El Equipo Argentino de Antropología Forense
(EAAF), el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y
la Comisión Nacional de los Derechos Humanos a lo largo de 14 meses han
coadyuvado en la investigación sobre el ataque y la desaparición de los
43 normalistas
CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).- La llamada “verdad histórica” de la Procuraduría General de la República (PGR) ha sido puesta en duda por diversas investigaciones, cada afirmación de la autoridad recibió un fuerte cuestionamiento.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), el Grupo
Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos a lo largo de 14 meses han coadyuvado
en la investigación sobre el ataque y la desaparición de los 43
normalistas la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre en
Iguala, Guerrero, coincidiendo con la PGR en algunos aspectos de la
“verdad histórica”, pero también llegaron a peritajes y conclusiones
opuestas a las de las autoridades.
La Silla Rota encontró
que en la investigación existen realidades apoyadas por documentos y
evidencias, y mentiras únicamente sostenidas por dichos de los
inculpados.
Traslado al basurero de Cocula
En la conferencia de prensa del 27 de enero de 2015, el entonces
procurador Jesús Murillo Karam dijo que “una vez en ‘Loma del Coyote’ le
fueron entregados, por parte de policías municipales de Iguala y
Cocula, un grupo numeroso de estudiantes que bajaron de las patrullas y
subieron a dos camionetas, mismas que fueron conducidas hasta el
basurero, donde se les interrogó, ejecutó e incineró”.
Otro grupo de indiciados señalaron otros dos lugares a los que
presuntamente llevaron a los normalistas de Ayotzinapa: “colonia Pueblo
Viejo” y “Cerro la Parota”. Estos dos lugares, de acuerdo a la CNDH
“hasta ahora no investigados suficientemente”.
Hay más de un lugar al que pudieron ser llevados los estudiantes y no sólo uno como ha investigado la PGR.
Única línea de investigación
La PGR llevó la indagatoria bajo la premisa del asesinato e
incineración de los 43 normalistas de Ayotzinapa en el municipio de
Cocula. Jesús Murillo Karam dijo el 7 de noviembre de 2014 que “los
testimonios que hemos recabado, aunados al resto de las investigaciones
realizadas, apuntan muy lamentablemente al homicidio de un amplio número
de personas en la zona de Cocula”.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos pidió abrir más líneas
de investigación para dar con el paradero de los normalistas: a) la que
afirma que algunos estudiantes se encuentran en municipios de la Sierra
del Estado de Guerrero, b) la que afirma que en Apango “ya apareció uno
con vida” y c) otra que afirma que “están autosecuestrados”.
La PGR sólo indagó y profundizó en la línea de investigación de la
incineración en el basurero de Cocula, ha hecho a un lado al menos otras
tres.
Ruta de la desaparición
Las autoridades “…los detenidos señalan que tomaron la carretera con
dirección a Cocula, para posteriormente dirigirse al basurero de ese
municipio. Declaran también que los subieron a un vehículo con capacidad
de carga de 3.5 toneladas y a otra camioneta de carga menor. En esos
vehículos los condujeron al basurero señalado, que es un barranco oculto
a la vista, y que para entrar a él se tiene que abrir una reja que
limita el acceso al predio”, agregó el entonces procurador.
Las declaraciones de los detenidos no coinciden entre sí, algunos
dicen que llevaron a los normalistas al basurero de Cocula, pero otros
refieren que los condujeron “Pueblo Viejo” y “Cerro la Parota”.
La CNDH apuntó que “en el expediente existen referencias de un
individuo perfectamente identificado quien podría aportar información
relativa a la vinculación o no de los hechos de la desaparición de los
estudiantes con los hechos perpetrados en colonia Pueblo Viejo y Cerro
la Parota”.
Mientras que el GIEI coincide con la CNDH y agregó un quinto lugar a
dónde pudieron ser llevados los estudiantes: una casa de seguridad
ubicada en Las Lomas.
La PGR mantiene la versión de que fueron llevados al basurero de
Cocula, cuando dentro de la investigación existen al menos otros tres
sitios.
Quinto y sexto autobús
La PGR sólo tenía consignados cuatro autobuses en los que viajaron
los normalistas la noche en que fueron atacados y en que 43 de ellos
fueron desaparecidos, llegaron en dos a Iguala y tomaron otros dos en la
central camionera.
El GIEI reveló que un quinto autobús fue utilizado por los
normalistas y que la PGR no lo consignó en la averiguación. Los expertos
internacionales pidieron a la dependencia federal que se le presentara
la unidad faltante, y de acuerdo a un peritaje, las autoridades
presentaron un autobús diferente al que captaron las cámaras de
seguridad. Se solicitó a la PGR abrir una línea de investigación sobre
el trasiego de droga en autobuses, el cual podría ser un móvil de ataque
a los estudiantes la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre
en Iguala Guerrero.
Por su parte la CNDH, en su investigación reveló que seis autobuses fueron utilizados por los jóvenes.
