Pedro Echeverría V.
1. Una gran espada –instalada por el Gobierno de Peña Nieto- pende
sobre la cabeza de los líderes charros y espurios del Sindicato (el
SNTE) de maestros. Si algún grupo de maestros del sindicato –consciente
de que las batallas de la Coordinadora (la CNTE) son justas, recibe el
apoyo de la población y decide apoyarlas- en el menor tiempo posible
será aplastado, tal como ha sucedido los últimos días en Monterrey,
Guadalajara y Veracruz. A mí, como a todos los maestros de la CNTE, me
causa una enorme alegría que hasta la dirigencia charra comience a
desesperarse.
2. Desde enero de 2013, cuando el presidente Peña Nieto y el
secretario de Educación Chuayffet ordenaron el encarcelamiento de Esther
Gordillo, la líder y cacique del Sindicato (el SNTE) de maestros, todos
sus líderes subordinados recibieron la advertencia del gobierno: “El
que proteste o simplemente cuestione esta medida se irá automáticamente a
la cárcel porque todos están implicados y en complicidad con la maestra
Gordillo; lo mismo vale para aquellos que permitan o solapen una
manifestación de protesta”. Nadie abrió la boca y todos se olvidaron de
su líder.
3. El gobierno inmediatamente nombró como secretario general a Juan
Díaz y a todos los que integrarían el comité nacional. La líder Gordillo
no solo controlaba a los del comité nacional sino que también en cada
entidad o estado ejercía un amplio dominio de los liderazgos. Podría
demostrarse que con el golpe a la Gordillo también se hizo desaparecer
al SNTE porque hoy, cuando abre la boca su líder Juan Díaz, sólo es para
halagar al gobierno de Peña Nieto; ni siquiera sirve para conseguir
algún mejoramiento económico para el magisterio.
4. Los sindicatos en el mundo nacieron como un instrumento de lucha
de los trabajadores contra la explotación patronal. Durante muchas
décadas –incluso hasta nuestros días- han servido a los trabajadores
para vender su fuerza de trabajo, sus energías, su vida, en condiciones
de unidad y fuerza, a la clase empresarial explotadora. Los sindicatos
nunca mantuvieron posiciones revolucionarias anticapitalistas, pero sí
fueron una buena escuela para entender la lucha de clases, para
comprender que con su trabajo hacen más ricos y más poderosos a los
empresarios.
5. El trabajo de los maestros no produce riquezas materiales, pero sí
una gran riqueza en el pensamiento y comportamiento de los niños y
jóvenes. Su sindicato está integrado por profesionistas del pensamiento,
la enseñanza y de las acciones en beneficio de una gran masa de seres
humanos que deben comprender el mundo en que viven; por ello los
maestros saben que desde que reciben su título y se enfrentan a su
primera clase, tienen la obligación de estudiar a diario y a todas
horas. ¿Cómo entender un mundo que cambia diariamente y cómo explicarlo?
6. Los gobiernos y líderes espurios magisteriales no entienden esa
realidad porque no la conocen. No saben que el maestro debe conducir
adecuadamente a 40 niños de la primaria durante cuatro o cinco horas
diarias o a 200 jóvenes (grupo tras grupo) de la secundaria o
preparatoria. Qué van a saber si ellos han vivido chupando de la ubre
del presupuesto público ideando formas de dominación y control de los
maestros. Sin embargo allí está desde hace más de 35 años, la
Coordinadora que mes tras mes y año tras año, está desarrollando la
conciencia con sus luchas.
7. El gobierno de Peña Nieto ha perdido la batalla por aplicar una
reforma educativa privatizadora que beneficie ampliamente a los
empresarios. El movimiento magisterial crece y se fortalece en todo el
país. Han tardado mucho los maestros y el pueblo en despertar, pero lo
importante es que lo hacen de manera acelerada. Ahora no sólo se exige
la renuncia de Nuño y Osorio Chong, sino también la de Peña Nieto. En la
medida que los maestros endurecen más sus batallas en ese ritmo crece
el apoyo. Y pensar que el gobierno –aunque tenga prestigio de asesino-
puede solucionar el problema liberando a los presos, devolviendo plazas y
pagando los salarios que adeuda? (30/VI/16)
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