Pedro Echeverría V.
1. Cuando mi sobrino tenía unos 15 años pretendí aconsejarle que sea bondadoso, muy solidario y que hacer trampas no le llevaba a nada bueno; me respondió: "no es cierto tío, al contrario, así como dices siempre te va mal" y se soltó con muchos ejemplos. Me di cuenta de que yo era un iluso o un tonto al aconsejarle principios éticos; que él se enfrentaba a relaciones muy concretas donde no valían "los principios" sino conocer bien a tus semejantes y actuar en consecuencia. Al recordar me pregunto: ¿Habrá desaparecido en política ese mundo de la defensa de los principios, de los tratos honestos, para ser sustituido por el pragmatismo de las trampas, los engaños, las maniobras, los acuerdos tras bambalinas, los pactos secretos o públicos?
2. Cuando en los años sesenta veía las alianzas del partido "centrista" PRI con el PAN y los empresarios derechistas, lo entendía como casi natural porque sus familias estaban muy aliadas y estrechas. Cuando veía que el "centrista" PRI coqueteaba con la izquierda del PPS y PCM, así como con los líderes obreros, no lo veía mal; pero puta, cuando he visto que la llamada izquierda se alía con la derecha me da ganas de vomitar. El pensamiento de izquierda coincide con el marxismo y éste propugna la defensa de los explotados, oprimidos, los pobres, los desempleados, los luchadores por la libertad, igualdad y el socialismo. La derecha, por el contrario, siempre ha defendido el individualismo, a los empresarios, la educación, la salud y la economía privada.
3. En México 1977 –a raíz de que el PRI y su gobierno (encabezados por el presidente López Portillo y su secretario de Gobernación, Reyes Heroles) por estrategia pusieron en práctica la "reforma política" para registrar a partidos "de izquierda y derecha" ofreciéndoles millones de pesos en subsidios, diputaciones y demás cargos en minoría, participación en los medios de información y mucho más- todos los principios políticos, ideológicos (tanto de la derecha como de la izquierda) fueron enviados al canal del sumidero. Desde ese momento los principios ideológicos, la honestidad y la honradez desaparecieron en la política mexicana para dar paso a los acuerdos secretos, a las presiones, a la firma de pactos.
4. Por ello los ricos, los empresarios, la clase dominante -que odian la política y sólo buscan hacer dinero mediante negocios- reiteran que nunca ha existido la izquierda, el centro, la derecha y que todos los políticos son iguales; que sólo buscan dinero y poder poniéndose de acuerdo entre ellos y robándose todo el presupuesto público. Tienen razón en parte al no ver o entender lo que son principios ideológicos y sólo observar que así como ellos los políticos son pragmáticos al actuar en función de acuerdos y pactos que firman por pura conveniencia personal. La izquierda desde que nació por principios éticos ha defendido a los indígenas, campesinos, obreros contra la explotación y la derecha al individualismo, a los empresarios, al clero.
5. Hoy, por principios no existe la izquierda; sólo una centro/izquierda o socialdemocracia electoral que habla de la pobreza, pero para conseguir privilegios personales o de partido negocia todo olvidando los intereses de los explotados y miserables. En cuanto a la derecha, dado que es la parte dominante en la sociedad capitalista, cualquier negociación siempre le beneficia o simplemente no la realiza. Entonces, ¿existe eso que le llaman "geometría política" para designar a las posiciones izquierdistas o derechistas? Existe en cuando a principios ideológicos éticos y morales, en cuanto a las posiciones que se defienden entre la sociedad; pero en la práctica todo se ha transformado en políticas muy oportunistas que buscan negociaciones y acuerdos.
6. Y nunca ha sido malo reunirse para llegar a acuerdos cuando están en primer lugar los principios, es decir, la defensa de los intereses de los explotados y miserables por parte de la izquierda o los principios ético religioso/empresariales por parte de la derecha. El asunto es que en México el 99 por ciento de los políticos son pragmáticos y oportunistas: para alcanzar dinero y poder están dispuestos a aliarse la izquierda, la derecha, el centro, los ladrones, los fascistas y los asesinos. A nadie le importa la gente de abajo, sino con quien con su dinero e influencias les garantiza votos y apoyos económicos. Y éstos, aunque sean comerciantes e ignorantes de la política están siempre muy incrustados en la escala de las decisiones. (9/III/17)
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