfrentamientos de los partidos políticos, etc. Curiosamente, en el número de abril parece que el problema a debatir no es otra cosa sino “mujeres”. No es algo más específico como “la ley de interrupción legal del embarazo a cuatro años de distancia”, ni “feminicidios”, tampoco el mencionado tema de “trabajadoras del hogar”, ni siquiera “avances y retrocesos de género en México”. No, es “mujeres” y los textos que se han pedido no son los convencionales artículos de fondo, sino ensayos anecdóticos o testimoniales sobre lo bueno, malo o regular de “ser mujer”.

Una discusión titulada “Mujeres” es insuficiente para estos críticos-acríticos, políticamente incorrectos-políticamente correctos. Para esta escuela una discusión debe predicar (es un momento pertinente para reflexionar sobre el doble significado del verbo predicar). Tal pareciera que “mujer” solamente es un sujeto en tanto que parte de un predicado institucionalmente político. Para que valga la pena la discusión debe decir algo así como “Las mujeres y los feminicidios: un asunto de trascendencia nacional” o “La violencia sexual: un problema de la república” o “Políticas públicas progresivas sobre el género y la república” o “Legislaciones de vanguardia sobre problemas de género” ¿Hay que esperar a que se mate sistemáticamente a miles de mujeres o a que sean violadas para poder “subirlo” al debate público? Cuando, como ocurrió esta semana a seis horas del DF se desnudó a una mujer y se le intentó linchar con el lema “aquí mandamos los hombres” ¿el único cargo es homicidio en grado de tentativa?

Decir que discutir la experiencia femenina es digno de la revista Cosmopolitan es muy parecido a decir que a las mujeres les corresponde la cocina o el lavadero. La misma opinión tenía Vicente Fox. Esencializan lo que corresponde a cada género, profieren cuáles son los medios adecuados para que lo acontecido, de las paredes del hogar para adentro, se considere como parte del entramado de las relaciones de poder contextuales. Me imagino que una vez que uno se cree capaz de trazar una línea radical entro lo que es propiamente político y lo que es anecdotario, entre lo biológico y lo cultural, entre las “preferencias” de los hombres y las de las mujeres, uno debe sentirse en capacidad de trazar cualquier otra línea. Por ejemplo lo propio de las mujeres y lo propio de los hombres.

Lo privado (de hombre o mujeres) es indisociable de lo público. Las “políticas públicas” están hechas para incidir en la vida privada y, en una democracia, desde la vida privada, en las sobremesas, se discuten las “políticas públicas”. La fórmula que presentan los insurrectos, nos pide bajar los codos anecdóticos de la mesa de la discusión pública: eso es corrección política y no nada más.

¿Es la primera vez que Nexos tiene números anecdotarios? ¿Por qué no se levantó una crítica igualmente airada cuando se dedico el número al tema Vivir y Beber, por ejemplo? Que no era precisamente una evaluación comparada de la eficacia del alcoholímetro en el DF y en Bogotá. ¿Por qué cuando Jorge Javier Romero publicó un inteligente y divertido artículo sobre el Viagra nadie se escandalizo de que hablara de cosas privadas? ¿Por qué para hablar de la inequidad de género hay que hacerlo en términos institucionales? ¿Solicitar esa mutación de lo anecdotico a lo político no implica una separación inconexa entre ambos? ¿Por qué para hablar de los problemas de género hay que hacer esa “traducción”? Tengo una intuición del por qué que resulta preocupante: quienes así piensan creen que la experiencia de género y la discusión política son idiomas diferentes.

¿De verdad es necesario decirlo? Existir en este mundo como hombre o como mujer, implica la experiencia de una serie de relaciones de poder que subordinan y que mandan, que norman, que predican. Cuando las avestruces meten la cara en la tierra se sienten a salvo, “si no lo veo no existe”. Del mismo modo que antes de madurar el superyó los niños se sienten seguros tras una sabana, “el mundo es todo lo que veo”. La crítica al número de Nexos tiene algo en común con esos ejemplos. Hay una línea rígida que separa y que omite, que incluye y que excluye: que constituye lo político, su adentro y su afuera. Pensar que para que las mujeres hablen de la experiencia de género lo tienen que hacer en términos formales es pensar que las mujeres existen fuera de lo político, detrás de la sábana.

