El proyecto de fertilizantes iba a costar 475 mdd, Pemex ya erogó 760 mdd y la producción no arranca.
El ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, es el responsable de uno de los fracasos más costosos que ha enfrentado la paraestatal en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
En la gestión de Lozoya Austin al frente de Pemex, la paraestatal adquirió Agro Nitrogenados por un monto de 3 mil 862 millones de dólares, monto equivalente a 275 millones de dólares al tipo de cambio vigente en diciembre del 2013, fecha de la operación.
Sin embargo, la inversión anunciada por Pemex en enero del 2014, calculada en 475 millones de dólares , se incrementó a 760 millones de dólares
en los últimos tres años, debido a varias irregularidades que la
Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó en la operación de
compra-venta.
Así, los costos del proyecto para reactivar la producción en la planta de Agro Nitrogenados se elevaron en un 142 por ciento, sin que se haya logrado fabricar un solo gramo de fertilizantes y con un plan de negocios que sigue sin arrancar.
Lozoya Austin actualmente se encuentra sujeto a una investigación por parte del Consejo de Administración de Pemex por el caso Odebrecht, constructora brasileña que peresuntamente sobornó a funcionarios mexicanos por un monto 10.5 millones de dólares, y por las irregularidades que la ASF detectó en el proceso de compra de Agro Nitrogenados.
La adquisición de esa empresa fue avalada por el Consejo de Administración de la paraestatal en diciembre del 2013, fecha en la que Emilio Lozoya fungía como Director General y Presidente del Consejo de Administración de Pemex.
Para la ASF, la operación para adquirir la planta de fertilizantes “no se realizó con las mejores condiciones de precio y calidad”,
no cumplió con las premisas que originaron el proyecto y tampoco se
hizo con una evaluación sobre la condición de los bienes e instalaciones
de una empresa que llevaba 14 años sin funcionar, debido a una huelga de sus trabajadores.El pasado lunes Emilio Lozoya libró una solicitud de juicio político
en la Cámara de Diputados, pero aún se mantiene en la mira de la
Procuraduría General de la República (PGR) y de la Fiscalía General de
Brasil por la declaración de un imputado en el caso Odebrecht,
identificado como Hilberto Mascarenhas, el cual acusó a Lozoya de
solicitar un soborno de 5 millones de dólares para facilitar la entrega de contratos en nuestro país.
El documento de la acusación contra Lozoya se dio a conocer el pasado 13 de abril en un reportaje publicado por los periodistas Daniel Lizárraga y Raúl Olmos, integrantes de la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
Las
imputaciones del caso Odebrecht, las irregularidades en el proceso de
adquisición de Agro Nitrogenados y el uso personal de las aeronaves
pertenecientes a Pemex, originaron que el Consejo de Administración de
la paraestatal autorizara investigar la gestión del exdirectivo, periodo
que abarca de diciembre del 2012 a febrero del 2016.
La
resolución fue tomada por el actual Consejo de Administración de Pemex,
presidida por José Antonio González Anaya, durante una sesión ordinaria
de esa instancia celebrada el 1 de marzo de 2017, bajo el acuerdo CA-025/2017, de acuerdo con documentos difundidos por la revista Forbes.
La
investigación también contempla el uso que dio Lozoya al transporte
aéreo de Pemex, presuntamente con fines personales: Según la ASF, el ex
directivo de Pemex utilizó 63 millones de pesos en 900 viajes de
helicóptero y avión durante 2015.
Los costos crecientes de un proyecto que no arranca
Agro
Nitrogenados era una empresa subsidiaria de Altos Hornos de México
(AHMSA) que al momento de su venta a Pemex, había cumplido 14 años en
huelga. En 2013, tras concluir un proceso de concurso mercantil, similar
a una declaratoria de quiebra, se liquidó a sus últimos trabajadores.
Por
determinación del Pacto por México y el Plan Nacional de Desarrollo
2013-2018, Pemex autorizó el 19 de julio de 2013 un proyecto para la
producción de fertilizantes con una inversión mínima de 400 millones de
dólares, cálculo que en noviembre del 2013 se incrementó a 475 millones
de dólares.
De esa cifra, 275 millones se iban a destinar a la
adquisición de los activos pertenecientes a Agro Nitrogenados, mientras
que los otros 200 millones de dólares se iban a utilizar para
rehabilitar las instalaciones de la empresa y reactivar la producción de
fertilizantes a nivel nacional.
Sin embargo, el 26 de agosto de
2015, las filiales de Pemex que adquirieron la empresa acordaron
destinar 280 millones de dólares adicionales para concluir con la
rehabilitación de la planta, por lo que el costo del proyecto se
incrementó de 475 millones de dólares a 760 millones.
El motivo:
al momento de la compra por parte de Pemex el 60 por ciento de las
instalaciones y bienes de Agro Nitrogenados tenían que ser reemplazados o
renovados, por lo que el costo de la planta subió en un 142.5 por
ciento con respecto a lo programado en noviembre del 2013.
El
costo adicional del proyecto tampoco dio resultados. El plan original
era que en noviembre del 2015 y en abril del 2016, comenzaran a operar
dos plantas productoras de urea, meta que la nueva filial de Pemex no
pudo cumplir.
El fracaso obligó a que el Consejo de Administración
de Pemex replanteara sus objetivos el 2 de junio del 2016: las nuevas
fechas para la operación de las dos plantas están programadas para el
próximo mes de mayo y para el tercer trimestre del 2017.
