4/09/2015

Los periodistas pal café. . . .



Así como ahora ha sido demostrado un caso de la Secretaría de Relaciones Exteriores (el de la aparición en segunda etapa de ganadores no contemplados en la primera para ingresar al Servicio Exterior Mexicano), en gran parte de los concursos públicos para ocupar plazas gubernamentales, asientos estudiantiles o académicos hay una mafiosa proclividad histórica de la burocracia dominante a hacer que mediante un abanico de trampas terminen ganando los amigos, familiares, socios o recomendados de quienes tienen poder.
Así fue que luego de la publicación del expediente de la cancillería mexicana llegaron a esta columna diversas historias de mexicanos que han sido víctimas de la discrecionalidad, el influyentismo y el abierto fraude en diversas oficinas y fechas, y con diversos argumentos, algunos de ellos francamente insultantes. Los relatos no sólo constituyen una demostración de la corrupción institucionalizada o de las decepciones sufridas por los aspirantes. Son testimonios del apuñalamiento sistemático de la esperanza nacional en lograr ascenso socioeconómico mediante méritos y valías demostradas, y de la predilección del sistema por los pantanos y el engaño, de tal manera que sólo las cofradías son premiadas, con lo que se prostituye la vía social de avance natural y se fortalecen las conductas y la filosofía del servicio público condicionadas al amiguismo y los favores facciosos.
De esas narraciones hoy se compartirán dos, una correspondiente a 1992 y otra a la fecha actual. El 30 de marzo de 23 años atrás, el arquitecto José Guadalupe Ibarra Tarango (hoy residente en Tepic, Nayarit) decidió participar en el concurso general de ingreso al Servicio Exterior Mexicano para cubrir cien plazas vacantes en la categoría de agregado diplomático. Egresado del Tec de Monterrey, había estudiado en Francia y Bélgica y había trabajado en organismos internacionales en Suiza y México. Hablaba y escribía francés e inglés.
Dos días antes del examen escrito recibió el temario de estudio, que incluía 35 temas de economía internacional, 26 de problemas económicos de México, 30 de geografía económica, 11 de derecho internacional público, 14 de política exterior de México y 41 de política mundial contemporánea. Aun así pasó a la siguiente etapa, como otros 225 de los casi mil concursantes originales. Luego aprobó los exámenes de idiomas extranjeros y de español, más el rubro de ensayo.
Pero el 4 de agosto de ese mismo 1992 le realizaron el examen médico correspondiente en una clínica gubernamental del Distrito Federal; el reporte fue de valores altos en colesterol (305 mg/dl), y un doctor llamado Apolinar Bautista diagnosticó que esa hipercolesterolemia generaría problemas de articulaciones, limitación de movimientos e incapacidades. Ibarra Tarango se había hecho el mismo examen el 25 de marzo anterior y los resultados habían sido de 217 mg/100 dl. Luego, relata, tuve una entrevista personal y gran parte de la misma giró sobre tres temas: no era yo egresado de una escuela de diplomacia, mi edad (45 años) y que al tener jefes más jóvenes seguramente habría conflicto. Con base en estos dos últimos factores le notificaron en agosto que las calificaciones no fueron suficientes para tener derecho de participar en la tercera etapa.
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SESIÓN PLENARIA. Los diputados priístas Manlio Fabio Beltrones Rivera y Arnoldo Ochoa González en la sesión de este miércoles en el Palacio Legislativo de San LázaroFoto José Antonio López
Después de estos años transcurridos, señala el arquitecto, “sigo pensando que fue un procedimiento ‘tendencioso’, por decir lo menos”. Ahora tiene 68 años, su colesterol está en 189 mg/dl, no toma medicamentos, no tiene problemas de limitación y movimientos ni incapacidades, y sí bastante actividad.
En tiempo presente, una joven con licenciatura y maestría (cuyos datos se omiten para evitarle represalias) dice que la investigación difundida en esta columna sobre los concursos de la SRE le ha servido de consuelo moral, pues ella avanzó hasta la última etapa. Siempre pensé que ser una estudiante dedicada y de alto rendimiento; ser trabajadora y capaz, competitiva y responsable, sería la clave para poder encontrar un trabajo digno, y cuál ha sido mi sorpresa que en este país de compadrazgos y relaciones cuentan más los amigos, parientes y recomendados que la preparación académica y el esfuerzo laboral.
Añade: “Somos muchos los jóvenes desempleados, o que no contamos con un trabajo digno, y me siento decepcionada del país donde vivo, pero sobre todo del gobierno, de los partidos políticos y de las instituciones que nos han fallado a los jóvenes, a los que en sus espots llaman el ‘futuro de México’ y al que están dejando sin oportunidades de crecimiento y superación. Somos muchos los que queremos trabajar y aportar nuestro granito de arena para mejorar el país. Sin embargo, vemos que cada día es más difícil y las puertas poco a poco se nos cierran. Espero llegue el momento en que las cosas cambien y no se den estos famosos carpetazos a situaciones y temas que aquejan día a día a nuestro país”.
Y, para cerrar, el lector Carlos Arciniega considera que “vivimos en la época del III Imperio mexicano, con un emperador sin súbditos pero dueño de sus recursos, un virrey que administra nuestras finanzas y una clase política cortesana que aspira a títulos nobiliarios pero que mientras los consigue se revuelca en las ostentosas migajas que desbalagan nuestros nobles soberanos. Ellos pasean en helicópteros que por derecho divino les pertenecen, adquieren verdaderos palacios por el sólo derecho de ‘representarnos’ ante otras cortes extranjeras, y se burlan de nuestra realidad plebeya haciéndonos ver que somos pobres, en primer lugar ‘porque así lo quiso Dios’, y en segundo, porque no le echamos ganas y nos gusta la mediocridad”.
Y, mientras Los Pinos exprime el caso de Korenfeld y el helicóptero de la Conagua para aparentar ánimos justicieros que no llegan a otros funcionarios también abusivos, ¡hasta mañana, con un buque norcoreano como excelente oportunidad para avivar desde el peñismo un patrioterismo distractor!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx




¿No habrá manera de que Gabriel Sosa Plata, el ombudsman de MVS, mediara en el pleito entre Carmen Aristegui y Joaquín Vargas? ¿O Marcelo Ebrard, como lo hizo con éxito cuando el primer rompimiento? Leo en el diario donde escribe Carmen que un juez federal admitió este miércoles a trámite la demanda de Grupo MVS para que se declare judicialmente la terminación de su contrato con la periodista Carmen Aristegui Flores. Sin entrar al fondo de la situación, lo recomendable es que llegaran a un arreglo extrajudicial. En tribunales sólo van a darle material inflamable a sus enemigos –que los tienen, y muchos. Carmen, Joaquín: respiren hondo, menos soberbia, más reflexión. “Es mejor un mal arreglo…”, ¿recuerdan?
Bitácora de un naufragio
Ayer se registraron dos acontecimientos sobresalientes en el mundo financiero: Suiza se convirtió en el primer país en la historia que pagará menos de 0 por ciento (como se lee, menos de cero por ciento) a los inversionistas que compren bonos gubernamentales a 10 años de plazo. Es decir, no pagará, al contrario, le pagarán por guardar el dinero. El gobierno de México continuó su política de endeudamiento y lanzó un bono en euros al mercado europeo a un siglo de plazo, que dará una tasa de interés inicial de 4.5 por ciento. Para entonces ya no habrá petróleo ni gas, seguramente tendrá que venderse alguna de las dos penínsulas, Yucatán o Baja California, para pagar a los acreedores. ¿Exageración? Recordemos que en la crisis del Fobaproa Ernesto Zedillo empeñó las facturas de las ventas futuras de petróleo, y pagó, hay que decirlo también.
La vía suiza
El pequeño país de los Alpes pertenece al primer mundo. Siempre aparece entre los 10 con mejores calificaciones en materia de probidad, de acuerdo con Transparencia Internacional. Lanzó un bono gubernamental con vencimiento a 10 años de plazo, pero en vez de pagar a los inversionistas serán éstos los que paguen por obtenerlo, ya que tiene una tasa de menos 0. ¿Usted tiene CetesDirecto del gobierno mexicano? Le está pagando poquito, pero algo es algo. Imagine que usted tuviera que comprar un Cete a cien pesos y luego venderlo a 90 porque la tasa es negativa. ¿Y cómo es que los grandes inversionistas compran con avidez los bonos suizos? Porque ofrecen seguridad. Punto. Y el gobierno suizo cobra por la seguridad. Allá no hay Ficreas.
La vía mexicana
Ayer, Hacienda emitió este comunicado: El día de hoy el gobierno federal realizó una emisión de deuda en los mercados internacionales de capital, a través de la cual se colocaron mil 500 millones de euros de bonos globales a cien años. Es la primera emisión soberana en el mercado en euros a dicho plazo. El bono a cien años en euros tiene un cupón de 4 por ciento y una tasa de rendimiento al vencimiento de 4.2 por ciento, la cual representa el financiamiento de menor costo obtenido por el gobierno federal en sus cuatro emisiones a dicho plazo. Es decir, el gobierno mexicano pagará 400 por ciento más que el suizo. ¡Y es su mejor operación! Sale sobrando mencionar que tiene que pagar intereses tan altos porque no ofrece las garantías de Suiza, ni la seguridad. Aquí si hay Ficreas. Y funcionarios protegidos desde arriba, como el presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Jaime González Aguade, y el ex izquierdista reformado Mario di Costanzo, de la Condusef. ¿Quiénes son los compradores de los bonos mexicanos? Grandes inversionistas internacionales. Mencionan a Coca-Cola, como probable. Tal vez a nuestros tataranietos les tocará ver el rebautizo de las penínsulas de Yucatán o de Baja California como la República de la Coca-Cola.