Algunos economistas han hecho estudios que borran esas barreras. En un estudio tan antiguo como 1947, La Contribucion Económica de las amas de Casa que tiene su origen en otro de 1934 Economía de la producción de la casa [1], Margaret Reid borra esta radical separación entre público y privado al hacer un estimado de la producción en el espacio “intimo” y “privado” de la casa y medir en términos de dinero la actividad pública de una ama de casa.

La contribución de las amas de casa es usualmente omitida de los estimados de ingreso nacional por que no existen medios sencillos de calcularla. La de otros trabajadores es computada en dólares recibidos en salarios o de ventas de productos. Al faltar ese indicador para las amas de casa, no es extraño que los que se encargan de calcular el ingreso nacional año tras año no se quieran molestar con lo que sucede al interior de los hogares aparte de los trabajadores pagados. Estimados esparcidos se han hecho en el pasado sobre la contribución de amas de casa de tiempo completo, la mayor parte evalúa los servicios en la base de las ganancias de trabajadores domésticos. Estas medidas de salario pueden difícilmente ser entendidas como una estimado exagerado. Por medio de estas podemos estimar que las amas de casa de tiempo completo contribuyeron por 15 billones de dólares en 1940 y 34 en 1945. De cada 100 dólares de ingreso nacional reportado, estas trabajadoras contribuyeron en 20 en 1940 y 22 en 1945.[2]

La oposición radical y cualitativa entre el hogar y lo público, entre el trabajo del hogar y el de fuera del hogar, la economía informal y la formal se difumina. ¿No influyen las horas de trabajo domestico en el producto del trabajo publico? ¿Lo doméstico y lo público existen autónomamente, o son mas bien indisociables?

La experiencia humana es difícilmente limitable como pública o privada, propiamente discursiva o anecdotaria, como masculina o femenina, como solo el producto de la opresión o como lo que se surja una vez que esa opresión se reduzca. Decir esto tampoco implica una posición en la que se niegue la existencia de los procesos de subjetivación. Al hablar de género hay que tener en cuenta que no es un acto de radical autonomía pero tampoco de radical determinación.

En un famoso artículo, de Iris Marion Young, y su secuela, Lanzando como una niña y su revisión crítica Lanzando como una niña: veinte años después se puede ejemplificar esta separación con claridad. El artículo es crítico respecto de un texto que describe las “diferencias sobresalientes” entre el modo de lanzar una pelota entre una niña y un varón. Una pregunta que puede ser similar a “¿Por qué encontramos menos artículos de mujeres que de hombres en Nexos?” La variación entre mujeres de diferentes contextos hace imposible una explicación solamente biológica. La sorpresa de Young proviene del hecho de que al dudar sobre el origen de esta diferencia el autor de tal descripción la denomina sencillamente “una actitud femenina” y da por valida esa explicación. De este modo, sigue Young, el autor establece la existencia de algo esencialmente femenino. La crítica de Young en ese primer ensayo es a la falta del entendimiento del contexto histórico que condiciona la situación de género.

En el segundo ensayo, entre otras dicotomías, Iris Marion Young critica de su trabajo anterior el entendimiento del cuerpo femenino solamente como oprimido. En el entendimiento del primer ensayo, “las mujeres son inhibidas, dudosas, constreñidas, observadas y condicionadas. Las mujeres aparecen principalmente como víctimas de una cultura patriarcal que les niega la humanidad completa”. Lo que reconoce la autora es que existe una idea esencialista de lo femenino y lo masculino tanto en la descripción negativa (las mujeres en su casa contando anécdotas y llorando) como en lo que se piensa surgirá una vez que ese devele lo que hay detrás de esa opresión (cuando finalmente superemos el estereotipo y surja lo que hay detrás de la opresión, y hablen el lenguaje publico). Lo que se mantiene en la reflexión entre el primer artículo y el segundo es la porosidad en la construcción del género en la que elementos biológicos, psíquicos, sociales, culturales, históricos y económicos intervienen. Se mantiene de igual modo, y como consecuencia de lo anterior, la politicidad de la experiencia femenina.

