Antes de que Al Capone y John Herbert Dillinger fueran los enemigos públicos número 1 de Estados Unidos, la anarquista y feminista Emma Goldman (1869-1940),ya
había cimbrado las estructuras patriarcales del vecino país del norte
llegando a ser nombrada por la prensa estadounidense como la mujer más
peligrosa del mundo.
Nacida en a una familia judía ortodoxa en lo que hoy es
Lituania, Goldman emigró a Nueva York en 1885 donde se involucró con
grupos anarquistas liderados por Johann Most y su eterno compañero Alexander Berkman
siendo designada como una mujer rebelde y tenaz por sus admiradores, y
ridiculizada por sus adversarios por ser considerada defensora de una
revolución violenta.
Sus escritos y conferencias abarcaron una amplia
variedad de temas, incluyendo las prisiones, el ateísmo, la libertad de
expresión, el militarismo, el capitalismo, el matrimonio, el amor libre
y la homosexualidad. A pesar de que se distanció de la primera ola del
feminismo y sus esfuerzos hacia el sufragio de las mujeres, desarrolló
nuevas maneras de incorporar la política de género en el anarquismo.
Como anarquista, Goldman defendió numerosas causas de derechos
humanos, en particular la cuestión de la libertad de expresión. La
activista se encontraba en el movimiento por la libertad de expresión a
principios del siglo XX, pues la consideraba una necesidad fundamental
para lograr el cambio social. De igual manera fue perseguida por su
defensa del anarquismo y la oposición a la Primera Guerra Mundial.
Abogó apasionadamente por los derechos de las mujeres, y es
considerada hoy en día como una de las fundadoras del anarco-feminismo,
que desafía al patriarcado y busca la autonomía de las mujeres con
respecto al Estado. En 1897 escribió: "Exijo la independencia de la
mujer, su derecho a mantenerse a sí misma, vivir para ella, amar a
quien le plazca, o a tantos como le plazca. Exijo libertad para ambos
sexos, libertad de acción, libertad en el amor y la libertad en la
maternidad ".
Goldman también fue una crítica de los prejuicios contra los
homosexuales. Su creencia de que la liberación social debía extenderse
a los homosexuales y lesbianas era prácticamente desconocida en el
momento, incluso entre los anarquistas. Como escribió Magnus Hirschfeld,
"ella fue la primera y única mujer, de hecho, la primer y única de
América, en asumir la defensa del amor homosexual ante el público en
general." En numerosos discursos y cartas defendió el derecho de los
homosexuales y lesbianas a amar a su antojo y condenó el miedo y el
estigma asociado a la homosexualidad.
Este viernes 27 de junio se cumplen 145 años del nacimiento de
Emma Goldman, cuya famosa frase: Si no puedo bailar, no quiero estar
en tu revolución se ha convertido en un lema del movimiento feminista
contemporáneo. Celebrarla y acercarse a su vida y obra tal y como
actualmente se realiza en la obra de teatro "Emma, la mujer más peligrosa"
en el Teatro La Capilla, es fundamental para mantener su pensamiento
vivo y homenajear a una mujer que luchó a favor de los derechos de las
mujeres principalmente de aquellas en las márgenes.
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