Periódico La Jornada
El vergonzoso espectáculo mediático alrededor de la recaptura de Joaquín El Chapo
Guzmán confirma la poca seriedad del gobierno federal encabezado por
Enrique Peña Nieto. La legitimidad no se construye liberando y
recapturando a capos del narcotráfico, sino resolviendo los problemas de
la gente y haciendo realidad las esperanzas del pueblo mexicano.
Es muy difícil creer que el video divulgado en Televisa por Carlos Loret de Mola del operativo Cisne Negro haya
sido grabado en el momento del asalto a la casa de seguridad de Guzmán
en Los Mochis. La forzada actuación de los militares y los cortes
editados sugieren que la escena fue montada con posterioridad, siguiendo
el ejemplo de la detención teatral de Florence Cassez, difundida por el
mismo locutor televisivo hace unos años.
Pero independientemente de cómo se haya desarrollado en realidad, el
operativo fue un total fracaso. Utilizando su típica estrategia
subterránea, El Chapo logró escaparse fácilmente de sus
perseguidores utilizando un hoyo ubicado entre dos espejos en un clóset,
para después perderse en el sistema de drenaje pluvial de la ciudad
sinaloense. De acuerdo con los reportajes, los marines mexicanos se tardaron hasta una hora y media en encontrar la palanca secreta que permitiría abrir el túnel de escape.
Tanto la procuradora general, Arely Gómez, como el secretario de
Gobernación, Miguel Osorio Chong, han señalado que el gobierno tenía
perfecto conocimiento del sistema de túneles subterráneos de El Chapo en
Los Mochis. Sin embargo, por alguna extraña razón se les olvidó tapar
esta evidente vía de escape durante el operativo. Todo parece indicar
que el gobierno no quiso realmente capturar al narcotraficante, sino
solamente hacer un espectáculo para fingir que estaba haciendo grandes
esfuerzos frente a la presión internacional.
Lo mismo ya había ocurrido el pasado 16 de octubre en un rancho en el
municipio de Cosalá, Sinaloa. Después de tener al narcotraficante
totalmente cercado, las fuerzas federales misteriosamente lo dejaron
escapar, supuestamente para no poner en riesgo las vidas de las mujeres y
el niño que lo acompañaban. Tal motivo sería legítimo para no disparar
en contra del delincuente, pero no cuadra como razón para simplemente
abandonar su persecución.
En la entrevista publicada ayer (17/01/2016) en La Jornada, Osorio Chong afirma que
nunca se le perdió la pistaal narcotraficante desde que se escapó de El Altiplano, el pasado 11 de julio de 2015. La filtración tanto de los diálogos entre Kate del Castillo y El Chapo, como de las fotografías de la llegada de Sean Penn a México para su entrevista con el delincuente, sugieren la veracidad de tal afirmación. Gómez también ha señalado que la autoridad
prácticamente estuvo presentedurante la entrevista con la estrella de Hollywood en el Triángulo Dorado.
La eventual captura del capo el 8 de enero supuestamente ocurrió por accidente. Unas horas después del enésimo escape de El Chapo en
Los Mochis, aparentemente tanto Enrique Peña Nieto como el
narcotraficante vieron conveniente acabar con seis meses de
simulaciones, para finalmente reingresar a Guzmán a El Altiplano.
La historia oficial es que la captura se dio cuando la Policía
Federal detuvo un Ford Focus rojo con reporte de robo en las afueras de
Los Mochis. Pero en lugar de someter, esposar y llevar a Guzmán
directamente al Ministerio Público o a la cárcel, como indica la ley,
las fuerzas federales lo acompañaron con las manos libres a un motel de
paso en espera de futuras instrucciones.
Tanto Peña Nieto como Barack Obama inmediatamente celebraron esta extraña detención como ejemplo de la supuesta
fortaleza de las instituciones mexicanas. El pueblo mexicano desconoce los términos reales de la negociación que haya ocurrido entre El Chapo, Peña Nieto y el gobierno de Estados Unidos. Pero a casi nadie nos convence este capítulo más reciente de las Chapoaventuras.
Amnistía Internacional tiene razón. En su informe presentado el pasado 13 de enero, Un trato de indolencia: la respuesta del Estado frente a la desaparición de personas en México, este organismo internacional condena la
incompetencia, inercia e indolenciadel gobierno federal. Señala que Peña Nieto se ha preocupado más por dar
respuestas políticas coyunturales y mediáticasque por resolver de fondo el grave problema de las 27mil 600 desapariciones en el país, la mitad ocurrida durante el sexenio actual.
Pero el caso de la detención en España por lavado de dinero del ex
presidente del PRI responsable por la candidatura de Peña Nieto a la
Presidencia de la República, Humberto Moreira, indica que muy
probablemente el problema sea aún más profundo. Cada día queda más claro
que la indolencia del gobierno federal con respecto del narcotráfico,
la violencia, la corrupción y las desapariciones forzadas no se debe a
su incapacidad, sino a su complicidad activa con los intereses más
oscuros y podridos del país.
Twitter: @JohnMAckerman
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