La crítica a este número de Nexos es sumamente problemática por que plantea no solamente una distinción radical entre lo político y lo no político sino que establece cuáles son las condicionantes para que esto pre-político pueda ser debatido públicamente. No solo eso, sino al plantear cuáles son esos requisitos, mantiene esa diferencia como fundamental. Desde luego que debe haber costos de entrada y un lenguaje compartido en el debate público, el problema está en pensar que la vida privada no pertenece a ese espectro, más bien es justamente eso lo que debatimos. Visto así el argumento es idéntico al de Gonzalez de Alba. Uno sostiene la apoliticidad de la diferencia sexual, el otro la apoliticidad de la experiencia de género. El primero establece esa radical separación como insuperable, el segundo establece cuáles son las condicionantes para superar la separación.

El número de Nexos relata la diversidad de la experiencia, la cual es indeterminable como dada pero también imposible entenderla si no de modo situacional y contextual. Experiencia de la que las candidaturas presidenciales, amamantar, el doble mandato, los cuartos obscuros, forman parte. Es difícil pensar que la falta de personajes históricos femeninos que ha estudiado Gabriela Cano sea meramente anécdota, por ejemplo. A mi francamente me queda a deber el estatus de nuestra incorrección política, muy incorrecta, pero eso sí, muy institucional.

José Ahumada Castillo. Analista político.

Del derecho al hecho




Miguel Concha

En la actualidad, los derechos humanos se han constituido en el principal referente para la legitimidad de las acciones públicas. Décadas de lucha de múltiples actores sociales dieron lugar a que las declaraciones universales que reconocen derechos de la humanidad se convirtieran paulatinamente de sólo un referente moral a uno también jurídico, y, por tanto, en una obligación para los estados que, con su firma, se comprometen a respetarlos, protegerlos, promoverlos y garantizarlos.

No obstante lo anterior, es desafortunadamente frecuente que algunos gobiernos enuncien –con el único fin de legitimarse– derechos humanos que en la práctica no cumplen. Por ello, se ha avanzado en criterios para su aplicación, como la progresividad, que significa la obligación del Estado de procurar todos los medios posibles para su satisfacción en cada momento histórico, así como la prohibición de cualquier retroceso o involución en esta tarea; la no discriminación en su disfrute; mecanismos de reclamo en caso de incumplimiento; acceso a la información y participación de la sociedad en el diseño de las políticas orientadas a garantizarlos.

Llama por lo mismo la atención que habiendo una Ley de Desarrollo Social en el Distrito Federal, vigente desde mayo del año 2000 –producto de la interacción entre académicos, múltiples organizaciones de la sociedad civil y miembros de la Asamblea Legislativa, que se distingue precisamente por incorporar ampliamente una perspectiva de derechos humanos–, se proponga ahora una iniciativa de ley del sistema de protección social que, según opiniones de especialistas en la materia, restringe, en vez de avanzar en esa dirección.

Aquella ley en su artículo primero, fracción V, establece que su objeto es: impulsar la política de desarrollo social con la participación de personas, comunidades, organizaciones y grupos sociales que deseen contribuir en este proceso de modo complementario al cumplimiento de la responsabilidad social del Estado y a la ampliación del campo de lo público. Y en la fracción VI de su artículo tercero define al desarrollo social como el proceso de realización de los derechos de la población, mediante el cual se fomenta el mejoramiento integral de las condiciones y calidad de vida. Estos enunciados ubican a esta ley en la perspectiva de derechos, los cuales se realizan mediante los lineamientos para los programas sociales que aspiran a concretizar su garantía.

En cambio, en un artículo segundo de la iniciativa del sistema de protección social (no queda incluso claro a qué capítulo corresponde), se derogan los artículos 32 a 38 de la Ley de Desarrollo Social, que son justamente los que establecen las características de los programas de desarrollo social. Lo que en caso de aprobarse conduciría a un contrasentido: por un lado, una Ley de Desarrollo Social con enfoque de derechos, pero carente de instrumentos para garantizarlos a través de programas concretos, y, por otro, una Ley del Sistema de Protección Social con instrumentos pretendidamente mejorados, pero carente de perspectiva de derechos humanos. Es decir, los derechos no se convierten en hechos.

