4/26/2017

Emilio Lozoya avaló compra de planta chatarra cuando era director de Pemex


El proyecto de fertilizantes iba a costar 475 mdd, Pemex ya erogó 760 mdd y la producción no arranca.

El ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, es el responsable de uno de los fracasos más costosos que ha enfrentado la paraestatal en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
En la gestión de Lozoya Austin al frente de Pemex, la paraestatal adquirió Agro Nitrogenados por un monto de 3 mil 862 millones de dólares, monto equivalente a 275 millones de dólares al tipo de cambio vigente en diciembre del 2013, fecha de la operación.
Sin embargo, la inversión anunciada por Pemex en enero del 2014, calculada en 475 millones de dólares , se incrementó a 760 millones de dólares en los últimos tres años, debido a varias irregularidades que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó en la operación de compra-venta.
Así, los costos del proyecto para reactivar la producción en la planta de Agro Nitrogenados se elevaron en un 142 por ciento, sin que se haya logrado fabricar un solo gramo de fertilizantes y con un plan de negocios que sigue sin arrancar.
Lozoya Austin actualmente se encuentra sujeto a una investigación por parte del Consejo de Administración de Pemex por el caso Odebrecht, constructora brasileña que peresuntamente sobornó a funcionarios mexicanos por un monto 10.5 millones de dólares, y por las irregularidades que la ASF detectó en el proceso de compra de Agro Nitrogenados.
La adquisición de esa empresa fue avalada por el Consejo de Administración de la paraestatal en diciembre del 2013, fecha en la que Emilio Lozoya fungía como Director General y Presidente del Consejo de Administración de Pemex.

Para la ASF, la operación para adquirir la planta de fertilizantes “no se realizó con las mejores condiciones de precio y calidad”, no cumplió con las premisas que originaron el proyecto y tampoco se hizo con una evaluación sobre la condición de los bienes e instalaciones de una empresa que llevaba 14 años sin funcionar, debido a una huelga de sus trabajadores.El pasado lunes Emilio Lozoya libró una solicitud de juicio político en la Cámara de Diputados, pero aún se mantiene en la mira de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Fiscalía General de Brasil por la declaración de un imputado en el caso Odebrecht, identificado como Hilberto Mascarenhas, el cual acusó a Lozoya de solicitar un soborno de 5 millones de dólares para facilitar la entrega de contratos en nuestro país.

