Barcelona, 19 sep. 16. AmecoPress/LaMarea.- “Podemos llamar periodismo feminista a una información que aporta calidad, diversidad y pluralidad por el simple hecho de que informa sobre los saberes de las mujeres, porque nos da voz cualificada, porque no nos discrimina, porque no transmite los estereotipos sexistas que nos infantilizan y minusvaloran”. La periodista Isabel Muntané reflexiona en una entrevista con La Marea sobre la necesidad de incorporar a los medios, de manera definitiva, la perspectiva de género. Esta semana, uno de los casos más comentados ha sido la entrevista del exárbrito que denunciaba el machismo en el deporte junto a la foto sexista de una chica en la contraportada del diario As. “¿Tenemos miedo a denunciar el machismo? ¿Tenemos que compensarlo? Los medios de deportes son la máxima expresión de la información sexista”, denuncia. Muntané es codirectora del Máster de Comunicación y Género de la Universidad Autónoma de Barcelona, el único de estas características en España. Comienza el 6 de octubre y aún está abierto el plazo de inscripción.
¿Por qué es necesario un máster de comunicación y género?
Es
necesario porque los medios continúan trasmitiendo y perpetuando unos
discursos machistas que no reflejan la realidad de la sociedad. No sólo
invisibilizan el saber y los conocimientos de las mujeres sino que
cuando aparecemos en los medios lo hacemos desde una mirada machista y
heteropatriarcal que nos cosifica, nos sexualiza y nos infantiliza. Los
medios tienen una gran responsabilidad en la construcción del imaginario
colectivo y son una herramienta poderosa de transformación social. Y
desde el máster entendemos que hacer un periodismo feminista es reflejar
mejor la realidad al tiempo que construimos una sociedad más justa e
igualitaria.
¿Por qué es necesario impartirlo en la universidad?
Porque
la formación de las y los profesionales del periodismo es fundamental
para cambiar los discursos de los medios. Es necesario tener
herramientas teóricas y prácticas a las que recurrir en nuestro
ejercicio diario de la profesión. Conocimientos que nos permitan
analizar con mirada crítica feminista la información que recibimos y ser
capaces de emitirla con perspectiva de género. Y este es uno de los
objetivos el máster, educar la mirada para poder elaborar informaciones
no sexistas. Y tengo que decir que la formación que damos en el máster
no se circunscribe sólo a una formación académica sino que es una
formación práctica y activista. Es una formación que abarca la academia,
el feminismo y el activismo. Ejemplo de ello es el profesorado con que
cuenta: académicas, profesionales del periodismo y activistas
feministas. El máster, además, ofrece la posibilidad de cursar módulos
de forma independiente en diferentes años académicos y obtener un
certificado de la Universidad. Una vez finalizados todos los módulos se
obtiene el título oficial. Ello facilita la incorporación a la formación
de las profesionales que están en activo y que a lo mejor les interesa
profundizar en los nuevos formatos o en la información política, para
mejorar su trabajo.
¿Por qué hay un único máster de estas características en España?
Quizás
porque hasta ahora no nos habíamos tomado en serio la necesidad de
cambiar los discursos de los medios desde esta perspectiva. Pero esto ha
cambiado. En los últimos años estamos asistiendo a una demanda de la
sociedad, especialmente de organizaciones de mujeres, que cada vez
reclama unos medios más paritarios, unos medios donde no lea titulares
como los que hemos visto durante los Juegos Olímpicos o unas
informaciones que no des-responsabilicen al hombre que asesina a una
mujer por el simple hecho de ser mujer. También es cierto que es una
apuesta arriesgada. No dejamos de escuchar que un máster de estas
características no sirve para encontrar trabajo. Tengo que desmentirlo
rotundamente. Primero porque los medios están tomando conciencia de la
necesidad de cambiar sus discursos y para conseguirlo necesitan
profesionales cualificadas que los grados no ofrecen. Esta formación es
un valor añadido que las y los profesionales pueden abanderar para el
cambio. Un ejemplo, los primeros meses de la edición del año pasado dos
empresas nos pidieron periodistas con perspectiva de género para
incorporarse a sus redacciones. ¿Algún otro máster ha tenido esta
demanda en tan poco tiempo y en su primera edición? Es un reflejo claro
de la necesidad que el máster viene a cubrir.