Las implicaciones de esta ley afectan además a muchas otras, pues se derogan también varios artículos de la Ley de Protección y Fomento al Empleo para el Distrito Federal (DF). De acuerdo al transitorio segundo de la iniciativa, y contrario a lo que establece la lógica jurídica, se abrogarán igualmente las siguientes leyes en el momento en que el jefe de Gobierno expida con un acto administrativo el reglamento de la nueva ley: la ley que establece el derecho a un paquete de útiles escolares por ciclo escolar a todos los alumnos residentes en el DF, inscritos en escuelas públicas de esta ciudad capital, en los niveles de prescolar, primaria y secundaria; la Ley del Seguro Educativo para el Distrito Federal; la ley que establece el derecho a contar con una beca para los jóvenes residentes en el DF que estudien en los planteles de educación media superior y superior del gobierno capitalino; la ley que establece el derecho a la pensión alimentaria para los adultos mayores de 68 años residentes en el DF; la ley que establece el derecho de las madres residentes en el DF, solas y de escasos recursos, de recibir un apoyo alimentario; la ley que establece el derecho al acceso gratuito a los servicios médicos y medicamentos a las personas residentes en el DF que carecen de seguridad social laboral.

No se puede afirmar que los derechos establecidos en las leyes anteriores queden plenamente incorporados en la iniciativa propuesta. Más bien quedan reducidos a la noción de ayudas del gobierno. Con la cantidad de leyes que se modifican y abrogan, estaremos de acuerdo en que se trata de reformas mayores en el enfoque de la política social de la ciudad, y que este tipo de cambios no se pueden realizar sin una amplia participación de la sociedad.

Por ello, el pasado 12 de mayo importantes redes de organizaciones civiles demandaron a la Asamblea Legislativa no aprobar esta iniciativa en un período extraordinario, y abrir en cambio un amplio proceso de consultas. Confío en que la Asamblea oirá las diversas voces que se siguen pronunciando en el sentido anterior. Ha habido también manifestaciones que afirman que sería mucho más valioso incorporar las legítimas preocupaciones del Gobierno del DF por hacer más eficientes los programas sociales, en una reforma a la Ley de Desarrollo Social que tenga en cuenta estas y otras necesarias adecuaciones al tiempo actual, pero sin perder la perspectiva de derechos humanos.

El fraude del insourcing




Arturo Alcalde Justiniani

Antes de finalizar el presente mes la mayoría de las empresas estarán obligadas a cubrir a sus trabajadores 10 por ciento de las utilidades que hubieran obtenido el año anterior. Si bien esta es la regla general, en la realidad serán muy pocas las que cumplan, apoyadas en un truco grotesco que se ha reproducido silenciosamente a lo largo y ancho del país.

La maniobra consiste en crear una razón social comúnmente conocida como empresa de servicios, con ella la empresa real celebra un contrato mercantil que tiene por objeto el traslado de la totalidad del personal. Así de simple, así de burdo. En el catálogo de las nuevas denominaciones suele llamársele insourcing para distinguirlo del proceso de suministro de personal externo conocido como outsourcing.

Si nos preguntáramos ¿cuántos trabajadores tiene Bancomer? nos extrañaría la respuesta: ninguno. Sus miles de trabajadores aparecen con una razón social distinta. Esta condición se extiende en todas las ramas de actividad, incluso en los centros laborales más pequeños. En días pasados, el combativo sindicato de trabajadores de gasolineras en la ciudad de México (STRACC) demandó la titularidad del contrato colectivo de Autoservicio Bonar, SA de CV, depositado en la junta laboral local con un sindicato de protección patronal; la respuesta de la empresa fue que no tenía trabajadores, y que quienes laboraban en ella pertenecían a otra compañía.

Despachos enteros de abogados y contadores se han dedicado en los años recientes al fructífero negocio de desmantelar el sistema de relaciones laborales que, conforme a la ley, obliga al patrón, receptor de un servicio, asumir sus responsabilidades. El producto de esta acción ha sido incrementar la precarización de las condiciones de trabajo de millones de mexicanos.