El documento de la acusación contra Lozoya se dio a conocer el pasado 13 de abril en un reportaje publicado por los periodistas Daniel Lizárraga y Raúl Olmos, integrantes de la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
Las imputaciones del caso Odebrecht, las irregularidades en el proceso de adquisición de Agro Nitrogenados y el uso personal de las aeronaves pertenecientes a Pemex, originaron que el Consejo de Administración de la paraestatal autorizara investigar la gestión del exdirectivo, periodo que abarca de diciembre del 2012 a febrero del 2016.
La resolución fue tomada por el actual Consejo de Administración de Pemex, presidida por José Antonio González Anaya, durante una sesión ordinaria de esa instancia celebrada el 1 de marzo de 2017, bajo el acuerdo CA-025/2017, de acuerdo con documentos difundidos por la revista Forbes.
La investigación también contempla el uso que dio Lozoya al transporte aéreo de Pemex, presuntamente con fines personales: Según la ASF, el ex directivo de Pemex utilizó 63 millones de pesos en 900 viajes de helicóptero y avión durante 2015.
Los costos crecientes de un proyecto que no arranca
Agro Nitrogenados era una empresa subsidiaria de Altos Hornos de México (AHMSA) que al momento de su venta a Pemex, había cumplido 14 años en huelga. En 2013, tras concluir un proceso de concurso mercantil, similar a una declaratoria de quiebra, se liquidó a sus últimos trabajadores.
Por determinación del Pacto por México y el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, Pemex autorizó el 19 de julio de 2013 un proyecto para la producción de fertilizantes con una inversión mínima de 400 millones de dólares, cálculo que en noviembre del 2013 se incrementó a 475 millones de dólares.
De esa cifra, 275 millones se iban a destinar a la adquisición de los activos pertenecientes a Agro Nitrogenados, mientras que los otros 200 millones de dólares se iban a utilizar para rehabilitar las instalaciones de la empresa y reactivar la producción de fertilizantes a nivel nacional.
Sin embargo, el 26 de agosto de 2015, las filiales de Pemex que adquirieron la empresa acordaron destinar 280 millones de dólares adicionales para concluir con la rehabilitación de la planta, por lo que el costo del proyecto se incrementó de 475 millones de dólares a 760 millones.
El motivo: al momento de la compra por parte de Pemex el 60 por ciento de las instalaciones y bienes de Agro Nitrogenados tenían que ser reemplazados o renovados, por lo que el costo de la planta subió en un 142.5 por ciento con respecto a lo programado en noviembre del 2013.
El costo adicional del proyecto tampoco dio resultados. El plan original era que en noviembre del 2015 y en abril del 2016, comenzaran a operar dos plantas productoras de urea, meta que la nueva filial de Pemex no pudo cumplir.
El fracaso obligó a que el Consejo de Administración de Pemex replanteara sus objetivos el 2 de junio del 2016: las nuevas fechas para la operación de las dos plantas están programadas para el próximo mes de mayo y para el tercer trimestre del 2017.
Pero el supuesto optimismo de Pemex sobre la producción de fertilizantes, ni siquiera aparece en su plan de negocios para el periodo 2017-2021. Presentado en diciembre del 2016, el proyecto para reactivar la producción de estos insumos a nivel nacional sólo incluye cuatro párrafos y 11 líneas genéricas sobre el plan que Lozoya anunció con bombo y platillo.
“En 2014 y 2015, Pemex adquirió Agro Nitrogenados y Fertinal. El reto es reestructurar las empresas para maximizar su valor. La oportunidad es que Pemex tiene a su alcance los instrumentos para integrar el amoniaco a la cadena de valor y para garantizar el suministro de gas”, señala el documento.
Avaluos a modo del vendedor y el sobrecosto para Pemex
La adquisición de Agro Nitrogenados por parte de Pemex se ajustó a cuatro avalúos comerciales presentados por AHMSA, la empresa vendedora, a pesar de que existía un dictamen previo elaborado por el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin) que fijaba el precio de la empresa a un costo menor.
El Indaabin es el organismo del gobierno federal encargado de tasar y administrar los inmuebles, bienes y empresas gubernamentales, además de coadyuvar a todas las dependencias federales en la elaboración de avalúos profesionales para sus operaciones de compra y venta.
El 13 de diciembre del 2013, el Indaabin emitió dos dictámenes valuatorios para establecer el valor comercial de la planta de Agro Nitrogenados. los cuales estimaron el precio de la empresa productora de fertilizantes en 2 mil 175 millones de pesos, equivalentes a 168 millones de dólares al tipo de cambio vigente al momento de la operación.
Sin embargo, tres meses después de que se cerrara la operación mediante un contrato de compra-venta, AHMSA como empresa vendedora presentó cuatro nuevos avalúos realizados por un Corredor Público que surtieron efectos al formalizar la operación.
Los dictámenes y avalúos presentados por el corredor público de AHMSA tasaron el valor total de Agro Nitrogenados en 3 mil 503 millones de pesos o 264 millones de dólares, precio que se elevó a 275 millones de dólares al momento de cerrar la transacción.
Para la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la presentación de los nuevos avalúos se tradujo en un sobrecosto en la compra realizada por Pemex por un monto de mil 328 millones de pesos. Es decir, que la administración de Emilio Lozoya al frente de Pemex pagó 96 millones de dólares adicionales al precio que Indaabin consideraba como el valor real de la empresa de fertilizantes.
En la auditoría de gestión financiera y cumplimiento elaborada por la ASF para el caso de Agro Nitrogenados, se advierte que “el valor determinado en estos avalúos (del corredor público),se ajustó a hechos consumados, es decir, al monto pactado en el contrato de compra-venta”.
“No se acreditó la elaboración de avalúos previos, distintos de los del INDAABIN que soportaran el precio de compra; no obstante, tres meses después de la formalización del contrato de compraventa, los vendedores presentaron avalúos, en los cuales el valor de los activos se ajustó a los hechos consumados, es decir, al monto pactado contractualmente (275,000.0 miles de dólares)”, detalla la ASF.
Agro Nitrogenados: 60 por ciento de su maquinaria y equipo era chatarra
Pemex no sólo accedió a comprar Agro Nitrogenados al precio cotizado por AHMSA, sino que también accedió a realizar una adquisición prácticamente “a ciegas”: las filiales de la paraestatal que realizaron la compra renunciaron a su derecho de realizar estudios de integridad a una planta que llevaba 14 años sin funcionar y sin mantenimiento.
El propio Diagnóstico Técnico del Indaabin señaló que la planta de fertilizantes se encontraba fuera de los parámetros tecnológicos aceptables, la maquinaria se encontraba en un estado de regular a malo, faltaban piezas como rotores y motores y gran parte de los aparatos se encontraron a la intemperie, por lo que estuvieron expuestos a altas condiciones de salinidad, lluvia, viento, polvo y alta oxidación.
Los equipos de acero al carbón, indispensables para una planta productora de fertilizantes, fueron descritos por el Indaabin con alto grado de deterioro físico o muy elevado, por lo que su estado se calificó “de malo a deshecho”.
La falta de exámenes de integridad a los equipos que tenía la planta de Agro Nitrogenados provocaron que hasta el 60 por ciento de la maquinaria y los equipos adquiridos por Pemex tuvieran que ser reemplazados, provocando a la paraestatal pérdidas adicionales por 26 millones de dólares.
El material que era inservible fue vendido por Pemex como chatarra, por lo que sólo recuperó el 5 por ciento de lo que pagó por el.
“La adquisición de la planta de fertilizantes se realizó sin efectuar evaluaciones sobre la condición de los bienes, toda vez que, según PEMEX, “…el vendedor se opuso, ya que de hacerlo se perdería la garantía de los mismos…”. Al respecto, se destaca que la planta tenía 14 años sin operar y en las prácticas de negocios no se conoce que se otorguen garantías a bienes con considerable antigüedad y que no están en funcionamiento”, concluye la observación de la ASF.

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