Si
no fuera por el jitomate, Peña Nieto no hubiera podido presumir la
mayor baja inflacionaria en 25 años, ni atribuirla a los cambios en los
sectores de energía y telecomunicaciones.
Dulce Ramos (@WikiRamos)
animalpolitico.com
Frase a revisión: “Para la primera quincena del mes
de enero, la inflación reportada por Inegi fue la más baja desde hacía
25 años. Y todo esto es consecuencia de que las reformas estructurales
estén en acción”.
Autor: Enrique Peña Nieto, presidente de la República
Lugar y fecha: Entrega del acueducto El Realito, San Luis Potosí. 22 de enero 2015.
Calificación de El Sabueso:
Con o sin las reformas de EPN, la inflación en la primera quincena de enero hubiera bajado
Enrique Peña Nieto aseguró el pasado 22 de enero que la inflación en la primera quincena de ese mes fue la más baja en 25 años. Hasta ahí, el presidente dice la verdad. Sin embargo, lo atribuyó a que las “reformas estructurales están en acción”, y con eso, la afirmación se vuelve engañosa.
En efecto, en la caída de la inflación —que en la primera quincena de enero fue de -0.19 según el Inegi— contribuyeron
las bajas en los precios de la telefonía, el gas y la electricidad,
pero a excepción de la primera, vinculada a la reforma en
telecomunicaciones, la disminución no es atribuible a las reformas del
presidente.
¿Por qué? El Inegi explica que la caída en el gas se debe a la baja
en los precios internacionales, mientras que la electricidad —afirman
expertos— ha bajado por a una decisión administrativa que aún no tiene
que ver con las reformas. Encima, lo que más ayudó a que cayera la inflación fue el precio del jitomate.
Si no fuera por el jitomate, Peña Nieto no hubiera podido presumir
la mayor baja inflacionaria en 25 años, ni atribuirla a sus reformas; pero el presidente corrió con suerte (sí, simple y llana suerte). El precio del jitomate tuvo una baja enorme esa quincena: 32%.
Lo que ninguna autoridad explica es que la baja del jitomate es totalmente fortuita. (una “chiripa”, vaya). El precio de esa hortaliza es el más irregular que existe en toda la economía mexicana. En 15 días el precio puede subir 40% o bajar 60%, explica el especialista en inflación Jonathan Heath.
Además, el efecto que tiene el precio del jitomate en la medición de
la inflación es enorme. El peso que tiene en México (lo que los
economistas llaman “ponderación”) es cinco veces mayor que en Estados
Unidos. Por cada kilo que consumen los estadounidenses, los mexicanos
consumen cinco.
Pero vamos por partes…
El Inegi mide la inflación con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). En términos coloquiales, ese Índice es a la inflación lo que un termómetro es a la temperatura.
Va marcando el comportamiento de los precios y, por tanto, es el
instrumento estadístico con el que se mide el alza (o la baja)
generalizada.
En la primera quincena de enero, la baja en el Índice Nacional de
Precios al Consumidor fue de -0.19% y efectivamente, no se había visto
una cifra así en los últimos años.
¿Por qué bajó tanto la inflación? ¿Se puede atribuir al éxito de las reformas?
Observemos a detalle el Índice de Precios.
En esta esquina… el jitomate. En esta otra… las reformas
Cada quincena, el Inegi reporta los 20 productos cuya precio al alza
o a la baja afectan más el comportamiento del Índice Nacional de
Precios al Consumidor.
En el reporte del 22 de enero, el producto cuya baja incide más es el jitomate, con -0.204%. Por el contrario, el producto cuya alza tiene más peso es la gasolina de bajo octanaje, con 0.041%.
Si comparamos el jitomate con todos los productos relacionados a la reforma en telecomunicaciones, tenemos lo siguiente:
Como se observa, la baja en el jitomate influye mucho más que todas las bajas juntas de los precios vinculados a la telefonía.
Pero en los precios que bajaron, y que tienen vínculo con las
reformas de Peña Nieto, también están la electricidad y el gas
doméstico natural. Sin embargo, tanto para el Inegi, como para los
analistas, la disminución de esos precios no tienen nada que ver con la reforma energética.