La PGR escondió el cuarto autobús a pesar de que en la investigación
que le remitió la Fiscalía de Guerrero aparecía en las declaraciones de
los testigos. El GIEI reveló la existencia del quinto autobús y la PGR
tuvo que reconocer su error, pero le sumaría otro yerro, le presentó
otra unidad.
Participación del ejército
La PGR negó durante meses la presencia del Ejército Mexicano en las
calles de Iguala, la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de
2014, pero documentos oficiales revelan que el Batallón 27 de
Infantería presenció los ataques a los normalistas de Ayotzinapa y la
desaparición forzada de 43 de ellos.
Murillo Karam defendió ante cualquier cuestionamiento que no existían
elementos en la investigación para presumir la participación o la
omisión de elementos del Batallón 27 de Infantería en la desaparición de
los 43 normalistas. Aseguró que esa noche los soldados no salieron del
cuartel.
“El Ejército, como todos los ejércitos del mundo se mueve sólo con
órdenes, y que bueno, nada más le quiero hacer una pregunta –le dijo a
una reportera-: ¿qué hubiera pasado si el Ejército hubiera salido en ese
momento?, ¿a quién hubiera apoyado? Obviamente a la autoridad
constituida, hubiera sido un problema mucho mayor, que bueno que no
salieron, y la Policía Federal tenía un pequeño destacamento que estaba
fundamentalmente donde está la caseta (de la autopista)”, afirmó el 7 de
noviembre de 2014.
Sin embargo, existen testimonios y documentos oficiales que señalan
que el Ejército impuso marcaje personal a los normalistas de Ayotzinapa,
lo hizo a través del C-4 y con un agente de inteligencia militar
vestido de civil y en una motoneta. Además estuvo en al menos cuatro
escenarios donde estuvieron los normalistas: Palacio de Justicia,
Clínica Cristina, Calle Juan N. Álvarez y Cruce Santa Teresa.
Incluso un coronel de infantería del Batallón 27 ordenó organizar con
el personal de turno de descanso “una fuerza de reacción” para salir en
caso de que el teniente de infantería requiriera apoyo. Y salió el
convoy de militares en los primeros minutos del 27 de septiembre de
2014, con rumbo al Palacio de Justicia.
“23:50h. El C.TT.INF. **** (borrado) con ** (borrado) perts. Esta
unidad, con la finalidad de efectuar patrullamientos a inmediaciones de
esta ciudad, reincorporándose 03.10h, sin novedad”.
La PGR escondió durante meses que miembros del Batallón 27 estuvieron
en las calles de Iguala la noche de la desaparición, meses después tuvo
que aceptar que sí estuvieron y les tomó declaración a algunos
integrantes del agrupamiento militar.
Incineración de los estudiantes
Murillo Karam expuso que “los detenidos señalan que en ese lugar
privaron de la vida a los (normalistas) sobrevivientes y posteriormente
los arrojaron a la parte baja del basurero, donde quemaron los cuerpos.
Hicieron guardias y relevos para asegurar que el fuego durase horas,
arrojándoles diésel, gasolina, llantas, leña, plástico, entre otros
elementos que se encontraron en el paraje”
El entonces procurador presentó un video durante una entrevista
psicológica de Agustín García “El Chereje”, presunto sicario de
Guerreros Unidos:
“Un círculo de piedra, ahí se los dejamos y entonces chequé, y este
del Paja los comenzaron a acomodar así, así como si fuera leña, y ya
entonces trajo el este del...
-¿Ya muertos?
-Ya muertos, trajo el este de Terco el diésel, no sé si sea diésel o
gasolina, y ya se las comenzó a echar alrededor y nosotros le pusimos la
leña antes y ya se los echó y prendió, y entonces a mí me dijeron ponte
a arrejuntar botellas o plástico para que no se apague el fuego y me,
me, ahí mismo en el basurero anduve buscando botellas y llantas y ya yo
las dejé, y le hace, entonces súbete allá arriba a cuidar y me mandaron a
cuidar...”.
Por su parte el GIEI señaló de acuerdo a un peritaje, no existe
ninguna evidencia que apoye la hipótesis generada en base a testimonios,
de que 43 cuerpos fueron cremados en el basurero municipal de Cocula el
27 de septiembre de 2014. Toda la evidencia recolectada muestra que en
el basurero municipal de Cocula sólo se han dado fuegos de pequeñas
dimensiones cuya temporalidad no puede ser debidamente definida.
Un estudio mostró que para quemar 43 cuerpos se requieren 30 mil 100
kilos de madera, 13 mil 330 kilos de neumático y esto lleva 60 horas.
Por lo que se concluyó que “los 43 estudiantes no fueron incinerados en
el basurero municipal de Cocula”.
Un peritaje demostró que es científicamente imposible quemar a 43
personas en las condiciones que refirieron los inculpados como sostiene
la PGR.
