Por: Emma Martínez
(23 de junio, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- Las muertes,
desapariciones y detenciones arbitrarias el domingo 19 de junio pasado,
en Noxchitlán, “son solamente un ejemplo de las masacres que el gobierno
ha desatado en una de las principales zonas de lucha social: Oaxaca.
Somos un pueblo que se ha cansado de los malos gobernantes y de los
fraudes, de los asesinatos por pobreza y hambre y las humillaciones
hacia los maestros”, declara a Revolución TRESPUNTOCERO Pablo Baltazar, padre de familia agredido por policía federal.
Luego de “la peor masacre que nos podía tocar”, dicen los
pobladores, Noxchitlán, la comunidad y las aledañas se han convertido en
zonas sitiadas por policía federal, “día y noche nos intimidan, siempre
con armas, helicópteros y rondines, que no cesan.
A eso se suma que en algunas comunidades donde aún hay heridos, están
cerrándole el paso incluso a médicos que son enviados por parte de
organismos internacionales, otros más han sido voluntarios que están
intentando llegar a las zonas donde se necesita atención especial, pero
están arriesgándose mucho, porque si desobedecen pueden hasta
dispararles, eso está comprobado, tiran a matar, la violencia no ha
cesado, se intensificó”, comenta Baltazar.
Luego del domingo, Baltazar explica que “muchos teníamos miedo
de salir de nuestras casas, pero por necesidad, por no tener nada qué
darles a nuestros hijos tuvimos que arriesgarnos, al principio parecía
que todo estaba tranquilo, pensamos que era así porque ya todo el país
sabía lo que nos había pasado, pero no, ni eso los detuvo.
Iba yo rumbo a tomar el transporte, cuando me encontré a unos
federales, uno se me acercó y me dijo a dónde iba, le dije que me
permitiera pasar que no teníamos nada que comer en mi casa y salí por
alimentos, me vio y me dijo ‘si no te tocó morirte con las
balas, muérete de hambre, por aquí no pasas’, quise gritarle, en ese
momento pensé que si me mataba al menos le diría las cosas, pero tengo
familia, me tuve que regresar, aunque después se salieron y volví a
emprender el camino”.
La población se ha replegado, la tensión se mantiene y por lo mismo
el pueblo se ha dedicado a construir barricadas, como medio
de contención y organización para protegerse y ayudar a parte de
los centenares de heridos, aunque en distintas ocasiones esto no ha sido
posible, puesto que testimonios de médicos y habitantes dan cuenta que
las autoridades se han dedicado a negarles el paso hacia las ubicaciones
de los heridos.
“Aquí la represión desde el domingo se quedó y no se piensa ir, se
han enterrado a los caídos en medio del miedo y el temor a que nos
agarren en conjunto, o que les hagan algo a las familias, pero también
tenemos ira y no nos volveremos a dejar de los agravios del gobierno.
Cierto es que nosotros solamente tenemos la voz y las piedras, ellos
tienen armas y hombres que no les importa matarnos, pero no por ello nos
vamos a quedar encerrados. El gobierno decía que los niños pierden
clases por culpa de los maestros. Los infantes y todas las familias
pierden clases y pierden la vida por culpa del gobierno que es peor, nos
cierran el paso y nos apuntan en la cabeza, la policía federal, que no
son más que militares disfrazados nos tienen en la mira”, menciona para Revolución TRESPUNTOCERO Mauricio Venegas, poblador que vive cerca del crucero de Hacienda Blanca.
Para la pedagoga Elvia Escobar, “el supuesto diálogo con los maestros
de la CNTE no es una acción de buena voluntad por parte del gobierno,
por el contrario es la ya conocida y trillada cortina de humo para
desviar la atención de la tercera masacre del gobierno de Enrique Peña
Nieto.
Ver el diálogo como un paso adelante es peligroso, de esta réplica
recargada del gobierno de Díaz Ordaz se debe desconfiar siempre, ser
cautelosos y sobre todo no olvidar. Ellos no darán marcha atrás,
lamentablemente los maestros podrían ser usados para ‘dialogar’,
mientras se difumina la masacre del domingo sangriento, donde hay
muertos, desaparecidos y heridos a punto de morir, debido a los daños
graves, incluso erogando la mal llamada reforma educativa, nadie podría
dejar de ver -nacional e internacionalmente- a Peña Nieto como el
asesino ‘del nuevo PRI’”, comenta al medio la especialista.
Por su parte los maestros pertenecientes a la Coordinadora Nacional
de Trabajadores de la Educación (CNTE) mantienen bloqueos en carreteras y
autopistas de Oaxaca, sumando a su lucha la exigencia de justicia por
los habitantes que padecieron daños en su integridad física y emocional.
Siendo en estos momentos en todo el estado, el punto más álgido la
zona de la mixteca, a la altura de la población de Noxchitlán, así
como el Itsmo de Tehuantepec, a la altura del puente El Caracol, en la
caseta de cobro de Ixtepec, donde se mantiene un bloqueo.
A la atura de Hacienda Blanca, también se mantiene el bloqueo, donde
por, momentos permiten el paso de autos particulares, pero no el de
camiones de empresas transnacionales.
“No estamos en medio de una guerra, porque se tendría que estar en
igualdad de circunstancias, aquí el gobierno tiene las armas más
poderosas, nosotros la palabra y la razón y como eso nos da ventaja, nos
disparan.
Porque los padres de familia estamos con los maestros, los que no lo
son también, estamos exigiendo libertad y plena educación gratuita,
donde ningún empresario quiera hacer menos al pobre y convertirlo en
automático en esclavo”, menciona Venegas.
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