Las llamadas empresas de servicios han sido creadas con aviesas intenciones: evadir el pago del reparto de utilidades a sus trabajadores, desplazando dichas ganancias hacia una razón social que no tiene personal a su servicio; reducir el pago de salarios y prestaciones; cancelar el derecho de antigüedad y colocar a los trabajadores en estado de indefensión, impidiéndoles el ejercicio de derechos colectivos como el de asociación sindical, contratación colectiva auténtica o derecho de huelga.

Esta maniobra afecta también al fisco, particularmente al Instituto Mexicano del Seguro Social, ya que se manipula la clasificación de los trabajadores para reducir la cuota en materia de riesgos de trabajo. En varios temas se crea un verdadero desbarajuste, por ejemplo, el sindicato de Bancomer ya no es sindicato bancario, no podría formar parte de la federación a la que pertenece y sus juicios deben ventilarse en un tribunal de competencia distinto, puesto que ahora laboran para una empresa de servicios. En materia de despido también pierden los trabajadores, porque la empresa real suele alegar que al no ser ella el patrón deben reclamar a la empresa simulada, la cual carece de patrimonio y se reduce a una pequeña oficina de trámite, atendida muchas veces por algún ex empleado al que le encargaron la tarea de regentear esa razón social.

El proceso de simulación ha adquirido distintas modalidades; en algunos casos, la empresa de servicios es propiedad de la empresa real, en otros, es un negocio privado emergente. Han crecido como hongos, aparecen ya trasnacionales que hacen esta sucia labor con jugosas ganancias. Los abogados patronales han reclamado también su ronchita y han creado sus propias razones sociales como servicios complementarios de sus despachos.

Este megafraude no tiene sustento legal y contradice los principios más elementales de la ética y el trabajo digno, pues convierte al trabajo en una mercancía desechable. Conforme al artículo 16 de la Ley Federal del Trabajo, se entiende por empresa la unidad económica de producción o distribución de bienes o servicios, y claramente el artículo 21 señala que se presumen la existencia del contrato y de la relación de trabajo entre el que presta un servicio personal y el que lo recibe, y por si ello fuera poco, el artículo 3º prohíbe considerar al trabajo artículo de comercio. Existe una amplia literatura jurídica que fundamenta el porqué nuestra legislación laboral haya asimilado el concepto de empresa de una manera real y material y no formal. En otras palabras, el patrón es el que se beneficia con el trabajo, no el que aparece formalmente en documentos.

La misma Suprema Corte de Justicia de la Nación ha dejado en claro estos principios al señalar que “el concepto de patrón lleva en sí una profunda implicación económica a la que debe atenderse esencialmente en todos los casos en que se quiera determinar concretamente, si una persona moral tiene el carácter de patrón, de un trabajador. Esto tiene gran importancia en la actualidad porque la diversificación de las actividades económicas origina la creación incesante de nuevas formas, de entre una variada gama de sociedades, y en manera alguna sería aceptable el criterio de que la peculiar estructura jurídica que libremente se haya dado a una empresa, a base de múltiples sociedades mercantiles, redundara en perjuicio de sus trabajadores…”

La interrogante es ¿por qué las autoridades no mueven un dedo para corregir esta condición generalizada de ilegalidad, que lesiona la calidad de vida de la población trabajadora, defrauda a las entidades de seguridad social, impide la libre asociación, la contratación colectiva y vulnera los principios de equilibrio y buena fe que deben imperar en las relaciones de trabajo? La respuesta es que los encargados de hacer cumplir la vigencia de la ley comparten la misma filosofía de quienes sostienen que para ser competitivos es necesario degradar las condiciones de trabajo, reducir los salarios y la estabilidad en el empleo y facilitar el despido libre. En esta complicidad es que se explican las ansias por aprobar una reforma laboral que legalice estas vías de despojo. Han llegado al extremo de convertirlo en un lema de campaña. Falso que sea una esperanza para la juventud, todo lo contrario.

