Milicianos zapatistas en Chiapas. Foto: Especial |
Esta iniciativa es parte de una estrategia inteligente de la
dirigencia del EZLN, que siempre ha sorprendido con propuestas novedosas
que han movilizado no sólo a la sociedad civil, sino también a la clase
política.
Todo parece indicar que con
la idea de lanzar una candidata presidencial indígena de manera
independiente, el EZLN nuevamente saldrá de sus comunidades de base en
Chiapas y hará un nuevo zapatour por todo el país, como lo hizo en 2006
y luego en 2011, previo a las elecciones por la Presidencia de la
República.
De
esta manera pondrá en la agenda electoral el tema de los derechos
indígenas, que ninguno de los aspirantes a la candidatura presidencial,
como Andrés Manuel López Obrador, Margarita Zavala y Miguel Ángel
Mancera, ha retomado en sus discursos.
Es así que los zapatistas ya lograron llamar la atención de la
opinión pública, la clase política y sus simpatizantes, quienes siguen
añorando los años dorados del activismo del EZLN por todo el país. Y
esta apuesta ya ha generado reacciones adversas de algunos personajes
políticos, pero también de quienes simpatizaban con su causa,
precisamente porque no estaban interesados en entrarle al juego
electoral, y ahora lo harán a su manera.
Decía al principio que desde 1994, cuando apareció en la escena
pública, el EZLN ha lanzado cuatro iniciativas de acción y organización a
la sociedad civil mexicana, y tres de ellas fracasaron.
La primera iniciativa fue la Convención Nacional de Aguascalientes,
que se realizó en agosto de 1994 y se llevó a cabo en un cerro cercano a
la comunidad de La Realidad, municipio de Ocosingo, con la
participación de más de 6 mil personas de todo el país. De ahí salió la
iniciativa de formar un Nuevo Constituyente para la elaboración de una
nueva Constitución, que no prosperó.
Después vino el llamado a integrar el Movimiento de Liberación
Nacional, que pretendía aglutinar a una buena parte de las
organizaciones sociales para la integración de otro modelo de desarrollo
del país, distinto al neoliberalismo que había establecido el PRI en
complicidad con los demás partidos políticos y agrupaciones
empresariales. Tampoco prosperó.
Posteriormente vino el Frente Zapatista de Liberación Nacional, algo
así como el brazo civil del EZLN, con la meta de poder agrupar a las
organizaciones civiles simpatizantes y tener una presencia permanente en
la vida nacional. Durante un tiempo estuvo muy activo y realizó
diversas acciones, pero tampoco duró mucho en acción.
Finalmente se integró el CNI, que ha permanecido vigente, con sus dificultades, pero continúa trabajando de la mano del EZLN.
Es a través de este aliado natural que el EZLN se ha mantenido en
contacto con diversas organizaciones indígenas de todo el país, con las
cuales ha organizado diversos encuentros y con el que ahora prevé lanzar
a una mujer indígena como candidata independiente para las elecciones
de 2018.
Siguiendo la forma de actuar del EZLN, me parece difícil verlos en
una farsa electoral, buscando registrar formalmente en el Instituto
Nacional Electoral a la candidata indígena. Si así fuere, serán
integrantes del CNI quienes lo hagan.
En este escenario podría ser que los zapatistas ni siquiera busquen
el registro formal ante el INE, sino que apoyarán una candidatura
verdaderamente independiente de toda la estructura oficial y burocrática
que tiene controlados a los partidos a través de los consejeros
electorales.
De ahí que me parece un error pensar que los zapatistas estarían
disputando los votos a Andrés Manuel López Obrador, al PRD o a otro
candidato o candidata que se lance de manera independiente. Los
seguidores del EZLN no son simpatizantes de López Obrador ni de ninguna
otra fuerza política.
Los zapatistas, entonces, habrán de estar presentes en el escenario
político electoral de 2018 a su manera, y con la calidad moral que los
ha mantenido desde 1994.
Una legitimidad irrefutable que han mantenido desde que anunciaron
que no buscarían el poder a través de las elecciones, sino incidir en el
rumbo del país a través de la figura menos tomada en cuenta por la
clase política, pero que es la base de la historia mexicana: los pueblos
indígenas, y en este caso una mujer, que contrastará con la posible
candidatura de la panista Margarita Zavala, cuya moral está muy
cuestionada por el apoyo que le dio a su marido, el expresidente Felipe
Calderón.
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