“En el caso del gas doméstico natural, las cotizaciones que tenemos
para determinar los índices se mueven debido a los precios
internacionales”, agrega el subdirector general del Índice de Precios
del Inegi, Jorge Reyes. Y en ese caso, los precios internacionales han
ido cayendo porque hay más oferta.
En el caso de las tarifas de la electricidad, la baja la decide el gobierno. No es efecto de la reforma energética porque la
Comisión Federal de Electricidad aún no empieza a invertir y a usar gas
para generar energía, lo que permitiría abaratar los procesos, indica el economista del Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe, Raymundo Tenorio.
De esa manera, no. No es posible decir que la baja en la inflación es sólo producto de las reformas estructurales.
Pero planteemos un escenario…
Aún si le concediéramos al presidente que la luz y el gas natural
bajaron por la reforma energética, el efecto de éstos dos, sumados a
las bajas en telefonía, es casi igual que el del jitomate.
Mientras que el jitomate incidió en -0.204 puntos, la telefonía, la luz y el gas juntos, incidieron en -0.224 puntos. La diferencia entre uno y la suma de los otros es una minucia: apenas -0.02.
Por desgracia para el presidente, hay otro factor que lo contradice.
Si efectivamente las reformas fueran las principales responsables en la
baja en la inflación, ¿por qué subieron la gasolina de bajo octanaje y
el gas doméstico LP?
En el primer caso, por el último gasolinazo. En el segundo, una
decisión de política interna. De esa manera, el jitomate sigue siendo
el principal “responsable” de la baja.
“Es cierto que algunos productos vinculados a las reformas
contribuyeron, pero mucho menos de lo que supone una aseveración tan
fuerte como la del presidente”, contrasta el economista de la UNAM, Gerardo Esquivel.
Al cuestionar a la Presidencia de la República sobre cómo llegó el
mandatario la conclusión que compartió aquel 22 de enero, la oficina de
comunicación social remitió a El Sabueso a la Secretaría de Hacienda, que retoma los datos del Inegi.
“Gracias a la Reforma en Telecomunicaciones, ya no se paga por
llamadas de larga distancia nacional, lo que significa una reducción
del 100% de este precio. Asimismo, la Reforma en Telecomunicaciones ha
generado mayor competencia en el sector, lo que ha resultado en una
reducción de precios en los servicios de telefonía fija y larga
distancia internacional”, explicó en una tarjeta informativa. Dichos datos se apegan a lo que dicen el Inegi y los analistas.
Sobre la reforma energética, la respuesta de Hacienda fue la siguiente:
“Debido a su implementación, la inflación de energéticos durante la
primera quincena de enero de 2015 se ubicó en 0.03% (1.80% en el mismo
periodo de 2014)”.
Un último dato…
El Inegi pone otro factor a consideración para explicar la baja:
comparar la cifra de la primera quincena de enero de 2015 con la del
mismo periodo del año anterior. Observar lo que los economistas llaman
“base de comparación”.
En la primera quincena de enero de 2014 la inflación fue de 0.68. Una de las más altas desde 2006.
¿Cuál fue el principal factor? La entrada en vigor de la reforma
fiscal: nuevos impuestos que elevaron el precio del pan dulce, los
alimentos altos en calorías, los chicles, la comida para mascotas,
entre otros. También, producto de esa reforma, el IVA pasó en la
frontera de 11% a 16%.
Todo ello provocó una alza enorme (y atípica) en los precios en la
primera quincena de enero de 2014 que para enero de un año después, ya
no existe.
“Cuando la base de comparación se eleva, simplemente, por
una cuestión aritmética, la inflación puede bajar en el siguiente
periodo”, explicó a El Sabueso el director general adjunto del Índice de Precios del Inegi, Jorge Reyes Moreno.
Es cierto, bajó la telefonía y esa es la única baja atribuible
directamente a las reformas, pero sin la baja en el precio del
jitomate, el Índice Nacional de Precios al Consumidor no hubiera sido
negativo. Por tanto, El Sabueso concluye que la frase de Enrique Peña Nieto es engañosa.
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