En noviembre de 2011 un suplemento especial de La Jornada documentó una terrible realidad que a muchos dejó boquiabiertos: “tanto ha dado y sigue dando esta tierra, que sólo en la primera década del siglo XXI, con dos gobiernos panistas (2001-2010), un pequeño grupo de empresas mexicanas y extranjeras –con las canadienses a la cabeza– extrajeron el doble de oro y la mitad de la plata que la Corona española atesoró en 300 años de conquista y coloniaje, de 1521 a 1821, en lo que hoy es México.
En esa década panista, con Fox y Calderón en Los Pinos, los corporativos mineros obtuvieron 380 toneladas de oro y 28 mil 274 toneladas de plata de las minas mexicanas, contra 182 y 53 mil 500 toneladas, respectivamente, en los tres siglos citados. Ello, sin olvidar que 20 años atrás las invaluables reservas nacionales de cobre se entregaron a una sola empresa, Grupo México, cuyo dueño, Germán Larrea (el segundo hombre más rico del país), ni siquiera hizo el intento de rescatar los cuerpos de los 63 mineros que, cinco años después de la explosión, se mantienen bajo cientos de toneladas de tierra en la mina Pasta de Conchos, Coahuila.
Si se actualizan las cifras hasta 2014 (últimas disponibles), la depredación de los colonizadores españoles se quedó corta frente a lo alcanzado por un grupúsculo de impunes barones de la minería (nacionales y extranjeros) cobijados por los últimos cinco inquilinos de Los Pinos (de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto), con la complicidad del Congreso que se dice mexicano.
Lo anterior, porque sólo entre 2011 y 2014 el saqueo de oro mexicano sumó unas 430 toneladas adicionales (en cuatro superaron la extracción de 300 años de Corona española) y 22 mil toneladas de plata.
Con la información actualizada que se cita, en lo que va del siglo XXI los barones de la minería en México se han apropiado de 810 toneladas de oro (2.13 veces más que el obtenido por la Corona española en tres siglos) y más de 50 mil toneladas de plata (prácticamente el mismo volumen que lo acumulado en esos 300 años).
Y ¿cómo ha sido posible este saqueo a la nación? Pues bien, también La Jornada lo ha documentado. En su edición del pasado lunes, con información de Roberto González Amador, los lectores del diario fueron informados de que en 20 años, los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa otorgaron en concesión 97 millones 800 mil hectáreas a empresas mineras nacionales y extranjeras (falta documentar la extensión entregada por Peña Nieto en sus dos años y pico en Los Pinos).
Lo anterior resulta espeluznante: prácticamente la mitad del territorio nacional ha sido concesionada a unos cuantos empresarios (principalmente al tóxico Germán Larrea –el de Pasta de Conchos–, Alberto Bailleres (totalmente Palacio), Carlos Slim –a quien señalan como preponderante en el mundo de las telecomunicaciones, pero ni de lejos lo mencionan, al igual que a los otros dos, por lo mismo en el sector de la minería– y un pequeño grupo de trasnacionales canadienses.
Neolatifundismo puro, disfrazado de modernidad. Cuando menos en tiempos de la corona española ésta no tenía problema alguno para presumir que todo era de su propiedad: el territorio, los naturales y la riqueza minera de lo que posteriormente sería México. Pero en esta democracia de, para y por los empresarios (Fox dixit) aseguran que todo se trata de las reformas que el país requiere, en beneficio de los mexicanos.
En 1992 Carlos Salinas de Gortari reformó la ley minera en México, y como tantas otras modernizaciones el único objetivo fue la entrega de los recursos de la nación al club de amigos privados del régimen, no sin antes pactar el cobro de porcentajes, comisiones, moches o como quiera llamársele. Saqueo garantizado.



No estoy en y con Morena por seguir ciegamente a López Obrador, por inercia mental y mucho menos para conseguir un hueso o una prebenda, sino porque es la única organización política que conozco con presencia nacional que tiene un programa social y popular para el país, porque allí se encuentra buena parte de la ciudadanía consciente y porque es uno de los poquísimos espacios en los que aún es posible luchar por la decencia, la honradez y la congruencia, y ganar la lucha. Claro que el partido no se construye en el cielo, sino en la tierra; aquí hay muchos corruptos y oportunistas y más de alguno ha conseguido incrustarse en la organización. Por eso se requiere participación constante y una vigilancia permanente de la militancia sobre la dirigencia, recurrir a los órganos de fiscalización del propio partido e impedir que los recursos públicos recibidos se conviertan en botín de una burocracia partidista. No estamos para perder el tiempo fabricando un PRD bis.
No me gustan las elecciones ni las campañas políticas y sé que las instituciones electorales (el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación) están podridas de raíz; no confío en ellas. Pero creo que si se logra un caudal masivo de votos es posible obligarlas a reconocer victorias opositoras. Creo también que una fuerte presencia en el Congreso de un partido no entregado al régimen oligárquico (considero que PAN, PRD, Verde y Nueva Alianza son ya meros instrumentos de control, dominación y reparto de cargos) puede ser decisiva para frenar la destrucción del país que se lleva a cabo mediante las reformas estructurales del peñato, así como para obstaculizar que el priísmo gobernante emprenda una represión masiva y generalizada en contra de las luchas sociales y de las instancias independientes que quedan.



Catástrofes individuales. En Radicales (Night moves, 2013), cinta estadunidense de Kelly Reichardt (Wendy y Lucy, 2008), el tema de una militancia ambientalista orillada, por la impotencia y la frustración, a tomar decisiones extremas sugeriría la elaboración de un thriller político con etapas muy precisas, desde la minuciosa planeación de un atentado hasta el éxito o fracaso del mismo, y el modo en que los participantes consiguen burlar o no la persecución de las autoridades.
Hasta cierto punto, la directora se atiene en una primera parte a este esquema narrativo. El granjero ecologista Josh (Jesse Eisenberg), su compañera sentimental Dena (Dakota Fanning) y un experto en explosivos, el ex marine Harmon (Peter Sarsgaard), deciden pasar a la acción y hacer estallar una presa hidroeléctrica en Portland (lugar simbólico de la protesta ambientalista), hartos de luchar por la vía pacífica contra un irrefrenable deterioro del ecosistema.
Con cierta morosidad y ritmo pausado, Radicales detalla los preparativos del atentado, la difícil obtención de sustancias químicas controladas –abono industrial para grandes superficies agrícolas–, que poseen un potencial destructivo, y las complejas relaciones que se tejen entre los tres personajes a la luz del proyecto. Buena parte de esa exposición reposa en una utilización astuta de la elipsis narrativa. El procedimiento de escamoteo visual con fines de suspenso será todavía mayor en la escena clave del atentado.



