"Si como pueblo no ponemos alto y exigimos justicia, esto va a seguir pasando", sentenció Salgado.
(Foto: Karina Maciel)
Nestora Salgado, ex coordinadora de la Policía Comunitaria en Olinalá, Guerrero, detenida el 21 de agosto de 2013 por la Marina y Ejército, quien permanece presa desde entonces, consideró que hubo ”atropellos atroces e injustos, lo
que han hecho conmigo no lo merezco, soy una persona que buscó
seguridad y paz para su pueblo, que luchó en su momento” sin tener
necesidad de ello, pues “vivía felizmente con mi familia, mi esposo, mis
hijas”.
En entrevista para Aristegui CNN, desde el Centro Femenil de
Reinserción Social Tepepan -la primera que concede desde su detención-,
le dice al ex gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre que ”me decepcionó mucho
como gobernador y como hombre, porque creo que el hombre sólo debe de
tener una palabra y si el señor había dado su palabra a apoyar a la
policía comunitaria, le preguntaría qué tanto tiene que ver él en el
crimen organizado para protegerlo tanto”.
Nestora sostiene: “Yo soy inocente y me fabricaron delitos
que ellos saben que no lo hice, quiere decir que están vinculados en
este crimen, en esta red de prostitución y pornografía, yo le
preguntaría a Ángel Aguirre hasta dónde está metido él, por qué es tan
cruel conmigo, porque sabe que yo no cometí delito”.
“Creo que no tenía esa necesidad de darle seguridad a un pueblo, cuando la seguridad le corresponde al Estado,
pero en su momento nos dimos cuenta que el Estado no estaba haciendo su
trabajo y que nos estaban matando a mucha gente, desapareciendo a
jóvenes, secuestrando y violando a niños. Entonces vi que se necesitaba
alzar la voy y que alguien denunciara lo que estaba pasando”, relató.
La ex policía comunitaria vivió en Estados Unidos, a donde se fue a los 18 años; allá hizo “una vida. Me fui como ilegal
después de trece años logré tener la residencia temporal, es lo que me
dio oportunidad de regresar a visitar a mi familia… tengo la ciudadanía,
ya con los papeles yo regreso a México. De momento vivo alejada de todo
esto que estaba pasando, vivía en Estados Unidos, me dedicaba a
trabajar y a mi hogar”.
Cuando regresó a México, notó que algo pasaba en su comunidad y “no hay nadie que pueda decir lo que pasa, en noticias nunca se habla de lo que pasaba en Guerrero. Estaban pasando cosas gravísimas, como secuestros, desapariciones de jóvenes, extorsiones, le llaman cobro de piso.
Este lenguaje lo voy aprendiendo después de que me empiezo a meter como
parte del pueblo, pero no necesariamente como policía comunitaria, sino
como una ciudadana común y corriente”.
Lo primero que le preocupó fue la pobreza en la que estaba el poblado y sus alrededores.
Aclaró que empezó a participar “de lejos, nunca como un grupo político, ni siquiera tenía una asociación civil”.
Sin embargo, se volvió comandanta de la policía comunitaria, porque “cuando ya el pueblo y todos estamos viendo que están pasando cosas atroces, el pueblo se cansa de esto. No fue Nestora la que vino a decir vamos a hacerlo, el pueblo estaba asustado. En Olinalá los sicarios ya se paseaban armados en las calles”.
Aseveró que desconoce de qué grupo criminal eran esos sicarios pero añadió que se “habla de Guerreros Unidos, Los Rojos, pero en lo personal desconozco”.
Relató que “cuando desaparecen a un taxista es cuando ‘detona la bomba’, se levanta el pueblo en armas, pero no es que Nestora levantó al pueblo en armas.
Cunado se levanta el pueblo en armas están decididos a detener a los
delincuentes y quemarlos, yo intervengo para que no quemen a nadie”.
“Las muchachitas que me acusan, la gente las quería quemar. Me acusan de secuestro de esas cuatro jóvenes.
Son del pueblo, una es Dulce Rubí, Yesenia… (no recordó el nombre de
las otras dos). Me acusan de secuestro cuando en su momento yo las
protegí, el pueblo tan enojado las quería quemar porque participaban con
los sicarios. Estaban siendo utilizadas, siempre las vi como víctimas
de la delincuencia”, indicó.