Sorrentino encuentra su lugar



64 Festival Internacional de Cannes

Leonardo García Tsao

Cannes, 20 de mayo. Menos mal que la competencia de Cannes reservó para su tramo final algunos de sus títulos más fuertes. This must be the place (Este debe ser el lugar), del italiano Paolo Sorrentino, ha sido al menos para quien esto escribe una de las sorpresas genuinas del festival. En sus películas anteriores, tres de ellas seleccionadas para este certamen, el director había acusado un exacerbado formalismo unido a un gusto por exagerar lo grotesco. En esta coproducción italo-franco-irlandesa, hablada en inglés, Sorrentino se centra en un ex roquero llamado Cheyenne (Sean Penn) autoexiliado en Irlanda y preso de una crisis existencial. La muerte reciente de su padre, con quien estaba distanciado, lo lleva a buscar al oficial nazi que lo había humillado cuando estuvo preso en Auschwitz y ahora vive oculto en Estados Unidos.

Contra las apariencias, no se trata de un thriller, sino de una vistosa road movie, resuelta con humor y, sobre todo, una carga emotiva sobre el elusivo concepto del hogar. La canción epónima de los Talking Heads –cantada por el propio David Byrne en una escena de concierto– se repite varias veces en la pista sonora, en una reafirmación del sentimiento que persigue al protagonista. En este caso el formalismo siempre manifiesto de Sorrentino encuentra su anclaje en la actuación de Penn, quien interpreta a Cheyenne con una rara mesura cómica, que sugiere a un miembro perdido de The Cure dado a la tristeza con actitud zen.

Ovacionada en su función de prensa, This must be the place se coloca como una de las favoritas para llevarse algo gordo. Sobre todo porque las otras candidatas, The tree of life, de Terrence Malick, y Melancholia, de Lars von Trier, han polarizado las opiniones, mientras que Le gamin au vélo, de los hermanos Dardenne, y Le Havre, de Aki Kaurismäki, se han visto como una repetición menor de las virtudes de sus autores. Aunque, claro, es dudoso que el jurado considere darle un premio a Von Trier después del escándalo que lo ha convertido en el paria de Cannes y la segunda persona más comentada en las noticias locales después de Dominique Strauss-Kahn.

En cambio, la otra competidora llevó a preguntar en qué estaban pensando los programadores cuando la seleccionaron. Drive (Maneja), ejercicio hollywoodense del danés Nicolas Winding Refn, es como el thriller existencial que Tony Scott hubiera hecho en los años 80 si hubiera querido imitar a Michael Mann. Todo es pose en esa intriga sobre un conductor profesional (Ryan Gosling, exudando actitud cool) que se ve involucrado con una banda de hampones por el amor de una mujer (Carey Mulligan, demasiado discreta).

No le falta artesanía visual al cineasta. Es sólo que esta se aprovecha mucho mejor en sus violentas películas personales –la trilogía Pusher, por ejemplo– que en una chamba hecha para ganarse derecho de piso. La proyección de Drive, recibida con aplausos de pitorreo a media película, hizo aún más incomprensible la decisión de mandar a Miss Bala, de Gerardo Naranjo, a Una cierta mirada, cuando pudo haber hecho mucho mejor papel en la competencia.

Ya solamente quedan dos títulos en pelea por la Palma de Oro. La verdad, sólo cabe esperar, por puros antecedentes, algo interesante de parte del turco Nuri Bilgué Zheylán, otro invitado frecuente a Cannes, que estrena Bir zamanlar Anadolu’da (Erase una vez en Anatolia). Porque la comedia La source des femmes (La fuente de las mujeres), del rumano Radu Mihaleanu, se ve como típico relleno del último día.

El hoy de nuestra América Latina..

La Prensa Latina
OTAN causa muertes y crisis humanitaria, denuncia Gobierno libio
Trípoli, 21 may (PL) Libia acusó hoy a la OTAN de causar muertes y crisis humanitarias con sus bombardeos indiscriminados, luego que ataques a tres puertos restringieron el movimiento de barcos con ayuda para civiles.
Rotativistas franceses celebran 20 años de solidaridad con Cuba
Foro de Sao Paulo dominó semana noticiosa en Nicaragua
Masacre en Petén enlutó a guatemaltecos esta semana
Fallo parlamentario golpea a sociedad uruguaya
Ecuador, un triunfo importante para transformar la justicia

Nuestro José Martí
El ideario martiano permanece vigente como guía de los pueblos de Latinoamérica a 116 años de su caída en combate, de cara al sol, como predijo en uno de sus versos.
Ver Hipermedia

La sorda lucha por el poder
Por Luis Manuel Arce (Prensa Latina *)Panamá, (PL) Aún está lejos el 2014, pero la campaña por las elecciones de ese año, último del gobierno del presidente panameño Ricardo Martinelli, ya está al rojo vivo.

Escándalo en el FMI e integración latinoamericana marcan semana
Por Rafael ContrerasLa Habana, 21 may (PL) Un aumento del descrédito del FMI por asuntos sexuales, su presión sobre la débil economía de Grecia y el reforzamiento de la integración latinoamericana, marcaron la semana económica mundial.

OTAN bombardea tres puertos libios y hunde ocho barcos
Trípoli, 20 may (PL) La OTAN destruyó hoy ocho barcos libios en ataques a tres puertos, incluido el de esta capital, después de que el Gobierno de Muamar El Gadafi valoró "ilusorias" las predicciones de Barack Obama para este país.
Exoficial canadiense reconoce alto costo de agresión contra Libia
Manifestación en Francia contra cumbre G8 de Deauville
París, 21 may (PL) Miles de manifestantes son esperados hoy en la ciudad de Le Havre (noroeste) como parte de las actividades organizadas contra la cumbre del G8 que se celebrará en Deauville, baja Normandía los próximos 26 y 27 de mayo.
Tranquilidad en España previo a comicios marcados por protestas

Ataque a camión cisterna OTAN causa 16 muertos en Pakistán
Islamabad, 21 may (PL) Al menos 16 personas murieron hoy en el noroeste de Pakistán en un incendio que se desató tras un ataque contra un camión cisterna cargado de combustible para las tropas de la OTAN desplegadas en Afganistán.
Indígenas venezolanos, de la oscuridad a la inclusión social
Por Sinay Céspedes MorenoCaracas, 21 may (PL) Las comunidades indígenas de Venezuela, inmersas hoy en la preparación de su V Congreso Nacional, experimentaron un cambio notable a partir del inicio del gobierno del presidente de este país suramericano, Hugo Chávez, en 1999.
La Radio del Sur
Hugo Chávez trasmitió a Bashar Al Assad su respaldo ante agresiones imperiales
El mandatario venezolano informó a su homólogo sirio de las manifestaciones de solidaridad recibidas de numerosos…
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El representante venezolano del Parlamento Latinoamericano, RodrigoCabezas explicó que para 2012 el tema central del Foro de Sao Paulo…
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Agencia Púlsar
La Cámara de Diputados de Uruguay rechazó la anulación de la Ley de Caducidad. La votación concluyó empatada en 49 votos. El diputado frenteamplista, Víctor Semproni, no votó el proyecto y la Ley Interpretativa no podrá ser tratada hasta el año 2015.

HAITÍ-CÓLERA
La epidemia de cólera mató en 7 meses alrededor de 5 mil personas en Haití. También castigó a los productores de arroz. Las campañas de prevención luchan contra las pésimas condiciones sanitarias después del terremoto.

ARGENTINA-MINERÍA
Asambleas argentinas marchan en La Rioja en rechazo a la megaminería
Las Asambleas Ciudadanas Riojanas invitan a desfilar en el aniversario de la norteña provincia argentina de La Rioja. Será para manifestarse contra la megaminería y en defensa del territorio y los bienes comunes.
Rebelión
La Qasba en Madrid
Santiago Alba Rico
España: “Lo llaman democracia y no lo es”
Estados Unidos y sus aliados árabes han comenzado los planes para perturbar la primavera árabe y salvar su propia hegemonía regional
Más de 40 mil consejos comunales constituyen hoy la base del nuevo Estado Comunal
La crisis que viene, un libro del Observatorio Metropolitano editado por Traficantes de sueños