Nosotras y nosotros,
reunidos en el “Tercer Encuentro de Organizaciones de Mujeres y
Feministas”, convocado por la Araña Feminista, del 11 al 13 septiembre
en Caracas, una vez más ratificamos nuestra lucha en la construcción del
socialismo feminista y reafirmamos el compromiso con la Revolución
Bolivariana y todos los procesos de transformación de los pueblos
latinoamericanos.
A 10 años de la caída del ALCA, América Latina ha
impulsado importantes transformaciones sociales con nuevas formas de
hacer política, que generaron rupturas antineoliberales y
anticapitalistas, a través de procesos no violentos que incluyeron al
feminismo, e impulsaron una integración con complementariedad, ayuda
mutua y soberanía. Es un proceso de creación popular inédito y
alternativo a la individuación que niega la existencia del pueblo.
Venezuela ha inspirado y sigue inspirando este proceso. La Revolución
Bolivariana es pionera y propulsora de estos cambios, que llevan la
impronta y el ideario del Comandante Hugo Chávez y son parte de su
legado.
En los últimos tiempos, estamos asistiendo a una
recomposición conservadora, que amenaza los procesos de cambio a lo
largo y ancho de Nuestra América y nos imponen nuevos desafíos, que
urgen a profundizar los análisis, las reflexiones y las acciones.
La Revolución Bolivariana se encuentra acosada por fuerzas externas e
internas, imperiales y contrarrevolucionarias que buscan su desaparición
y que se configuran y expresan actualmente en la guerra económica
componente de la guerra de cuarta generación, que disloca nuestra
cotidianeidad y procura eliminar la posibilidad del Socialismo del Siglo
XXI.
En este sentido, llamamos la atención sobre las siguientes realidades:
➢ La revolución ha aumentado el poder adquisitivo sobre todo de los
sectores más pobres y vulnerables de una manera constante y real, pero
hasta este momento no hemos logrado acompañarlo con un aumento de la
producción bajo un modelo ecosocialista, ni con una nueva cultura del
consumo.
➢ La satisfacción de las necesidades, entre ellas las
alimentarias, siguen dependiendo significativamente de las
importaciones. La burguesía productora ha sido históricamente
parasitaria y hoy más que nunca abandona la producción para convertirse
en importadora y beneficiarse de los dólares preferenciales del Estado.
➢ La economía social no ha conseguido desarrollar sus potencialidades
de manera que pueda contrapesar el poder de las empresas privadas,
garantizando así la soberanía productiva.
➢ Hay un déficit de planificación de la economía y de perspectiva feminista en ella.
➢ El bachaqueo y el contrabando de extracción empresarial, dirigido por
los poderes fácticos de las transnacionales y sus aliados locales,
distorsionan la economía y reproducen valores capitalistas aún
presentes.
➢ Numerosas empresas e instituciones públicas son
dirigidas con prácticas burocratistas y como feudos de grupos, lo que da
lugar al incumplimiento de su función social.
➢ La invasión
silenciosa del paramilitarismo –sembrado totalmente en los estados
fronterizos- está presente en muchas facetas de la vida nacional y
espacios territoriales.
➢ Tenemos tenazas políticas que nos amenazan por las fronteras de Guyana, Colombia y el Caribe.
➢ Subsisten prácticas de corrupción y comportamientos antiéticos en la gestión pública y en la vida política.
➢ Aún persisten grandes contradicciones ideológicas.
➢ Algunas instituciones están impregnadas por personas que trabajan
desde un fundamentalismo religioso, a pesar que Venezuela es un estado
laico.
Estas realidades afectan a las mujeres en varios aspectos:
❖ La escasez es más profunda en los productos que más tocan a las
mujeres: alimentos, anticonceptivos, pañales, toallas sanitarias y
artículos de higiene.
❖ Las largas colas, que fundamentalmente
hacen las mujeres crean impotencia, depresión, deterioro del camino
hacia el buen vivir y abandono de espacios históricos de lucha.
❖ El deterioro de las condiciones de vida producen un recargo del
trabajo no remunerado que realizan las mujeres para sus hogares, se
suple con su esfuerzo personal la disminución de la calidad del
abastecimiento y de los servicios.