Sí llovió en Cocula
De acuerdo con la PGR, la noche del 26 de septiembre y la madrugada
del 27 se registraron lluvias en la zona donde los 43 estudiantes
normalistas de Ayotzinapa habrían sido levantados y posteriormente
quemados.
Un reporte meteorológico en poder del GIEI estableció la noche del 26
de y la madrugada del 27 septiembre hubo una lluvia de 21.8mm en
Iguala, aunque no hay datos sobre Cocula específicamente, se cree que es
similar.
Ambos coinciden en que la madrugada del 27 de septiembre llovió en
Cocula, sin embargo, no hay un acuerdo sobre la intensidad de la
precipitación.
Restos en el basurero de Cocula
La PGR y el EAAF recogieron restos óseos en el basurero de Cocula, sin embargo, no son de los normalistas.
El EAAF expuso que dentro de la cuadricula general de trabajo M8 del
basurero de Cocula, se encontró una prótesis parcial superior y otra
prótesis parcial inferior (ambas realizadas con el mismo material y con
coincidencia en la oclusión o mordida), así como una raíz de diente en
alveolo de hueso de mandíbula que se inserta en la prótesis inferior,
confirmando la relación entre todas las piezas mencionadas.
El equipo argentino “entrevistó a cada una de las familias de los 43
normalistas desaparecidos, solicitándoles información física, médica y
dental de cada uno de ellos. Según la información proporcionada por los
familiares de los normalistas, ninguno de los jóvenes desaparecidos
utilizaba prótesis dentaria.
Ambos equipos encontraron restos óseos, sin embargo, el EAAF demostró que no pertenecen a los normalistas.
Río San Juan
La PGR dijo el 7 de noviembre de 2014 en las declaraciones de algunos
acusados, las cenizas y los restos de la combustión habrían sido
recogidos, colocados en bolsas negras de plásticos y tirados al río San
Juan, en las inmediaciones de Cocula, como a 40 minutos del basurero.
Un grupo de buzos de la Secretaría de Marina habrían encontrado una
bolsa negra con restos de los normalistas de Ayotzinapa, que
presuntamente contenía restos óseos que derivaron en la identificación
del normalista Alexander Mora Venancio, y la coincidencia genética con
la mamá de Jhosivani Guerrero de la Cruz.
El Equipo Argentino de Antropología Forense expuso que hubo errores
en la cadena de custodia de la bolsa encontrada por buzos de la Marina
en el río San Juan.
“El EAAF fue convocado por la PGR a la vera del Río San Juan cuando
dicha bolsa ya se encontraba abierta y siendo analizada por peritos de
la PGR. Un número importante de fragmentos aparentemente provenientes de
esa bolsa, se encontraban ya expuestos sobre una lona. Entre ellos, se
distinguía la muestra que culminó con la identificación del joven
Alexander Mora Venancio por ser una pieza menos quemada y de mayor
tamaño que las demás. El EAAF se incorporó a la limpieza de fragmentos
óseos provenientes de dicha bolsa a partir de ese momento y no antes.
“El EAAF ha solicitado en diversas oportunidades a la PGR la cadena
de custodia de esta bolsa de restos que según indica la PGR les fue
entregado por buzos de la Marina, sin que por el momento se nos
entregara copia”, explicaron en un comunicado.
Identificación de restos
La PGR y el EAAF enviaron perfiles genéticos a la Universidad de Innsbruck de los familiares de los 43 normalistas.
“Al comparar los perfiles genéticos de los familiares de Ayotzinapa
enviados por la PGR al laboratorio de Innsbruck y aquellos enviados por
el EAAF al mismo laboratorio, el EAAF notó diferencias en 20 de los 134
perfiles genéticos que la PGR tenía en común con el EAAF. Estos 20
perfiles genéticos afectaban a 16 familias de los 43 estudiantes”,
señalo el equipo argentino.
La Coordinación de Servicios Periciales de la PGR reconoció que estas
diferencias entre los perfiles de la PGR y los del EAAF enviados al
laboratorio de Innsbruck eran todos errores del laboratorio de la PGR.
No hubo una explicación clara al respecto.
De la identificación de Alexander Mora Venancio, el EAAF dijo que
firmaron la cadena de custodia correspondiente a la entrega de la bolsa
de evidencia con restos óseos por parte de los buzos de la Marina a la
PGR.
Del segundo normalistas apuntaron que la coincidencia genética
mitocondrial –método experimental- entre la muestra ósea y la madre del
normalista Jhosivani Guerrero de la Cruz, normalista desaparecido de
Ayotzinapa, no es un resultado identificatorio definitivo, sino una
probabilidad.
“La coincidencia es 73 entre 1 más probable si se trata de Jhosivani
Guerrero de la Cruz que de otro individuo de la población en general”.
Además de las 9 muestras analizadas en Innsbruck, siete corresponden a ADN mitocondrial que no es humano.
La PGR reconoció la identificación de dos normalistas, mientras que
el EAAF lo hizo de manera parcial por las dudas en la cadena de custodia
y en los métodos experimentales de identificación utilizados.
maaz
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