Por los senderos del blues se llama el programa que conduce quien escribe, el cual cumple ya 10 años de estar al aire por Horizonte 107.9 FM, la Casa del Jazz. El concepto es que ése extraordinario género seminal se fue conformando a fines del Siglo XIX y desde entonces ha transitado y recorrido por los más variados caminos, atajos y senderos hasta el grado que es difícil reconocer su presencia en los géneros musicales contemporáneos.
Se sabe que en el blues están las raíces de la música popular estadunidense, pero el árbol hoy día es frondoso y con una gran variedad de frutos; lejos quedaron las etapas del blues clásico, del rythm & blues, del swing, del bebop y del free jazz. Allá por los años 70 se inician las fusiones entre el jazz rock y el electro jazz, mezclas que hasta el presente no han dejado de acontecer; es una propuesta importante entre algunas corrientes musicales que buscan borrar las fronteras limitantes de los diversos géneros. Música sin fronteras que ha traspasado los límites de sus formas tradicionales, sean de jazz, rock, electrónica, música de concierto o música académica contemporánea.


 

Cientos de manifestantes protestaron ayer en la localidad de North Charleston, Carolina del Norte, por el asesinato del ciudadano afroestadunidense Walter Scott, de 50 años, quien fue baleado el sábado pasado por un policía blanco mientras intentaba huir, tras haber sido detenido debido a una aparente infracción de tránsito.

Electricistas acerca de la Cumbre de las Américas
Los días 10 y 11 de abril, en Panamá, se realizará la Cumbre de las Américas. Los acontecimientos recientes auguran que será histórica. Los campos están bien definidos: países que aspiran a su total independencia y una nación que quiere mantener su hegemonía para continuar explotando los recursos naturales y la mano de obra de los pueblos; acatan las instrucciones de quien ostenta el poder económico, y al que sirven desde los más altos puestos que ocuparon a costa de las condiciones lamentables de los pueblos que dijeron representar, y ahora en una Declaración de Panamá se han organizado para enjuiciar al régimen de Venezuela. ¿Tendrán autoridad moral para hacerlo?

Existe una opinión crítica muy extendida que atribuye todos los males de la vida pública a la corrupción de los políticos y, muy especialmente, a los partidos que la Constitución define como entidades de interés público, concepto, cabe recordar, que en su momento (1977) abrió las compuertas a una incipiente pero importante democratización al amparo de un régimen de partido hegemónico. Hoy nadie discute que hay un problema con los partidos, aunque decir que todos son iguales y que la verdadera democracia exige su abolición es una generalización cómoda pero inexacta, así se pronuncie en nombre de los ciudadanos o de la voluntad comunitaria. Se olvida con excesiva rapidez que la creación de un régimen de partidos sustentado en el reconocimiento explícito de las genuinas corrientes ideológicas existentes fue un paso adelante en la superación del antiguo régimen monocolor, aunque la concreción de los avances democráticos recorriera un largo y accidentado camino antes de que el voto libre de los ciudadanos (siempre con bemoles) ocupara el lugar que le corresponde en toda democracia. Tal vez por la lentitud de dichos cambios y la resistencia a reformar el régimen de privilegios, se fortaleció la visión de que la democracia –concebida como suma de las aspiraciones de progreso– dependía sólo y exclusivamente de lo que ocurriera en la dimensión electoral, como si la adopción de cierto modelo liberal fuera suficiente para resolver los problemas acumulados por una sociedad con explosiva demografía y desigualdad abismal.

La ciudadanización de la política es una de las tomaduras de pelo de supuestos teóricos sin escrúpulos o con un gran sentido del humor. Lo grave es que mucha gente les ha creído. La base de su planteamiento es muy cuestionable: desde hace cientos de años la política la hacen los ciudadanos, no quienes carecen o han carecido de dicha condición. Los políticos, gobiernen o no, son ciudadanos; los votantes comunes son ciudadanos. Además de los menores de edad, son muy pocos los que en la actualidad no son ciudadanos (presos, etcétera). En la legislación vigente los ciudadanos son las personas que teniendo la calidad de mexicanos reúnan los requisitos determinados en el artículo 34 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Nuestra relación actual con la democracia está bien descrita con esta fórmula que tomo prestada de Pedro Henríquez Ureña. Él la utilizó para hablar de la búsqueda de una identidad cultural latinoamericana en un breve ensayo de 1927. Creo, sin embargo, que también recoge lo que es hoy para nosotros la búsqueda de la democracia: un descontento y una promesa. Me parece asimismo una traducción apropiada de lo que la politóloga Pippa Norris, de la Universidad Harvard, ha llamado el déficit democrático, que define como la brecha que separa las aspiraciones públicas de los ciudadanos del desempeño de las instituciones de la democracia.

