Este martes 17 de agosto un juez decidirá si se emiten órdenes de aprehensión contra las 22 trabajadoras de la guardería.
Aracely dice que arriesgó su vida la tarde del incendio de la Guardería ABC. En lugar de salir corriendo, recuerda que se quedó en una estancia con 35 recién nacidos, mientras pedía perdón en silencio a sus hijos si es que no sobrevivía.
Cuenta que, gracias a que gritó por auxilio en una ventila del baño,
consiguió sacar a los bebes por un ducto del aire acondicionado.
Hoy la PGR la acusa de haberlos abandonado, después de un largo proceso, que ha sido apoyado por los padres de los niños fallecidos.
“Si
no fuera por las maestras nadie en esa guardería habría sobrevivido.
Nosotras también fuimos víctimas y ahora resulta que nos consideran
crimínales ” dice la pedagoga.
Aracely Moroyoqui es una de las 22 maestras y trabajadoras a las que la Procuraduría General de la República (PGR) consignó el pasado 4 de agosto por los delitos de homicidio y lesiones culposas
tras considerar, a juicio del Ministerio Público, que abandonaron a los
49 niños que murieron. El martes un juez definirá si concede o no las
órdenes de aprehensión en su contra.
Las 22 consignadas son maestras, cocineras, personal de intendencia y enfermeras.
Los padres de los niños respaldaron la determinación de la Procuraduría al considerar que si hubo maestros que no hicieron lo suficiente y que los niños estaban sin cuidado.
Dicen, como ejemplo, que los 22 niños que estaban en uno de los salones
fallecieron porque estaban solos, que no se cuidó que hubiera
extintores o que las salidas de emergencia funcionaran.
“Que un
juez determine el grado de responsabilidad de cada una”, ha dicho Julio
Cesar Márquez, padre de Yeyé, uno de los bebés fallecidos.
Pero
la maestra, con más de seis años de experiencia de trabajo en
la guardería ABC, asegura en una entrevista concedida a Animal
Político que en la guardería no había niños sin cuidado ni
estancias abandonadas, pero sí tenían un sobrecupo por la alta
demanda de un establecimiento que gozaba de una reputación exitosa.
Lamenta que ahora nadie se pregunte cómo es que más de 150 niños consiguieron salir del local inundado en humo y en cambio, las acusan por no “haber hecho lo suficiente”.
La consignación hecha por la Procuraduría es, según Aracely, el último capítulo de una “historia de injusticias” que inició desde el mismo día del incendio cuando fueron obligadas a declarar, y que luego siguió
con la falta de reconocimiento incluso de su estatus de víctimas por el
gobierno y por el Instituto Mexicano del Seguro Social.
“Acusar
a las maestras y a las trabajadoras es una justicia torcida” señaló
Gabriel Alvarado, abogado de la organización manos Unidos por la
Justicia ABC. De acuerdo con el litigante, la PGR optó por dar “carpetazo” al caso “cortando el hilo por lo más delgado” y dejando sin proceso a altos funcionarios como el ex gobernador de Sonora Eduardo Bours.
Sin embargo sostuvo que esta no es una batalla legal terminada, pues en breve vendrán nuevos recursos en lo que dijo es una “búsqueda de auténtica justicia”.
Llena pero funcionando
La Guardería ABC, subrogada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) comenzó a funcionar en Hermosillo desde el 2001.
Aracely Moroyoqui entró a trabajar en ella en el 2003 como asesora
pedagógica y de higiene para la sala de maternales, es decir, niños de
dos a tres años en promedio.
Según Moroyoqui la guardería era por
demás exitosa, al punto en que había lista de espera para el momento en
que se abrieran espacios. El establecimiento tenía muy buena fama pues no había ninguna queja en cuanto al cuidado de los niños.
Hasta el último día en que funcionó la Guardería ABC había una matrícula de casi 220 niños, aunque originalmente la capacidad era para 180 menores de edad.
“De
que había una sobrepoblación de niños sí la había por tanta demanda que
tenía la guardería y porque estaba muy bien recomendada, (…)llegó un
momento en que nosotros si nos preguntábamos que se nos hacían muchos
niños para dos maestras pero en realidad cuando a uno le gusta y
estudio para maestra de kínder y educadora pues se nos hacia un trabajo
apasionante” dijo.
En promedio, eran 35 niños en cada una de las dos salas maternales y cada una contaba con dos maestras responsables. El funcionamiento era similar en las otras salas. Según Moroyoqui, no había escasez de personal y la plantilla estaba completa.
“La verdad cada maestra estaba en su sala. Siempre se recibía a los niños del filtro a la sala de las maestras. No sepor qué ahora dicen eso” dijo.
De
acuerdo con la maestra, no había tiempos muertos en el ABC y todo
funcionaba según horarios fijos y bien establecidos. Había horas
precisas para las comidas para las actividades de higiene, para las
clases, para dormir. Todo el personal estaba dividido en tres turnos
sin espacios vacíos.
Las maestras si tenían un horario de
comida como cualquier trabajador y el de ella coincidió casi al mismo
tiempo que con el incendio, sin embargo, niega que esto significara un descuido,
“Ahora en los medios nos han dicho muertas de hambre porque nosotros declaramos que algunas comíamos pero no saben en realidad cómo funcionaba la guardería. Los niños no estaban solos por eso y en cuanto todo sucedió nosotros hicimos lo que pudimos” dice Aracely.
