“No es un problema de hombres contra mujeres, pero hay evidencia de
que cuando hay más mujeres en espacios de decisión, hay más
posibilidades y hay resultados que muestran que las políticas
benefician mucho más a las familias, a las mujeres y a la sociedad en
general”, afirmó a IPS la directora ejecutiva de Oxfam Internacional, Winnie Byanyima.
Por ejemplo, añadió la lideresa, “cuando las mujeres están en el
parlamento, promueven mucho más legislación a favor de las mujeres;
cuando hay suficiente representación de mujeres en los parlamentos, hay
derechos de los niños que son cuidados, y cuando están las mujeres en
niveles de poder, hablan también por los derechos y las necesidades de
las comunidades, porque están más cerca de la vivencia de sus
necesidades”.
“En el mundo ya contamos
con pruebas suficientes que muestran los efectos positivos del
liderazgo de las mujeres… Ellas han erigido y administrado eficazmente
países y ciudades, economías e instituciones extraordinarias”: Phumzile
Mlambo-Ngcuka.
Byanyima, de nacionalidad ugandesa, es una de las más de 60 mujeres
de gobierno y lideresas que se reunieron en Santiago el viernes 27 y
este sábado 28, para participar en la reunión internacional de alto
nivel “Las mujeres en el poder y la toma de decisiones: construyendo un mundo diferente”, organizada por ONU Mujeres y el gobierno de Chile.
El encuentro fue encabezado por la presidenta chilena Michelle
Bachelet, quien fue la primera directora ejecutiva de ONU Mujeres
(2010-2013), y su sucesora, la sudafricana Phumzile Mlambo-Ngcuka. También participó en su inauguración el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
La reunión abrió las actividades por los 20 años de la Cuarta
Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en la capital china en
septiembre de 1995, en la que 189 gobiernos suscribieron la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, que impulsó un paquete de medidas a favor de la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres.
Dos décadas después, las y los defensores de los derechos de las
humanas reconocen avances, pero más lentos y limitados de los
comprometidos en aquel plan de acción.
En el acceso de las mujeres a los puestos de toma de decisiones, la representación se mantiene escasa.
En 1995, las mujeres representaban 11,3 por ciento de los
legisladores en el mundo y solo los parlamentos de Dinamarca,
Finlandia, Holanda, Noruega y Suecia tenían más de 30 por ciento de
mujeres en sus curules. Además, solo tres mujeres eran jefas de Estado
y siete eran jefas de gobierno.
Ahora, las mujeres representan 21,9 por ciento de todos los
parlamentarios, y 39 cámaras de diputados del mundo cuentan con al
menos 30 por ciento de mujeres. Además, 10 mujeres son jefas de Estado
y 15 de gobierno.
En América Latina y el Caribe una de cada cuatro integrantes del
Poder Legislativo es mujer, y en los últimos 23 años, seis mujeres
conquistaron la Presidencia de sus países mediante elecciones, cuatro
de ellas la última década, de las que tres resultaron reelectas.
Actualmente, Bachelet gobierna Chile por segunda vez desde marzo de
2014, tras hacerlo en el cuatrienio 2006-2010. En Brasil, Dilma
Rousseff inicio el 1 de enero su segundo gobierno consecutivo y en
Argentina, Cristina Fernández, preside el país desde 2007, tras ser
reelecta en 2011.
En la cumbre sobre Mujeres y Poder estuvieron presentes mandatarias,
como la presidenta de Lituania Dalia Grybauskaité y la viceprimera
ministra de Croacia, Vesna Pusic, junto con varias vicepresidentas y un
grupo de ministras de todo el mundo.
Junto a los logros, se aseguró durante diferentes intervenciones,
persisten múltiples barreras tanto políticas, como culturales, sociales
y económicas para el acceso de las mujeres a cargos de poder.
Además, “todavía hay países que no han avanzado y no hay progreso”,
advirtió Byanyima, de Oxfam, una de las mayores organizaciones
humanitarias del mundo.
La peruana Tarcila Rivera, periodista y activista por los derechos
de los pueblos indígenas, en particular los de las mujeres, afirmó a
IPS que en el balance de las últimas dos décadas “debe quedar claro que
hemos avanzando disminuyendo sólo algunas brechas”.
Para Rivera, fundadora del Centro de Culturas Indígenas de Perú,
hay diferencias en los avances registrados para las mujeres indígenas y
las no indígenas. Además, persisten las brechas en educación,
participación, violencia y acceso económico.
De acuerdo con las estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(Cepal), una de cada dos mujeres de la región está fuera del mercado
laboral y una de cada tres no dispone de ingresos propios, mientras
solo uno de cada 10 hombres se encuentra en la misma condición.
Otro estudio de la Cepal concluyó que, si las mujeres tuvieran el
mismo acceso que los hombres al empleo, la pobreza disminuiría entre
uno y 14 puntos porcentuales en los países latinoamericanos.
“En el mundo ya contamos con pruebas suficientes que muestran los
efectos positivos del liderazgo de las mujeres”, afirmó Mlambo-Ngcuka,
quien antes de dirigir ONU Mujeres fue también la primera
vicepresidenta que tuvo Sudáfrica (2005-2008).
“Ellas han erigido y administrado eficazmente países y ciudades, economías e instituciones extraordinarias”, agregó.
Pero Mlambo-Ngcuka alertó que “puede existir una resistencia
manifiesta y otra sutil al liderazgo de las mujeres”, por lo que llamó
a tener más valor y decisión “para que el cambio ocurra”.
Contó que durante un encuentro con representantes de la sociedad
civil chilena, el jueves 26, uso como referencia una mujer embarazada,
que dará a luz en seis semanas.
“Recordé a todas las personas presentes que su hija, que está a
punto de nacer, tendrá 50 años antes de que el mundo le conceda la
igualdad de oportunidades políticas y que esa bebé tendrá 80 años antes
de gozar de igualdad de oportunidades económicas”, de seguir al ritmo
actual el proceso de avance de la paridad de género, señaló.
A juicio de las lideresas y especialistas congregadas en Santiago,
el cambio no puede seguir recayendo fundamentalmente en las
organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres y de la
sociedad civil. Se requiere la acción de las autoridades y de los
poderosos, hombres y mujeres.
“Las herederas de Beijing son herederas de voces que nos interpelan
y nos piden que pongamos la igualdad en la agenda política”, coincidió
la mexicana Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.
“Después de 20 años de la Declaración y la Plataforma de Acción de
Beijing, las mujeres sabemos qué se necesita para alcanzar la igualdad
de género. Ahora es tiempo de actuar”, alentó.
Editado por Estrella Gutiérrez
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