¿No hay perspectiva de género en las facultades de Periodismo?
No
puedo hablar en nombre de todas las universidades pero hasta donde yo
sé no existe formación con perspectiva de género. Esta formación o este
mensaje queda en manos de cada profesora y profesor, de si tiene
conciencia y quiere llevarla al aula. No puede ser una opción personal.
Tenemos que reivindicar el papel fundamental de las mujeres en todas las
disciplinas y a lo largo de la historia. Visibilizar unos saberes que
son obviados y desde esta invisibilización estamos dando una mala
formación a las nuevas generaciones porque negamos una parte de la
historia y de la realidad.
¿Qué falla en los medios de
comunicación a la hora de abordar la perspectiva de género? ¿Se puede
corregir teniendo en cuenta que las propias estructuras están dirigidas
por hombres? Estos días ha sido noticia que dos mujeres han sido
nombradas directoras de periódico…
Cambiar
los discursos de los medios es un trabajo transversal que requiere
concienciación y formación y que requiere de cambios en la organización
empresarial. Que haya mujeres dirigiendo medios no es garantía de que
las cosas vayan a cambiar de un día para otro. Es necesario que las
mujeres también se formen porque ser mujer no es garantía de tener una
mirada feminista. Pero sí que hemos comprobado que la incorporación de
mujeres no sólo en la dirección sino en cargos intermedios de los medios
lleva consigo un cambio de discurso. Todas las mujeres estamos
discriminadas, aunque muchas no lo reconozcan en ellas. Y en el momento
que se empieza a tomar conciencia de ello ya no hay marcha atrás. Y
quizás por ello, cuando una mujer llega al poder, masculinizado y
androcéntrico, reconoce más fácilmente la discriminación y puede
atacarla.
¿Se ha avanzado en algo en el tratamiento de los crímenes machistas?
Sí
que avanzamos aunque no con la rapidez y la calidad que querríamos.
Hace unos años era impensable que el asesinato de una mujer fuera a
portada; o abriera un debate sobre las violencias machistas; o que se
criticaran las informaciones sexistas; o que se reclamara que queremos
mujeres opinando en los medios… Pero aun así es cierto que queda mucho
por hacer, no es sólo informar, es informar con perspectiva de género.
Por ejemplo, cuando hablamos del asesinato de mujeres por el hecho de
ser mujeres, ¿por qué no empezamos a hablar de feminicidios? ¿Por qué no
dejamos de culpabilizar a las mujeres? ¿Por qué no dejamos de
des-responsabilizar a los hombres? ¿Por qué no hacemos campañas de
prevención con el foco puesto en los hombres y no en las mujeres? ¿Por
qué no dejamos de sumar números de mujeres asesinadas y empezamos a
darles nombre, a hablar de sus vidas, de su lucha, de sus logros, que
también los tuvieron? Desde el máster lo que queremos, y en este sentido
formamos al alumnado, es cambiar esta mirada informativa y trabajar con
mayor responsabilidad, poniendo el foco donde tiene que estar.
Existen
decálogos y guías destinadas a los profesionales de los medios para
abordar la violencia machista. ¿Son estas fórmulas efectivas?
Todas
las guías son bien recibidas pero lo cierto es que hasta ahora no han
funcionado. Podemos tener muchas recomendaciones pero si no existe
voluntad de aplicarlas ni existen sanciones para quien no las aplica no
sirven de mucho. Es como las leyes, si no las aplicamos o no las dotamos
de presupuesto o de medidas explícitas… La igualdad sobre papel está
contemplada pero la realidad nos dice otra cosa.
¿Qué hay
que hacer entonces para que los periodistas y las periodistas informen
con perspectiva de género, más allá de denunciar los casos de
discriminación, brecha salarial, etc…?
Tenemos que tomar
conciencia de la situación de discriminación que vivimos y de cómo
informamos y buscar las herramientas periodísticas para revertir esta
situación. Es necesaria voluntad y formación y si las empresas y los
gobiernos tomaran conciencia de esta necesidad seguro que todo sería más
fácil. Los medios de comunicación somos unas poderosas armas de
transformación junto al sistema educativo y la familia, no podemos
olvidarlo, ni nosotras ni quienes tienen la obligación de trabajar para
hacer cumplir la ley.
Fotos: lamarea.com
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