Incendio y escape
Minutos antes de las tres de la tarde el humo provocado por un incendio en una bodega contigua comenzó a inundar el interior de la Guardería ABC tomando por sorpresa prácticamente a todos.
Araceli Moroyoqui no recuerda si faltaban extintores o había puertas cerradas,
como se ha dicho también, pero de lo que si tiene memoria ni siquiera
es del fuego sino del denso humo oscureciendo todo el interior de la
guardería.
Narra que ella ingresó a una de las salas de lactantes que era la que tenía cercana y ahí permaneció por momentos paralizada,
y reflexionando si salía o no corriendo, si se llevaba a cuatro o cinco
niños consigo o si mejor, como al final ocurrió, se quedaba en ese
sitio.
“Yo conocía todas las áreas de la guardería y sabía que
con los ojos cerrados podría salir yo con tres o cuatro niños pero
entendí que no iba a poder volver por ese humo tan terrible que no lo
entiende quien no lo ha respirado (…)lepedí perdon con la mente a mis
hijos que dejaría huérfanos pero decidí que no me irpia, que ahí me iba
a quedar con esos niños” dijo,
En algún momento, recuerda
Araceli, se le ocurrió dirigirse aun cuarto de higiene en donde había
una pequeña ventana y por ahí comenzó a pedir a gritos auxilio
pues había niños atrapados. Gente que estaba afuera le preguntó que hacían y ella les dijo que por el ducto del aire acondicionado podían salir.
Mientras
las personas trataban de sacar el aparato del aire la maestra recuerda
que tuvo que humedecer a algunos niños pues el calor era casi
“insoportable” y a otros los trataba de despertar pues estaban adormecidos por el humo. Finalmente, con la ayuda de las personas de fuera, pudieron sacar a decenas de bebes y ella también pudo salir.
“Yo
entiendo los papas ahora y su dolor y lo que nos reclaman porque yo
también soy madre. Pero yo y las maestras hicimos todo lo que pudimos,
todo lo que pudimos hacer y reaccionar en ese momento tan terrible. Esos niños los queríamos tanto, ellos nos decían mamás a nosotras también” recuerda con voz entrecortada.
Justicia torcida: abogado
La
PGR informó la semana pasado que procedió en contra de las maestras en
cumplimiento a una sentencia de amparo que le obligó a pronunciarse en
torno al caso. Los padres del movimiento 5 de junio aseguraron que este era un “primer paquete” de acusaciones y que después vendría el seguimiento de altos funcionarios.
Pero el
abogado Gabriel Alvarado Serrano, quien promovió el referido ampro a
nombre de la organización Manos Unidas Justica ABC dijo en entrevista
con Animal Político que la realidad es distinta.
“La respuesta de la PGR luego de que el juez le tuvo que insistir varias veces para
que se pronunciara es reservar toda la averiguación, es decir mandarle
al archivo y solo proceder en contra de las 22 maestras y profesoras. Eso no es hacer justicia, es torcer a la justicia” dijo el litigante.
Alvarado recordó que en
el 2012 la PGR decidió no proceder penalmente en contra del ex
gobernador de Sonora Eduardo Bours, al ex secretario de Hacienda
del estado Eduardo Vargas y al ex director del IMSS Juan
Molinar Horcasitas, razón por la cual decidieron promover un primer
amparo que les dio la razón y obligó a la Procuraduría a reabrir la
averiguación.
Fue en ese contexto que se interpuso una nueva
demanda de amparo con el objetivo de impulsar un pronunciamiento en
torno a los altos funcionarios, no respecto a los empleados. El enviar a la reserva el caso, dice el litigante, es darle “carpetazo” – otra vez – a todo lo relacionado con Bours y los demás hasta que “haya nuevas pruebas”.
El
representante legal de Manos Unidos subrayó que preparan distintas
acciones legales para los próximos días. De entrada, ya interpusieron
una queja en el Juzgado Décimo de Distrito por lo que consideran no fue un cumplimiento de la ejecución del amparo por parte de la PGR.
“Le
estamos haciendo ver (al juez) que con esta determinación de manera
alguna está cumpliendo con la ejecutoria del amparo pero además para
los otros efectos se está torciendo el brazo de la justicia…
estas personas (maestras y trabajadoras) en su mayoría fueron víctimas
de la tragedia y ahora parecen como culpables de la misma lo cual es
inconcebible” dijo el litigante.
**
Las 22 consignadas por la PGR
Directora: Diana Judith Jaime Peralta.
Maestras/pedagogas:
Aracely Moroyoqui Contreras ,María Guadalupe Castillo Acuña, Olga
Lidia Ochoa Barreras, María Denise Elsa Guadalupe Mesa Ruiz, Marina
Isabel Flores Loera, Eloísa Orozco Barajas, Reyna Anahí CamouRamírez,
María Adriana Gasca Sandoval, María del Carmen León Patiño, Fernanda
Paco Meza, Margarita Zúñiga Colchado, Maribel Hernández
Jaime, Lyz EsthelaCastillo Gurrola y Ana Dignora Valenzuela Nieblas
Cocineras: María Guadalupe Torres Grijalva y Gilda Barceló García
Intendencia: Elia Guadalupe González Carrizosa, Yolanda Rafaela García Villalba y Jazmín Julieta Miranda.
Enfermera: Aracely Valencia Gracia
Seguridad: Guadalupe Dora Socorro Huerta Soto
No hay comentarios.:
Publicar un comentario