❖ Se postergan demandas
específicas como la lucha por la despenalización de la interrupción
voluntaria del embarazo, un derecho humano de las mujeres necesario para
el ejercicio de la autonomía sobre sus cuerpos.
Nos preocupan profundamente las siguientes situaciones:
❖ Aún no se logra garantizar el ejercicio de los derechos sexuales y
derechos reproductivos. Hay deficiencias en educación y atención sexual,
debilidades que inciden en las altas tasas de embarazos en adolescentes
y en la reproducción de la pobreza consecuente.
❖ La compra e
inclusión en el esquema de vacunación nacional de la vacuna contra el
VPH, cuestionada internacionalmente por los efectos adversos de su
aplicación.
❖ La paridad política, obligatoria para las
elecciones del 6D, fue escamoteada por los partidos políticos
patriarcales (de izquierda y de derecha), quedando aceptadas 671
postulaciones femeninas (37%) y 1.128 postulaciones masculinas (63 %).
❖ Se hace un uso politizado y mediático de los femicidios, en vez de
diseñar, implementar y hacer seguimiento a verdaderas políticas
preventivas que garanticen la aplicación oportuna y eficiente de la Ley
Orgánica del Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
❖ La legislación venezolana se ha rezagado en cuanto a la protección de
la población sexo género diversa, quienes carecen de reconocimiento
legal, vulnerándose sus derechos civiles, sociales y políticos.
❖ Consideramos un retroceso para la revolución feminista la
transformación de Banmujer en una simple vicepresidencia del Banco
Bicentenario, un repliegue importante en la institucionalidad de género y
una pérdida invaluable en el combate contra la pobreza y la promoción
de la economía social.
Frente a esta situación reiteramos la necesidad de:
● Transformar el conjunto de la organización social y sus valores,
incluyendo los aportes filosóficos y políticos del feminismo
latinoamericano.
● Garantizar la autonomía de los movimientos
sociales, indispensable para hacer la revolución y realmente concretar
el nuevo Estado Comunal.
● Producir análisis y reflexiones
desde nuestros tiempos y nuestros contextos, para profundizar la
construcción del socialismo feminista.
● Revisar el sistema de
producción, comercialización, distribución, y consumo con perspectivas
socialistas y ecofeministas y acelerar su transferencia efectiva al
Pueblo.
● Generar instrumentos para accionar la contraloría social de manera efectiva.
● Seguir profundizando la revolución con acciones como la reforma de la
Ley de Procesos Electorales y la Ley de Partidos Políticos e incluir la
paridad con alternabilidad como mecanismo para ampliación de la
democracia y la distribución igualitaria del poder.
●
Desarrollar un nuevo Código Penal, que incluya la despenalización de la
interrupción voluntaria del embarazo, para un ejercicio pleno de los
derechos sexuales y derechos reproductivos y completar la justicia
social.
● Implementar adecuadas y oportunas políticas de educación sexual y reproductiva para todas y todos.
● En la lucha contra el cáncer de cuello uterino incentivar la
aplicación de exámenes preventivos. Utilizar los fondos destinados a la
compra de la vacuna VPH en la compra y distribución de contraceptivos,
que no sólo protegerían contra dos cepas del virus del Papiloma Humano
sino contra otras enfermedades de transmisión sexual y el embarazo no
deseado.·
Finalmente, destacamos que Venezuela no puede luchar
sola. Es indispensable estrechar los lazos de la unión latinoamericana y
caribeña tanto de gobiernos como de movimientos sociales. Celac,
Unasur, Alba y Mercosur necesitan la voz de las mujeres organizadas para
enriquecer sus perspectivas hacia una transformación cada vez más
profunda y radical.
Creemos en la unidad de las fuerzas
revolucionarias, socialistas y feministas que consolidan la defensa de
la Revolución Bolivariana y acompañan sus batallas. Y también sabemos
que debemos seguir construyendo desde la cotidianidad, desde lo pequeño y
lo común, desde los hogares, la calle, el barrio, la comuna, y pueblos
Nuestro Socialismo Feminista.
¡Chávez vive, la lucha feminista sigue!
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