Leonardo García Tsao
En
esta época en que el cine de horror está dominado por zombis caníbales
y fantasmas vengativos, resulta admirable hallar un concepto que
parezca novedoso. Ese es el mérito de Está detrás de ti, segundo largometraje de David Robert Mitchell que, por suerte, se ha mantenido en nuestra cartelera aunque sea en pocas salas.
La primera secuencia establece el tono de manera contundente: en uno
de esos suburbios estadunidenses tan presentes en el género, una chica
(Bailey Spry) sale despavorida de su casa, vestida de manera
incongruente en camisón y zapatos de tacón, corre sin ton ni son una
vuelta para volver a su hogar. Luego toma el auto familiar y huye sin
responder su celular. En una playa se comunicará con sus padres para
asegurarles su cariño. Al amanecer, aparecerá el cadáver destrozado de
la chica.
Así, en cuatro cortas escenas, Mitchell establece la sencilla pero
eficaz premisa de su película, así como su economía narrativa. Otra
joven llamada Jay (Maika Monroe) está saliendo con Hugh (Jake Weary) y
una noche, tras ir al cine, hacen el amor en su auto. Después él la
duerme, la somete a una silla de ruedas y le confiesa que ella es ahora
el blanco de una maldición: alguien, que toma diferentes formas, la
seguirá incansablemente para matarla. La única salida es copular con
otra persona y pasarle la maldición a su vez.
Ya se sabe que el cine de horror suele tomar una posición conservadora ante el sexo y Está detrás de ti no es la excepción. Puede decirse que sigue de alguna forma el modelo de Parásitos asesinos (1975),
de David Cronenberg, en el sentido de que el sexo implica el contagio
del mal. Es el monstruo venéreo, pues, que cobró particular relevancia
desde la aparición del sida. Sin embargo, Mitchell no plantea que Jay
sea una muchacha promiscua –como los jóvenes fajosos condenados a morir
en Halloween o Viernes 13– por lo que su inocencia la vuelve aún más vulnerable a la amenaza constante.
Sin efectos especiales y con un poquito de maquillaje, el realizador
construye a un monstruo proteico cuyo único signo es caminar de manera
determinada y maligna hacia Jay. La única protección de la heroína será
un grupo de amigos encabezada por su hermana Kelly (Lili Sepe), entre
los cuales está Paul (Keir Gilchrist), visiblemente enamorado de Jay, a
pesar de que ella se muestra más atraída por Greg (Daniel Zovatto).
Entre todos –en un signo de solidaridad rara en el género– buscarán un
escape al peligro.
Mitchell
sitúa las acciones en un mundo anacrónico. Sabemos que es el presente,
porque una de las chicas lee a Dostoievski en su celular. Pero el
ambiente es setentero, puntuado por la lograda música sintetizada de
Rich Vreeland (bajo el nombre de Disasterpeace) cuyas percusiones
indican la proximidad del monstruo. Para un tono más inquietante, la
película fue filmada en Detroit, una ciudad devastada por la crisis
económica, que da la impresión de estar tan desahuciada como Jay,
Para mayor virtud, el director conoce a sus clásicos. El uso constante de largos tracking shots
y encuadres con punto de fuga, señalan una influencia evidente de
Kubrick. La presencia de la amenaza caminante remite a la primera
aparición de un zombi en La noche de los muertos (George A. Romero, 1968). Y un extraordinario clímax en una alberca pública evoca tanto a La marca de la pantera (Jacques Tourneur, 1942), como al final de Déjame entrar (Tomas Alfredson, 2008). Sin embargo, no es una película que juega a las referencias ni lanza guiños de ojo al espectador. Está detrás de ti es esa rareza actual, una película original de horror que se toma en serio a sí misma.
Está detrás de ti (It Follows). D y G: David
Robert Mitchell/ F. en C: Michael Gioulakis/ M: Disasterpeace/ Ed:
Julio C.Pérez IV/ Con: Maika Monroe, Keir Gilchrist, Daniel Zovatto,
Jake Weary, Olivia Luccardi/ P: Northern Light Films, Animal Kingdom,
Two Flints. EU, 2014.
Twitter: @walyder
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