Quizá resulte apropiado señalar, para iniciar un análisis del proceso de construcción de un nuevo organismo financiero internacional de alcance mundial, que se trata de algo que no se emprendía desde hace más de medio siglo, cuando al final de la guerra se estableció el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, conocido ahora como Banco Mundial, y en los lustros siguientes los bancos regionales de desarrollo que lo complementan en África, América Latina y Asia. La propuesta de China de constituir el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) puede compararse, en dimensión y alcance, a estas iniciativas tempranas y rebasa con amplitud a otras dos, de objetivos o membresía más limitados: el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, fundado en 1991 para fomentar la transición al mercado y la consolidación de la empresa privada en Europa centroriental, y, en 2014, el Banco de Desarrollo del BRICS, cuyo prolongado y a menudo controvertido periodo de gestación continúa. El BAII tendrá un campo de operación regional pero enorme, Asia y países circunvecinos, y captará recursos financieros provenientes de todo el mundo. La iniciativa del BAII despega a velocidad considerable: sólo en marzo último ocho países avanzados dieron noticia de su intención de asociarse como miembros fundadores. Este inusual ritmo de nuevas adhesiones resulta tanto más notable si se advierte que se realiza contra el trasfondo de una recomendación expresa del gobierno de Estados Unidos, que previno a sus aliados de la inconveniencia de respaldar la iniciativa de China. Este hecho ha dado base a la noción de que el BAII rivalizará con las instituciones de Bretton Woods, de las que Estados Unidos es socio controlador, si se admite la expresión. Veamos entonces cómo China construye una nueva OFI: organización financiera internacional de alcance global.

Las Cumbres de las Américas (CA) comenzaron en 1994, en Miami, como mecanismo de sujeción de América Latina y el Caribe (ALC) a Estados Unidos. Entrado en vigor el TLCAN en México ese mismo año, su objetivo era extender del río Bravo a la Patagonia la anexión y recolonización por Washington de nuestras naciones a través el Área de Libre Comercio de las Américas(Alca).

En plena Semana Santa la Secretaría de Hacienda entregó al Congreso un documento base para la presupuestación de 2016. En él se autoelogian porque anuncian las acciones que instrumentará para afrontar las dificultades que se derivan de un entorno complejo, las que permitirán que las finanzas públicas respondan a un programa oportuno, responsable y adecuado al entorno económico. En contraste con estos autoelogios, el documento ha sido analizado críticamente acusándole se proponer una política fiscal imprudente con costos innegables para el crecimiento, así como de evadir la explicación de comportamientos macroeconómicos básicos (Reforma, Negocios, 8/4/15, p. 4), o bien que las promesas del gobierno de Peña Nieto no se cumplirán (Proceso, 5/4/15).

Con una economía en problemas severos y sin perspectivas de recuperase para el próximo año se hizo un recorte de 10 mil millones de pesos al presupuesto de salud en febrero. En marzo la Secretaría de Salud (Ssa) informó que se dará otro enfoque a la integración del Sistema Nacional de Salud Universal, ya que un cambio legal no resuelve la falta de la infraestructura requerida, insumos y personal; descubrimiento tardío de lo que ha sido analizado y señalado desde hace años por los estudiosos del problema. Es en este contexto que se debe examinar el presupuesto base cero que se prepara para 2016.
Cartas de Lysi, la mecenas de sor Juana Inés de la Cruz, en correspondencia inédita, coeditada por Iberoamericana-Vervuert y Bonilla Artigas Editores, importante hallazgo de dos cartas manuscritas de María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga, condesa de Paredes, marquesa de la Laguna, musa y protectora de nuestra monja jerónima, dadas a conocer por Hortensia Calvo y Beatriz Colombi, con su paleografía y versión modernizada, una biografía de la virreina y valiosos comentarios.


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