Pero el
supuesto optimismo de Pemex sobre la producción de fertilizantes, ni
siquiera aparece en su plan de negocios para el periodo 2017-2021.
Presentado en diciembre del 2016, el proyecto para reactivar la
producción de estos insumos a nivel nacional sólo incluye cuatro
párrafos y 11 líneas genéricas sobre el plan que Lozoya anunció con
bombo y platillo.
“En 2014 y 2015, Pemex adquirió Agro
Nitrogenados y Fertinal. El reto es reestructurar las empresas para
maximizar su valor. La oportunidad es que Pemex tiene a su alcance los
instrumentos para integrar el amoniaco a la cadena de valor y para
garantizar el suministro de gas”, señala el documento.
Avaluos a modo del vendedor y el sobrecosto para Pemex
La
adquisición de Agro Nitrogenados por parte de Pemex se ajustó a cuatro
avalúos comerciales presentados por AHMSA, la empresa vendedora, a pesar
de que existía un dictamen previo elaborado por el Instituto de
Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin) que fijaba el
precio de la empresa a un costo menor.
El Indaabin es el organismo
del gobierno federal encargado de tasar y administrar los inmuebles,
bienes y empresas gubernamentales, además de coadyuvar a todas las
dependencias federales en la elaboración de avalúos profesionales para
sus operaciones de compra y venta.
El 13 de diciembre del 2013, el
Indaabin emitió dos dictámenes valuatorios para establecer el valor
comercial de la planta de Agro Nitrogenados. los cuales estimaron el
precio de la empresa productora de fertilizantes en 2 mil 175 millones
de pesos, equivalentes a 168 millones de dólares al tipo de cambio
vigente al momento de la operación.
Sin embargo, tres meses
después de que se cerrara la operación mediante un contrato de
compra-venta, AHMSA como empresa vendedora presentó cuatro nuevos
avalúos realizados por un Corredor Público que surtieron efectos al
formalizar la operación.
Los dictámenes y avalúos presentados por
el corredor público de AHMSA tasaron el valor total de Agro Nitrogenados
en 3 mil 503 millones de pesos o 264 millones de dólares, precio que se
elevó a 275 millones de dólares al momento de cerrar la transacción.
Para
la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la presentación de los
nuevos avalúos se tradujo en un sobrecosto en la compra realizada por
Pemex por un monto de mil 328 millones de pesos. Es decir, que la
administración de Emilio Lozoya al frente de Pemex pagó 96 millones de
dólares adicionales al precio que Indaabin consideraba como el valor
real de la empresa de fertilizantes.
En la auditoría de gestión
financiera y cumplimiento elaborada por la ASF para el caso de Agro
Nitrogenados, se advierte que “el valor determinado en estos avalúos
(del corredor público),se ajustó a hechos consumados, es decir, al monto
pactado en el contrato de compra-venta”.
“No se acreditó la
elaboración de avalúos previos, distintos de los del INDAABIN que
soportaran el precio de compra; no obstante, tres meses después de la
formalización del contrato de compraventa, los vendedores presentaron
avalúos, en los cuales el valor de los activos se ajustó a los hechos
consumados, es decir, al monto pactado contractualmente (275,000.0 miles
de dólares)”, detalla la ASF.
Agro Nitrogenados: 60 por ciento de su maquinaria y equipo era chatarra
Pemex
no sólo accedió a comprar Agro Nitrogenados al precio cotizado por
AHMSA, sino que también accedió a realizar una adquisición prácticamente
“a ciegas”: las filiales de la paraestatal que realizaron la compra
renunciaron a su derecho de realizar estudios de integridad a una planta
que llevaba 14 años sin funcionar y sin mantenimiento.
El propio
Diagnóstico Técnico del Indaabin señaló que la planta de fertilizantes
se encontraba fuera de los parámetros tecnológicos aceptables, la
maquinaria se encontraba en un estado de regular a malo, faltaban piezas
como rotores y motores y gran parte de los aparatos se encontraron a la
intemperie, por lo que estuvieron expuestos a altas condiciones de
salinidad, lluvia, viento, polvo y alta oxidación.
Los equipos de
acero al carbón, indispensables para una planta productora de
fertilizantes, fueron descritos por el Indaabin con alto grado de
deterioro físico o muy elevado, por lo que su estado se calificó “de
malo a deshecho”.
La falta de exámenes de integridad a los equipos
que tenía la planta de Agro Nitrogenados provocaron que hasta el 60 por
ciento de la maquinaria y los equipos adquiridos por Pemex tuvieran que
ser reemplazados, provocando a la paraestatal pérdidas adicionales por
26 millones de dólares.
El material que era inservible fue vendido
por Pemex como chatarra, por lo que sólo recuperó el 5 por ciento de lo
que pagó por el.
“La adquisición de la planta de fertilizantes se
realizó sin efectuar evaluaciones sobre la condición de los bienes,
toda vez que, según PEMEX, “…el vendedor se opuso, ya que de hacerlo se
perdería la garantía de los mismos…”. Al respecto, se destaca que la
planta tenía 14 años sin operar y en las prácticas de negocios no se
conoce que se otorguen garantías a bienes con considerable antigüedad y
que no están en funcionamiento”, concluye la observación de la ASF.
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