“Sabiendo nuestro derecho de que podíamos organizarnos como pueblo originario
y que teníamos derecho a impartir justicia comunitaria, pedimos al
gobernador Ángel Aguirre que queríamos formar nuestra policía, lo
acepta, nos da recursos, las camionetas ya con logotipos. Las armas
estaban en proceso porque iban a ser registradas en la Secretaría de la
Defensa Nacional. Nos prometió 25 armas, todo estaba legalmente, tomamos
protesta, es una estructura que se hace por asambleas, consensuamos al
pueblo para ver si estaba de acuerdo, el pueblo lo acepta“, abundó.
La periodista Carmen Aristegui le preguntó sobre la similitud de su caso con el de José Manuel Mireles,
ex líder de las autodefensas michoacanas. Nestora respondió: ”No sé
mucho de la historia de Michoacán en cuanto a la ley, nosotros tenemos
la ley 701 que nos avala como policías comunitarios, no estamos haciendo las cosas fuera de la ley. Yo admiro mucho el trabajo de Mireles porque también organizó a un pueblo, defendió a un pueblo lejos de ser un criminal”.
Consideró que los dos “estamos en la cárcel porque siento que
al gobierno no le conviene en su momento o nunca le va a convenir la
organización de un pueblo”.
“Me detuvo el Ejército junto con la Marina. Lo que detona esto es la detención de un síndico,
el municipal que por muchas denuncias estaba involucrado jumto con el
presidente municipal Eusebio Rodríguez. Al síndico lo detuvo la poliucía
comunitaria, yo era coordinadora”, narró.
“Tenemos atribuciones de detener a todo ciudadano
que esté incuriendo en algún delito en flagrancia. Así lo agarramos, el
señor estaba acusado de encubrir mucho a los delincuentes, cuando se
detiene por la policía, detona la bomba, no les gustó que nos metiéramos
con una autoridad, pero era una autoridad que estaba cometiendo un
delito”, recalcó.
Ángel Aguirre “nos apoyó pero jamás se imaginó que realmente íbamos a trabajar, teníamos una convicción, queríamos seguridad en nuestro pueblo.Yo a él le enseñé videos de cómo violaban a niños… cuando empiezo hacer estas denuncias… entonces lo ven difícil y como una amenaza para ellos”, acusó.
Aseveró que ella no apoya al crimen, “no apoyo a los secuestradores,
yo apoyo a esta organización (Alto al Secuestro de Isabel Miranda de
Wallace) porque creo que se necesita, yo confiaba en la señora, creía en
su palabra, lo que ella decía. Pero en mi caso me decepcioné mucho porque creo que la señora no conoció mi caso de fondo, se dejó llevar por una versión que le vendieron las supuestas víctimas. Pero no se metió al expediente para ver que está fabricado, están violando mis derechos“, aseveró.
Sobre las cuatro jóvenes que la acusan de secuestro, señaló que no
fue ilegal la detención y que tiene las cartas firmadas por las madres
de ellas, donde le van a pedir apoyo, pero después ellas “dicen que por ayuda del presidente municipal, él las convence de que me pongan denuncia por secuestro, pero no fue un secuestro… las niñas en su conciencia y corazón saben que jamás les causé un daño”.
Ayotzinapa
Respecto al caso Ayotzinapa, opinó: “Se me hace muy cruel lo que pasó con estos chicos.
Tuve la fortuna de conocer a algunos de ellos y que en algún momento me
brindaron apoyo, desde que me detuvieron ellos estaban dispuestos a
pedir mi liberación, creo que ha sido porque el gobierno de Guerrero ha
hecho caso omiso a las denuncias, se han hecho ciegos y sordos, yo creo
que es por complicidad”.
Lo que pasa en Guerrero “abarca desde la droga, la prostitución y un
sin fin, es terrible. Estoy muy consternada con lo que está pasando y lo
que se sabe. Realmente hay cosas que ya no me sorprenden porque
sabiendo cómo está el sistema en Guerrero se puede esperar más”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario