1. Después de muchos años o décadas de ser aplastada por el gobierno, al fin la Coordinadora (la CNTE) de maestros adquiere fuertes apoyos y una enorme fuerza entre el pueblo. Durante muchos meses ha pedido, casi suplicado, un diálogo; pero el gobierno en vez de dialogar se dedicaba a reprimir, encarcelar, asesinar a maestros y gente humilde que los apoya. Ahora el gobierno siendo el culpable de la represión y matanza de Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Michoacán y otros lugares, escuchando los gritos de repudio y de exigencia de renuncias de funcionarios en todos los mítines realizados en el país, llama a dialogar a los maestros. En ese diálogo está el futuro de las movilizaciones.
2. A todos los gobiernos la "mesa de diálogo" les ha servido para imponer sus políticas; hacen como que escuchan los funcionarios pero llevan ya una orden sobre los acuerdos que van a imponer. El diálogo tiene que ser de igual a igual; es abierta y firme confrontación de ideas de donde sale lo mejor. Cuando se ve a la autoridad como superior no hay diálogo sino imposición, monólogo. Si para dialogar se limitan o detienen las acciones del movimiento en las calles y las plazas, esa es una traición; si se entra al diálogo sin exigir que las cosas regresen a la normalidad (libertad a todos los presos, revocación de todas las medidas y ceses, etcétera) es otra traición. Diálogo es una responsabilidad.
3. En todos los mítines (hasta en la pacífica y poco participativa Mérida) se ha exigido la renuncia de Nuño de la SEP) porque se piensa que ello echaría abajo todas sus medidas autoritarias y represivas y daría espacio para que los mismos maestros hicieran importantes cambios en Educación. Se piensa que entonces vendría una gran reforma educativa no punitiva, no privatizadora, no impuesta por los empresarios y organismos internacionales. Se piensa en una profunda reforma en la que en cada escuela, zona o región se analicen y discutan los nuevos caminos de la Educación precedidos de dos tres conferencias magistrales de reconocidos especialistas.
4. No debe existir acuerdo alguno para retrasar la libertad de los presos, la renuncia de Nuño o la revocación de los ceses porque México siempre ha sido un gobierno centralista o presidencial en el que el Presidente manda una orden y todo se cumple como lo pide. En México los jueces, las instituciones, las leyes y constituciones siempre han valido un carajo ante la fuerza. Así que no puede haber ningún pretexto para que las cosas se hagan inmediatamente. De lo contrario, las movilizaciones y bloqueos no beben parar de ser incrementados en su número y combatividad. Bienvenido el dialogo para mañana miércoles y la posibilidad de que la educación siga en manos de los directamente implicados: maestros, estudiantes y padres de familia. (21/VI/16)
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